lunes, 8 de septiembre de 2014

El ISIS en su momento


Desde finales de 2013, ha quedado claro que el Estado Islámico de Irak y Al-Sham (ISIS) con su instauración del califato, ha desafiado la posición dominante de finales de los ´90 de Al-Qaeda como el principal frente ideológico-militar liderado por el saudí Osama bin Laden. El rasgo distintivo de Al-Qaeda era que su estructura se fortalecía de una red de grupos regionales independientes que compartían intereses e ideología, pero que muchos otros solo lo hacía para recibir los recursos de Al-Qaeda. El ISIS supone un golpe de estado dentro de las filas yihadistas.

Cuando el líder de Al-Qaeda, Aiman Zawahiri, desautorizó al ISIS a principios de 2014 después de tomar una cantidad considerable de territorio en Irak durante junio, el ISIS cambió su nombre por el Estado Islámico y declaró un "califato" bajo el liderazgo de Abu Bakr Al-Baghdadi, ahora como califa Ibrahim. Aunque los golpes más grandes podrían llegar en el futuro: el grupo afgano Hezb-e-Islami podría unirse al Estado Islámico; el grupo yihadista egipcio Ansar Bayt Al-Maqdis tiene fuertes vínculos con el Estado islámico, aunque no se ha comprometido formalmente al califato; otro dato inquietante es que tiene partidarios en Gaza, incluyendo una brigada armada y agentes clave de la tecnología que apoyan la presencia en línea del grupo y parecen responder directamente a la cadena de la organización de mando; Ansar Al-Sharia es una facción libia que adhiere al Estado Islámico.

Una de las áreas más fuertes de apoyo al Estado Islámico se encuentra en las comunidades radicales de habla Inglesa. Dos de los más importantes organizaciones radicales musulmanas de habla inglesa se han alineado con el Estado Islámico, incluyendo a “Auténtico Tawhid” -liderado por el jamaiquino Abdullah Faisal- y la red Al-Muhajiroun -liderado por el clérigo británico Anjem Choudary- pero el Estado Islámico aún no ha conseguido marcar un triunfo absoluto sobre la red principal de Al-Qaeda, filiales oficiales y de los eruditos yihadistas. El silencio público de Zawahiri ha hecho poco para contrarrestar la percepción de que el núcleo de Al-Qaeda ha sido debilitado y puesto fuera de balance por los avances militares del Estado islámico y sus exigencias religiosas.

Los gestos se hicieron especialmente importantes para los medios de comunicación. Cada avance de la tecnología de medios ha hecho que sea más fácil llegar a audiencias masivas e Internet ha cambiado las reglas del juego con la democratización del proceso de creación de imágenes. Cuando los yihadistas del ISIS sostienen un solo dedo índice en la mano derecha, que están aludiendo al Tawhid -primera mitad de la Shahada, 1 de los 5 pilares del Islam- y un componente de oraciones diarias: "No hay más Dios que Allah, y Mahoma es el mensajero de Allah" Pero para el ISIS, el símbolo es más que una simple declaración de creencias monoteístas: envían un mensaje fácil de entender de sus objetivos de supremacía teológica y hegemonía militar a sus potenciales reclutas en Occidente

La comunidad internacional se pregunta acerca del éxito del ISIS en sus avances regionales. Parte de sus logros se deben a sus enemigos regionales: Nouri Al-Maliki en Irak y Bashar Al-Assad en Siria, utilizaron todos los medios posibles e inimaginables para luchar una "guerra contra el terror", cuando lo que consiguieron fue una oposición radicalizada. Luego están los socios de Irak y Siria: EE.UU. y Rusia, respectivamente, han convalidado estas prácticas y junto a Irán que ha llevado adelante su política exterior en el mundo árabe centralizada en el apoyo a las milicias chiitas, polarizando sectariamente a las sociedades locales. Dentro de las ayudas indirectas, los Estados del Golfo financiaron clandestinamente la red de yihadistas, a la que luego Turquía le permitió el libre paso por sus fronteras con total impunidad.

Parte del éxito propio del ISIS se debe a su estrategia de consolidación. Su objetivo no es conquistar el mundo, a pesar de su propaganda, sino que se arraigar firmemente en el territorio que ocupa. Esto inclina a un mayor pragmatismo de lo que generalmente se reconoce: los occidentales rehenes son valen por su rescate, los pozos de petróleo les dan autonomía financiera y están dispuestos a atacar las débiles tribus sunitas pero tienen poco apetito para enfrentar adversarios más duros graves: en su mayoría rechazan la lucha contra el Ejército sirio, se alejan de las milicias chiitas iraquíes y solo cuando es necesario han atacado a las fuerzas Peshmerga kurda. 

El presidente Obama, anunció una estrategia más firme contra el Estado islámico y los yihadistas extranjeros en la cumbre de la OTAN de la última semana, incluyendo una alianza fundamental de los Estados en la región con un mayor apoyo para el Ejército iraquí y las fuerzas sirias de la oposición moderadas. La clave de esta estrategia será Turquía, que se ocupa de nuevo de la presión de los aliados de EE.UU. y de la OTAN para acabar con los combatientes extranjeros y las líneas de suministro a los grupos yihadistas; pero las fuerzas del gobierno sirio, por su parte, están al borde de sellado de Damasco a través de los asentamientos en poder de los rebeldes como en Barzeh, Al-Qadam y los barrios de Al-Asali y a través de operaciones militares como en Al-Maliha y Jobar”. 

Es un error dejar a Siria fuera de la ecuación de protección anti ISIS y esperar que las fuerzas de Al-Assad lleven solas el peso del enfrentamiento en suelo sirio. Aliados de Al-Assad comienzan a entender que el gobierno sirio no puede derrotar al grupo yihadista por su cuenta; de acuerdo con dos fuentes de la oposición y un diplomático árabe, el ex jefe de la Coalición Nacional Siria (CNS) Moaz Al-Khatib, viajó a Teherán recientemente como parte de la cobertura de Irán a la oposición sunita siria. Las autoridades iraníes presentaron un plan que exige un período de transición de dos años dirigido por Al-Assad, seguido de elecciones parlamentarias y provinciales, con el presidente delegando "algunos" de sus poderes al primer ministro. Ciertamente la propuesta iraní parece diseñada para dividir aún más a la oposición siria, pero también una admisión tácita de Irán que Al-Assad no es capaz de restaurar la paz en las zonas bajo su control y mucho menos en las zonas rebeldes.

Por el momento, drones Predator de EE.UU. han sobrevolado la zona de Raqqa. Por las fotos se puede apreciar que la misión era de reconocimiento y no de ataque pero se ignora el objetivo final de estas operaciones. Sin embargo, la información abierta permite algunas conjeturas fundamentadas: EE.UU. actualmente basa sus aviones no tripulados Predator en Turquía –Base Aérea de Incirlik- y los 3 aviones vuelan rutinariamente sobre el Norte de Irak y los datos se comparten en tiempo real con los militares turcos, por lo que es evidente que se acumula Inteligencia aunque no signifique un ataque inminente.

Un diplomático occidental dijo que los satélites espías israelíes que sobrevolaban Irak en ángulos y frecuencias que no están disponibles de los satélites estadounidenses, habían proporcionado las imágenes que permitieron al Pentágono para "llenar su información y obtener una mejor evaluación de los daños de batalla", después de los ataques contra objetivos del ISIS. Israel, preocupado que el ISIS podría eventualmente llegar a sus fronteras y ganarse a los palestinos, se ha ofrecido a ayudar y el ministro de Finanzas Yair Lapid -miembro del gabinete de seguridad del PM Netanyahu- dijo en una conferencia organizada por el IDC Herzliya que “Israel debe construir una coalición de la cordura en el que la Inteligencia israelí sea parte de un esfuerzo regional contra Estado Islámico, Hezbollah y Al-Qaeda”. 

Pero una duda persiste ¿Cómo hará EE.UU. para diseñar una política regional incluyente que sea exitosa, que no incluye a Al-Assad, mientras que al mismo tiempo pretende derrotar al ISIS, que está superando a Al-Qaeda? EE.UU. se equivoca con esta política exterior pendular para Medio Oriente. La política de George Bush, de intervenciones sin objetivos precisos, contrasta con la impasibilidad y el libre albedrio de la política de Barack Obama; en el fondo, EE.UU. fue quien inició la debacle en Iraq o estableció un Estado fallido como Libia –e inclusive Afganistán- que sirvieron de base para los radicales. Ahora el ISIS lleva la yihad al centro de Medio Oriente.





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