miércoles, 12 de febrero de 2014

El ISIS y los intereses de Al-Assad


Cuando Michel Kilo, miembro de la delegación de la Coalición Nacional de Siria en las negociaciones de Ginebra, dijo que la oposición estaba preparando su propio caso que implica al gobierno de Siria en colaboración con los grupos terroristas -incluyendo el Estado Islámico de Irak y Al-Sham (ISIS)- sonó extraño, más proveniente de un disidente que fue arrestado por primera vez en los ´80 durante la represión del gobierno contra la Hermandad Musulmana, siendo Kilo un miembro del Partido Comunista de Siria en ese momento. 

Kilo sostiene que "Hay fotos en las que se han encontrado varios emires de ISIS con el presidente sirio, Bashar Al-Assad (…) Las fotos fueron tomadas antes de convertirse en emires de ISIS, cuando eran todos funcionarios del Servicio Especial de Siria. Hay documentos enviados por el Servicio Especial al ISIS, diciéndoles a quienes capturar o secuestrar en Raqqa y Jarabalus, y serán publicados estos documentos. Y se verá cómo el régimen fabricó estos grupos extremistas que no existían en nuestro país a principios de la revolución”. Kilo sostuvo que desde la oposición le dijeron a Rusia y EE.UU. que una guerra prolongada en el tiempo beneficiaría a los islamistas y que los extremistas serían los dueños del país; para el disidente la negativa a suministrarle armamento al Ejército Libre de Siria (ELS) fue un error y ahora son los extremistas quienes más y mejores armas.

Miembros de la oposición siria están empezando a identificar un patrón: cada vez que el régimen está en problemas, los grupo pro Al-Qaeda comienzan una pelea, ya sea con el ELS o los kurdos, aliviando así la presión sobre las fuerzas de Al-Assad; recientemente los militantes del ISIS irrumpieron en Azaz -cerca de Aleppo- y expulsaron a ​​los combatientes del ELS que ocupaban el pueblo, hecho que se repitió en las zonas de Al-Raqqa, Idlib y Deir Al-Zur. Para explicar este patrón, desde la oposición siria dicen que esos grupos aliados de Al-Qaeda o bien han sido infiltradas por el régimen o han forjado estrechos lazos con sus servicios de Inteligencia. Con sus operaciones, estos grupos debilitan a los verdaderos adversarios del régimen, alienar a la población civil y a Occidente contra la revolución dándole al régimen de la oportunidad de afirmar que es una lucha contra los terroristas.

Una investigación llevada adelante por el periódico The Telegraph, que cita las agencias de Inteligencia occidentales, rebeldes y desertores Al-Qaeda, corrobora las afirmaciones sobre que Al-Assad creó una “profecía autocumplida” sobre la lucha contra el terrorismo para justificar sus acciones y garantizar su supervivencia. Según el informe, "El régimen está pagando al grupo afiliado con Al-Qaeda, Jabhat Al-Nusra, para que proteja los oleoductos y gasoductos bajo el control de Al-Nusra en el Norte y Este del país, y también está permitiendo el transporte de petróleo a las zonas en poder del régimen (…) También estamos empezando a ver la evidencia de las instalaciones de petróleo y gas bajo control del ISIS”.

Jabhat Al-Nusra y otros grupos extremistas islámicos, comenzaron a luchar por el control de la mayoría de los pozos de petróleo en la provincia de Deir Ezzor, desplazando a las tribus sunitas locales, a veces por la fuerza, y también tomaron el control de otras áreas en poder de los grupos kurdos más al Norte-Este, en Al-Hasakah. Este interés por los pozos coincide con la decisión de la UE -en abril de 2013- de levantar las sanciones sobre el petróleo sirio para ayudar a la oposición se ha acelerado una lucha por el control de los pozos y oleoductos en las áreas controladas por los rebeldes y ayudó a consolidar el dominio de los grupos yihadistas de los recursos clave del país. Varios ex presos yihadistas, detenidos al principio de la revolución y liberados recientemente, y que ahora lideran los grupos rebeldes son quienes están a cargo de los pozos y oleoductos sirios.

La relación entre Al-Assad y Al-Qaeda no es nueva. En los Registros de Sinjar (un registro de Al-Qaeda del personal capturado en Irak y desclasificado en 2007), surge que el régimen sirio facilitó el movimiento de combatientes extranjeros de Al-Qaeda a Irak, bajo la ocupación norteamericana; curiosamente, Al-Assad liberó a varios yihadistas presos como Abu Musab Al-Suri (Mustafa Setmarian Nasar), un ideólogo clave, detenido a principios de 2012. Pero, si bien la idea de una alianza ISIS-Al-Assad es plausible, no es prueba de que realmente exista una relación explícita: la ausencia de evidencia no es evidencia de ausencia, la falta de una prueba contundente que Al-Assad está colaborando directamente con ISIS se sostiene ya que el argumento de una connivencia tiene asidero por los obvios que los beneficios que el régimen sirio tiene por la presencia los yihadistas en Siria.

No hay duda de la existencia de militantes yihadista en Siria –por caso el ISIS, Jabhat Al-Nusra, batallones Muyahidines- y que son útiles para la retórica del gobierno sirio, de una rebelión respaldada desde el extranjero contra Siria. No solo se trata de grupos con vinculaciones regionales o internacionales, sino que también hay redes de grupos –por caso el Frente Islámico- que tienen una difusa conformación nacional-regional, donde la retórica sectaria anti alawita y chiita es muy fuerte y va en concordancia con las ideas de sus principales patrocinadores, como Qatar o Arabia Saudita.

La instalación de los grupos yihadistas en el terreno influyó en la oposición, que se ve forzada a aceptar la necesidad de la continuidad del presidente Al-Assad en el poder, como garantía de contención de los radicales islámicos, y obligada a trabajar para derrotar al ISIS y a todos los grupos afines. La conformación de una retórica sectaria, desde el principio de las revueltas, y las acciones posteriores de algunos grupos enrolados en el Frente Islámico fueron suficientes para dar credibilidad a la hipótesis de Al-Assad; además alejó la posibilidad de una intervención militar internacional para su derrocamiento, ya que en teoría eso ayudaría a los grupos pro Al-Qaeda enemigos de Occidente. Este contexto le da la oportunidad a Al-Assad de ganar tiempo mientras reafirma su control sobre todo el país, su objetivo desde el primer día. 

A nivel internacional hay culpas para repartir. Mientras que el ministro de Relaciones Exteriores turco, Ahmet Davutoglu, es libre de afirmar que el ISIS y el régimen de Al-Assad están en connivencia, ignora el papel de Turquía en la facilitación de la entrada de combatientes extranjeros a Siria, la mayoría de los cuales ya se congregaban en las filas del ISIS. Se hizo la vista gorda durante tanto tiempo porque no había duda que los yihadistas serían útiles contra los kurdos del YPG, pero Turquía ahora debe enfrentar las consecuencias de las luchas internas de los rebeldes.

También existe una responsabilidad interna, dentro de la oposición, que cometió el error estratégico de tolerar y aceptar a los yihadistas en sus filas por la capacidad y financiamiento que éstos aportaban a su llegada. Las internas rebeldes terminaron en enfrentamientos que debilitaron a los rebeldes nacionalistas y aseguraron un status para los yihadistas que no tenían al principio de la revolución; tanto los rebeldes como el gobierno deberán enfrentarlos en algún momento, ya que son estos elementos la principal amenaza para la estabilidad interna y regional.

Las conversaciones de paz, Ginebra III, están en un punto muerto ya que las partes no se ponen de acuerdo sobre el orden del día: el gobierno quiere se aborde la cuestión de combatir el terrorismo –como denomina el gobierno a los rebeldes- mientras que la oposición se niega a que entre en la agenda el terrorismo y en cambio desea que se discuta sobre el gobierno de transición y sin Al-Assad dentro del mismo. Son innegables los avances de las fuerzas oficiales en el terreno, pero no son tan contundentes para determinar el fin de la revolución siria; mientras el final siga abierto, hay muchas oposiciones que jugar en Siria, dentro y fuera del campo de batalla. Lo inquietante es que, mientras las conversaciones no van a ningún lado, la cifra de víctimas sigue marcando cifras records mes a mes.




2 comentarios:

sergio elizondo dijo...

Que saco mas enorme de mentiras y desinformación. Demuestre con documentos señor Bazan que lo que usted afirma aqui es cierto. Quiero pruebas.

webmaster1507 dijo...

Por primera vez coincido con el señor Elizondo, las referencias que utiliza el señor Bazan son muy superficiales y se prestan a interpretaciones desde varios puntos de vista, a mi pareces el ISIS. simplemente puede estar vendiendo petroleo a todo aquel que le desee comprar, y no ven al regimen como el enemigo a batir, sino que por lo contrario compite directamente con los rebeldes por terrictorio y los recursos de este, despues de vencidos estos voltearan con direccion a Israel y si al assad esta en medio lo combatiran en su momento, pero no ahora y cuando este momento llegue el regimen los exterminara como les ha pasado en Irak