miércoles, 3 de septiembre de 2014

La decapitación en Líbano



Miles de residentes y familiares del sargento de 29 años, Ali Sayyed, quien fue decapitado por el grupo yihadista Estado Islámico de Iraq y Al-Sham (ISIS) la semana pasada, acudieron a su ciudad natal de Akkar –al Norte de Líbano- donde fue sepultado el miércoles. La semana pasada, un hombre afiliado al ISIS publicó una foto en las redes sociales que muestra la decapitación de Sayyed. Días más tarde, ISIS dio a conocer un video que muestra a los hombres armados, uno de ellos con un cuchillo, hablando a la cámara y de pie detrás de una persona que dijeron era Sayyed. Él estaba con los ojos vendados y tenía sus manos los lazos a la espalda. 

Sayyed Ahmad Sayyed, tío del soldado, gritó durante un discurso transmitido por la televisión libanesa que su sobrino "¡Fue traicionado por todos los políticos, todos ellos. Por parlamentarios y funcionarios, y por el país. Fue vendido a un precio barato!”. Ali Sayyed apareció en un video anunciando su deserción del Ejército libanés y su lealtad a ISIS, pero es probable que haya hablado bajo coacción; pero el cuestionamiento popular contra el gobierno y los políticos se debe a que existe la percepción que no se hizo mucho para proteger a los soldados en cautiverio, ya que las negociaciones estuvieron en manos del Consejo de los Ulemas sin mayores avances.

Abu Musab Al-Hafid Baghdadi, quien se identificó a sí mismo como miembro del ISIS, publicó fotos en su cuenta de Twitter el 28 de agosto que muestra supuestamente la decapitación de un hombre con los ojos vendados que es identificado como Ali Sayyed. Un representante de las Fuerzas de Seguridad Interna confirmó que hasta la fecha, 14 policías siguen retenidos, el Ejército no ha emitido una lista de los soldados secuestrados pero unos 12 soldados permanecen en poder de los grupos yihadistas mientras que 13 soldados y personal de seguridad ya han sido puestos en libertad.

Lo interesante del suceso es que Ali Sayyed es un militar sunita, no chiita o de Hezbollah. La desaparición de varios soldados y personal de seguridad luego de la toma de Arsal durante varios días en agosto, supone el peor incidente de violencia desde la guerra civil de 1975-90 y el final del sargento libanés señala la falta de interés por respetar las mínimas reglas de combate. La incursión en Arsal, y el incidente de la decapitación, debe encender las luces de alerta a los políticos y dirigentes libaneses sobre cuán seria es la amenaza yihadista en la frontera.

Tropas sirias, respaldadas por Hezbollah, tendieron una emboscada a un convoy perteneciente a Jabhat Al-Nusra, matando al comandante Marek Al-Tall, quien fue el responsable del secuestro de monjas sirias en 2013. El convoy fue emboscado en la región montañosa fronteriza con Líbano de Qalamoun.

Hablando en una conferencia de prensa en nombre de la Coalición 14 de Marzo, el parlamentario del Movimiento Futuro, Ahmad Fatfat criticó tanto al Parlamento como el anterior gobierno del PM Najib Mikati, culpándolos de descuidar a los reiterados llamamientos de la Coalición para el control fronterizo y el despliegue del Ejército libanés. Fatfat también criticó a los que dijo estaban tratando de retratar a la 14 de Marzo como la responsable de la falta de tropas libanesas desplegadas a lo largo de la frontera con Siria.

El embajador de Rusia en Líbano, Alexander Zasypkin, confirmó que ambos dos países están discutiendo posibles fórmulas de cooperación militar, sin revelar ningún detalle sobre el posible acuerdo. Los comentarios de Zasypkin se producen 2 días después que fuentes políticas que el ex PM Saad Hariri había revivido una subvención de 2010 sobre armas que Moscú proporcionaría a los militares libaneses: bajo ese acuerdo de subvención, Moscú proporcionaría el ejército libanés con 6 helicópteros y 77 tanques, así como 1 millón de balas y 37.000 proyectiles de diferentes calibres. 

Tanto el ISIS como Jabhat Al-Nusra han pedido al gobierno libanés que libere a los presos islamistas de la prisión de Roumieh, a cambio del personal de seguridad rehenes de estos grupos yihadistas. Hasta el momento, el gobierno libanés ha rechazado implícitamente tal demanda y ha puesto el foco en todos los que los presos detenidos en Roumieh aún no han sido juzgados; el Consejo de la Judicatura respondió a las acusaciones que se han estancado los juicios de los detenidos islamistas en la prisión, argumentando en un comunicado que habían sido llevado adelante a buen ritmo el año pasado. 

La mayoría de los detenidos islamistas fueron arrestados por su participación en los enfrentamientos en Nahr Al-Bared, en 2007, entre el Ejército libanés –con la colaboración de Hezbollah- y el grupo militante Fatah Al-Islam. Por lo que la solución no es militar, sino política.

El regreso del ex PM Saad Hariri a Líbano coincidió con un acercamiento entre Irán y Arabia Saudita, y parece ser parte del plan de Riad para invertir en la lucha contra el terrorismo y promover el Islam moderado. La visita de Hariri coincide el acercamiento saudita-iraní, que además podría conducir a una disminución de las tensiones en Siria, Yemen e Irak junto a una superación del estancamiento político-económico en Líbano; pero en el fondo, los intereses iraníes y saudíes convergen en la lucha contra el ISSI y este fenómeno puede producir un efecto positivo para la formación de un gobierno libanés y garantizar la seguridad regional, eliminando de la ecuación al ISIS.





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