El año que pasó desde que un ataque químico mató a cientos de personas en los suburbios de Damasco ha sido sorprendentemente bueno para el presidente sirio, Bashar Al-Assad. Aunque su arsenal químico ha sido destruido, él se ha mantenido en el poder, ganó tiempo y consiguió que las potencias mundiales dialoguen con él; en el camino, la desaprobación mundial se ha alejado de Al-Assad y está enfocada en los yihadistas que lo combaten y en la destrucción que ellos provocan a través de Siria e Irak. Para muchos sirios, la espera por justicia se desvanece y un profundo sentimiento de amargura prevalece, ahora EE.UU. -que amenazaba con atacar a Al-Assad- está bombardeando a los yihadistas en Irak y los pedidos de renuncia de funcionarios occidentales para que Al-Assad renuncie, ya no se hacen públicamente.
La amenaza planteada por el grupo Estado Islámico de Iraq y Al-Sham (ISIS) militante está "más allá de lo que hemos visto", dijo el Secretario de Defensa, Chuck Hagel, debido a que el grupo es "sofisticado y bien financiado." El Gral. Martin Dempsey, Jefe del Estado Mayor Conjunto, dijo a que "Es posible contener al Estado islámico (…) El impulso del grupo ha sido detenido” aunque reconoció que la invasión del ISIS de gran parte de Irak llevó a muchas personas a aceptar a su dominación.
Con la política exterior de Obama en pleno debate, la ampliación de la guerra aérea en Irak tras el asesinato del periodista Foley por el ISIS, el Gral. (R) John Allen –un marine que comandó la guerra de Afganistán desde 2011 hasta 2013- instó a Obama a "actuar con rapidez para presionar a la totalidad de su sistema nervioso, romperlo, y destruir sus piezas" Allen propuso atacar a ISIS en Siria, así como Irak, "en toda su profundidad", una opción que el Pentágono ha estudiado después que el grupo invadió Mosul, la segunda ciudad más grande de Irak en junio, pero que aún está por implementarse.
El Pentágono informó que fuerzas especiales de EE.UU. irrumpieron en secreto dentro de Siria recientemente, en un intento fallido para liberar a periodista James Foley antes de ser asesinado por el ISIS. La operación involucró decenas de fuerzas de operaciones especiales, incluyendo el Regimiento 160 de Operaciones Especiales de la Aviación con sus Black Hawk modificados para dar cobertura a las fuerzas sobre el terreno. La operación fracasó después de un tiroteo con fuerzas yihadistas, cuando “los rehenes no estuvieron presentes en la ubicación de orientación", dijo el Contraalmirante John Kirby, Secretario de Prensa del Pentágono. Es interesante destacar que las defensas antiaéreas sirias no respondieron a la incursión de EE.UU.
La situación en el terreno tampoco mejora con las operaciones contra el ISIS. El Jefe del Estado de Defensa Antiaérea, My. Gral. de División Adnan Omran, fue asesinado por el Ejército Libre de Siria (ELS)en Mleha. Fuentes sirias indicaron el 14 de agosto que la zona había sido recuperada por el Ejército sirio y que unos 400 rebeldes habían sido rodeados, muchos de los cuales murieron en los enfrentamientos; esta ciudad es importante ya que rodea al Aeropuerto Internacional de Damasco y a Jaramana.
El Ejército sirio, en coordinación con el su par iraquí y con el asesoramiento de expertos rusos e iraníes, ha comenzado una operación contra el Estado Islámico de Iraq y Al-Sham (ISIS) en Raqqa. Los movimientos incluyen 85 tanques T-82 y artillería con un rango de 5 km; el Primer Cuerpo del Ejército con sede en la zona de Damasco han sido movilizados luego de la toma de Al-Maleeha y las deserciones de yihadistas de Jabhat Al-Nusra. Se estima que la Fuerza Aérea siria ha volado más de 120 misiones de bombardeo sobre posiciones y fortificaciones críticas del ISIS en Raqqa. Medio sirios sostienen que el ISIS ha sido penetrado por la Inteligencia siria, lo que explicaría la eliminación de muchos líderes del ISIS: Abu Anas Al-Jawlaani y 16 de sus ayudantes; Abi Muhammad Al-'Adnaani y 11 de sus ayudantes; Abu 'Azzaam Al-Qandahaari y Abu Hamza Al-Ansari, todo asesores cercanos de Abu Bakr Al-Baghdadi.
El ministro de Relaciones Exteriores de Jordania, Nasser Judeh, hizo una descripción lúcida de la situación sobre el terreno. Mientras se opone explícitamente partición de Siria e Iraq, países, señala que, de hecho, ambos fueron divididos por las circunstancias y la demografía de una manera similar. Según Judeh, "En Siria, desde el Norte, a lo largo de la costa mediterránea y todo el camino hacia el Sur que tiene lo que se podría llamar Régimen-Istán. Está controlado por Al-Assad y se extiende hasta los Altos del Golán, porque siente que es conveniente mantener la posibilidad de provocar o confrontar a Israel. En el Noreste de haber una zona controlada por los kurdos, un Kurdistán. Y luego, en el sur está Sunita-stán, que a su vez se divide, la zona parcialmente controlada por militantes en el Este y al Sureste en lo que podría llamar Extremista-stán (…)
En Iraq, "Desde Bagdad hacia el sur hasta el Golfo, está Chiia-stán. En el Norte, el Kurdistán. Y el resto se divide Sunita-stán -con Extremista-stán, controlado por ISIS- en el Noroeste y al Oeste, desde Mosul a Siria (…) Mientras que esta fragmentación ha llegado a un costo enorme, también ha hecho posible ver con más claridad quién es quién, qué alianzas son posibles, y donde los desafíos centrales (…) Por ejemplo, la colaboración de EE.UU. y los kurdos y el reconocimiento dentro de Bagdad que se necesitarán algunas concesiones a los kurdos para garantizar la derrota del ISIS (…) Quizás lo más importante, está el reconocimiento que las áreas sunitas –Sunita-stán - no son monolíticas (…) Por ahora, Extremi-stán es sólo parte de ella. Y esto lleva a casa un mensaje de vital importancia: No sólo es esencial para la derrota del ISIS y otros extremistas - tanto militar como por sus fuentes de financiación- sino como una alternativa política organizada al ISIS dentro Sunita-stán”.
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