martes, 10 de junio de 2014

El Ejército Libre de Siria: entre Bashar y los yihadistas


Una ofensiva del El Estado Islámico en Irak y Al-Sham (ISIS), contra sus rivales islamistas en el Este de Siria, ha matado a 600 combatientes y expulsado a 130.000 personas fuera de sus hogares. El ISIS, que está luchando desde hace 6 semanas para controlar una amplia zona del Este de Siria y el Oeste de Irak, ha avanzado a lo largo del río Éufrates en la provincia de Deir Al-Zor, expulsando a los militantes del grupo Jabhat Al-Nusra y a otras brigadas islámicas; aparentemente, el objetivo del ISIS es controlar la mayor parte de la margen Noreste del Éufrates -desde cerca de la frontera con Turquía- hasta la ciudad de Busayra –casi 320 km al Sureste- y del otro lado de la frontera, el ISIS ha logrado avances impresionantes al invadir ayer la sede del gobierno provincial iraquí de Mosul.

Unidades del Ejército sirio estuvieron involucradas en violentos enfrentamientos con militantes en región estratégica Borj Al-Moalamin, de vital importancia debido a su control de las regiones circundantes, y en las últimas 24 horas otras unidades militares reforzaron sus posiciones en el centro de Mleiha, donde los rebeldes tuvieron más de 700 bajas en fuertes enfrentamientos. Mientras tanto, más de 30 milicianos murieron en fuertes combates con el Ejército sirio en Kafr Batna, las Granjas de Haze, Al-Sheifoniyeh y Adra Al-Balad. Las unidades del Ejército también hicieron avances en Al-Nashabiyeh-Adra-Mideh.

Los miembros las milicias chiitas iraquíes Esaheb al-Haq y Abu Fadl Abbas han comenzado a luchar junto al régimen de Damasco, mientras que los sunitas de Irak se han unido a la rebelión contra Al-Assad y son líderes del ISIS quienes tienen la iniciativa dentro de Iraq. El enfrentamiento sectario iraquí amenaza con destruir la estabilidad de la frontera con Siria, una zona rica en petróleo, que tiene un parecido sectario maquillaje a Siria. Qais Al-Khazaly, líder de la milicia Esaheb Al-Haq -respaldadas por Irán- se encuentra en la Zona Verde protegida por el gobierno y es acusada de servir como tropas de choque del PM Maliki contra los insurgentes sunitas, especialmente en la provincia de Diyala; el Brig. Gral. Saad Maan Ibrahim, portavoz del Ministerio del Interior iraquí, dijo que "No decimos Esahib Al-Haq sean ángeles, pero algunas fuerzas ocultas de Al-Qaeda están tratando de crear problemas entre sunitas y chiitas."

En una nota publicada hoy el ex embajador de EE.UU. en Siria, Robert Ford, señaló que las ramificaciones de Al-Qaeda que se unieron a la guerra ahora representan una amenaza potencial para la seguridad nacional, algo que los directores de Inteligencia Nacional y la Oficina Federal de Investigaciones ya habían advertido. Ford también precisó que no se necesitaban ataques aéreos estadounidenses o tropas en el terreno, pero sí que los países Amigos de Siria -Francia, Gran Bretaña, Alemania, Turquía, Qatar y Arabia Saudita- debían precisar la formación y la ayuda material ofrecida a los sectores moderados de la oposición armada.

El Ejército Libre de Siria (ELS) en el futuro puede tener dos misiones fundamentales, de acuerdo a los intereses de los Amigos de Siria: uno es derrocar al gobierno de Al-Assad, y el segundo es combatir a los grupos yihadistas que operan en el país. Para ambas misiones necesitará de mucho apoyo material y de una capacitación superior que le permita ejecutar operaciones coordinadas; si bien, mayoritariamente sus elementos provienen de las FFAA sirias, necesitan formarse en tácticas de guerra de guerrillas para cortar las líneas de suministros y golpear los puntos fijos de defensa. Es prioritario que, dentro del equipamiento militar, se incluyan misiles antiaéreos y sistemas de artillería que generen un poder de fuego aceptable.

Pero esto debe venir de la mano con un acuerdo político amplio dentro de la oposición, que supere el sectarismo y comience a separar a los grupos renegados que han cometido crímenes y matanzas. El punto es que se debe comenzar a sentar las bases para generar confianza en los sectores que votaron a Al-Assad por temor a al caos sectario, y convencer a los partidarios que desean un cambio que pueden confiar en la oposición dentro una mesa de negociaciones.

El gobierno iraquí dice que no apoya a su par sirio, porque necesita de EE.UU. para su protección, pero las armas y los combatientes que van desde Irán a Siria pasan a través de Irak. A pesar de que se evita públicamente a Damasco, el gobierno iraquí dominado por los chiitas, comienza a sentir la presión en parte por Irán –uno de sus aliados- sino también debido por los temores de un genuino levantamiento al estilo sirio contra el gobierno de Bagdad; los insurgentes iraquíes, sucesores de Al-Qaeda en Irak, se han unido a las tribus sunitas y a otros grupos opositores a l gobierno chiita de Bagdad. 

Solo un dato: EE.UU. no pudo sofocar la insurgencia sunita en Irak de 2003-2008, hasta que reclutaron a locales como aliados. Si los grupos yihadistas logran consolidares en el frontera sirio-iraquí el problema será para ambos Estados, pero también para los aliados de dichos Estados que deberán cooperar con sus enemigos para derrotar a un enemigo en común.





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