El grupo rebelde sirio, Ahrar Al-Sham, ha anunciado que su nuevo líder es Hashim Al-Sheikh también conocido como Abu Jaber, mientras que su segundo es Abu Saleh Tahan. El cambio de dirección surgió después de haber perdido su alto mando en un atentado en Idlib Ahrar, que terminó con la vida de Hassan Abboud, jefe de Ahrar Al-Sham; Abu Yazan Al-Shami, miembro del Consejo de la Shura del Ahrar; los comandantes militares Abu Talha al-Askari y Abu Yusuf Binnish y Abu Al-Zubeir -jefe de la brigada de Iman- entre 45 líderes de otros grupos de la oposición que luchan en el Frente Islámico. Aunque supone un avance, la solución al yihadismo dista mucho de ser mediante la eliminación de sus líderes, ya que la complejidad de sus tramas y profundidad de sus lazos son novedosas.
En la cúpula de la organización del Estado Islámico de Iraq y Al-Sham (ISIS), Abu Bakr al-Baghdadi, escogió a muchos de sus colaboradores de entre los hombres que conoció cuando fue un prisionero de EE.UU. en el centro de detención de Camp Bucca hace una década. Al-Baghdadi, incluyó en su equipo de liderazgo a muchos oficiales de ejército de Saddam Hussein: Fadel Al-Hayali, sirvió a Hussein como Tte. Cnel., y Adnan Al-Sweidawi, otro Tte. Cnel. que dirige el Consejo Militar del grupo. Dentro de la cúpula del ISIS hay otros ex militares de Saddam, según documentos incautados por la Inteligencia de EE.UU., lo que ayuda a explicar sus éxitos campo de batalla: esos líderes aumentaron habilidad militar tradicional con técnicas terroristas refinadas a través de años de lucha contra las tropas estadounidenses, tienen el conocimiento local y los contactos de profundidad en el terreno. El ISIS es, en efecto, un híbrido de los terroristas y un ejército.
Al-Baghdadi tiene 25 delegados por todo Irak y Siria. Alrededor de 1/3 eran oficiales del régimen de Hussein, y casi todos fueron encarcelados por las fuerzas estadounidenses. Los 2 últimos líderes del Consejo Militar de ISIS eran ex oficiales militares iraquíes -un coronel y un capitán- y luego que ambos fueron asesinados, llegó el ex Tte. Cnel. Al-Sweidawi. Ahmed Al-Dulaimi, gobernador de Anbar, provincia controlada por el ISIS, se graduó en la academia militar junto a Adnan Nijim en 1993, cuando se convirtió en un oficial de Infantería.
El presidente Barack Obama pronunciará un discurso en la noche de EE.UU. sobre su plan de lucha contra el ISIS. Obama ya ha indicado que los expertos están listos para extender los ataques aéreos de las FFAA norteamericanas, que ya vienen realizando en contra de los yihadistas en Irak, y posiblemente en Siria. La duda que persiste es el Congreso de EE.UU. y si necesita de su aprobación cualquier iniciativa militar al respecto.
El Congreso provee la Autorización del Uso de Fuerza Militar (AUFM), tal como sucedió en octubre de 2002 en relación con la invasión de Irak. Pero en la administración Obama, esta posición varió ya que en Libia 2011, cuando la aviación norteamericana participó de las misiones sin solicitarle autorización al Congreso ya que se amparó bajo el argumento de “que no era una guerra sostenida y no implicaba tropas en el terreno”. Ahora, en Iraq, EE.UU. ya operó más de 140 ataques aéreos contra objetivos yihadistas –sin autorización del Congreso- y ya comenzaron las misiones de Inteligencia con aviones no tripulados sobre el Norte de Siria.
Muchos republicanos del Congreso, así como algunos demócratas, han criticado a Obama por ser demasiado cauteloso. El líder de la Cámara de Representantes, John Boehner (R-Ohio), dijo ayer que "lo que necesitamos es una estrategia", mientras que el líder de la minoría del Senado, Mitch McConnell (R-Ky.) dijo que "es necesario explicar al Congreso cómo las autoridades harán uso de de fuerzas adicionales para proteger a los estadounidenses." Boehner, después de consultas con sus pares, emitió un comunicado diciendo que "El Presidente del Parlamento dijo que apoyaría al Presidente si quería utilizar a los militares para ayudar a entrenar y jugar un papel de asesoramiento para las fuerzas de seguridad iraquíes contra el ISIS."
Lo cierto es que en Washington cada político tiene su propia estrategia y muchas de ellas ya han demostrado su inviabilidad o que están equivocadas. Por otra parte, el presidente Obama no desea iniciar una nueva guerra en Medio Oriente, por lo que su esfuerzo bélico parece más orientado al público doméstico que a darle una solución de fondo a la expansión del ISIS. Y finalmente, la responsabilidad de las operaciones terrestres y aéreas tendrá un fuerte componente regional, con los ya sabidos problemas logísticos y de coordinación militar intra regionales.
Hasta ahora parece que Obama había tratado de esquivar el principal problema de su campaña contra ISIS. Él no va a querer llevar a cabo un cambio de sentido en la política estadounidense al aliarse con el presidente Al-Assad, aunque el gobierno de Damasco es la principal oposición armada al ISIS en Siria. En lugar de eso, Washington sigue con la pretensión de que existe una oposición armada "moderada" en Siria, capaz de luchar tanto contra el ISIS y el gobierno sirio a la vez; por desgracia, esta fuerza apenas existe y han mostrado una tendencia a unirse a los yihadistas. Su sectarismo anti alawita no es muy diferente al ISIS en el fondo.
Por otra parte, Siria se mantiene en la lucha contra el yihadismo, pero cada vez le cuesta más esfuerzo. Al-Assad comenzó el año con una renovada ofensiva que fue frenada por el ISIS y ahora el gobierno volvió a la defensiva; en un lapso de semanas, el ISIS se consolidó en 1/3 del territorio sirio, tomó el Norte de Aleppo y amenaza con empujar sobre el Norte hasta la costa alawita. Yacoub El Hillo, el principal funcionario humanitario de ONU en Siria, dijo que sabía de treguas que se están negociando en unas 40 zonas en todo el país -acuerdos locales de cese al fuego y concesiones políticas del gobierno- en un intento por frenar a los extremistas sin apoyar directamente a Al-Assad.
Si se mantiene la misma línea de trabajo, los anuncios del presidente Obama implicarán una mayor cantidad de operaciones aéreas contra ISIS en Iraq y que posiblemente se extenderán al Norte de Siria, junto a una mayor asistencia militar a los Estados aliados en la región; de esta manera quedaría descartada una participación de tropas norteamericanas o una posible coalición militar internacional como sucedió en Iraq 1989-90 y 2003. La incógnita por estas horas es el rol que tendrá Siria dentro de esta ofensiva norteamericana contra el ISIS, ya que es parte del problema, pero no se lo considera parte de la solución.
Sin duda, Obama ha demostrado que está dentro de él para poner en práctica algunos cambios. Durante su primer mandato, después de un inicio incierto, mejoró del Consejo Nacional de Seguridad (NSC) que le permitió logros sustanciales como la eliminación de Bin Laden y docenas de otras decisiones tácticas donde el presidente tuvo un papel de liderazgo fuerte y mostró gran carácter y valentía. Ahora se necesita una amplia reevaluación sobre la política de intervención limitada en Irak; pero sigue habiendo problemas internos dentro de la toma de decisiones de EE.UU. que siguen midiendo en términos de riesgo-aversión, actitud defensiva-táctica centrada en el corto plazo, más que política estratégica que lleve a Obama a trabajar con sus pares de todo el mundo para dar forma y dirigir la acción común en muchos temas importantes.
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