miércoles, 26 de febrero de 2014

Israel - Arabia Saudita frente a Siria-Líbano


La agencia de noticias oficial de Siria, SANA, informó que las tropas del gobierno mataron a 175 combatientes rebeldes en una emboscada al Sur de la capital, Damasco. Según el informe, una unidad del Ejército "vio a terroristas de Jabhat Al-Nusra y Liwa Al-Islam, cerca de Damasco y mató a 175 de ellos e hirió a varios más" en la madrugada del miércoles en una zona controlada por la oposición en el Este de Ghouta; según SANA, entre los muertos había saudíes, qataríes y chechenos. Activistas dijeron que los combatientes fueron asesinados cuando trataban de cruzar desde el lado oriental de Damasco a Adra -al Norte de Damasco- usando "un camino arriesgado", debido al sitio que montó el Ejército.

El Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia ha expresado su "profunda preocupación" por los informes procedentes de fuentes anónimas que Arabia Saudita tiene previsto suministrar los rebeldes sirios con antitanque y misiles antiaéreos para "cambiar el rumbo" del conflicto sirio. El comunicado del Ministerio señala que "Hay una posibilidad de que si estas poderosas armas caen en manos de los terroristas que han inundado el país, es muy probable que sigan más allá de las fronteras de la propia Siria"; el segundo informe de este mes que estas armas serán entregadas a los rebeldes fue confirmado indirectamente por varios acontecimientos recientes: el jefe de la oposición siria, Ahmad Al-Jarba, prometió a las unidades rebeldes durante una visita la semana pasada que "las armas de gran alcance llegarán pronto"; y el Jefe del Estado Mayor del Ejército de Pakistán, Gral. Raheel Sharif, estuvo en Riad a principios de este mes y su país es señalado como el principal proveedor de armas a los sauditas.

El asesor del PM para Asuntos Exteriores y Seguridad Nacional, Sartaj Aziz, disipó la impresión de un cambio en la política del gobierno en Siria, diciendo que la restauración de la paz en el país era “una posición de principios para Pakistán". Las especulaciones sobre un cambio de la tradicional política de Pakistán, de no injerencia en los asuntos de los países musulmanes, emanaba de una declaración conjunta emitida la semana pasada al final de la visita a Islamabad del príncipe saudita Salman Bin Abdulaziz Al-Saud, quien pidió la "formación de un órgano de gobierno de transición en Siria” y de los informes que señalaban que Arabia Saudita estaba en conversaciones con Pakistán para proporcionar antiaéreos y antitanque cohetes a los rebeldes sirios.

Si la guerra civil siria no es contenida sólo será cuestión de tiempo antes que afecte a cualquiera de los países que se han convertido tanto en parte de la solución, así como la parte en el problema, y a los vecinos de Siria. La violencia ha ido mucho más allá de las fronteras de Siria y no solo amenaza con infiltraciones de grupos extremistas, sino que la masa de refugiados se convirtió en una presión adicional sobre las economías regionales; por otra parte, las relaciones entre EE.UU. y Arabia Saudita e Israel –sus aliados más importantes en Medio Oriente- se encuentran en su punto más bajo y Washington ha demostrado poco interés en una intervención más activa. Tanto Arabia Saudita como Israel han comenzado a tomar sus propios caminos para abordar la situación en Siria.

Hezbollah amenazó con atacar a Israel en represalia por un supuesto ataque aéreo israelí que afectó una de sus bases cerca de la frontera con Líbano y Siria, mediante una declaración difundida por la cadena de televisión Al-Manar, Hezbollah dijo que "La nueva agresión es un asalto flagrante contra el Líbano y su soberanía y su territorio (...) La Resistencia elegirá la hora y el lugar y la forma correcta de responder a él." El partido chiita informó que el ataque causó daños materiales pero no víctimas y negó informes de prensa que los depósitos atacados contenían misiles y cohetes.

Fuentes de seguridad hablaron que dos camiones, que transportaban misiles y un lanzador de misiles en Líbano, fueron atacados y que los cuatro miembros de Hezbollah murieron en la incursión israelí. La declaración de Hezbollah negó los reportes sobre que los blancos atacados eran envíos de armas desde Siria para Hezbollah en Líbano.

El Ejército libanés capturó Al sirio Nidal Sweidan, presunto comandante del grupo Jabhat Al-Nusra, en la ciudad fronteriza de Masharih Al-Qaa. Sweidan es también sospechoso de haber llevado a cabo ataques terroristas en el Este de Líbano y esta captura se suma a otras detenciones que el Ejército libanés ha realizado recientemente de varios comandantes de afiliados a los grupos militantes que operan en Siria, incluido el Estado Islámico de Irak y Siria (ISIS) como de la rama libanesa de Al-Nusra, que ha reivindicado varios atentados dentro del país.

Ante la negativa de la administración Obama de tomar medidas decisivas en Siria, sumada la decisión de nuevas retiradas de tropas de EE.UU. -más significativamente en Afganistán- y ahora los recortes en el presupuesto de Defensa, está claro que los aliados occidentales en la región se van a encontrar cada vez más aislados. Si esta política continua, Israel se enfrenta a la perspectiva de estar cada vez más solo en una región convulsionada y su preocupación, en lugares como Siria, no se limita únicamente al temor que los regímenes locales puedan utilizar armas químicas o biológicas contra su propio pueblo; más bien se enfoca a la creciente fuerza de los grupos pro Al-Qaeda que operan en estas zonas de conflicto, con el consiguiente riesgo real operaciones menos irracionales que las que pueda ejecutar un régimen a cargo Estado, ya que los primeros carecen de responsabilidad internacional.

EE.UU. siente que el uso de la fuerza, pondría en peligro otros objetivos estratégicos, como asegurar un acuerdo nuclear duradero con Irán, además de colaborar con los grupos yihadistas. El problema es que se puede confundir al realismo y a la resignación como prudencia.

Cualquier realista tiene que hacer frente a dos hechos: en primer lugar, ante la falta de una aplicación creíble de la fuerza contra el régimen sirio, una transición negociada que conduzca a la salida de Al-Assad no va a suceder; a pesar de los esfuerzos del mediador, Lakhdar Brahimi, las conversaciones de paz fueron inútiles porque las fuerzas de la oposición llegaron debilitadas por las derrotas militares y la ventaja estratégica de Al-Assad no le da ningún incentivo para concesiones. En segundo lugar, si se permite que Al-Assad prevalecer en este conflicto, va a imponer nuevamente su poder y sus fuerzas -sin duda- van a exterminar a los insurgentes suníes restantes que componen la mayor parte de la oposición; apoyar a sus enemigos, sin embargo, no va a traer una paz duradera solo inflamará más los odios sectarios. Tarde o temprano la sangre fluirá de nuevo.





martes, 25 de febrero de 2014

Israel atacó fronteras de Siria y Líbano


El Primer Ministro israelí, Benjamin Netanyahu, precisó que Israel "Estaba haciendo todo lo que sea necesario para defender la seguridad de Israel", un día después de los aviones de combate israelíes atacaron un objetivo sospechoso Hezbollah en la frontera sirio-libanesa. Los aviones de combate lanzaron cuatro cohetes en la zona fronteriza de Janta -en el Este de Líbano- contra un cargamento de armas "cualitativos"; en ambas incursiones se atacó un objetivo de Hezbollah en la frontera entre el Líbano y Siria, cerca del pueblo de Nabi Sheet, cerca de un sitio de entrenamiento de Hezbollah.

El PM israelí se negó a confirmar si su país llevó a cabo un ataque aéreo a lo largo de la frontera con Siria y Líbano, luego de difundida la noticia por la agencia estatal de noticias de Líbano. Aunque Israel se ha abstenido de tomar partido en la guerra civil siria, Netanyahu ha prometido en repetidas ocasiones que tomaría medidas para evitar que Hezbollah obtenga "armas que cambien el juego" de Siria; los ataques aéreos israelíes del pasado se creen que fueron dirigidos contra los misiles antiaéreos de fabricación rusa y misiles guiados de Irán. Israel nunca ha confirmado los ataques aéreos.

El periódico libanés Al-Akhbar, cercano a Hezbollah, dijo que las redadas se llevaron a cabo dentro de Siria y que " la naturaleza del objetivo no estaba clara". El Ejército de Líbano no confirmó que se hayan producidos ataques, pero informó violaciones del espacio aéreo libanés por parte de Israel; sin embargo los residentes de Nabi Sheet dijeron que vieron bengalas que iluminan el cielo antes de las incursiones y que sacudieron sus casas, además gente en las áreas vecinas dijeron que escucharon aviones volando a baja altura y que el objetivo parecía ser una posición de Hezbollah en las montañas cercanas a la ciudad.

El My. Gral. Eyal Ben Reuven (R), Subjefe del Comando Norte del Ejército israelí durante la guerra del Líbano de 2006, restó importancia a las preocupaciones que los ataques aéreos preventivos contra Hezbollah podrían desatar una nueva guerra ya que "Hezbollah ahora está muy ocupado con sus combates en Siria y las amenaza en Líbano (…) Pero tengo que decir que en Oriente Medio todo puede suceder, así tenemos por supuesto, que prepararnos para todo tipo de escenarios". El hecho de que Hezbollah haya construido campos de entrenamiento al aire libre, en el valle de Bekaa, apunta a una mayor necesidad de este tipo de instalaciones para entrenar a los nuevos reclutas y un grado de confianza sobre que Israel no los atacaría; pero un objetivo diferente son los depósitos de armas de Hezbollah –que están bien ocultos en bunkers subterráneos- y Israel obtuvo información de Inteligencia sobre la ubicación de uno o más depósitos de armas, sería un falla de seguridad grave.

Las tensiones sectarias se suman otro factor para un potencial de conflicto dentro de Líbano. La división sectaria está creciendo cada vez más explosiva, con los sunitas apoyando en gran parte a sus hermanos en Siria mientras que los chiitas y Hezbollah apoyan al gobierno del presidente Al-Assad. Esa violencia ha rebotado en Líbano, con los sunitas radicales atacando con coches bombas las zonas chiitas desde julio pasado, matando a docenas y aterrorizando al país.

Ahora los sunitas acusan a los militares de ponerse del lado de Hezbollah. Esta percepción se basa en el resentimiento derivado del status de dominio y de intocable que Hezbollah detentó dentro la política del Líbano –un Estado dentro del Estado- y que se extendió al Ejército cuando superó su capacidad militar. Los sunitas denuncian que el Ejército persigue a las armas y rebeldes sirios mientras se ignoran las acciones fronterizas de Hezbollah. En junio de 2013, se produjeron enfrentamientos entre soldados libaneses y los seguidores del clérigo sunita Ahmad Al-Asir, destacado opositor de Hezbollah, y partidarios del grupo chiita se unieron brevemente la lucha junto al Ejército afirmando la teoría de los sunitas.

La 36º División Blindada, que había estado destinado en los Altos del Golán durante 40 años, fue removida de la frontera con Siria -en un cambio histórico militar- en medio de una transición que deja a la 210º División a cargo de la frontera; desde julio de 2013, la 210º ha estado entrenando intensamente para familiarizarse con la zona, se ha mejorado la Inteligencia y las capacidades de la potencia de fuego de las Fuerzas de Defensa Israelíes (FDI) que puedan ser necesarias para hacer frente a futuras amenazas desde Siria. Fuentes militares señalaron que la nueva División hará que la frontera más estable, debido a su capacidad para prevenir o responder rápidamente y contener los incidentes de seguridad: Infantería, unidades blindadas y unidades del cuerpo de artillería podrían moverse a través de la frontera para defender el frente interno contra amenazas tales como cohetes, células terroristas y unidades del ejército sirio, dejando al territorio enemigo como una tercera capa de seguridad.

Abu Mohammed Al-Golani, líder de Jabhat Al-Nusra, la rama de Al-Qaeda en Siria dio a los mlitantes islamistas rivales cinco días para aceptar una mediación y ponerle fin a las luchas internas o enfrentarán una guerra que "terminará ellos". Al-Golani presionó al grupo Estado Islámico en Irak y Siria (ISIS) a que acepten el arbitraje de los eruditos religiosos para cesen las disputas internas que han socavado una campaña militar más amplia contra las fuerzas del presidente Al-Assad.

Hezbollah es un enemigo declarado de Israel y ha enviado a miles de combatientes por la frontera para ayudar al régimen del presidente sirio, Bashar Al-Assad, en su lucha contra las milicias rebeldes sunitas. Adicionalmente, Siria ha proporcionado durante mucho tiempo armas y otros tipos de ayuda a Hezbollah, además de y sirvió como un conducto clave de la ayuda militar iraní al movimiento, que luchó contra Israel a un sangriento punto muerto en 2006. La preparación de defensas más duras en la frontera con Siria no responde a un interés de Tel Aviv por atacar Damasco, sino de la falta de soberanía estatal siria en las zonas fronterizas del sur de los Altos del Golán y al potencial crecimiento de las fuerzas yihadistas globales para hacerse con el control de esas zonas.

Las fuentes militares israelíes abiertamente dicen que no esperan que Siria se recupere de la guerra civil y volva a ser un Estado soberano en el mediano a largo plazo y describieron al conflicto como un cambio estratégico, que se estudiará en los próximos libros de texto, sobre la historia de Oriente Medio. Según los militares israelíes, el mapa que ellos poseen del territorio controlado por el régimen sirio y los rebeldes cambia continuamente, a pesar de las fuerzas leales al presidente Al-Assad están tratando de recuperar el terreno. 





lunes, 24 de febrero de 2014

La unanimidad en el Consejo de Seguridad es posible


El Consejo de Seguridad logró una inusual unidad al aprobar una resolución sobre la guerra civil siria cuando Rusia y China apoyaron la adopción del documento que impulsa el acceso de ayuda humanitaria y que amenaza con tomar "medidas adicionales" en el caso de incumplimiento. El embajador lituano ante ONU, Raimonda Murmokaite, y presidente del Consejo describió a la aprobación unánime de la resolución -redactada por Australia, Jordania y Luxemburgo- como un "momento de esperanza" para el pueblo de Siria. 

A través de la Resolución 2139, el Consejo exigió "que todas las partes, en particular a las autoridades sirias, que permitan rápidamente el acceso humanitario rápido, seguro y sin trabas a los organismos humanitarios de ONU y sus asociados en la ejecución, incluyendo a través de líneas de conflicto y las fronteras"; el Consejo también pidió el fin inmediato de todas las formas de violencia en el país y condenó enérgicamente el aumento del terrorismo de los grupos pro Al-Qaeda. También el Consejo condenó enérgicamente las violaciones generalizadas de los DDHH y del Derecho Internacional Humanitario cometidas por las autoridades sirias, e instó a todas las partes implicadas en el conflicto para levantar los asedios de las zonas pobladas, en particular en Alepo, Damasco -y su zona rural- y Homs.

Vitaly Churkin, embajador ruso en ONU, dijo al Consejo después de la votación que Moscú apoya la medida porque "muchas consideraciones rusas fueron tenidas en cuenta y, como resultado, el documento adquirió un carácter equilibrado"; su par chino, Liu Jieyi, dijo que Beijing estaba "profundamente preocupado" por el empeoramiento de la situación humanitaria en Siria e "Instamos firmemente a todas las partes en Siria para aplicar esta resolución de buena fe".

China pidió a todas las partes en Siria que garanticen la aplicación de la Resolución y logren el alto el fuego tan pronto como sea posible. El Ministro de Relaciones Exteriores, Wang Yi, señalo que "China y Siria mantienen buenas relaciones. Podemos sentir el sufrimiento del pueblo sirio y siempre trabajar activamente para aliviar la situación humanitaria en Siria."

La Resolución 2139 es la primera medida vinculante para la ayuda de emergencia en los tres años de conflicto que ha matado a un estimado de 136.000 personas, dejó a 2,9 millones de refugiados y dejó a 250.000 sirios sin alimentos suficientes, hospitales o escuelas. Jordania, cuyo embajador, el Príncipe Zeid Ra'ad Zeid Al- Hussein, señaló que su país de 6 millones de habitantes tenía 600.000 refugiados sirios -1 de 10 habitantes- a un costo de u$s 1.700 millones en 2013 y un estimado de u$s 2.800 millones para este año, fue uno de los principales países de la región en impulsar la medida.

El embajador australiano, Gary Quinlan, dijo que “El Ejército sirio debe poner fin a sus ataques sistemáticos e indiscriminados contra la población civil. La campaña de bombardeos aéreos devastadores en Aleppo ha desplazado a otras 500 000 personas. El uso de bombas de barril -un arma diseñada para crear terror civil y causar lesiones al máximo a los civiles- debe cesar de inmediato”. 

El corresponsal de la BBC, Lyse Doucet, ha viajado a Yarmuk, el campo de refugiados palestinos en el sur de Damasco, donde más de 20.000 personas están viviendo bajo un estado de sitio durante casi un año; los residentes se reúnen todos los días, con la esperanza de recoger paquetes de comida que están siendo repartidos por los trabajadores humanitarios.

En una reciente entrevista, el Brig . Gral. Abdul- Ilah Al-Bashir, reconoció que el cargo de jefe del Estado Mayor del Consejo Militar Supremo rebelde lo tomó por sorpresa y " Lo juro por Dios, nadie se había contacto conmigo, no sabía nada al respecto." El caos dentro del Consejo refleja la desconfianza en general y las rivalidades internas entre los rebeldes de Siria y sus poderosos aliados extranjeros que han minado consistentemente su capacidad para formar un frente unido contra Al-Assad; a pesar de sus enormes inversiones, Arabia Saudita y Qatar no han revelado públicamente el alcance del nuevo apoyo o si esta última es parte de una estrategia coherente, alimentando especulaciones entre los rebeldes sobre quién apoya a quién.

El nuevo documento, aprobado por una votación de 15-0, exige que el gobierno sirio permita que los organismos humanitarios puedan entregar suministros y que se detengan los bombardeos aéreos contra la población civil; también se les pide a los grupos extremistas que dejan de aterrorizar a los sirios y condena a los combatientes extranjeros. La mala publicidad durante los juegos de Sochi no es la única razón de Rusia -principal aliado de Siria- para apoyar la resolución: se especula que Moscú no está satisfecho con el estancamiento de las conversaciones de paz en Ginebra.

La resolución es un avance pero tiene una serie de “zonas grises” que no han sido explicitadas en el documento. No tiene un mandato claro sobre la cuestión del acceso sobre el terreno: la resolución un requisito para el acceso transfronterizo, un nuevo desarrollo potencialmente crucial que las organizaciones de ayuda han insistido es vital si se quiere hacer bien su trabajo; hasta ahora, toda la ayuda de ONU se ha coordinado con las autoridades de Damasco, dándole al gobierno una influencia sobre el destino de la ayuda humanitaria.

La nueva resolución tiene la posibilidad de cambiar esta realidad pero es poco probable que llegue la ayuda humanitaria a las zonas en disputa o bajo asedio, ya que los altos niveles de corrupción y violencia actuaron como trabas en el pasado. Otro desafío adicional es la logística: los convoyes no pueden tomar la ruta más corta a las zonas más afectadas -entrar desde Jordania, Turquía, Líbano o Irak- a través de puestos fronterizos controlados por los rebeldes, y se verán obligados a hacer desvíos largos y cruzar varias líneas de combates, retrasando o bloqueando el flujo de ayuda. La implementación de la Resolución será una prueba para todas las partes sobre la verdadera voluntad política para Siria y el compromiso de aliviar la situación humanitaria de la población civil.

La señal positiva es que el Consejo de Seguridad finalmente rompió un estancamiento de dos años y un año y medio sobre la forma de lidiar con el conflicto en Siria, independientemente de la cuestión de las armas químicas, lo que supone una nueva instancia dentro del órgano de ONU. Resta esperar para dilucidar si fue solo una resolución puntual o el comienzo de una serie de pasos destinados a detener la guerra civil.



jueves, 20 de febrero de 2014

Ucrania y Siria: Guerra Fría II


El presidente de EE.UU., Barack Obama, dijo que no ve a los violentos enfrentamientos en Ucrania y Siria entre los gobiernos y sus pueblos como parte de un "tablero de ajedrez de la Guerra Fría donde los Estados Unidos compite con Rusia”. Obama sostuvo que, aunque Rusia tiene influencia sobre los gobiernos, las turbulencias en los dos países se ha incrementado entre la gente que insisten en los derechos fundamentales; Obama dice que quiere Rusia eventualmente respaldar esos valores y precisó que "En este momento hay momentos en los que tenemos fuertes desacuerdos”. 

¿En verdad existe un escenario de neo-Guerra Fría entre Este y Oeste? No es debido al triunfo en la Guerra Fría que EE.UU. sigue teniendo un liderazgo económico, militar y diplomático a nivel global, pero la creciente rivalidad con Rusia se debe a que ahora tiene un perfil más desafiante con Putin y supone un fuerte cuestionamiento de las relaciones Este-Oeste y Norte-Sur que emergieron con el final de la Guerra Fría. Los gestos diplomáticos de los cuestionamientos son por demás elocuentes: el presidente Vladimir Putin no ha visitado Washington desde que Barack Obama asumió el cargo y el Presidente de los EE.UU. canceló su visita a Moscú el año pasado y más recientemente se envío una delegación de bajo nivel a los juegos de Sochi.

El restablecimiento de una corta convivencia entre Moscú y Washington, en el primer mandato de Obama, sirvió para el abordaje de cuestiones fundamentales que partían de un interés mutuo compartido –por caso el desarme nuclear y la entrada de Rusia a la OMC- pero que avanzó en materias donde los intereses eran contradictorios: la política para Siria, la defensa antimisiles, el intercambio de Inteligencia y la cooperación en Europa del Este. En las últimas semanas, los acontecimientos en Ucrania, la renuncia del embajador de EE.UU. en Rusia Michael McFaul, la visita de las activistas rusas Pussy Riot a EE.UU., la reunión en Egipto entre el Gral. Sisi-Putin y el caso Snowden contribuyeron al establecimiento de una atmósfera de enfrentamiento entre Washington y Moscú.

El presidente Obama no impulsó ninguna condena contra Rusia por haber provocado los disturbios de 2013 en Kiev, cuando Putin intimidó a Ucrania para que diese marcha atrás en las conversaciones con la UE, o ahora cuando Putin apoyó la postura de mano dura del presidente de Ucrania, Viktor Yanukovich, quien reprimió a los manifestantes con un saldo de más de dos docenas de muertos y varios cientos de heridos. Presumiblemente el aumento en la retórica de la administración Obama tuvo cierto impacto, ya que se declaró una tregua el miércoles, pero la violencia continuó hasta el jueves lo que deja en evidencia que la falta de "consecuencias" a la violencia, suena más fuerte que la retórica de Obama con sus “líneas rojas”. Putin claramente no lo toma en serio en este punto.

Garry Kasparov, Maestro de ajedrez y activista por la democracia, desde su página de Twitter dijo que "La represión asesina en Ucrania fue predicho por la confusión y la cobardía moral de la UE/EE.UU. en Siria y en otros lugares frente a la presión de Putin (…) Truman salvó millones de la Cortina de Hierro en Europa y del comunismo en Asia ¿Cuántos serán perdidos para el asesinato y la autocracia en el reloj de Obama? (...) Algunos felicitaron a Putin como "hombre de paz" por "detener la guerra civil de Siria." Es como una broma. Assad sigue matando, envalentonando a otros regímenes (…) Sí, Obama podría vender sus líneas rojas en eBay como nuevas. Todos ellos están en perfecto estado, nunca utilizadas!”

Después que Washington se aferró al plan de Moscú para destruir el arsenal de armas químicas sirias de septiembre 2013, el régimen sirio se ha comportado como si no tuvieran que hacer caso de las presiones diplomáticas de EE.UU. y sus aliados. Es cierto que la Casa Blanca está revisando sus opciones políticas Siria, claramente consciente que la actual política no va bien, pero todavía se sigue hablando de la necesidad de evitar consecuencias no deseadas pero que ya han comenzado a suceder. No es que Occidente se retiró de Siria, pero las vacilaciones y dudas dejaron a los rebeldes armados con solo con promesas y en lugar de debieron ir a las armas suministradas por los Estados del Golfo -como Arabia Saudita- con un discurso wahabita, inclinando inevitablemente a los rebeldes hacia el extremismo islamista.

Esa sensación de falta de presión diplomática sobre el gobierno sirio es notable y, de hecho, hasta genera un frente común. En un telegrama, cuyo contenido fue difundido por la agencia de noticias oficial siria Sana, Bashar Al-Assad respaldó la gestión del presidente Nicolás Maduro al frente de Venezuela y denunció que tanto este país como Siria hacen frente a "un intento de crear el caos, de extender la influencia de la dominación extranjera y de explotar sus riquezas." Al-Assad le deseó a Maduro éxito en su cometido "en esta etapa crítica" por la que pasa el mundo entero y expresó su confianza de que la voluntad del pueblo sirio y venezolano triunfará para decidir su destino y el futuro de sus países. 

Al-Assad también está tratando de asegurarse que sea visto por las potencias occidentales como algo esencial para el futuro de su país. Los diplomáticos sospechan que está retrasando el envío de armas químicas fuera del país como una forma de garantizar que el productor tenga un papel. Él también quiere convencer a Occidente de que su régimen es el único socio capaz de hacer frente a los militantes de Al-Qaeda en Siria. ¿Está Obama realmente a punto de cambiar su aversión a intervenir de una manera que pueda alterar el equilibrio militar y convencer a Al-Assad y sus partidarios que están bajo amenaza? 

Que el presidente Obama declare que no hay una competencia entre EE.UU. y Rusia, ya que los sucesos en Siria y Ucrania son una expresión de las esperanzas y aspiraciones populares, debería preocupar a los rebeldes y opositores. Especialmente en el caso de Siria, que Obama no acepte la abierta participación de Rusia para la protección de sus objetivos geopolíticos en Medio Oriente, deja al descubierto que EE.UU. no va a ir más allá de lo que ya fue. 

Ciertamente, Obama aprendió de sus predecesores que no se debe iniciar una guerra que no se puede ganar, pero olvidó que no se puede perder una guerra en curso. La guerra contra el terrorismo fue heredada y ahora tiene una nueva etapa en Siria con los grupos yihadistas-salafistas; la administración Obama hizo bien al no tomar partido en la guerra civil siria pero fracasó en contener a los esos elementos radicales para que no se adueñasen de la revolución siria. Ahora con argumentos humanitarios y frente al fracaso de las conversaciones de paz, la administración de Obama está obligada a reconsiderar políticas alternativas: ayuda humanitaria, acusar a líderes de ambos lados de criminales de guerra o armar y entrenar a los rebeldes son mejor -en el mejor de los casos- un paliativo pero lejos están de ser la cura.

Plantearse la opción de una intervención militar conlleva dos preguntas ¿Existe la voluntad de coalición internacional para ejecutar las operaciones necesarias? y luego de la intervención ¿Qué plan asegurará la estabilidad y evitará la violencia sectaria? 





miércoles, 19 de febrero de 2014

¿Cambio del enfoque saudita?



Arabia Saudita reemplazó a su veterano jefe de Inteligencia, Príncipe Bandar Bin Sultan, como líder de los esfuerzos del reino de armar y financiar los rebeldes sirios, por el Ministro del Interior, Príncipe Mohammed bin Nayef, quien ha ganado elogios en Washington por su labor antiterrorista contra Al-Qaeda en Yemen y en otros lugares; ahora es una figura principal en la realización de la política para Siria, un consejero real y un analista de seguridad. El Príncipe Miteb bin Abdullah, hijo del rey Abdullah y Jefe de la Guardia Nacional de Arabia, también ha asumido una mayor cuota de responsabilidad en la política del reino hacia Siria, según informaron los asesores sauditas.

Algunos se preguntan si el Príncipe Bandar está sufriendo de una enfermedad "diplomática", luego de su notoria ausencia en las funciones públicas a principios de este año, oficialmente por razones médicas, tal como se justificó hace unas pocas semanas atrás. Una señal llamativa ocurrió la semana pasada, cuando el rey Abdullah emitió un decreto imponiendo penas de prisión de hasta 20 años, para los saudíes que vayan al extranjero a luchar; Bandar no tuvo resultados con su política para Siria, que incluyen a los campos de entrenamiento en Jordania y los envíos de armas y dinero, y ahora Arabia Saudita apunta más hacia una política contraterrorista.

Susan Rice, la asesora de Seguridad Nacional de EE.UU., se reunió con el príncipe Mohammed para discutir la estrategia en Siria. Sin embargo, fuentes advierten que el presidente Obama aún desconfía de cualquier escalada importante en Siria, que implique directamente a fuerzas estadounidenses. EE.UU. se opone a zonas de exclusión aérea, por ejemplo, aunque el llamado de la administración de corredores seguros para prestar asistencia humanitaria puede llevar al establecimiento de zonas seguras de facto si el Consejo de Seguridad no llega a un acuerdo formal al respecto.

Como consecuencia de la imposibilidad de derrocar a Al-Assad o destruir el gobierno sirio y su aparto, el gobierno de Obama -reacio y políticamente incapaz de participar en actos de abierta agresión- está empleando una estrategia de realpolitik, utilizando principalmente el militarismo encubierto para apaciguar a los deseos de los halcones neoconservadores en el Congreso y de sus aliados regionales más cercanos -Riad y Tel Aviv- evitando al mismo tiempo la posibilidad de ser arrastrado a una nueva intervención militar abierta. El punto es que la guerra civil está en las montañas de Qalamoun -para liberar a Yabroud- y asegurar las rutas logísticas de Líbano; por otra parte, si se aumenta el volumen de armas de los rebeldes del Sur, será una nueva repetición de resultados devastadores: desplazamiento de civiles, destrucción de la infraestructura civil, bloqueo de alimentos y servicios públicos junto a más víctimas.

También se debe tener en cuenta que tanto Israel como Arabia Saudita tienen profundos intereses en la región, que a su vez, juegan un papel fundamental al momento de la formulación de la política exterior de EE.UU. para Siria. Los mismos aliados del presidente Al-Assad -Irán y Hezbollah, junto al propio gobierno sirio- son una amenaza para los intereses sauditas-israelíes, por lo que se entremezclan esos objetivos particulares de cada Estado bajo el interés de protección de la población siria. La desintegración de “los ejes del mal” regionales ha sido la máxima prioridad para Riad y Tel Aviv desde antes del inicio de la guerra civil siria, por lo que esta podría ser solo una etapa más.

Arabia Saudita tiene una larga historia en comprometer a EE.UU. en las guerras del Medio Oriente para sus propios intereses. Los sauditas ayudaron a EE.UU a financiar los muyahidines que lucharon en Afganistán contra los rusos, esos elementos posteriormente constituyeron Al-Qaeda y la mayoría de los secuestradores del 9-11 eran saudíes dirigidos Bin Laden, otro saudita. La primera guerra del Golfo de 1991 para sacar a Saddam Hussein de Kuwait se libró en gran parte en defensa de Arabia Saudita; Riad alentó al gobierno de Bush de invadir Irak en 2003. Y el rey Abdullah ha instado reiteradamente a Washington para que ataque Irán, para asegurar los intereses saudíes en la división regional entre sunitas y chiitas.

Es demasiado pronto para decir si este cambio de política es solo cosmético o tendrá influencia real en el campo de batalla. Los rebeldes del Ejército Libre Sirio (ELS) han reorganizado su estructura de mando, que debe encajar mejor con la nueva alianza de Inteligencia, dejando de lado al Gral. Salim Idriss poniendo al Brig. Gral. Abdul- Ilah Al-Bashir a cargo del Comando Militar Supremo del ELS. Este cambio también significa un nuevo modelo de organización: Idriss fue respaldado por funcionarios norteamericanos porque defendía la preservación de la estructura militar y estatal siria -pero tuvo escaso apoyo entre los combatientes-; ahora, con Al-Bashir, se apuesta por un liderazgo en contacto con los rebeldes en el terreno.

Los cambios sauditas en la supervisión de las operaciones contra Al-Assad ahora pone el esfuerzo en manos de príncipes que se cree han sido del ala más prudente -entre los principales miembros de la realeza- sobre apoyar agresivamente a los rebeldes. Adicionalmente, el Príncipe Mohammed bin Nayef, es una figura antiterrorista a nivel mundial que está en una posición para disipar los temores estadounidenses sobre el destino de las armas occidentales en Siria.

Aun con todos los cambios en marcha y los anunciados, el flujo y armas para los rebeldes históricamente no ha sido determinante en el aumento de la fuerza y ​capacidad de la insurgencia en su conjunto para combatir en una guerra asimétrica; de hecho, la administración Obama ha empleado la técnica del “garrote y la zanahoria” para presionar al gobierno sirio a sentarse en la mesa de negociaciones, pero con las fuerzas oficiales avanzando esta técnica fracasó. Mientras el gobierno en Siria y sus aliados internacionales -Rusia e Irán principalmente- perciban que los rebeldes carecen tanto de la ayuda interna como del apoyo internacional necesario para derrocar a Al-Assad o derrotar al ejército sirio, no habrá una instancia de diálogo viable.



martes, 18 de febrero de 2014

EE.UU. revisa sus opciones en Siria



Con las conversaciones de paz en punto muerto, el gobierno sirio avanzando contra los rebeldes, los grupos pro Al-Qaeda entrenando a sus militantes en Siria y una crisis humanitaria que se agrava con el tiempo, al administración Obama está buscando nuevas ideas para ponerle fin a la guerra civil que va a entrar en su cuarto año. Los funcionarios norteamericanos temen que la situación siria comience a afectar directamente a EE.UU. con la exportación de elementos capacitados que lleven adelante ataques terroristas a nivel mundial; pero las opciones examinadas, aun las opciones de mayor alcance –como ataques aéreos sobre los yihadistas- son vistas como poco probable por el momento. Los obstáculos que limitan las decisiones norteamericanas siguen presentes y amenazan, directa o indirectamente, la participación de EE.UU. en Siria.

Un alto funcionario del gobierno en Washington reconoció, en el fin de semana, que una parte importante del enfoque de EE.UU. sobre Siria se mantuvo tratando de convencer a Moscú para retire parte de su apoyo al régimen, "Siempre y cuando se mantengan aferrados al status quo, esto va a ser un problema muy difícil de resolver. Así que una gran parte de lo que hemos estado haciendo es tratar de trabajar presionando a los rusos para qué entiendan que el status quo no está sirviendo a sus intereses tampoco."

Oubai Shahbandar, un alto asesor de la oposición siria, señaló que solicitaron a Washington un programa amplio de entrenamiento que incluya instructores de las Fuerzas Especiales y una mejora cualitativa de la ayuda material de todo tipo -incluso letal- con el objetivo final de equiparar la lucha contra las fuerzas de Al-Assad y los grupos rebeldes pro Al-Qaeda. Un funcionario de la administración Obama de alto nivel que viaja con el Secretario de Estado, John Kerry, dijo en Túnez que EE.UU. se opone a la oferta saudita de suplir con misiles portátiles capaces de derribar aviones de combate a las fuerzas rebeldes en Siria. 

Una reunión secreta en Washington, la semana pasada, entre los jefes de Inteligencia de casi todos los países que intentan de derrocar al gobierno sirio abordó una amplia discusión acerca de cómo proporcionar una mejor ayuda con armas a los grupos rebeldes; los funcionarios de Arabia Saudita, Qatar, Turquía, Gran Bretaña, Francia, Emiratos Árabes Unidos y varios otros del grupo de 11 naciones conocido como los “Amigos de Siria” concluyeron que la vía diplomática se ha agotado a no ser que Al-Assad tenga reveses militares significativos. Un funcionario, que participó en las conversaciones en Washington, dijo que "El punto de vista de Rusia es que su hombre está ganando y puede que tengan razón. Así que volvemos a la pregunta que enfrentamos hace un año: ¿Cómo se cambia el equilibrio y se fuerza a los sirios a negociar?". 

La Casa Blanca está considerando opciones militares renovadas para Siria, según informes de medios de comunicación, así como otros enfoques diplomáticos o de Inteligencia para cambiar el estancamiento de las negociaciones. En octubre de 2013, la CIA fue aumentando gradualmente su programa de capacitación para los rebeldes que operan en la órbita de los grupos pro-occidentales, pero el programa desde entonces permaneció reducido y no ha tenido mayor incidencia en la oposición. 

Para EE.UU., la única manera de salir de una situación como la guerra civil siria, era ejecutando cabo una operación militar en la escala de la invasión de Irak en 2003 o una operación aérea de cobertura a las fuerzas aliadas en el terreno. Ambas opciones representarían, no sólo un problema operativo, sino que sería un desastre regional para EE.UU., Siria y sus vecinos, además de carecer de toda justificación legal; adicionalmente el uso de la fuerza implicaría una mayor tasa de bajas civiles, obligaría a Rusia e Irán a intensificar su ayuda militar a Damasco en respuesta y simplemente -subiendo la apuesta- dándole a los rebeldes más armas pesadas, para que intenten asegurar su poder sobre el terreno, sólo se prolongará indefinidamente la guerra civil.

Con una administración profundamente dividida sobre la estrategia de Siria, desde el inicio de las primeras protesta en los mercados de Damasco hace exactamente tres años, entre aquellos que aconsejaban más presión sobre Al-Assad y los funcionarios que apostaban a un derrocamiento rápido, resulta evidente que no hay un plan para Siria. La administración Obama ahora está siendo influenciada por los crecientes temores de que Siria se esté convirtiendo en un campo de entrenamiento para una nueva generación de terroristas y que puede llegar a ser un nuevo Afganistán.

El Secretario de Estado, John Kerry, ha sido uno de los "principales defensores" para que se reconsideren las opciones que van desde el uso de misiles para impedir que el gobierno sirio opere sus aviones hasta la formación y el equipamiento de los rebeldes que luchan para derrocar al gobierno. El Senador (R) John McCain, una de las voces principales en el Congreso de EE.UU. en el debate sobre Siria, ha pedido recientemente a la administración de Obama que intervenga militarmente contra el gobierno sirio; pero el presidente Obama quiere evitar una intervención militar de final dudoso y apuesta por la salida diplomática aunque tome tiempo.





lunes, 17 de febrero de 2014

Cambios en el Ejército Libre Sirio


EE.UU. acusó a Siria por la paralización de las negociaciones de paz en Ginebra III, mientras Rusia negó esto y dijo que las naciones que respaldan los rebeldes sirios fueron inclinandose a tratar de ponerle fin a la guerra civil en el campo de batalla, en lugar de la mesa de conversaciones. La segunda ronda de conversaciones se rompió el sábado, con mediador Lakhdar Brahimi lamentando la incapacidad de avanzar mucho más allá de un acuerdo sobre una agenda para una tercera ronda más adelante.

El Secretario de Estado de EE.UU., John Kerry, dijo que el gobierno del presidente Bashar Al-Assad estaba detrás del callejón sin salida, con la complicidad de Rusia y otros aliados de Damasco ya que "El régimen es evasivo. Ellos no hicieron nada excepto seguir lanzar bombas barril en su propio pueblo y continuarán destruyendo su propio país. Y lamento decir que lo están haciendo con un mayor apoyo de Irán, del Hezbollah y de Rusia". Desde Moscú, el Ministro de Relaciones Exteriores, Sergei Lavrov, señaló que "Tenemos pruebas de que ciertos patrocinadores de la oposición están empezando a crear una nueva estructura para atraer a los enemigos de Al-Assad que han abandonado al principal grupo opositor, la Coalición Nacional”; Lavrov criticó a EE.UU. por no haber garantizado la presencia de una delegación de la oposición ampliamente representativa en las conversaciones mientras que Rusia había hecho su parte para llevar al gobierno de Al-Assad a la mesa de diálogo.

El Ministro de Relaciones Exteriores de Siria, Walid Al-Muallem, acusó a EE.UU. de tratar de crear un "clima negativo" para el diálogo en la segunda ronda de conversaciones de paz. Brahimi explicó a los periodistas en Ginebra que la segunda ronda de conversaciones terminó el sábado cuando el gobierno sirio se negó a discutir la forma del gobierno de transición en vez de la forma para acabar con la violencia y la lucha contra el terrorismo, principal objetivo del gobierno sirio desde el inicio de las ruedas de negociación. Brahimi consultará con el Secretario General de ONU, Ban Ki -moon, el Secretario de Estado, John Kerry, y el Canciller, Sergey Lavrov, cuál será el camino a seguir luego de la finalización de las negociaciones.

Frustrados por el estancamiento de las conversaciones, Arabia Saudita ha ofrecido abastecer a los rebeldes con misiles antiaéreos chinos y antitanques de fabricación rusa, que ya están en Jordania y Turquía. Un diplomático árabe y varias figuras de la oposición con conocimiento de los esfuerzos sauditas sostienen que estos suministros son propensos a inclinar la balanza del campo de batalla ya que los rebeldes serán capaz de contener el poder aéreo del gobierno y la destrucción de vehículos blindados pesados; los líderes opositores dijeron que aún no saben la cantidad total de la ayuda militar que será enviada, pero se espera que las nuevas armas lleguen al sur desde Jordania y al Norte desde Turquía. 

EE.UU. se ha opuesto a que los rebeldes reciban misiles antiaéreos por temor a que pudieran caer en manos de los extremistas que finalmente los utilicen contra las líneas aéreas comerciales. Los saudíes han mantenido el suministro de ellos fuera de las opciones en el pasado, debido a la oposición EE.UU. que sigue invariable, pero si los misiles portátiles se suministran en las cantidades necesarias, los rebeldes podrían inclinar la balanza en la guerra en favor de la oposición. Sin embargo, EE.UU. ha intensificado el apoyo financiero, entregando alrededor de u$s 3 millones para pagar los salarios de los rebeldes del Frente Sur, dos reuniones sostenidas en Jordania a finales de 2013 y el pasado el 30 de enero.

La nueva ayuda se dirigirá directamente a los rebeldes más moderados y seculares del Ejército Libre de Siria (ELS), más cercano a EE.UU., y el plan coincide con la reorganización de las fuerzas rebeldes en el Sur, donde los 10.000 combatientes han formado el Frente Sur: el objetivo es romper el cerco oficial sobre los suburbios del sur de Damasco. El Frente Sur está liderado por Bashar Al-Zoubi, quien tiene línea directa con las agencias de Inteligencia occidentales y árabes en una sala de operaciones militares en Amman y también formó parte del grupo de comandantes rebeldes que se unió a la oposición política en Ginebra para la última ronda de conversaciones de paz. 

Otro cambio fundamental es el Brig. Gral. Abdul- Ilah Al-Bashir por el Gral. Salim Idris, quien fue criticado por muchos en la oposición por ineficaz y perdió la confianza de EE.UU. y sus aliados después que extremistas islámicos se apoderaron de un depósito de armas de los rebeldes del ELS. Esta nueva designación es un intento de reestructuración del movimiento rebelde que ha caído en el caos con luchas internas y la pérdida de poder frente a a las ofensivas oficiales y de otros grupos rebeldes. 

El Brig. Gral. Abdul- Ilah Al-Bashir, actual líder del Consejo Militar del ELS en Quneitra y Sur de Damasco, es una elección importante porque los líderes rebeldes sostienen que está trabajando desde Jordania, alentado por la CIA, Arabia Saudita y otros aliados occidentales. Al- Bashir es un comandante respetado e involucrado en la lucha del día a día, cuyo hijo Talal murió luchando en el bando rebelde el año pasado, y su nombramiento envía un mensaje en dos frentes: Al- Bashir es oriundo de una de las tribus más importantes de la región -la tribu Al-Nuaim- dándole influencia entre las áreas rurales conservadoras de Siria donde las conexiones tribales son importantes; y segundo, Al-Bashir desertó del ejército sirio a finales de 2011 y encabezó una serie de batallas exitosas apoderándose de varios pueblos y ciudades de la provincia de Quneitra. Demostró capacidad y que estaba dispuesto a sacrificar a sus propios hijos a la revolución siria.

El Frente Sur ha tenido un modesto éxito y ha capturado una serie de áreas controladas por el gobierno desde que lanzó su primera ofensiva a finales de enero. Pero una operación mayor que tenga por objetivo tomar la zona Sur de Damasco es un desafío más importante, la protección de la capital está a cargo de la 4ta. División, a cargo de Maher Al-Assad -hermano del presidente- y reforzada por elementos de Hezbollah. Por otra parte, en las recientes operaciones contra los rebeldes en las zonas al Sur de Damasco, el gobierno ha demostrado una inusual violencia, desalentando cualquier tipo de incursión rebelde contra la capital.

Idriss, cuyas relaciones con Arabia Saudita se habían deteriorado después que abrió canales de negociaciones con Qatar, fue reemplazado por Al-Bashir mientras el primero estaba en Riad. La rivalidad entre Arabia Saudita y Qatar, principales aliados de los opositores civiles y militares de Al-Assad, ha profundizado las pre-existentes divisiones dentro la oposición siria. Resta esperar para ver si Al-Bashir fue ungido líder del ELS como resultado de una opción militar o un castigo saudita para Idriss por dialogar con Qatar.



miércoles, 12 de febrero de 2014

El ISIS y los intereses de Al-Assad


Cuando Michel Kilo, miembro de la delegación de la Coalición Nacional de Siria en las negociaciones de Ginebra, dijo que la oposición estaba preparando su propio caso que implica al gobierno de Siria en colaboración con los grupos terroristas -incluyendo el Estado Islámico de Irak y Al-Sham (ISIS)- sonó extraño, más proveniente de un disidente que fue arrestado por primera vez en los ´80 durante la represión del gobierno contra la Hermandad Musulmana, siendo Kilo un miembro del Partido Comunista de Siria en ese momento. 

Kilo sostiene que "Hay fotos en las que se han encontrado varios emires de ISIS con el presidente sirio, Bashar Al-Assad (…) Las fotos fueron tomadas antes de convertirse en emires de ISIS, cuando eran todos funcionarios del Servicio Especial de Siria. Hay documentos enviados por el Servicio Especial al ISIS, diciéndoles a quienes capturar o secuestrar en Raqqa y Jarabalus, y serán publicados estos documentos. Y se verá cómo el régimen fabricó estos grupos extremistas que no existían en nuestro país a principios de la revolución”. Kilo sostuvo que desde la oposición le dijeron a Rusia y EE.UU. que una guerra prolongada en el tiempo beneficiaría a los islamistas y que los extremistas serían los dueños del país; para el disidente la negativa a suministrarle armamento al Ejército Libre de Siria (ELS) fue un error y ahora son los extremistas quienes más y mejores armas.

Miembros de la oposición siria están empezando a identificar un patrón: cada vez que el régimen está en problemas, los grupo pro Al-Qaeda comienzan una pelea, ya sea con el ELS o los kurdos, aliviando así la presión sobre las fuerzas de Al-Assad; recientemente los militantes del ISIS irrumpieron en Azaz -cerca de Aleppo- y expulsaron a ​​los combatientes del ELS que ocupaban el pueblo, hecho que se repitió en las zonas de Al-Raqqa, Idlib y Deir Al-Zur. Para explicar este patrón, desde la oposición siria dicen que esos grupos aliados de Al-Qaeda o bien han sido infiltradas por el régimen o han forjado estrechos lazos con sus servicios de Inteligencia. Con sus operaciones, estos grupos debilitan a los verdaderos adversarios del régimen, alienar a la población civil y a Occidente contra la revolución dándole al régimen de la oportunidad de afirmar que es una lucha contra los terroristas.

Una investigación llevada adelante por el periódico The Telegraph, que cita las agencias de Inteligencia occidentales, rebeldes y desertores Al-Qaeda, corrobora las afirmaciones sobre que Al-Assad creó una “profecía autocumplida” sobre la lucha contra el terrorismo para justificar sus acciones y garantizar su supervivencia. Según el informe, "El régimen está pagando al grupo afiliado con Al-Qaeda, Jabhat Al-Nusra, para que proteja los oleoductos y gasoductos bajo el control de Al-Nusra en el Norte y Este del país, y también está permitiendo el transporte de petróleo a las zonas en poder del régimen (…) También estamos empezando a ver la evidencia de las instalaciones de petróleo y gas bajo control del ISIS”.

Jabhat Al-Nusra y otros grupos extremistas islámicos, comenzaron a luchar por el control de la mayoría de los pozos de petróleo en la provincia de Deir Ezzor, desplazando a las tribus sunitas locales, a veces por la fuerza, y también tomaron el control de otras áreas en poder de los grupos kurdos más al Norte-Este, en Al-Hasakah. Este interés por los pozos coincide con la decisión de la UE -en abril de 2013- de levantar las sanciones sobre el petróleo sirio para ayudar a la oposición se ha acelerado una lucha por el control de los pozos y oleoductos en las áreas controladas por los rebeldes y ayudó a consolidar el dominio de los grupos yihadistas de los recursos clave del país. Varios ex presos yihadistas, detenidos al principio de la revolución y liberados recientemente, y que ahora lideran los grupos rebeldes son quienes están a cargo de los pozos y oleoductos sirios.

La relación entre Al-Assad y Al-Qaeda no es nueva. En los Registros de Sinjar (un registro de Al-Qaeda del personal capturado en Irak y desclasificado en 2007), surge que el régimen sirio facilitó el movimiento de combatientes extranjeros de Al-Qaeda a Irak, bajo la ocupación norteamericana; curiosamente, Al-Assad liberó a varios yihadistas presos como Abu Musab Al-Suri (Mustafa Setmarian Nasar), un ideólogo clave, detenido a principios de 2012. Pero, si bien la idea de una alianza ISIS-Al-Assad es plausible, no es prueba de que realmente exista una relación explícita: la ausencia de evidencia no es evidencia de ausencia, la falta de una prueba contundente que Al-Assad está colaborando directamente con ISIS se sostiene ya que el argumento de una connivencia tiene asidero por los obvios que los beneficios que el régimen sirio tiene por la presencia los yihadistas en Siria.

No hay duda de la existencia de militantes yihadista en Siria –por caso el ISIS, Jabhat Al-Nusra, batallones Muyahidines- y que son útiles para la retórica del gobierno sirio, de una rebelión respaldada desde el extranjero contra Siria. No solo se trata de grupos con vinculaciones regionales o internacionales, sino que también hay redes de grupos –por caso el Frente Islámico- que tienen una difusa conformación nacional-regional, donde la retórica sectaria anti alawita y chiita es muy fuerte y va en concordancia con las ideas de sus principales patrocinadores, como Qatar o Arabia Saudita.

La instalación de los grupos yihadistas en el terreno influyó en la oposición, que se ve forzada a aceptar la necesidad de la continuidad del presidente Al-Assad en el poder, como garantía de contención de los radicales islámicos, y obligada a trabajar para derrotar al ISIS y a todos los grupos afines. La conformación de una retórica sectaria, desde el principio de las revueltas, y las acciones posteriores de algunos grupos enrolados en el Frente Islámico fueron suficientes para dar credibilidad a la hipótesis de Al-Assad; además alejó la posibilidad de una intervención militar internacional para su derrocamiento, ya que en teoría eso ayudaría a los grupos pro Al-Qaeda enemigos de Occidente. Este contexto le da la oportunidad a Al-Assad de ganar tiempo mientras reafirma su control sobre todo el país, su objetivo desde el primer día. 

A nivel internacional hay culpas para repartir. Mientras que el ministro de Relaciones Exteriores turco, Ahmet Davutoglu, es libre de afirmar que el ISIS y el régimen de Al-Assad están en connivencia, ignora el papel de Turquía en la facilitación de la entrada de combatientes extranjeros a Siria, la mayoría de los cuales ya se congregaban en las filas del ISIS. Se hizo la vista gorda durante tanto tiempo porque no había duda que los yihadistas serían útiles contra los kurdos del YPG, pero Turquía ahora debe enfrentar las consecuencias de las luchas internas de los rebeldes.

También existe una responsabilidad interna, dentro de la oposición, que cometió el error estratégico de tolerar y aceptar a los yihadistas en sus filas por la capacidad y financiamiento que éstos aportaban a su llegada. Las internas rebeldes terminaron en enfrentamientos que debilitaron a los rebeldes nacionalistas y aseguraron un status para los yihadistas que no tenían al principio de la revolución; tanto los rebeldes como el gobierno deberán enfrentarlos en algún momento, ya que son estos elementos la principal amenaza para la estabilidad interna y regional.

Las conversaciones de paz, Ginebra III, están en un punto muerto ya que las partes no se ponen de acuerdo sobre el orden del día: el gobierno quiere se aborde la cuestión de combatir el terrorismo –como denomina el gobierno a los rebeldes- mientras que la oposición se niega a que entre en la agenda el terrorismo y en cambio desea que se discuta sobre el gobierno de transición y sin Al-Assad dentro del mismo. Son innegables los avances de las fuerzas oficiales en el terreno, pero no son tan contundentes para determinar el fin de la revolución siria; mientras el final siga abierto, hay muchas oposiciones que jugar en Siria, dentro y fuera del campo de batalla. Lo inquietante es que, mientras las conversaciones no van a ningún lado, la cifra de víctimas sigue marcando cifras records mes a mes.




martes, 11 de febrero de 2014

Negociar para no negociar


El mediador internacional, Lakhdar Brahimi, adelantó hoy después de una reunión cara a cara entre las partes que las conversaciones de paz entre el gobierno sirio y la oposición no están haciendo muchos progresos. En un intento por abordar las principales cuestiones que enfrentan las delegaciones rivales, Brahimi había propuesto que se discuta el fin a la violencia del martes y la formación de un órgano de gobierno de transición el miércoles; pero el vicecanciller sirio, Faisal Mekdad, dijo el martes fue un "día perdido" y el portavoz de la oposición, Louay Safi, dijo que “no se ha hecho ningún progreso."

Horas más tarde, ONU anunció que Brahimi se reuniría el viernes con la Subsecretaria de Estado para Asuntos Políticos de EE.UU., Wendy Sherman, y el Viceministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Gennady Gatilov, en lo que se considera un intento por inyectar algo de nuevo impulso al proceso de paz. Safi expresó su frustración de que los miembros de alto rango del equipo de gobierno -entre ellos el ministro de Exteriores, Walid Al-Moallem- se quedaron fuera de las conversaciones de ayer con Brahimi y puso en duda su compromiso con las negociaciones ya que "Hasta ahora no hemos visto ningún intento serio por parte del gobierno (…) Estamos aquí para encontrar una solución política y ellos no están cooperando."

Rusia está bloqueando los esfuerzos de Occidente, para presionar a través de una resolución del Consejo de Seguridad, que aumentaría la posibilidad de sanciones contra Siria si el gobierno no permite el acceso ilimitado para entregar ayuda humanitaria. El embajador ruso ante la ONU, Vitaly Churkin, se comprometió a vetar la medida propuesta en caso de necesidad –ya que no participó de la reunión del Consejo- y señaló que "Este texto no tendría ningún impacto positivo en la situación (…) En todo caso, se crearía la interrupción de las actividades humanitarias", además rechazó la resolución a la que calificó como “una medida política introducido para avivar las tensiones políticas en torno a Siria."

Rusia adelantó que espera que la conferencia de Ginebra III ponga fin a los suministros ilegales de armas a Siria y que también se debería ayudar a permitir la entrega de ayuda humanitaria a través de "alto el fuego locales", según las declaraciones del Ministro ruso de RREE, Sergei Lavrov. El funcionario ruso describió al proyecto de resolución impulsado desde por el Consejo como "lejos de la realidad" y acusó a fuerzas no especificadas de tratar de utilizar las cuestiones humanitarias como pretexto para una solución militar al conflicto sirio.

La oposición y el gobierno, una vez más, se acusaron mutuamente de la escalada de violencia que ha matado a cientos de personas en todo el país en los últimos días mientras las conversaciones de paz tienen lugar. Pero el punto más álgido fue cuando la delegación de la oposición siria advirtió que no volvería para una tercera ronda si no se avanza: "Si no hay ningún progreso en absoluto, creo que sería una pérdida de tiempo pensar en una tercera ronda", dijo Louay Safi. 

Rupert Colville, portavoz de la comisionada de la ONU para los DDHH, se mostró "profundamente preocupado" ya que detuvieron a niños y hombres al salir de la zona sitiada en la parte Antigua de Homs. Melissa Fleming, vocera del ACNUR, dijo que los detenidos estaban recluidos en una escuela abandonada y precisó que estaban monitoreando la situación. Más de 1.100 personas han salido de Homs desde que la tregua comenzó el viernes pasado.

Los compromisos adquiridos por el presidente sirio, Bashar Al-Assad, de destruir sus arsenales químicos y de participar en una mesa de negociaciones –aún bajo la clausula de un gobierno de transición- tienen como objetivo negociar para ganar tiempo y mantener a Occidente sin mayores pretextos para una intervención militar mientras sus fuerzas recuperan los bastiones rebeldes; el amplio abanico de grupos insurgentes, desde nacionalistas a yihadistas extranjeros, solo favorecen la estrategia de Al-Assad combatiendo entre sí por el dominio de un territorio que será disputado por el gobierno después.

Estas afirmaciones se corroboran en la realidad. Desde el 24 de enero de 2014, cuando comenzaron las rondas de Ginebra II, el gobierno ha avanzado en Aleppo y Homs desplegando una fuerza brutal sobre los bastiones rebeldes; por otro lado, los embarques de armas químicas continúan sin prisa pero sin pausa hacia el puerto de Latakia y los negociadores oficiales acordaron ceses al fuego locales para la evacuación de civiles. Sin embargo, el Observatorio Sirio para los DDHH en Siria ha documentado 2.454 muertes en lo que va de febrero, siendo el mes más sangriento de la guerra.

Al-Assad aún cree que puede recuperar el control de Siria, incluso después de todos estos años de enfrentamientos. Su razonamiento está justificado por la falta de voluntad de la comunidad internacional a participar luego que una acción militar propiciada por EE.UU., como respuesta a un posible ataque con armas químicas, fue desactivado por el acuerdo con la OPAQ; este acuerdo alejó la intervención y dejó a los aliados occidentales y árabes con pocas alternativas más allá de un proceso político de negociaciones que Al-Assad dilatará el mayor tiempo posible.






lunes, 10 de febrero de 2014

Empezó Ginebra III



La segunda ronda de conversaciones de paz, Ginebra III, tuvo un mal comienzo hoy con el mediador internacional, Lakhdar Brahimi, reunido con ambas partes pero por separado después que las violaciones a un alto el fuego en Homs y una ofensiva islamista retrasan sus esfuerzos. Antes de las conversaciones, Brahimi le pidió a los delegados a comprometerse primero a discutir cómo ponerle fin a la lucha y a la creación de un gobierno de transición; la oposición dijo que le había entregado Brahimi su visión de lo que es un gobierno de transición debe ser similar y presentó declaraciones de testigos que señalaban que el ejército sirio había disparado contra el convoy de ayuda Homs, mientras que el gobierno culpa a los rebeldes.

Los representantes del régimen sirio en las conversaciones culparon a los rebeldes extremistas por los ataques contra los convoyes de ayuda humanitaria, alegando que no querían que los civiles abandonasen sus hogares; el régimen sostiene que los rebeldes están utilizando a los civiles como escudos humanos, pero funcionarios de la ONU que entraron en la zona sitiada dijeron que no vieron ninguna evidencia para respaldar esa afirmación. Faisal Al-Meqdad, viceministro de Relaciones Exteriores de Siria, dijo que "el pueblo sirio no tomarán en serio las conversaciones mientras la violencia continúe”.

Hay poca evidencia sobre qué bando utilizó los bombardeos y francotiradores en Homs. Los vehículos habían llegado bajo una pausa humanitaria auspiciada por ONU destinada a permitir que las agencias de ayuda pudiesen entregar alimentos y medicinas a la parte vieja de la ciudad que está bloqueada desde hace dos años. Varios cientos de civiles fueron descritos por los trabajadores humanitarios como en delicado estado de salud y que los disparos mataron al menos a seis civiles y obligaron a los miembros del personal de la Agencia de ayuda suspender las evacuaciones y el acceso humanitario a más de 250.000 personas debido a las condiciones de inseguridad.

La oposición siria ha reforzado su delegación en Ginebra III, añadiendo por primera vez a representantes de las brigadas rebeldes que luchan en el suelo: el Frente Rebelde Sirio, dirigido por Jamal Maarouf, que ha estado activo en contra del grupo disidente de Al-Qaeda (Estado Islámico de Irak y Siria – ISIS) y a los rebeldes de la provincia sureña de Daraa, cuna de la revuelta siria. Desertores del aparato de seguridad de Al-Assad también están en el equipo, pero el Frente Islámico -la facción más poderosa- no está representado pero ha bajado el tono de sus críticas a las conversaciones en las últimas semanas.

La oficina de prensa del grupo rebelde Ahrar Al-Sham confirmó que sus combatientes han colaborado con otro grupo para matar a unos 50 combatientes progubernamentales que eran residentes de la aldea de Maan. Los grupos de combatientes extranjeros y algunos rebeldes sirios que han tomado ideologías de línea dura han desempeñado un papel cada vez más prominente entre las fuerzas anti Al-Assad y las operaciones como la ocurrida en Maan refuerzan los esfuerzos de la delegación del gobierno para transmitir su narrativa en Ginebra sobre que el levantamiento está dominado por los grupos pro Al-Qaeda y que ven alawitas –secta del presidente Al-Assad- como apóstatas que deberían ser asesinados.

Mientras que la oposición siria quiere que se empiece a negociar el establecimiento de un gobierno de transición, los delegados del gobierno quieren repasar punto por punto al comunicado de Ginebra de 2012 y específicamente empezando por el tema de la violencia. Es probable que los representantes de Al-Assad hagan uso de la posibilidad de denunciar a todos los representantes de la oposición como terroristas y ello agregue más temor sobre los yihadistas extranjeros. Si estuviera en sus manos, dificultarían la puesta en práctica de un gobierno de transición y discutirían el asunto en una fecha muy posterior, en un juego de espera para ver lo mucho que puede lograr en las negociaciones.

Rusia ha propuesto que sus funcionarios, los estadounidenses y de ONU se reúnan con las delegaciones del gobierno y la oposición para celebrar una sola reunión con ambas partes sirias o reuniones por separado con el gobierno y la oposición, según informó la agencia estatal de noticias RIA. En cualquier caso, está prevista una reunión tripartita para el próximo viernes en Ginebra.

Más de 600 civiles han sido evacuados de la parte antigua de Homs. El domingo fue el último día de la tregua acordada de tres días y el gobernador de Homs, Talal Al-Barazi, ha dicho que el alto el fuego podrá ser prorrogado por un período de tres días, para permitir que todas las personas que quieran dejar la ciudad puedan hacerlo; aun cuando los convoyes de la Media Luna Roja y ONU fueron atacados mientras evacuaban gente, subsiste la idea de repetir las operaciones en el corto plazo.

Homs es un campo de pruebas para la buena voluntad del gobierno sirio al permitir que las organizaciones de ayuda para ayudar a sus ciudadanos, pero el gobierno fracasó en garantizarle la seguridad a los convoyes humanitarios y todo queda como al principio. Las conversaciones de paz en Ginebra III podrían no dar resultados esperados y sean una repetición de lo sucedido hace días atrás, donde los insultos y declaraciones grandilocuentes contra la otra parte no arrojaron mayores soluciones.





viernes, 7 de febrero de 2014

Irán en Ginebra III


Una nueva ronda de la conferencia de paz, Ginebra III, comenzará el lunes, 10 de febrero. La novedad esta vez será que la delegación iraní tendrá un asiento en la mesa de negociaciones proporcionado por Washington. EE.UU. transmitió este giro abrupto a su prohibición la semana pasada a los representantes iraníes que asistieron “la conferencia paralela”, en Berna, mientras se desarrollaban las negociaciones de Ginebra II. En Moscú el martes, el canciller Sergei Lavrov le manifestó a Ahmad Al-Jarba -líder de la Coalición Nacional Siria de Oposición- que Irán debía participar en lo sucesivo de las conversaciones para que haya alguna posibilidad de avanzar hacia una resolución del conflicto.

Los delegados del presidente Al-Assad quieren centrarse en frenar al "terrorismo", el término que comúnmente se utiliza para describir a los rebeldes que luchan para poner fin a las cuatro décadas de gobierno de la familia Al-Assad. Por su parte, la oposición quiere centrarse en la formación de un gobierno de transición e insisten que no debe ncluir a Al-Assad ni a funcionarios relacionados con el régimen; la agencia de noticias oficial de Siria, SANA, citó vicecanciller Faisal diciendo que la delegación oficial asistiría a las conversaciones y exigirá una discusión "artículo por artículo" del Comunicado de Ginebra de 2012, documento acordado por ONU junto a EE.UU. y Rusia como base para las conversaciones.

SANA, informó que al menos 58 personas -la mayoría mujeres, niños y ancianos- habían partido de la sitiada ciudad vieja de Homs a media tarde. La televisión estatal de Siria mostró civiles frágiles que eran escoltados a un autobús por miembros de la Media Luna Roja Árabe Siria y vehículos de la Agencia de Refugiados ONU y el Programa Mundial de Alimentos; más tarde, ONU dijo que al menos 83 personas habían sido evacuadas y "llevadas a los lugares de su elección por funcionarios de ONU y de la Media Luna Roja”.

El Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia, dijo que su embajada en Damasco había ayudado a ONU a negociar un alto el fuego de tres días para la evacuación de Homs y que las mujeres, los niños, los hombres mayores de 55 y los heridos serían libres de irse; diplomáticos occidentales han dicho que creen que entre 500 y 700 civiles quieren ser evacuados y que al menos 80 están heridos. Funcionarios de ONU informaron por el jueves que se había llegado a un acuerdo para proporcionar algo de alivio humanitario en Homs, pro incluso con el acuerdo de seguir adelante el viernes, la oposición siria se mantuvo escéptica sobre las intenciones del gobierno hacia los rebeldes dentro de Homs una vez que los civiles se hayan ido.

A pesar de decenas de declaraciones conjuntas, EE.UU., Qatar, Arabia Saudita y Turquía siguen apoyando diferentes grupos rebeldes, una práctica que atomiza aún más una oposición siria ya fracturada; pero el mayor problema es que muchos de esos rebeldes yihadistas son entrenados en los combates sirios y vuelven a EE.UU., Europa y Asia Central con altos niveles de motivación y capacidad. El caso de Abu Suleiman Al-Britani, el primer británico en llevar a cabo un ataque suicida en Siria para Jabhat Al-Nusra durante un ataque a una prisión en Aleppo, es uno de muchos ejemplos que comenzarán a surgir con el paso de la guerra.

Ginebra III puede traer algunos cambios si Irán se involucra en las negociaciones. La República Islámica está preocupada porque levantamiento convertido en guerra civil se acerca rápidamente a su cuarto año, algo que está empezando a ser contraproducente para Teherán que debe preservar la influencia iraní en la región en medio de los desafíos provenientes de los grupos salafistas financiados por los sauditas. 

El permiso para admitir a Irán en Berna marcó otra importante concesión la administración de Obama a Teherán, y fuentes diplomáticas francesas anónimas dijeron la Coalición de Oposición tuvo reuniones secretas y detalladas con Rusia, EE.UU. e Irán mientras que las negociaciones estaban en curso en Ginebra II. El punto es que por primera vez, los delegados iraníes se sentaron alrededor de una mesa de conferencia internacional junto con las grandes potencias -con voz y voto- para tomar decisiones políticas y estratégicas en un conflicto crítico Medio Oriente. Las reuniones de Berna estaban destinadas a prevenir la disolución del ejército y de la policía de Siria, como ocurrió en Irak.

En este escenario, la administración Obama está obligada a actuar con el supuesto de un Bashar Al-Assad fuerte -según lo dicho por Director de Inteligencia, James Clapper- lo que en una visión realista significa asumir que el gobierno sirio está sólido en Damasco y que Teherán es un actor vital y fundamental para cualquier solución del conflicto sirio. Visión que se refuerza con la amenaza de los grupos yihadistas-salafistas de expandir sus operaciones hacia EE.UU., Europa e Israel.