miércoles, 16 de noviembre de 2011

La Liga Árabe trató las sanciones a Siria


Los Ministros de Relaciones Exteriores de la Liga Árabe se preparan a formalizar su decisión de suspender a Siria de la organización, por negarse a ponerle fin a su violenta represión contra los manifestantes y opositores al régimen sirio. La suspensión -una medida sorprendentemente dura para un miembro como Siria- entró en vigor hoy y aunque la Liga Árabe le ha dado tres días al regimen sirio para ponerle fin a la violenat represión; aunque la conducta siria hace ver a la cuestión como un procedimiento formal y todo indicaría que la decisión será irrevocable debido a las acciones posteriores del presidente Al-Assad.

La decisión de sostener la medida acordada por 18 miembros de 22, se fundamenta en la continuidad de la violencia en el terreno, a pesar del acuerdo alcanzado el 2 de noviembre entre los funcionarios sirios y los ministros árabes para ponerle fin a los ataques contra los manifestantes, la violencia continúo aunque el gobierno haya ensayado una suerte de apertura con la liberación de prisioneros políticos y permitiendo a los periodistas el ingreso al país.

La violencia está comenzando a utilizarse por sectores contrarios al régimen sirio. Desertores del Ejército sirio atacaron un complejo de Inteligencia en las afueras de Damasco, en un asalto de alto perfil que muestra lo cerca que el levantamiento popular está de caer en un conflicto armado. Horas después que la suspensión de la Liga Árabe entró en vigor, partidarios de Al-Assad lanzaron piedras contra la embajada de los Emiratos Árabes Unidos y sus escribieron graffitis en contra de éstos; la embajada se encuentra en uno de los barrios más seguros de la capital, cerca de la casa del presidente Al-Assad y oficinas gubernamentales.

Francia retiró a su embajador de Siria después de esta nueva escalada de violencia en el país y está trabajando con la Liga Árabe en un nuevo proyecto de resolución para presentar ante Naciones Unidas en contra de Damasco, según lo anunció el ministro de Relaciones Exteriores Alain Juppé. La violencia en el terreno –una multitud leal al régimen sirio atacó a los consulados honorarios de Francia- motivó que Paris cierre las misiones consulares de Aleppo y Latakia y el retiro del nuestro embajador en Damasco.

Juppé, señaló que a pesar del fracaso de los esfuerzos iniciales del mes pasado para aprobar una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU, París estaba trabajando con la Liga Árabe en una nueva medida conjunta. "La soga se aprieta alrededor de este régimen totalmente autista que sigue llevando a cabo una sangrienta represión”, dijo Juppé.

Mientras la violencia continúa, miembros de una parte de la oposición siria está en medio de conversaciones con los diplomáticos rusos donde le han manifestado que están en contra de cualquier intervención militar extranjera como solución a los conflictos del país árabe. La delegación opositora, llegó a Moscú por invitación de las autoridades rusas, la visita incluye reuniones en el Ministerio de Asuntos Exteriores ruso y el Consejo de la Federación con el objetivo de sentar las bases para una conclusión pacífica de las manifestaciones sociales.

Antes de las conversaciones con la delegación siria, Sergey Lavrov -Ministro de Exteriores ruso- dijo que Moscú quiere que Siria no tenga la misma suerte que Libia, donde se estima que unas 30.000 personas murieron durante las operaciones coordinadas con las fuerzas opositoras. Una decisión similar de la Liga Árabe, la suspensión de Libia, a principios de este año abrió el camino para los ataques de la OTAN, algo que Rusia señaló como una medida imprudente que ponía en peligro las vidas de civiles, mientras que al mismo tiempo, se tomó partido por la oposición libia.

La decisión de la Liga Árabe de suspender la membrecía de Siria ha motivado a los manifestantes en contra del régimen yemenita a solicitar la misma medida contra el presidente Ali Abdullah Saleh; en una manifestación masiva en la capital Sanaa, cientos de personas marcharon desde la Plaza del Cambio - epicentro de las manifestaciones contra el gobierno- a Al-Hasaba en el norte de la capital.

Las fuerzas de seguridad yemeníes hicieron disparos de advertencia al aire cuando los manifestantes pasaron por una casa propiedad de Saleh, aunque no se reportaron víctimas. Cabe destacar que 18 de los 22 miembros de la Liga Árabe votaron la suspensión de Siria, mientras que Líbano, Siria y Yemen votaron en contra, e Irak se abstuvo de votar.

En el contexto regional, las sanciones contra Damasco han tenido un fuerte impacto en las relaciones entre Turquía y Siria, que se están deteriorando profunda y rápidamente; los ataques contra la embajada turca en Damasco y consulados turcos en todo el país han obligado a Ankara para advertir a las familias de los diplomáticos sobre las condiciones de seguridad y a emitir una advertencia de viaje para sus ciudadanos sobre visitar Siria en los próximos meses. La decisión de la Liga Árabe de darle a Bashar Al-Assad y al régimen Baa’th una última advertencia para detener los ataques contra civiles y negociar con la oposición ha causado un profundo malestar en Damasco.

Independientemente de las razones detrás de la decisión de la Ligas Árabe, la medida fue bien recibida por Turquía que ha buscado un aumento en la presión política y económica sobre Siria; pero difícilmente esto signifique abrir la puerta a la posibilidad de una intervención militar. Ankara ha fijado el límite de la presión en la acción militar –visión compartida por varios países árabes- y por ello la amenaza del uso de la fuerza está fuera de discusión.


Mientras tanto, la decisión de la Liga Árabe probablemente obligará a Rusia y China a adoptar una postura diferente a Siria también, ya que si la posibilidad de la intervención militar está fuera de la ecuación se deberán comprometer con el Consejo de Seguridad para trabajar en una resolución que frene la violencia en el Siria, aun a riesgo de comprometer sus intereses particulares, mismos que de otra manera se verían más afectados como sucedió luego de la intervención de la OTAN en Libia.

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