viernes, 18 de noviembre de 2011

Siria aceptaría los observadores de la Liga Árabe


Siria ha aceptado "en principio" permitir que una misión de observadores ingrese al país, según lo indicó un funcionario de alto rango en Damasco, en momentos que las protestas contra el gobierno han entrado en su máxima violencia y Francia pidió que el Consejo de Seguridad de la ONU que actúe contra el presidente Bashar Al-Assad.

El canciller francés Alain Juppé, en una conferencia de prensa conjunta su par turco, Ahmet Davutoglu en Ankara, señaló que una guerra civil sería una verdadera catástrofe e hicieron un llamado a la oposición siria para evitar el recurso a la insurrección armada. Al-Assad enfrenta a una creciente presión doméstica e internacional en momentos que la situación parece estar fuera de control tras los ataques del Ejército Libre Sirio (ELS) y el aumento de las deserciones.

El canciller ruso, Sergey Lavrov, se reunió en Moscú con Catherine Ashton, Alto Representante para la Política Exterior y de Seguridad de la Unión Europea, donde se trataron los graves problemas en relación con Irán y Siria. Según Lavrov "los jugadores de fuera" están ayudando a alimentar la violencia en Siria; Moscú sostiene que actores desde el exterior fuera están tratando de escalar la confrontación en Siria, probablemente porque quieren dramatizar la situación en los medios de comunicación y así recibir nuevos argumentos para justificar alguna injerencia en los asuntos de Siria", dijo Lavrov.

Lavrov advirtió que una guerra civil en Siria es cada vez más probable ya que los opositores sirios están recibiendo armas de varios grupos del Medio Oriente; el canciller ruso afirmó que los grupos armados sirios tienen con agendas muy diferentes a las reformas y democracia al tiempo que están empezando a desempeñar un papel más importante en estos eventos -junto con los manifestantes pacíficos- cuyas aspiraciones y demandas entienden y apoyan. Lavrov se refirió al ataque perpetrado por el Ejército Libre de Siria Libre y señaló que esos actos violentos deben ser condenados y llamó a la Liga Árabe para supervisar el proceso.

Rusia no quiere que la situación en Siria se repita de igual manera que el escenario libio. Rusia tampoco ignora que la situación en Yemen no es menos peligrosa que en Siria, pero en el caso de Yemen todas las partes tratan de ayudar a lograr una solución pacífica algo que no sucede en Siria.

Rusia ha renovado el llamado a todas las partes para detener la violencia, haciendo hincapié en la necesidad de una reunión con los representantes de estos partidos en la sede de la Liga Árabe para resolver la crisis; pero desde el punto de vista de Lavrov esta iniciativa no tendría sentido si la oposición insiste -respaldada por potencias extranjeras- en la renuncia del presidente Bashar Al-Assad renuncia como condición para iniciar el diálogo, algo que ya ha solicitado Catherine Ashton en nombre de la UE.

Mohammad Riad Shakfa, líder exiliado de la Hermandad Musulmana de Siria, dijo el jueves que sus compatriotas aceptaran una "intervención" turca en el país para resolver los disturbios. El diario progubernamental Sabah informó que los opositores Consejo Nacional de Siria (CNS) y la Hermandad Musulmana, habían pedido a Turquía la creación de una zona de exclusión aérea en el lado sirio de la frontera común para proteger a los civiles sirios.

Mohamed Faruk Tayfur, líder político de la Hermandad Musulmana y miembro del CNS, se negó a comentar sobre el pedido, pero dijo que las discusiones se llevaron a cabo "todos los medios posibles", con varios gobiernos para poner fin a la violencia y agregó que el gobierno y el CNS discutieron la manera de aumentar la presión política sobre Al-Assad y la posibilidad de un embargo económico en contra de Siria, de manera que no afectase a las personas.

El régimen sirio desde el comienzo de las manifestaciones ha acusado a grupos armados de promover los disturbios y justificó su represión en dicho accionar cuando en realidad esos grupos no existían sino que eran los propios servicios de seguridad que actuaban bajo esa cubierta para reprimir a los disidentes. El hecho que el régimen sirio haya utilizado ese argumento de manera reiterada y falseado, hoy resulta poco creíble justificar la represión debido al surgimiento de grupos armados opositores cuando ahora existen realmente.

De igual manera, cuando el régimen sirio alentó el fantasma de la guerra civil para disuadir a la sociedad siria de manifestarse en las calles fue un sobredimensionamiento intencionado; hoy esa realidad es una posibilidad concreta con el agravante que ya no sería una guerra civil entre leales y opositores sino que podría incluir elementos religiosos (sunitas contra chiitas y alawitas).

En el actual contexto, luego de ocho meses de revueltas, el presidente Al-Assad se encuentra enredado en sus propias acusaciones e intrigas y es por ello que -tal vez- es necesaria una instancia de diálogo antes que sea demasiado tarde. Si bien la lógica del régimen sirio era de no negociar nada que pusiese en riesgo su propia existencia, cada vez quedan menos elementos para negociar y se llegará al punto en el que se negociará la salida pacífica o violenta del régimen mismo como sucedió en Egipto o Libia.

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