lunes, 21 de noviembre de 2011

Al-Assad: Siria seguirá resistiendo




El Consejo Nacional de Siria (CNS), el mayor grupo de la oposición, presentó un plan de transición que puede durar hasta 18 meses si el presidente Bashar Al-Assad es derrocado; los 260 miembros del Consejo, formado en Estambul en septiembre pasado, planean llevar un gobierno interino con la ayuda de los militares para garantizar la seguridad del país y su unidad una vez que el régimen caiga.

A pesar de los informes de deserciones de reclutas del ejército sirio, se conserva la estructura de lealtad de la mayoría de oficiales y funcionarios del gobierno y por ello difícilmente se ceda a la presión internacional mientras el régimen pueda detener las ofensivas de lo que él describe como "terroristas armados". Aunque el Consejo dijo que una transición a la democracia, después de 41 años de gobierno de la familia Al-Assad, requiere derrocar al régimen con todos sus símbolos y que será seguido por la reconciliación nacional; la transición no será fácil.

El plan propuesto por el CNS señala la posibilidad que un gobierno interino organice una votación supervisada internacionalmente -dentro de un año- para elegir a una "asamblea fundacional", que redactará una nueva constitución y que se someterá a referéndum. Las elecciones parlamentarias se organizarán en seis meses pero el dato curioso del plan es que el CNS desea preservar al Ejército “ya que pertenece a la gente a pesar de que fue violado por el régimen represivo", pero en el programa no se menciona al Ejército Libre Sirio (ELS).

La diplomacia de las armadas está en plena marcha en el Mediterráneo y el Golfo Pérsico; Washington está subrayando la opción militar contra el programa nuclear de Irán, mientras que Moscú está demostrando su compromiso de prevenir la OTAN sobre un a Siria después de lo ocurrido en Libia.

Fuentes militares señalan que las posiciones comenzaron a fortalecerse desde el 12 de noviembre, cuando dos naves americanas -USS George W. Bush y el USS Stennis- navegaban por el estrecho de Ormuz y tomaron posición frente a la costa iraní. Ese mismo día, una misteriosa explosión en la base de la Guardia Revolucionaria cerca de Teherán acabó con toda la dirección del programa de misiles balísticos de Irán.

Por otra parte el 17 de noviembre, la agencia de noticias siria (SANA) informó que tres buques de la marina rusa en el Mediterráneo se dirigían hacia Siria; hoy fuentes de la presidencia en Damasco, anunciaron que tres buques de guerra habían entrado en aguas territoriales sirias fuera del puerto de Tartus. Esas naves no han anclado en el puerto sirio y ello indica que su misión no era sólo para mostrar la bandera, sino que se encontrarían de servicio operativo, a lo largo de sus costas para resistir cualquier intervención extranjera en los disturbios internos sirios.

Fuentes árabes dijeron que al menos de las naves rusas están equipados para la recolección de Inteligencia y guerra electrónica. Como los buques de guerra rusos entraron en aguas territoriales sirias, Peter McKay, -Ministro de Defensa canadiense- anunció que a la luz de la crisis de Siria la Marina Real de Canadá podría mantenerse en el Mediterráneo hasta finales de 2012 con algunos de los buques -HMCS Vancouver y HMCS Charlottetown- que han participado en la campaña de Libia. El ministro de Defensa de Canadá fue el primer funcionario occidental en admitir la posibilidad de una intervención militar occidental en Siria.

Sin embargo Sergei Lavrov, Ministro de Relaciones Exteriores ruso, indicó que la situación en torno a Siria está desestabilizando a otros países árabes ya que la actitud de Occidente hacia Damasco provoca nuevas protestas contra el gobierno de Egipto, Bahrein y Kuwait. Moscú sigue firme en su posición que destino del país debe ser decidido por su pueblo; sin embargo, luego de la reunión de Lavrov con miembros de la oposición siria quedó la sensación que no tiene un programa constructivo a excepción de la renuncia del presidente Al-Assad, por lo que todo indicaría que lo primero sería deshacerse del actual gobierno y luego oír a las partes dentro de Siria sobre sus intereses actuales y contradictorios.

En una entrevista exclusiva con The Sunday Times, el presidente Bashar Al-Assad acusó a los líderes árabes de crear un pretexto para la intervención occidental en su país y adelantó que "el conflicto continuará y la presión para subyugar a Siria seguirá también, sin embargo, Siria no se inclinará y seguirá resistiendo la presión". Al-Assad describió a la decisión de la Liga Árabe de suspender a Siria como "irrelevante" y dijo que si bien las sanciones económicas haría daño al país, se habían encontrado formas de reducir su impacto.

No obstante lo delicado de la situación, Al-Assad sostuvo que tiene la intención de celebrar elecciones en febrero o marzo; habrá un nuevo parlamento, un nuevo gobierno y una nueva constitución que se establecerá como base para elegir a un presidente.

Las declaraciones del presidente Al-Assad al Sunday Times revelan que el pensamiento del régimen sirio no ha variado, sustancialmente, desde antes del inicio de la Primavera Árabe. Un programa de reformas inviables, las acusaciones de operaciones montadas desde el exterior y la justificación de la represión sobre “grupos terroristas” siguen dentro de la agenda y todo parece indicar que Al-Assad está dispuesto a cruzar cuanto límite le sea impuesto en aras de salvaguardar la supervivencia del régimen sirio y que difícilmente será removido de su cargo de manera pacífica.

1 comentario:

jose luis regojo dijo...

Te presento el caso de Hanadi, periodista y activista de los derechos de las mujeres en Siria. Miembro de los comités organizadores de las protestas contra el régimen de Assad. Por estas razones está detenida desde el 4 de agosto.
http://joseluisregojo.blogspot.com/2011/11/hanadi-zahlout-presa-en-siria.html