martes, 18 de febrero de 2014

EE.UU. revisa sus opciones en Siria



Con las conversaciones de paz en punto muerto, el gobierno sirio avanzando contra los rebeldes, los grupos pro Al-Qaeda entrenando a sus militantes en Siria y una crisis humanitaria que se agrava con el tiempo, al administración Obama está buscando nuevas ideas para ponerle fin a la guerra civil que va a entrar en su cuarto año. Los funcionarios norteamericanos temen que la situación siria comience a afectar directamente a EE.UU. con la exportación de elementos capacitados que lleven adelante ataques terroristas a nivel mundial; pero las opciones examinadas, aun las opciones de mayor alcance –como ataques aéreos sobre los yihadistas- son vistas como poco probable por el momento. Los obstáculos que limitan las decisiones norteamericanas siguen presentes y amenazan, directa o indirectamente, la participación de EE.UU. en Siria.

Un alto funcionario del gobierno en Washington reconoció, en el fin de semana, que una parte importante del enfoque de EE.UU. sobre Siria se mantuvo tratando de convencer a Moscú para retire parte de su apoyo al régimen, "Siempre y cuando se mantengan aferrados al status quo, esto va a ser un problema muy difícil de resolver. Así que una gran parte de lo que hemos estado haciendo es tratar de trabajar presionando a los rusos para qué entiendan que el status quo no está sirviendo a sus intereses tampoco."

Oubai Shahbandar, un alto asesor de la oposición siria, señaló que solicitaron a Washington un programa amplio de entrenamiento que incluya instructores de las Fuerzas Especiales y una mejora cualitativa de la ayuda material de todo tipo -incluso letal- con el objetivo final de equiparar la lucha contra las fuerzas de Al-Assad y los grupos rebeldes pro Al-Qaeda. Un funcionario de la administración Obama de alto nivel que viaja con el Secretario de Estado, John Kerry, dijo en Túnez que EE.UU. se opone a la oferta saudita de suplir con misiles portátiles capaces de derribar aviones de combate a las fuerzas rebeldes en Siria. 

Una reunión secreta en Washington, la semana pasada, entre los jefes de Inteligencia de casi todos los países que intentan de derrocar al gobierno sirio abordó una amplia discusión acerca de cómo proporcionar una mejor ayuda con armas a los grupos rebeldes; los funcionarios de Arabia Saudita, Qatar, Turquía, Gran Bretaña, Francia, Emiratos Árabes Unidos y varios otros del grupo de 11 naciones conocido como los “Amigos de Siria” concluyeron que la vía diplomática se ha agotado a no ser que Al-Assad tenga reveses militares significativos. Un funcionario, que participó en las conversaciones en Washington, dijo que "El punto de vista de Rusia es que su hombre está ganando y puede que tengan razón. Así que volvemos a la pregunta que enfrentamos hace un año: ¿Cómo se cambia el equilibrio y se fuerza a los sirios a negociar?". 

La Casa Blanca está considerando opciones militares renovadas para Siria, según informes de medios de comunicación, así como otros enfoques diplomáticos o de Inteligencia para cambiar el estancamiento de las negociaciones. En octubre de 2013, la CIA fue aumentando gradualmente su programa de capacitación para los rebeldes que operan en la órbita de los grupos pro-occidentales, pero el programa desde entonces permaneció reducido y no ha tenido mayor incidencia en la oposición. 

Para EE.UU., la única manera de salir de una situación como la guerra civil siria, era ejecutando cabo una operación militar en la escala de la invasión de Irak en 2003 o una operación aérea de cobertura a las fuerzas aliadas en el terreno. Ambas opciones representarían, no sólo un problema operativo, sino que sería un desastre regional para EE.UU., Siria y sus vecinos, además de carecer de toda justificación legal; adicionalmente el uso de la fuerza implicaría una mayor tasa de bajas civiles, obligaría a Rusia e Irán a intensificar su ayuda militar a Damasco en respuesta y simplemente -subiendo la apuesta- dándole a los rebeldes más armas pesadas, para que intenten asegurar su poder sobre el terreno, sólo se prolongará indefinidamente la guerra civil.

Con una administración profundamente dividida sobre la estrategia de Siria, desde el inicio de las primeras protesta en los mercados de Damasco hace exactamente tres años, entre aquellos que aconsejaban más presión sobre Al-Assad y los funcionarios que apostaban a un derrocamiento rápido, resulta evidente que no hay un plan para Siria. La administración Obama ahora está siendo influenciada por los crecientes temores de que Siria se esté convirtiendo en un campo de entrenamiento para una nueva generación de terroristas y que puede llegar a ser un nuevo Afganistán.

El Secretario de Estado, John Kerry, ha sido uno de los "principales defensores" para que se reconsideren las opciones que van desde el uso de misiles para impedir que el gobierno sirio opere sus aviones hasta la formación y el equipamiento de los rebeldes que luchan para derrocar al gobierno. El Senador (R) John McCain, una de las voces principales en el Congreso de EE.UU. en el debate sobre Siria, ha pedido recientemente a la administración de Obama que intervenga militarmente contra el gobierno sirio; pero el presidente Obama quiere evitar una intervención militar de final dudoso y apuesta por la salida diplomática aunque tome tiempo.





1 comentario:

sergio elizondo dijo...

jajajajajajaja. Este Obama no ha aprendido nada. Dispararon dos misiles hacia Damasco y se los derribaron los rusos y hasta aqui termino todo por cuanto se mojaron en sus pantalones. Vamos ganando eso es obvio y por mas que armen a los roedores rebeldes tenemos Racumin de sobra para matarlos. Necios!. No ven que en el terreno no han obtenido nada.