miércoles, 27 de julio de 2011

Irán, Iraq y Siria acordaron la construcción de un gasoducto



Los ministros de Petróleo de Irak, Irán y Siria firmaron un acuerdo preliminar para la construcción de un gasoducto por unos u$S 1.000 mil millones en un plazo de tres años, según informaron la agencia de noticias iraní IRNA y otros medios de comunicación iraníes. El documento fue suscripto en la región industrial de Assalouyeh, ubicada en la provincia sureña de Bushehr por ministro iraní Mohammad Aliabadi, el ministro iraquí Abdul Kareem Al-Luaibi y el homólogo sirio, Sufian Alaw.

La longitud de la tubería supera los 1.500 kilómetros y se extenderá desde Assalouyeh a Damasco pasando por Irak, con una capacidad de transferencia de 110 millones de metros cúbicos de gas natural al día. El gas transportado se produce a partir del yacimiento iraní South Pars en el Golfo Pérsico, que Irán comparte con Qatar, y tiene reservas estimadas de 16 billones de metros cúbicos de gas; funcionarios iraníes han dicho que Irán está produciendo alrededor de 600 millones de metros cúbicos de gas por día de los cuales sólo 37 millones de metros cúbicos se exportan.

El proyecto supone el establecimiento de una tubería de 56 pulgadas lo que permitiría que compita por los clientes europeos con el proyecto de gasoducto Nabucco. Hassan Zainab, Vice ministro sirio de Petróleo, desestimó las comparaciones con el proyecto Nabucco; dicho proyecto suministrará –potencialmente- a Europa de gas natural del Oriente Medio y del Mar Caspio, en particular de Azerbaiyán. Pero a pesar del apoyo político, el proyecto carece de los acuerdos oficiales de los países proveedores.

Teherán dijo que el gasoducto podría llegar a satisfacer las demandas de la cuenca mediterránea. Irán, que cuenta con algunos de los mayores yacimientos de gas natural del mundo, ha dicho que sus recursos podrían ser utilizados para el proyecto Nabucco, aunque los Estados occidentales han rechazado la idea.

Otro dato interesante del encuentro es que Irán accedió a la exportación de gas natural para las estaciones eléctricas en Irak; el ministro iraquí Al-Luaibi señaló que se importarán unos 800.000 metros cúbicos de gas natural iraní por día -con una inversión de u$s 300 millones- para alimentar las centrales de Bagdad y Al-Nasseriya. Al-Luaibi también señaló que el acuerdo energético marca el inicio de una política exterior iraquí independiente de Washington y por lo tanto hace caso omiso de las sanciones impuestas por Estados Unidos contra Irán e impulsa sus lazos con los vecinos árabes.

Este acuerdo es, tal vez, la señal más clara del interés iraní por contener el avance turco en la región; Irán ha puesto sus fichas en Siria aun a riesgo de dañar sus lazos con Turquía. Desde Ankara se ha presionado, antes y después de las elecciones presidenciales, sobre la necesidad de un cambio en el enfoque del régimen sirio respecto de las reformas y en repetidas oportunidades se ha mostrado un abierto apoyo a los opositores al presidente Al-Assad.

El apoyo de Irán, principal aliado regional, hacia Siria quedó demostrado cuando el primer vicepresidente iraní, Mohammad Reza Rahimi, utilizó la reunión con el ministro sirio Alaw para despejar cualquier duda sobre la postura de Irán a Siria, al afirmar que Irán y Siria son dos países inseparable y aliados e Irán apoya a su amigo y vecino musulmán sirio bajo todas circunstancias. Otro aspecto que refuerza el apoyo iraní es un artículo publicado en la revista Sobh'eh Sadegh –perteneciente a la Guardia Revolucionaria iraní- donde se señala que los medios de comunicación han advertido a Turquía sobre su postura sobre Siria e insisten en que Irán se encuentra en estrecha relación con el régimen de Al-Assad; por lo que ante la instancia de optar por Turquía o Siria, Irán sostendría su alianza con el régimen de Al-Assad.

Irán con esta maniobra política afianza su estrategia de expansión hacia el Mediterráneo, apoyando a los aliados estratégicos como son el régimen alawita en Siria y Hezbollah en Líbano además de expandir la chiita influencia en Iraq; por otro lado Irán desafía las imposiciones económicas que le aplicó la Unión Europea por su programa nuclear y marcó el final de su participación en el proyecto Nabucco. El único inconveniente serio que se interpone frente al proyecto iraní es la falta de capitales, por el momento, para invertir en las obras.

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