jueves, 15 de septiembre de 2011

Siria, 6 meses después


Seis meses después que la primera manifestación en la que brevemente unas 40 personas cantaron consignas políticas en el primer desafío al gobierno del Partido Ba’ath -luego de más de cuarenta años de hegemonía- donde los manifestantes marcharon por el mercado Hameediyeh -en el Viejo Damasco- antes de dispersarse por las calles laterales dificultando el accionar de la policía secreta siria, hoy nos encontramos con un escenario que ya registra unas 2.600 muertes, principalmente de civiles desarmados y donde los manifestantes han empezado a convocar la asistencia exterior frente a la imposibilidad de avanzar con las reformas políticas y a la dura represión del régimen sirio.

Cerca de 140 figuras, incluidos los opositores exiliados y 70 disidentes dentro de Siria, fueron elegidos como miembros del nuevo "Consejo Nacional de Siria", concluyendo una reunión de cuatro días en Estambul. La oposición siria anunció a los miembros del Consejo Nacional de Siria con la finalidad de proporcionar una alternativa al gobierno del presidente Bashar al-Assad, pero también para superar la falta de una entidad unificada de los diversos grupos políticos, religiosos y étnicos sirios con el que la comunidad internacional podrá interactuar.

Adip Shishakly, miembro de una prominente familia política siria, señaló que el próximo paso será el reconocimiento internacional, y el Consejo actuará de acuerdo con los deseos del pueblo sirio; aunque no se descarta una intervención militar extranjera -a medida que los manifestantes exigen protección internacional- Basma Kadmani, exiliado sirio en Francia, dijo que el enfoque por el momento estaba orientado en la intensificación de la presión diplomática y económica sobre Al-Assad

En el frente diplomático, Estados Unidos, impulsará la próxima semana una resolución del Consejo de Seguridad de ONU dirigida contra Siria, mientras que Rusia sigue resistiéndose a la presión occidental para una aprobar una resolución enérgica; Victoria Nuland, la portavoz del Departamento de Estado, señaló que se estaba buscando acelerar el trabajo la próxima semana que podría incluir sanciones.

Los Estados Unidos y la Unión Europea han impuesto una serie de sanciones económicas que incluyen la prohibición de las importaciones de crudo sirio y ahora se analiza la posibilidad de ampliar las prohibiciones a las inversiones y plantas europeas de extracción del crudo sirio.

El presidente Al-Assad todavía tiene amigos extranjeros utilidad; Rusia, China, India y Brasil continúan oponiéndose a una resolución del Consejo de Seguridad y las sanciones impuestas por la ONU. Rusia suministra armas y está construyendo su base naval en la costa de Siria; China y la India pueden comprar petróleo para compensar el déficit de las exportaciones prohibidas por la Unión Europea. Por otro lado, no es viable en este contexto el Consejo de Seguridad imponga una zona de exclusión aérea sobre Siria como lo hizo en marzo sobre Libia –una movida que favoreció a los rebeldes- y depuso al régimen de Kadafi.

El Primer Ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, lanzó un duro ataque contra Siria, diciendo que Al-Assad podría perder el poder sobre la sangrienta represión; al tiempo que señaló que no hay una tensión significativa entre Turquía e Irán pero Turquía ha advertido a Teherán sobre Siria en varias ocasiones, argumentado que Irán estaba protegiendo a Al-Assad. Erdogan dijo que habló por teléfono con Mahmud Ahmadineyad y que enviará a Fidan Hakan, subsecretario de la Organización Nacional de Inteligencia turca para dialogar con los iraníes.

Mahmoud Ahmadinejad, dijo que Irán está dispuesto a acoger una reunión de las naciones islámicas para ayudar a resolver la crisis política en Siria. Ahmadinejad señaló que el pueblo y el gobierno de Siria son musulmanes y las naciones islámicas deben involucrarse para una comprensión colectiva para ayudar a resolver el problema y ayudar a la implementación de reformas.

Teherán apoyará a Al-Assad hasta el último día, pero es cada vez hay más preocupación acerca del aumento de su debilidad y la habilidad para sobrevivir, un colapso del régimen sirio privaría a Teherán de un aliado vital y asestaría un importante golpe a sus ambiciones de ampliar su influencia en la región en un momento de cambios históricos. El levantamiento sirio está estado dominado por los sunitas - población mayoritaria en Siria- en contra de la minoría gobernante alawita; si el movimiento de protesta finalmente prevalece es poco probable que emerja un gobierno aliado a Irán por ello es que algunos informes sugieren que un funcionario iraní recientemente se reunió con activistas de la oposición siria, en lo que podría ser un intento de impulsar un diálogo entre la oposición y Damasco.

Dentro de los Estados árabes con intereses, por detentar una mayoría sunita, se destaca el Consejo de Cooperación del Golfo (CCG) que ha pedido "el cese inmediato de la máquina de matar" en Siria, y reiteró su demanda de reformas del gobierno. Poniendo fin a una reunión en Jeddah, Arabia Saudita, los seis ministros de Exteriores de los Estados del Golfo emitieron un comunicado llamando a poner fin a la represión de los manifestantes contra el gobierno e instando a "la aplicación inmediata de reformas serias que cumplen con las aspiraciones de los sirios"; esta medida se suma al pedido del mes pasado a las autoridades sirias para recurrir a la sabiduría y detener el derramamiento de sangre.

Grupos árabes e internacionales de DDHH, pidieron a la Liga Árabe la suspensión de la membrecía de Siria, debido a la violenta represión de la oposición. La declaración de 176 grupos, entre ellas Human Rights, señala que la Liga Árabe debe apoyar al Consejo de Seguridad, la prohibición de viajar y la congelación de activos, así como hacer cumplir el embargo de armas. En la reunión de la Liga Árabe en El Cairo, los ministros de Relaciones Exteriores pidieron el martes a un "cambio inmediato" en Siria y el fin de la violencia; Elaraby dijo a los periodistas que se había discutido en la Liga Árabe una misión de investigación en Siria durante su reunión con Al-Assad la semana pasada.

Sin lugar a dudas, el presidente Al-Assad no dispone del espacio para maniobrar políticamente dentro del escenario sirio como lo tenía hace seis meses; un aumento de las demandas de la oposición ha impulsado a los manifestantes a salir a las calles -en general- con determinación no violenta pero no dudará en tomar las armas en cuanto la marcada asimetría actual se revierta, de hecho un flujo crecientes de armamento está siendo contrabandeado a través de las porosas fronteras sirias.

Resta esperar para ver si el creciente malestar social podría convertirse en un conflicto civil, superando la dimensión de manifestaciones, donde los países regionales y los gobiernos centrales tendrán la posibilidad de inclinar la balanza para u otro lado de acuerdo al sector que apoyen.

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