lunes, 29 de abril de 2013

Los talibanes de Siria


Sin importar el grado, para los distintos segmentos de la población siria, la desilusión ha llevado, incluso a algunos que han participado en la vanguardia de la lucha contra el régimen, a abandonar la revolución; Alke Yussef, líder de las Brigadas Farouq en Deir Ezzor, no solo dimitió de las Brigadas sino que declaró que la revolución es una corrupta farsa. En una reciente declaración expuso las 5 razones de su salida:

1- La trayectoria de la revolución en Deir Ezzor se ha desviado del camino correcto y se ha transformado en una campaña de adquisición de riqueza

2- Que algunos líderes de la Brigada Farouq, en colaboración con otras brigadas, vendieron las herramientas y equipos de los almacenes de los ingenios sin nuestro conocimiento o acuerdo

3- El hecho que el Consejo Revolucionario Militar o cualquier organización similar no apoyó a la Brigada, incluso con una sola bala, a sabiendas que el todo lo que viene en la forma de apoyo de los otros grupos va a determinadas personas con una lealtad ciega a los líderes extranjeros

4- La aparición del fenómeno histórico de formación de bloques, partidismo y lealtades a los partidos extranjeros -donde las personas se ven obligadas a seguirlos o enfrentar la eliminación- ya que son evidentes

5- La falta de seriedad de cualquiera de las partes responsables, tanto del Ejército Libre de Siria o de sus partidarios, en la lucha contra el régimen en Deir Ezzor ya que la preocupación principal era, y sigue siendo, los acuerdos financieros con el régimen.

La Unión Europea levantó hoy el embargo de petróleo a Siria, para proporcionarle así más apoyo económico a las fuerzas rebeldes que luchan para derrocar el régimen del presidente sirio, Bashar Al-Assad. La decisión de la UE permitirá las exportaciones de crudo desde el territorio bajo control rebelde, así mismo se importará tecnología para la producción de gas y petróleo y las inversiones en la industria petrolera siria.

Pero la apertura de las exportaciones de petróleo, para ayudar a los rebeldes, parece un tanto ilógica ya que gran parte del territorio que produce petróleo está bajo el control del grupo islámico Jabhat Al-Nusra; estas áreas ya están experimentando conflictos ya que varios grupos compiten por el control del petróleo. Las tribus locales empezaron primero a controlar los campos petroleros de Deir Ezzor hace aproximadamente un año, pero cuando estas tribus pobres descubrieron los pozos de petróleo, la revolución en Deir Ezzor había terminado y pasaron de la revolución a la industria petrolera.

A finales de 2012, los rebeldes tomaron campos petroleros en Deir Ezzor y este año avanzaron en Hasaka y Raqqa –aéreas ricas en recursos- disponiendo de gran parte del petróleo del país y una parte sustancial de la agricultura nacional; el Gral. Salim Idriss, líder del pro occidental Consejo Militar Supremo, dijo que quería disponer unos 30.000 efectivos para asegurar los campos petrolíferos, los silos de grano y las reservas de algodón, así como puntos de cruce en la turca y las fronteras iraquíes.

Al hablar en una reunión de ministros de Relaciones Exteriores occidentales y árabes en Estambul, el Gral. Idriss dijo que necesitaba u$s 35 millones para pagar los salarios de u$s 100 dólares mensuales a los combatientes enrolados en su grupos, fondos que no tiene. Tanto Idriss como los activistas local señalan a esta competencia por el control de los recursos, como una de las razones de los recientes enfrentamientos entre Al-Nusra y las Brigadas Farouq; tanto un grupo como el otro, saben que los combatientes seguirán a quien tenga el dinero y es cuestión de meses hasta que alguno tenga el control total de los recursos y de los combatientes.

Los miembros de la Coalición de Oposición Siria expresaron -en un comunicado- su rechazo a la decisión de EE.UU. de etiquetar a Jabhat Al-Nusra como una "organización terrorista", ya que el régimen de Al-Assad es quien ha obligado a la revolución pacífica en Siria a girar hacia la lucha armada, y Jabhat Al-Nusra se ha convertido en una parte de estas fuerzas armadas que luchan contra la opresión. Pero la Coalición Siria rechaza enérgicamente cualquier posición que no refleje el espíritu de la revolución de Siria por la libertad y la dignidad; la Coalición está profundamente preocupada por las recientes declaraciones sobre las afiliaciones y las ideologías de determinadas facciones de las fuerzas rebeldes y por ello instó a Jabhat Al-Nusra para que permanezca dentro de las filas de los nacionalistas sirios.

Moaz Al-Khatib, director de la Coalición, ha dicho que rechaza las ideas de Al-Qaeda e hizo hincapié en que Siria es un país donde predomina el Islam moderado y le pidió a Jabhat Al-Nusra que ignore la influencia que llega desde el exterior del país, especialmente luego que el grupo confirmó su lealtad a la rama iraquí de al-Qaeda y se anunció que esa nueva alianza se llamaría "El Estado Islámico en Irak y el Levante”.

Los dichos de Al-Khatib llegaron después de la declaración de un Estado islámico de por parte de Jabhat Al-Nusra, en respuesta al proyecto de Al-Khatib para introducir "una forma moderada de la ley islámica en todas las zonas controladas por los rebeldes del país." Esto claramente parece ser un intento reaccionario de mantener el control del proceso de formación de un sistema jurídico basado en la "ley islámica" que ha demostrando ser la forma más exitosa de gobierno en las zonas bajo control de los rebeldes; mientras que Jabhat Al-Nusra y otros grupos extremistas son los que actualmente definen la ley islámica para estas áreas, la oposición política probablemente se siente obligada a actuar ahora para iniciar la promoción de una "sharia alternativa" menos extrema pero con cierto atractivo para captar a los grupos islamistas que operan en Siria.

En la aldea de Al-Musareb, un pueblo cerca de Deir Ezzor, hombres de la tribu Al-Saf, y hombres de Jabhat Al-Nusra se enfrentaron supuestamente luego que un camión con petróleo fue robado -por primera vez- por ladrones que luego lo vendiweon a un hombre de la aldea de Al-Musareb (que puede o no haber sabido que era robado). Al parecer, cuando el propietario original se enteró apeló a Al-Nusra para que lo ayuden a recuperar el camión robado; pero cuando los combatientes de Al-Nusra llegaron, eran superados en número por los miembros de la tribu Al-Saf.

Después de esto, el "Hay Al-Sharia para el campo de Deir Ezzor” emitió una declaración advirtiendo a la gente de la zona en contra de "atar su suerte a la de los asesinos cuyas manos se han contaminado por el derramamiento de la sangre de los mártires". La declaración también instaba a los hombres, mujeres, niños y ancianos a abandonar Al-Musareb de inmediato, porque los muyahidines estaban llegando que le están declarando la guerra a la tribu Al-Saf.

Esta situación en Deir Ezzor refleja el dilema al que se enfrenta el pueblo sirio: por un lado el régimen de Al-Assad o un futuro Estado fallido salafista; este dilema tomó forma luego que la revolución se volvió en contra de la propia sociedad siria debido a los intereses de los grupos rebeldes por apropiarse de los recursos y propiciar su agenda de intereses particulares. Esta incompatibilidad entre el inicio de la revolución y su actual curso comienza a alejar a los sirios de la lucha armada rebelde y muchos comienzan a reconsiderar nuevamente su apoyo al régimen de Al-Assad.

Es cierto que las FFAA bombardean los pueblos y aldeas, produciendo masacres constantemente, pero también es verdad que muchas aldeas y pueblos que cayeron bajo el control rebelde fueron saqueados y destruidos; a este contexto se le debe sumar que muchos rebeldes sirios reciben órdenes de sus líderes árabes de otras nacionalidades que les ordenan atacar a sus compatriotas sirios. No es surrealista que los acontecimientos tomen un giro inesperado, causado por los sentimientos cruzados de una Siria salafista, y que en medio del desconcierto la sociedad siria apoye una contra-revolución para evitar el surgimiento de los “talibanes sirios”.


jueves, 25 de abril de 2013

Inteligencia de EE.UU. cree que se usaron armas químicas en Siria


La Casa Blanca dijo que la comunidad de Inteligencia de EE.UU. evaluó con distintos grados de confianza que el agente químico utilizado por el gobierno sirio fue sarín, sin embargo "la cadena de custodia no está clara por lo que no se puede confirmar cómo ocurrió la exposición y en qué condiciones". El término "diferentes grados de confianza", también por lo general sugiere un debate dentro de la comunidad de inteligencia sobre la evaluación aunque se estimó que la escala del uso sarín parecía limitada, ya que nadie estaba "viendo las bajas masivas" que cualquier uso de armas químicas dejaría en Siria.

Miguel Rodríguez, Casa Blanca director de la oficina de asuntos legislativos, dijo en una carta a los legisladores que "Teniendo en cuenta que está en juego, y lo que hemos aprendido de nuestras experiencias recientes, las evaluaciones de Inteligencia por sí solos no son suficientes. Sólo los hechos creíbles y corroborados que nos proporcionan un cierto grado de certeza guiarán nuestra toma de decisiones".

Musab Abu Qatada, portavoz del Consejo Militar de Damasco asociado al Ejercito Libre Sirio (ELS), cuestionó las referencias de “pequeña escala” y “diversos grados de confianza” y sostuvo que los líderes del ELS están seguros que las armas químicas están siendo utilizadas en Siria. Qatada también precisó que "Nos hemos dado cuenta que la administración estadounidense sólo funciona de acuerdo a sus propias necesidades. Hemos empezado a creer que hay una conspiración de Occidente para apoyar al régimen en su búsqueda para oprimir al pueblo sirio; si Washington "realmente" quiere ayudar a Siria, utilizará este hallazgo para empezar a armar a los rebeldes sirios”.

La carta de Rodriguez cita "evidencia fisiológica de exposición al gas sarín”, que no es lo mismo que un informe de primera mano de tropas sirias lanzando gas sarín a los rebeldes; no se demuestra la forma en que fueron expuestas las víctimas y tampoco si estuvieron en contacto con las armas químicas como resultado del saqueo de una instalación militar. Por otra parte, es difícil imaginar el uso de una "pequeña cantidad" de armas químicas por parte del régimen sirio, ya que se expone a un alto riesgo; tampoco tienen sentido cargar las armas químicas en una granada o en un lanzacohetes, ya que aisladamente no es la forma que una fuerza militar las utiliza.

El fantasma de la invasión a Irak de 2003 sobrevuela el Pentágono, por lo que no se quieren repetir los errores que justificaron la guerra iraquí, cuando el presidente George W. Bush lanzó una invasión que derrocó a Saddam Hussein sobre la base de evaluaciones erróneas de Inteligencia sobre la posesión de armas de destrucción masiva.

Cuando EE.UU. estableció la línea roja, se creía que el potencial de la respuesta norteamericana sería el envío de más de más chalecos antibalas, pero ahora que el uso de una nueva lista de adjetivos marcan el envío de un mensaje involuntario: los ladridos de EE.UU. son peores que su mordida. Este es un mensaje peligroso para ser enviado a gente peligrosa; así, mientras que el trazado de líneas rojas es un comportamiento arriesgado, Obama parece ahora estar en un rumbo hacia lo que demuestra que haciendo caso omiso de ellas después de los hechos, lo que es aún más arriesgado.

Se podría argumentar que la comunidad de Inteligencia norteamericana todavía está evaluando la evidencia de los ataques químicos, tal vez se está haciendo mucho más detrás de escena que lo conocido por los medios de comunicación pero lo cierto es que la situación se está deteriorando. Los esfuerzos de EE.UU. para reunir a otros en un papel constructivo han producido resultados mixtos: algunos, como Qatar y Turquía, están acusados de apoyar a los extremistas y otros, como Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos, han iniciado sus propias iniciativas.

A pesar de la reputación de ambigua, incoherente e ideológicamente restringida, Arabia Saudita ha demostrado que puede ser un jugador muy influyente cuando se decide intervenir en los acontecimientos internacionales: fue fundamental para ponerle fin a la ocupación soviética de Afganistán y a la invasión iraquí de Kuwait, además, los saudíes han sido un importante jugador en la lucha contra el terrorismo. El factor común entre estos tres ejemplos es la extraordinaria capacidad de Arabia para participar en una muy estrecha cooperación con EE.UU, afirmación que se ejemplifica con el centro operativo conjunto -situado en Jordania- donde se monitorea el curso de los acontecimientos: los envíos qataríes de armas y los suministros norteamericanos de información altamente sensible y precisa sobre la situación en Siria.

Así que ¿por qué el Plan B saudita no ha funcionado hasta ahora? ¿Y qué pasó con el optimismo, hacia finales de 2012, que daba por inminente la caída de Al-Assad? En parte se debe a que la oposición siria no ha madurado políticamente todavía. Por caso, el ex-jefe de la oposición, la Coalición Nacional de Siria, Sheikh Moaz Al-Khatib se negó a recibir al Secretario de Estado, John Kerry y altas figuras militares de EE.UU. ¿Qué estaba pensando? Los americanos estaban dispuestos a escuchar a la oposición y ayudarlos a principios de este año.



miércoles, 24 de abril de 2013

Los peligros de una intervención militar en Siria


Después que gran parte del territorio sirio comienza a caer en manos de los rebeldes, el régimen sirio parece focalizado en dos objetivos: apuntalar su influencia en Damasco y controlar Homs, la franja que conecta la capital con la costa mediterránea; en la última semana, las tropas gubernamentales han invadido pueblos cerca de la frontera libanesa y en los suburbios de Damasco. Manteniendo a los rebeldes fuera de las tierras que ha perdido, el régimen sirio -al mismo tiempo- ha concentrado sus recursos en Damasco y en el plan B: una retirada de la región costera de Latakia, corazón de la minoría alawita.

Moaz Al Khatib, ex-líder de la Coalición de Oposición Siria y un clérigo islámico muy respetado, lanzó una iniciativa para un sistema legal moderado, justo, que satisfaga las demandas de la justicia y frene la creciente influencia de los extremistas islámicos; esta iniciativa establece una forma moderada de la ley islámica en todas las zonas controladas por los rebeldes, como parte de un esfuerzo para evitar el caos y detener las interpretaciones de línea dura del Islam. Los diferentes sistemas de Sharia, que ahora utilizan los grupos islámicos para gobernar los territorios bajo su control, hacen temer que la interpretación de la ley islámica de grupos fundamentalistas -como Jabhat Al-Nusra- comiencen a llenar el vacío legal.

Según el Director de la Agencia de Inteligencia de Defensa del Ejército de EE.UU., Tte. Gral. Michael Flynn, en su testimonio ante el Senado Comité de Servicios Armados “El gobierno de Al-Assad mantiene la ventaja militar -particularmente en potencia de fuego y la superioridad aérea- y su círculo íntimo parece ser en gran medida coherente”; aún así, Flynn sostuvo que el gobierno sirio "continúa luchando con las deserciones, problemas de moral y una incapacidad general para derrotar decisivamente a la oposición y es posible que el ejército sirio haya sido estirado al máximo, por las constantes operaciones."

La evaluación de Flynn se produjo en momentos que el Secretario de Defensa, Chuck Hagel, viajó a Medio Oriente Medio; Hagel dijo a los legisladores que una acción militar de EE.UU. en apoyo a las fuerzas de la oposición siria es una "opción de último recurso que podría enredar a los EE.UU. en un largo conflicto”. Hagel señaló en el Congreso que una intervención militar -en este momento- podría dificultar las operaciones humanitarias y se podría enredar a EE.UU. en un compromiso militar significativo, largo e incierto cuyas consecuencias no deseadas podrían llevar al país a un conflicto más amplio o regional.

La Fuerza Aérea es extremadamente importante para el presidente Al-Assad en este momento, ya que le ha permitido evitar que los rebeldes establezcan su gobierno paralelo en las partes de Siria bajo su control; la oposición no puede concentrarse en gobernar esos lugares ya que el régimen sirio ha usado helicópteros, jets y aviones MiG para alcanzar blancos a diario en el norte, el este, el sur y en los bastiones rebeldes en los bordes de la capital de Damasco. Es muy difícil para los rebeldes conseguir un espacio aéreo libre del acoso constante de los aviones del gobierno, aunque han sido capaces de derribar varios aviones -después de capturar algunas armas de las bases militares- en gran medida los recursos no están a la altura de arrebatarle la supremacía aérea de Al-Assad.

A medida que los combates se extienden, la catástrofe humanitaria empeora día a día, llegando a casi una cuarta parte de la población siria desplazada -internamente o externamente- y el número de muertes ronda las 80.000, con tendencia a aumentar inexorablemente en el corto plazo. Es poco probable que el conflicto permanezca confinado a los límites de Siria, ya que cuanto más avanza la guerra civil, más se deteriora el aparato del Estado para garantizarle la seguridad a los civiles y que deben huir a los países vecinos.

Aun suponiendo que algún grupo pro Al-Qaeda no establezca lo que puede ser considerado como un Estado emergente fallido en Siria, el flujo de refugiados ya constituye un peligro cada vez mayor para Jordania, Líbano e Iraq; ninguno de estos Estados puede absorber fácilmente los números crecientes y en el caso del Líbano e Iraq, las diferencias sectarias puede reavivar los conflictos religiosos pre-existentes. Turquía enfrenta menos problemas en este sentido y aunque puede manejar el creciente flujo de refugiados, también se enfrenta a dificultades para la gestión de los campamentos y los disturbios dentro de éstos ya se han vuelto cotidianos.

Mantener a las personas desplazadas encerradas en el interior de Siria no es una solución que pueda garantizar la seguridad, por ello los gobiernos fuera de la región deben incrementar su apoyo a los Estados en la primera línea para reducir al mínimo los efectos desestabilizadores de los flujos masivos de refugiados. En primer lugar, se deben atender las necesidades humanitarias de los desplazados: solo el 50% del presupuesto de ONU para la crisis humanitaria en Siria está financiado; en segundo lugar, mediante el apoyo bilateral para reforzar la capacidad de los Estados en la primera línea, se ayudará a sostener sus propias comunidades y prevenir reacciones violentas contra los refugiados, y tercero, mediante el apoyo a la evacuación humanitaria -según sea necesario- a petición de los Estados de la primera línea y en coordinación con la Agencia de Refugiados de la ONU.

En un discurso político del Senador (R) John McCain, un constante defensor de la intervención en Siria, se refirió a las posibles opciones para la participación de EE.UU. en el conflicto: “Nadie debe pensar que tenemos que destruir todos los sistemas de defensa aérea o poner a decenas de miles de botas en el suelo para marcar la diferencia en Siria. Tenemos opciones más limitadas. Podríamos, por ejemplo, organizar y operación abierta ya gran escala para entrenar y equipar a las fuerzas de la oposición siria. Podríamos usar nuestras capacidades de ataque de precisión para atacar aviones de Al-Assad y lanzadores de misiles Scud, sin que nuestros pilotos tengan que volar en los dientes de las defensas aéreas de Siria. Podríamos utilizar armas similares para destruir selectivamente las piezas de artillería y hacer que sus tripulaciones piensen dos veces antes de permanecer en sus puestos. También podríamos utilizar baterías de misiles Patriot, fuera de Siria, para ayudar a proteger las zonas seguras dentro de Siria.”

La cuestión no radica en los ataques de precisión, si bien es posible que ayuden a los rebeldes para derrocar al régimen sirio, sino en quien se haría cargo el día después del colapso del Estado sirio. La oposición política y los grupos rebeldes, tanto laicos como islámicos, no ofrecen garantías que se abstendrán de venganzas contra los opositores –sean alawitas, baath´istas, chiitas, etc.- o de instaurar un Estado teocrático; mientras el debate transcurra sobre los métodos de la guerra civil, la solución se alejará y la violencia seguirá creciendo.


 

martes, 23 de abril de 2013

UE levanta embargo petrolero a Siria



La Coalición Nacional de Siria nombró al veterano disidente George Sabra, como líder provisional de la principal agrupación de la oposición, tras la dimisión de Moaz Al-Khatib. Sabra es una figura de la oposición secular de izquierda y miembro dirigente del Partido Democrático del Pueblo de Siria -ex partido comunista- y fue co-fundador de la coalición opositora Declaración de Damasco en 2005; Sabra ha vivido en Siria durante la mayor parte de su vida y ha sido encarcelado varias veces hasta que en octubre de 2011, huyó a París para ayudar a formar la oposición posterior al presente levantamiento.

El gobierno y los grupos insurgentes se culparon mutuamente por el secuestro de los dos clérigos, el arzobispo ortodoxo sirio, Yohan Ibrahim, y el arzobispo ortodoxo griego, Boulos Yazigi; activistas locales indicaron que los religiosos fueron alcanzados cuando transitaba en un vehículo por la aldea de Kfar Dael -zona rural de Aleppo-. Ibrahim había apoyado al presidente sirio, Bashar Al-Assad, y había instado a sus seguidores a no abandonar Siria aunque en el último tiempo se había convertido en crítico con el gobierno; por su parte, Yazigi no conocido por ser políticamente abierto o vinculado a algún grupo en especial.

El Papa Francisco I hizo un llamamiento para la rápida liberación de los dos obispos secuestrados por hombres armados en Siria, y señaló que el secuestro es "una confirmación dramática de la trágica situación en la que la población siria y su comunidad cristiana está viviendo."

Varios clérigos musulmanes prominentes han sido asesinados a los largo de la guerra civil siria, pero los dos obispos son los primeros líderes de las iglesias cristianas que son víctimas en el conflicto. Los cristianos representan menos del 10% de los 23 millones de habitantes del país y, al igual que otras minorías religiosas, muchos han sido cuidadosos de tomar parte en el levantamiento sunita contra el régimen alawita, secta considerada una rama de los chiitas.

El temor de los cristianos por su futuro radica en que camino seguirán los rebeldes sunitas sobre la libertad religiosa o tolerancia pos Al-Assad, debido a que muchos de los grupos dominantes en Siria son islámicos yihadistas o salafistas que tienen vinculaciones con Al-Qaeda. El escenario iraquí, donde la violencia sectaria tras el derrocamiento de Saddam Hussein en 2003 obligó a la mitad de los cristianos a huir del país, se está convirtiendo en un alarmante paralelismo para los cristianos sirios que ahora se plantean la necesidad de abandonar el país.

El principal analista de Inteligencia del ejército israelí, Brig. Gral. Itai Brun, indicó durante una reunión del Instituto para Estudios de Seguridad Nacional de la Universidad de Tel Aviv que "Para nuestro mejor conocimiento, hubo uso de armas químicas letales. ¿Qué armas químicas? Probablemente sarín"; hablando con una presentación de Powerpoint que mostraba lo que parecía ser un niño herido o muerto, Brun dijo que la espuma que salía de la boca de las víctimas y las pupilas contraídas y "otras señales", eran indicios que se había utilizado gas letal. Otro oficial del ejército israelí, con conocimiento de la exposición de Brun, precisó que la afirmación se basó en información secreta que no está disponible para dominio público.

El portavoz del Pentágono, George Little, indicó que no habrá cambios en la línea oficial de EE.UU. aunque reconoció que se seguían evaluando los informes de las armas químicas en Siria. El Secretario de Estado de EE.UU., John Kerry, dijo que habló con el Primer Ministro israelí, Benjamin Netanyahu, y que éste "no estaba en condiciones de confirmar la sesión informativa dada por Brun”; la evaluación israelí recibió un fuerte escepticismo por parte de EE.UU. ya que en varias oportunidades se declaró que el uso de armas químicas en Siria sería una "línea roja" que podría desencadenar la intervención.

En una reunión de cancilleres de la OTAN, celebrada en Bruselas, Kerry sostuvo que la planificación de la alianza era apropiada y tenía que considerar su papel en la crisis de Siria, incluyendo la preparación de una respuesta práctica para responder a una amenaza potencial de armas químicas. El Secretario General de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen, dijo que la OTAN estaba "muy preocupada por el uso de misiles balísticos en Siria y el posible uso de armas químicas. Puedo asegurarles que estamos dispuestos a defender, proteger a nuestros aliados, en este caso Turquía, como vecino de Siria. Tenemos todos los planes listos para garantizar la defensa y la protección efectiva de Turquía.”

Curiosamente la UE levantó las sanciones que pesaban sobre Siria, por tanto los países de la UE pueden participar en la importación de petróleo y sus derivados así como la inversión y las exportaciones de tecnología a la industria petrolera siria. La decisión europea se produjo momentos después que las fuerzas sirias mataron a más de 200 personas en un suburbio de Damasco y levaron a cabo detenciones masivas de los residentes que trataban de enterrar los cuerpos; cientos de personas fueron detenidas y llevadas a una base militar cercana, algunos de los detenidos fueron liberados, pero otros fueron encontrados muertos.

La decisión permitirá que las exportaciones de crudo desde el territorio bajo control rebelde, la importación de petróleo y la tecnología de producción de gas y las inversiones en la industria petrolera siria en las zonas controladas por la oposición; funcionarios de la UE dieron a entender que el movimiento está destinado a sentar las bases legales para conseguir la inversión y el crudo fluyan rápidamente, tan pronto como la situación de seguridad sobre el terreno mejore. Osama Kadi, asesor económico de la Coalición Nacional de Siria, indicó que aunque la situación de la seguridad sigue siendo un problema, que el petróleo fluya será una prioridad para el gobierno interino espera sirio a formarse a finales de abril.

Siria nunca fue uno de los principales exportadores mundiales de petróleo, pero el sector fue uno de los pilares de la economía de Siria hasta el levantamiento, con una producción de unos 380.000 b/d y cuya exportación era casi exclusivamente hacia Europa; con más de u$s 3.000 millones en 2010, los ingresos del petróleo constituían alrededor de una cuarta parte del presupuesto nacional. La industria petrolera siria ha tambaleado desde el inicio de la revuelta ya que los rebeldes han capturado varios campos de petróleo, dejaron pozos en llamas y los saqueadores recogen crudo; aunque el gobierno sirio no ha publicado las cifras de producción de los últimos meses, las exportaciones han estado prácticamente en cero y el propio régimen se ha visto obligado a importar combustibles refinados para satisfacer la demanda en medio de la escasez y aumento de precios.

A finales de 2012, los rebeldes tomaron los campos petroleros en la provincia oriental de Deir Ezzor y este año avanzaron en Hasaka y Raqqa, una zona rica en recursos, por lo que las fuerzas opositoras ahora cuentan con el control de gran parte del petróleo del país y una parte sustancial de su agricultura; aunque la mayor parte de los grupos rebeldes que operan en el área están técnicamente afiliados a la Coalición liderada por el Gral. Idriss, en la práctica funcionan casi autónomamente y se disputan el control de los recursos.

Tanto Idriss como los activistas locales, citaron a esta competencia como una razón de los recientes enfrentamientos entre los islámicos de Jabhat Al-Nasra y las Brigadas Farouq, uno de los grupos rebeldes más grande que controla un área estratégica en la frontera entre Raqqa y Turquía. Luchas vinculadas al petróleo han sido reportadas en Deir Ezzor, cuando un grupo robó un camión que transportaba diesel; según el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos con sede en Reino Unido, los combates entre Jabhat al-Nusrah y miembros de tribus locales mataron a 37 personas.


lunes, 15 de abril de 2013

Líbano protestará por violaciones de Siria a su territorio



Líbano enviará una carta de queja a la Liga Árabe por las recientes violaciones a su territorio desde el lado sirio de la frontera e instó a ONU a convocar una reunión por la creciente crisis de refugiados sirios; curiosamente Hezbollah también condenó el lunes los violaciones de fronteras, pero acusó a los rebeldes sirios acusados de llevar a cabo el ataque de ayer contra el pueblo de Al-Qusayr que dejó varios muertos libaneses. Los repetidos ataques desde Siria contra territorio libanés han planteado preocupaciones tanto locales como internacionales; el mes pasado, Damasco advirtió a Beirut que atacaría las zonas potencialmente pro-rebeldes en Líbano si las incursiones de la frontera no cesaban.

Este mes, el gobierno sirio comenzó a ayudar a sus partidarios libaneses en sus esfuerzos por desbaratar los esfuerzos logísticos pro-rebeldes en Líbano, ordenando ataques aéreos en las rutas de contrabando transfronterizos utilizados por los rebeldes sirios. El último ataque aéreo llegó el 10 de abril, cuando un helicóptero disparó misiles contra objetivos en el Valle de la Bekaa, en dos incursiones separadas: una cerca de la frontera sirio-libanesa y la otra en Arsal -3 km más al noreste- que sirve como centro para el contrabando de los rebeldes sirios.

El líder de Hezbollah, Hassan Nasrallah, dijo que su grupo apoya a los cuadros de combatientes que se llaman a sí mismos los “Comités Populares” –una fuerza de seguridad civil chiita siria que se creó en 2012- pero a pesar que Hezbollah confirmó su apoyo a los combatientes chiitas sirios, niega que esté tomando parte en la guerra civil. Pero en los últimos dos meses, el Ejército Libre de Siria (ELS) afirmó que Hezbollah ha ampliado sus operaciones en Siria –principalmente en la provincia de Homs- cerca de la frontera libanesa así como en Damasco; los rebeldes sirios sostienen que Al-Assad se apoya en Hezbollah porque su control sobre el capital se está debilitando y teme más deserciones militares que harían colapsar el dispositivo defensivo, dentro de ese esquema, los Comités Populares son sólo una indicación del papel de Hezbollah en la guerra civil siria.

El diario saudita, Al-Watan, informó que más de 1.000 miembros de Hezbollah entraron a Siria en los últimos días a través del Mediterráneo –por el puerto de Tartus- con el fin de combatir junto a las tropas del régimen; la masiva llegada de los miembros de Hezbollah coincide con la información que por lo menos 40 cuarenta combatientes de Hezbollah y soldados sirios murieron en los recientes enfrentamientos por la ocupación de estratégica ciudad de Al-Qusayr -provincia de Homs-. Los rebeldes sirios describieron a la operación como la "intervención mayor" del grupo libanés, en los dos años de conflicto.

Durante las últimas semanas Hezbollah ha celebrado varios funerales, en Líbano, de hombres armados que “fueron asesinados mientras cumplían con el desempeño de sus deberes yihadistas"; si bien no se dijo dónde ni cómo fueron asesinados, es sabido que murieron combatiendo en Siria. Uno de los mayores golpes a Hezbollah -en Siria- se produjo en octubre, cuando un comandante, Ali Hussein Nassif, también conocido como Abu Abbas, y otros varios otros combatientes fueron asesinados cuando su automóvil fue alcanzado por una bomba cerca de la ciudad siria de Al-Qusayr.

Los hombres armados en las afueras de Al- Qusayr dicen que su misión es proteger a los chiitas en el lado sirio y reclaman sus hogares, aldeas y familias han sido objeto de ataques de los rebeldes sunitas; en los últimos meses, la lucha se ha prolongado en y alrededor de varias ciudades y pueblos habitados por una comunidad de unos 15.000 chiitas libaneses que han vivido durante décadas en el lado sirio de la frontera ya que no está claramente delimitada la línea de frontera y el área no totalmente controlada por las autoridades locales; en su mayoría son ciudadanos libaneses, aunque algunos tienen doble ciudadanía o siria. En términos más generales, la participación de Hezbollah es una muestra de la profundización de la guerra civil siria y como está exacerbando las tensiones entre chiitas y sunitas en todo el Medio Oriente.



EE.UU. y la ayuda a Siria


En Siria se da una extraña paradoja. Mientras que EE.UU. ha contribuido con un total de u$s 385 millones en ayuda humanitaria, casi ninguno de los sirios que reciben ayuda saben que está financiada por los estadounidenses o lo que es peor, algunos sirios incluso creen que esa ayuda es proporcionada por el Frente Al-Nusra –cuyo jefe recientemente juró lealtad al líder de Al-Qaeda, Ayman Al-Zawahiri-. Por ejemplo, EE.UU. envió harina, que ha alimentado a 210.000 personas por día y mantas para 168.000 personas; además Washington está proporcionando capacitación y equipos de comunicación a los rebeldes, los ayuda a coordinar el flujo de armas a los combatientes extranjeros de oposición.

El diario The Washington Post recientemente fue invitado a presenciar el esfuerzo de ayuda -sin publicidad-que una agencia está realizando en Aleppo para distribuir la ayuda norteamericana en la región; estas donaciones se hacen de manera encubierta para evitar represalias contra el personal involucrado, lo que ilustra el dilema que enfrenta la administración de Obama mientras explora nuevas formas de intensificar su apoyo a la oposición siria. EE.UU. también financia 144 hospitales de campaña y clínicas que tratan a los heridos sirios en todo el país, y proporciona el 90% de toda la ayuda médica que llega a las zonas rebeldes; estos fondos superan a todos los donantes internacionales –que han enviado sólo un tercio de los fondos prometidos- pero siguen siendo muy por debajo de lo necesario para satisfacer las necesidades del país.

Desde el comienzo del primer mandato del presidente Obama, la postura de su administración ha sido totalmente reactiva frente a los acontecimientos en Medio Oriente; esta política de “sentarse y esperar", posiblemente ha desperdiciado una oportunidad para influir positivamente en el curso de los acontecimientos de la Primavera Árabe. La falta de una estrategia, para capitalizar las oportunidades o para contener las consecuencias negativas de la Primavera Árabe, son evidentes: por ejemplo Obama no ha visitado a un solo país árabe que donde pasó por la Primavera Árabe y Siria es percibida como una trágica crisis humanitaria sin obvias implicaciones estratégicas para EE.UU. Cuando el presidente Obama visitó la región en marzo de 2013, el foco de su agenda fue el proceso de paz árabe-israelí - y las necesidades de Defensa de Tel Aviv, en lugar de Siria.

En el pasado, el lado más débil a menudo pidió ayuda y asistencia a EE.UU. sobre la base de valores comunes o por promesas de una administración cercana a los intereses estadounidenses. En esta línea de pensamiento, EE.UU. debería intervenir no solo para producir un escenario más amigable en la Siria pos Al-Assad –algo que no es en absoluto una conclusión inevitable- sino que además debe tomar medidas para evitar la "decepción" del día que EE.UU. deba atacar en suelo sirio. A pesar que es el régimen de Damasco y no Washington la causa inmediata del sufrimiento de la sociedad siria -y que es Irán y Rusia quienes apoyan al régimen de Al-Assad- la percepción que EE.UU. tiene una porción de culpa es alta y casi inevitable.

Ahora, si EE.UU. interviene en Siria, en nombre de la rebelión y comenzar a matar activamente a nacionales sirios, ¿Qué garantía existe que la "próxima generación" de los muertos y heridos por la acción estadounidense no quiera vengarse? Ciertamente, después de una intervención de EE.UU., el bando perdedor en la guerra civil siria –por caso el alawita- también tendrá un incentivo para "vengarse" de EE.UU. por su derrota y despojo; especialmente teniendo en cuenta su pasado como una comunidad secreta y recluida a las montañas costeras de Latakia, el grupo podía transmitirle a sus hijos el deseo de venganza por la pérdida del control de su posición socio-política, a menos que EE.UU. interviniese de manera directa para separar y proteger a las minorías sirias contra los excesos de la mayoría sunita, eventualmente la vencedora en la guerra civil.

La "doctrina de gratitud", es una suposición de Occidente sobre que cualquier tipo de asistencia hacia aquellos que tratan de derrocar a un régimen represivo -sobre todo de la ayuda militar necesaria para contrarrestar la superioridad de las fuerzas del dictador- producirá un nuevo gobierno, que será más receptivo a la influencia de EE.UU. y UE, en cuanto a los intereses y preocupaciones occidentales. Esta doctrina ha tenido resultados dispares y no siempre fueron positivos para Occidente; China, por el contrario, ha practicado una "estricta neutralidad" en Libia e Iraq. Beijín, que se opuso a la invasión norteamericana de 2003 que derrocó a Saddam Hussein, ahora se ha convertido en uno de los principales actores en la industria petrolera del país, lo que lleva a algunos a concluir que China ha cosechado el mayor beneficio de la guerra de Irak que EE.UU. que ayudó a “derrocar un tirano”.

El espiral de violencia en Siria se espera que siga matando a decenas de miles más y producirá varios millones de refugiados para finales del presente año, las consecuencias estratégicas no son inmediatas pero lo serán en el mediano plazo; la supuesta despreocupación estadounidense ante la violencia en Siria, está fomentando el antiamericanismo y las oleadas de refugiados constituirán un factor de inestabilidad en los países donde se refugian además de transformarse en un caldo de cultivo para el extremismo. La posibilidad que un Estado fallido enfrascado en una guerra civil sin un claro dominador, donde el extremismo y la inestabilidad se agraven y con todo tipo de grupos terroristas pro Al-Qaeda es un escenario inquietante. Peor aún, si tenemos en cuenta que el conflicto sirio tiene el potencial para desbordar las fronteras nacionales, ya que el país se ha convertido en un campo de batalla de un conflicto más amplio que enfrenta a los chiitas contra los sunitas, exponiendo la competencia regional por el poder entre Irán versus Turquía y Arabia Saudita.

En una poco frecuente conferencia de prensa el líder de la Hermandad Musulmana siria, Mohammad Al-Raid Shaqfa, destacó que el grupo cuenta con una potente red de donantes -entre miembros en el exilio y en países del Golfo- y negó las acusaciones de los rebeldes que señalan que la Hermandad está tratando de controlar el levantamiento a través de los grupos políticos de exiliados y marginando a los combatientes no islámicos en el interior del país; desde la oposición y rebeldes se afirma que el movimiento islámico se está posicionando para asumir el poder una vez que la guerra civil contra Al-Assad sea ganada. Entre los que atacan regularmente a la Hermandad se encuentran son veteranos disidentes seculares, como Kamal Labwani, quien acusa al grupo de usar el dinero para construir alianzas; casualmente, al día siguiente de la elección de Ghassan Hitto, a él y una docena de otros miembros les suspendieron su afiliación a la Coalición.

La convocatoria de 11 países a una reunión de urgencia en Estambul, después que el Frente Al-Nusra prometió lealtad a Ayman Al-Zawahri, es una señal de la preocupación que tienen varios actores internacionales con intereses en Siria sobre el escenario pos Al-Assad; las potencias occidentales quieren ver el final de más de cuatro décadas de gobierno de la familia Assad, pero no quieren intervenir militarmente en Siria. La aparición y avance de grupos salafistas o radicales -como el Frente Al-Nusra- amenaza con profundizar la división sectaria en todo Medio Oriente; no es casual que en un comunicado la Coalición Nacional de Siria haya señalado que el anuncio del Frente Al-Nusra "repugna a la voluntad del pueblo sirio y a los objetivos de la revolución", pero agregó que el grupo no puede ser ignorado.



viernes, 12 de abril de 2013

La ventaja de tener aviones en Siria


Las fuerzas sirias combatieron a los rebeldes en la provincia central de Homs, cerca de la frontera con Líbano, como parte de una contraofensiva dirigida a recuperar el control del territorio a lo largo de las estratégicas zonas fronterizas de suma importancia para ambas partes, por el paso de combatientes y suministros que llegan para los rebeldes; particularmente en y alrededor de la ciudad de Qusair -en la provincia de Homs- los combates son particularmente violentos ya que esa zona es considerada vital para el régimen sirio, por su ubicación a lo largo de la carretera que une Damasco con la ciudad de Homs, una ruta de abastecimiento estratégico para los militares. Qusair está habitada por musulmanes chiitas sirios y partidarios del grupo libanés Hezbollah, y que han apoyado el régimen de Al-Assad a lo largo del conflicto, de hecho funcionarios de Hezbollah reconocieron que efectivos de su grupo estaban en Qusair, defendiendo a los chiitas sirios.

En 41 ataques documentados en el informe “Muerte desde los cielos” de Human Rights Watch, se identificaron a posibles objetivos -como bases del Ejercito Libre de Siria (ELS), puestos de control, etc.- dentro de un rango de 50 a 400 metros del ataque, pero los bombardeos a menudo perdieron su presunto objetivo, produciendo daños ilimitados en la infraestructura civil; además la Fuerza Aérea Siria no tiene municiones guiadas para ser lanzadas desde aire. Por ejemplo, en Al-Bab -un pueblo al este de Aleppo- la Fuerza Aérea Siria lanzó varios ataques en las cercanías de una base del ELS en el sur de la ciudad el 3 de septiembre de 2012; el primer avión golpeó un edificio residencial, a 100 metros al sur de la base, matando a cuatro miembros de una familia mientras que un segundo ataque golpeó justo al norte de la base, por lo que la instalación del ELS nunca fue alcanzada.

El presidente Bashar Al-Assad ha aprovechado el poder aéreo -su mayor ventaja en la guerra civil- para hacer que los rebeldes retrocedan y así ha evitado que la oposición logre el establecimiento de un gobierno paralelo en el norte del país. En los últimos meses, la porción norte de Siria desde la frontera con Turquía hasta Aleppo, ha caído en poder de los rebeldes a los rebeldes; este avance se logró con llegada de armas más avanzadas y la ayuda extranjera, pero la capacidad aérea del régimen sirio ha limitado la consolidación de la ocupación rebelde en esas áreas.

El gobierno sirio rara vez emite declaraciones o comentarios sobre los ataques específicos por su Fuerza Aérea, en los pocos casos en que lo ha hecho, los reportes son de carácter general o vagos, haciendo referencia a los ataques contra los "terroristas" y a la destrucción de la "sede terrorista" pero sin aportar ninguna prueba adicional o detalles. Donde era posible hacer que coincidan las declaraciones del gobierno con los casos documentados, Human Rights Watch no encontró evidencia que respaldase las afirmaciones del gobierno -como las muertes de soldados del ELS en los ataques o la destrucción de objetos militares- con la excepción de una declaración del gobierno del noviembre 21 sobre ataque a un hospital de la ciudad de Aleppo.

La repetición de los ataques aéreos indiscriminados perpetrados por las fuerzas del gobierno sirio sugiere una responsabilidad de mando en este tipo de ataques, es decir, hay comandantes sirios que sabían o deberían haber sabido acerca de los ataques aéreos ilegales y estaban obligados por ley a tomar medidas para disuadir o castigar a los responsables, pero no lo hicieron. Y aunque el ELS ha contribuido, al exponer a los civiles mediante la implementación de sedes y otros objetivos militares en zonas densamente pobladas, este tipo de medidas no autorizan a las fuerzas del gobierno sirio para llevar a cabo ataques ilegales; en ninguno de los casos documentados por Human Rights Watch, las fuerzas sirias advirtieron a los civiles anticipadamente de los ataques.

Hay dos datos trascendentales que sirve para evaluar la capacidad de la Fuerza Aérea de Siria para sostener sus operaciones. El primero es que la aviación militar ha lanzado armas incendiarias en zonas residenciales al norte del país pero también han utilizado bombas improvisadas, hechas de cientos de kilos de explosivos metidas en barriles, Human Rights Watch incluso encontró minas navales sin explotar en los sitios sometidos bajo ataques aéreos; esto lleva a pensar que literalmente están arrojando todo lo que tienen. Y el segundo dato es que, luego de la espectacular fuga de un piloto sunita de combate de MiG-21 a Jordania -en junio de 2012- el régimen sirio ha dejado en tierra a los pilotos sunitas, confiando en solo en los alawitas para llevar a cabo ataques aéreos en su lugar.

El máximo comandante militar de EE.UU. en Europa, el almirante James Stavridis, dijo el mes pasado que algunos países de la OTAN está buscando mediante una serie de operaciones militares ayudar a las fuerzas de la oposición siria, incluyendo la imposición de una zona de exclusión aérea, además de proporcionarles ayuda militar; al igual que sucedió con Libia en 2011, es necesaria una resolución del Consejo de Seguridad y un acuerdo entre los 28 miembros de la OTAN. El año pasado, la OTAN desplegó baterías Patriot a lo largo de la frontera de Turquía con Siria, y los líderes de la alianza hicieron hincapié en que los misiles no serán utilizados para derribar las aeronaves que operan en el espacio aéreo sirio; por otra parte se estima que Siria dispondría de 400 aeronaves operativas apoyadas por defensas anti-aéreas sofisticadas que dificultarían cualquier tipo operación en el terreno.

En el actual contexto cada vez resulta más evidente que EE.UU., junto a sus aliados árabes y de la OTAN, subestimaron la capacidad del régimen sirio y sobrestimaron la organización oposición que finalmente determina la actual tragedia humana derivada de la guerra civil; aún si EE.UU. o la OTAN decidieran un plan para el establecimiento de una zona de exclusión aérea –con todo el costo político y material que una operación de tal magnitud implicaría- tampoco garantizaría que la guerra civil termine en el corto plazo ni mucho menos que sus vencedores respetarán los derechos de las minorías.

Esto no implica que la búsqueda de una solución de la crisis siria deba dejarse de lado o que solo resta esperar a que el régimen sirio se quede sin municiones ya que ambas opciones serían a expensas de la población civil. Nuevos métodos deben ser explorados en la forma de alinear los principales actores con intereses en el conflicto sirio, poniendo énfasis en la necesidad de volver a conectar a las fuerzas que representan la voluntad general del pueblo sirio; la revolución siria comenzó de abajo hacia arriba, pero ahora se encuentra bloqueada al medio por intereses externos cruzados.


jueves, 11 de abril de 2013

Al-Qaeda en Siria


El Secretario General de ONU, Ban Ki-Moon, le pidió al gobierno sirio que acepte una investigación ampliada de ONU sobre el presunto uso de armas químicas, argumentando que se llegó a la conclusión de que un presunto ataque en Homs -en diciembre- justifica una investigación. Siria rechazó el lunes pasado la investigación ampliada, que había solicitado originalmente investigar el presunto empleo de armas químicas -por los rebeldes- pero en marzo en la localidad de Khan Al-Assal.

Dirigiéndose a la Tercera Conferencia de Examen de los Estados Partes de la Convención sobre Armas Químicas (CWC) en La Haya, el Representante Permanente de Irán ante el Consejo Ejecutivo de la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPCW) Kazem Gharibabadi instó a una "investigación imparcial, independiente y transparente de un ataque químico de los militantes en Siria en marzo”. Irán ha pedido el envío inmediato de un equipo de la ONU, de acuerdo a la demanda del gobierno sirio, Gharibabadi también pidió a todos los países, así como la CWC, que tome medidas eficaces para presionar al régimen de Israel a adherirse a la Convención y el cumplimiento de sus obligaciones de eliminar sus arsenales químicos.

Siria y ONU han intercambiado cartas durante semanas, pero ambas partes están lejos de un acuerdo sobre la forma en que la investigación deberá ser ejecutada; el Ministerio de Exteriores sirio, Walid Al-Muallem, reiteró esa posición en un comunicado de prensa señalando que el pedido de la ONU para ir a cualquier lugar en Siria -donde las armas químicas podrían haber sido utilizadas- no estaba en consonancia con la petición original del gobierno sirio. Hasta el momento, los sirios se niegan a permitirle a los inspectores que vayan a cualquier fuera de Aleppo, mientras que las Naciones Unidas están insistiendo en que el equipo vaya a Aleppo y Homs; Francia y Gran Bretaña, sostienen que la misión debe buscar en los tres casos.

Ha habido tres supuestos ataques con armas químicas -uno cerca de Aleppo, uno cerca de Damasco en marzo y otro en Homs en diciembre- y los rebeldes y el gobierno se culpan mutuamente por todos ellos. Se estima que la misión tendría, por lo menos, 15 miembros -principalmente de países nórdicos, América Latina o Asia- y ninguno de ellos sería nacional de un miembro permanente del Consejo de Seguridad; según las agencias de Inteligencia occidentales, se cree que Siria tiene una de las mayores reservas restantes de armas químicas no declaradas en el mundo.

Las próximas conversaciones del G-8 se centrarán en Corea del Norte y la guerra civil en Siria, Gran Bretaña y Francia han estado presionando a la UE para que levante o modificar el embargo de armas a Siria para que puedan suplir a los rebeldes. El canciller inglés, William Hague, dijo a principios de esta semana que no se han tomado decisiones sobre si el Reino Unido aceptará una renovación del bloqueo –que expirará el 1º de junio- pero adelantó que si la situación en Siria sigue deteriorándose, habrá un "caso fuerte" para modificar o levantar el embargo.

El movimiento impulsado por algunas naciones occidentales para ampliar el apoyo a la oposición siria cobró fuerza con EE.UU. a punto de aumentar su ayuda no letal y la presión para levantar un embargo de la UE sobre el envío de armas a Siria; el presidente Obama aún no había firmado apagado en un paquete específico de medidas pero se había acordado, en principio, aumentar la asistencia a la rama militar de la oposición siria, que podría incluir equipos de batalla -como chalecos antibalas y gafas de visión nocturna- pero no se incluye armamento. El Secretario de Estado, John Kerry, ha dicho que EE.UU. sigue interesado en la promoción de una transición política en la que el presidente Al-Assad abandone voluntariamente el poder y ha argumentado que un mayor apoyo a la oposición siria sería una forma de aumentar la presión sobre el líder sirio.

Mientras que ONU y el G-8 buscan un acuerdo con el régimen sirio, que permita una investigación sobre la posible utilización de armas químicas, la situación en el terreno se deteriora de manera constante, mientras que los grupos rebeldes islámicos recurren cada vez más a los atentados. Un coche bomba suicida mató al menos a 15 personas e hirió a 53 en Sabaa Bahrat, el principal distrito de negocios en Damasco; la bomba estalló cerca del Banco Central, del Ministerio de Finanzas y la embajada de Rusia. Moscú condenó “la última incursión cruel por parte de terroristas cuya actividad criminal está matando y causando sufrimiento entre la gente pacífica".

A medida que los yihadistas crecen en importancia, se vuelven más confiados en sus planes para el establecimiento de un Estado islámico radical, en lugar del régimen esperan derrocar; por su parte, el régimen laico de Al-Assad está combatiendo una guerra civil que amenaza con desintegrar el país y sumirlo en un santuario para grupos radicales que operan en Medio Oriente. Abu Muhammad Al-Jawlani, líder de Jabhat Al-Nusra el grupo yihadista más grande en Siria, prometió su lealtad a Ayman Al-Zawahiri -quien reemplazó a Osama bin Laden como líder de Al-Qaeda- confirma las sospechas respecto que ese grupo es parte de las operaciones regionales de Al-Qaeda.

Al-Muallem le pidió, en una carta al Consejo de Seguridad, que "cumpla con su papel en la preservación de la seguridad global", la declaración siria se refiere a la resolución de la ONU que estableció el Comité de Sanciones a Al-Qaeda. Bajo el régimen de sanciones de la ONU, todos aquellos que tienen vínculos con al-Qaeda tienen sus activos financieros congelados y prohibiciones de viaje; dentro de las medidas sancionatorias se encuentra el embargo de armas y esta es la carta que Siria quiere jugar contra aquellos Estados regionales y occidentales, que proveen de armas a los rebeldes islámicos.




jueves, 4 de abril de 2013

A quien apoyar en Siria: entre los rebeldes laicos o islámicos

El Ejército Libre Sirio ha desarrollado un "orden de batalla" que describe a los grupos rebeldes, su ideología y sus fuentes de financiación. El presente informe fue compartido la semana pasada con el Departamento de Estado y es una ventana a una guerra que espera por un milagro diplomático.

El grupo de coalición más grande es Jabhat Al-Tahrir Al-Souriya Al-Islamiya, Frente Islámico de Liberación de Siria (FILS), cuenta con unos 37.000 combatientes, procedentes de cuatro principales subgrupos del país e incluye los “Batallones Farouq” principalmente Homs y frontera turca-; “Brigada Tawhid” –Aleppo-; “Brigadas Suqour Al-Sham” –Idleb-; “Brigada Al-Shuhada Souriya” –Idleb- y la “Brigada Islam” (Damasco), entre otros. Es una versión “salafizada” de elementos del Ejercito Libre de Siria (FLS) que vieron frustradas sus expectativas por falta de apoyo exterior y las sucesivas derrotas; básicamente una bolsa de islamistas oportunistas y creyentes que van desde los moderados de la “Brigada Tawhid” a los salafistas sombríos de la “Brigada Al-Islam“.

Aunque reciben el apoyo financiero de Arabia Saudita, este no es el único aportarte ya que, por caso, el ala norte de la Brigada Farouq disfruta del patrocinio turco y ha atacando posiciones del ejército sirio desde el territorio turco, y no es ninguna coincidencia que los principales cruces de la frontera norte fuera de territorio kurdo, ahora son controlados por Farouq. Varios grupos del FILS también disfrutan del patrocinio de una red de donaciones creado por Mohammed Surour Zeinelabidin, un influyente teólogo sirio salafista cuyas relaciones con Arabia Saudita no son buenas para nada.

La segunda coalición rebelde es más dura y está dominada por el núcleo duro de los musulmanes salafistas, su nombre es Jabhat Al-Islamiya Al-Tahrir Al-Souriya -Frente Islámico de Siria- y cuenta con respaldo saudita; el propio Frente señaló que sus efectivos llegan a los 25.000, pero se estima que en realidad dispone de unos 13.000 combatientes repartidos en unas 11 brigadas rebeldes en todo el país se han fusionaron para formar este Frente. Este grupo actúa como un paraguas de sub-grupos islámicos salafistas–como Ahrar Al-Sham- conformados por sunitas locales que responden a las órdenes de los salafistas sauditas o kuwaitíes.

Otro grupo rebelde, conocido como Ahfad Al-Rasul ("Descendientes del Profeta"), es financiado por Qatar y cuenta con unos 15.000 combatientes que formaron parte de otros grupos y que se unieron por diversas circunstancias. Sin embargo el verdadero poder -por su capacidad operativa- lo detenta Jabhat Al-Nusra, que es una rama del grupo “Al-Qaeda en Irak”; según cálculos rebeldes, ha crecido hasta llegar a unos 6.000 combatientes que se encuentran entre los más capacitados y motivados de los rebeldes.

Funcionarios iraquíes de Inteligencia dicen que el creciente cooperación entre elementos sirios y locales está bombeando nueva vida a la insurgencia sunita en Iraq; los grupos yihadistas comparten el entrenamiento militar, logística, Inteligencia y armas a medida que crecen en fuerza alrededor de la frontera entre Siria e Iraq -especialmente en la región de Al-Jazeera- que están tratando de convertirla en un santuario que sirva como una base de operaciones para golpear a cada lado de la frontera. La Inteligencia iraquí estima que el mes pasado unos 750 militantes del Frente Al-Nusra -incluyendo combatientes de otros países árabes- controlaban grandes extensiones de tierras del lado sirio y que los militantes sirios cada vez más seguido cruzan a Irak a capacitarse con sus homólogos.

Jabhat Al-Nusra tiene una ideológica extrema contra los alawitas y no duda en matar a civiles o a los prisioneros de guerra, de hecho se lo señala de haber realizado los atentados suicidas en las principales ciudades sirias; sin embargo ha mantenido un cierto nivel de orden en las áreas conquistadas, a diferencia de algunas facciones no islamistas que saquearon los barrios civiles y que a veces se expresan en términos más sectarias y genocida que cualquier salafista.

Después de la formación del ELS las nuevas brigadas comenzaron a tomar nombres religiosos, en lugar de nombres de personalidades nacionales o regiones, este cambio es una influencia de la Hermandad dentro del ELS; por eso el primer oficial druso en desertar del ejército, el teniente Khaldoun Sami Zaineddin, tomó la inusual decisión de unirse al Movimiento de Oficiales Libres en octubre de 2011, en lugar del ELS. La influencia de la Hermandad Musulmana se hizo más notoria y continuó aportando tiempo y recursos en la construcción de su influencia dentro de las fuerzas rebeldes: las facciones pro-Hermandad incluyen la Brigada Tawhid; elementos de las Brigadas Farouq; el Cuerpo de Protección de Civiles -considerado el ala militar de la Hermandad, liderado por Hakim y Ansar al-Islam-.

La Hermandad cuenta con brigadas en todo el país, cuyos nombres suelen incluir la palabra "escudo", tales como el Escudo Éufrates, el Escudo de Capital, y el Escudo Aqsa, pero también coordina en algunas zonas con la línea dura como Jabhat al-Ahrar Nusra y Al-Sham; la Hermandad deberá recorrer un largo camino antes de alcanzar el control de Siria, pero su juego de poder ya ha desempeñado un rol importante en la perpetuación de la crisis actual y no es un buena señal para su futuro papel en la Siria pos-Al-Assad.

Los grupos rebeldes islámicos son quienes controlan la escena dentro de Siria y es por ello que la Hermandad siente que puede representarlos políticamente, ya que es el grupo de oposición mejor organizado con jerarquías internas, oficinas, un sitio web e incluso un periódico; además tienen el apoyo de Qatar y Turquía, ya que ambos Estados apuestan a que es el único partido que tiene alguna posibilidad de organizar Siria. Si bien la Hermandad manifestó su intención de Estado laico, basado en los DDHH, entre los activistas de la oposición sospechan que están utilizando la democracia para llegar al poder, y una vez en el poder, van a utilizar las leyes con el fin de reprimir a sus críticos como sucede en Egipto; con lo cual Occidente deberá optar entre trabajar con la Hermandad -que es más moderado que los yihadistas- o con el vencedor de los grupos salafistas como Jabhat Al-Nusra o Jabhat Al-Islamiya Al-Tahrir Al-Souriya.

El gobierno mantiene el control de la mayoría de las ciudades importantes, incluyendo Damasco, pero se le ha vuelto cada vez más difícil para retomar las zonas en disputa; los avances rebeldes en el sur -en los alrededores de Dara'a- si no son contenidos por el ejército de Al-Assad, sumaría un nuevo frente a los existentes en el norte y este del país.

El escenario rebelde sirio está profundamente desorganizado y es dominado por los grupos islámicos más o menos moderados, con lo cual la influencia de EE.UU. es limitada incluso si se intensifica la participación encubierta en los próximos meses. Pero lo más inquietante es que la Siria pos-Al-Assad puede ser más caótica y peligrosa que la guerra civil en curso con la pérdida del aparato estatal y la ruptura de la seguridad de las armas químicas; la mejor esperanza para la política de EE.UU. sería presionar a los sauditas para que sus grupos islámicos trabajen junto al “Consejo General Consultivo” -bajo el mando del Gral. Salim Idriss- y el ELS.

Esto en parte ya sucede, debido a que las fuerzas laicas de Idriss han combatido con los grupos pro-sauditas contra las fuerzas estatales; una alianza entre ambos sectores rebeldes aportaría una cuota de orden y abriría el camino para que Idriss negocie un gobierno de transición militar que incorpore elementos del ejército de Al-Assad. Varios altos funcionarios en EE.UU. reconocen ahora que calcularon mal el tiempo que Al-Assad podría aguantar, por lo tanto el actual enfoque del presidente Obama, apoyado por Denis McDonough -jefe de la Casa Blanca-, se basa en la prudencia.

El más comprometido esfuerzo de los EE.UU. -hasta el momento- proviene de la CIA, que está trabajando con los servicios de espionaje europeos y árabes proporcionando Inteligencia, entrenamiento y apoyo logístico para seleccionar a los grupos rebeldes “amigos”; sin embargo, la CIA se siente frustrada por la renuencia del gobierno de Obama para proporcionarle a los rebeldes armas y dinero en efectivo. Los críticos de la administración y en la oposición siria dicen que la renuencia del gobierno para armar a grupos moderados se ha fortalecido los combatientes islamistas que podrían dominar el país cuando el régimen caiga, pero lo cierto es que la Casa Blanca y los departamentos de Defensa, Estado y Justicia no tienen una justificación creíble para intervenir militarmente -Rusia vetaría cualquier resolución del Consejo de Seguridad- y la OTAN no está interesada en una nueva misión militar con resultados imprevisibles.