viernes, 1 de julio de 2011

Siria: más dudas que certezas




Anders Fogh Rasmussen, jefe de la OTAN, señaló que no preveía ninguna intervención en Siria y que en Libia se estaba trabajando sobre la base de un mandato de la ONU con el apoyo de los países de la región, pero que las condiciones en Siria no eran similares a las libias William Hague, Ministro inglés de Asuntos Exteriores, dijo en el parlamento británico puso a Libia y Siria en la misma categoría de regímenes culpables de las brutalidades que amenazan con desestabilizar a los estados vecinos; sin embargo señaló que el proyecto franco-británico de resolución sobre Siria -que condena la violencia- es mucho más suave que la resolución 1973 del Consejo de Seguridad -que autoriza los ataques militares en Libia- y a pesar de ello, la medida para Siria no tiene suficiente respaldo para ser sometida a votación.

Alain Juppé, Ministro francés de Relaciones Exteriores, visitó a su homologo ruso, Sergei Lavrov, para abordar el tema sirio pero no llegó a ningún consenso. Después de las conversaciones, Juppé dijo en una conferencia de prensa conjunta que la situación en Siria era una amenaza para la estabilidad regional y que el Consejo de Seguridad debería aprobar una resolución sobre el tema. No obstante, Lavrov reiteró que Moscú no apoyará al Consejo de Seguridad en esa medida; por otra parte, Lavrov expresó su apoyo al presidente de Siria y dijo que la negativa de la oposición siria para mantener un diálogo con los líderes del país es "inaceptable".

Hillary Clinton le advirtió al gobierno sirio que se estaba quedando sin tiempo para implementar las reformas y que, sin una acción positiva, sólo se enfrentaría con una mayor resistencia; al respecto la Secretaria de Estado señaló que se debe permitir un proceso político serio en el que se incluyan las protestas pacíficas, se entable un diálogo productivo con la oposición y la sociedad civil. EE.UU. considera no que hay un mensaje coherente y consistente en las respuestas dadas desde Damasco -a principios de esta semana- a las que calificó de inadecuadas para las demandas de los manifestantes, especialmente cuando las tropas del gobierno continúan con su ofensiva en el norte de Siria.

Las fuerzas sirias comenzaron impusieron su avance a través de una zona montañosa cerca de la conflictiva frontera con Turquía con un cerco militar de dos días; la acción de las tropas sirias en la zona noroeste de Jabal al-Zawiya parecía estar destinado a la prevención de los residentes de huir a Turquía, donde más de 10.000 sirios ya han sido refugiados en campamentos. En las operaciones, las fuerzas sirias estaban consolidando su control sobre la zona de Jabal al-Zawiya tras dos días de intensos bombardeos en la zona, sobre todo en el pueblo de Rameh.

Mientras tanto, las fuerzas sirias dispararon gases lacrimógenos para dispersar una manifestación en la aldea kurda de Amoud, más al noroeste. Las fuerzas del gobierno hasta ahora han reaccionado con mano suave contra los manifestantes kurdos, ya que se cree que el régimen no quiere provocar un levantamiento kurdo.

En Alepo, varios cientos de manifestantes realizaron al menos dos protestas contra el régimen. La manifestación fue mucho más pequeñas que las que tienen lugar en otras ciudades de Siria, pero su importancia radica en que Aleppo es la segunda ciudad más grande del país, donde gran parte de los pequeños de Siria vida de clase media y su rasgo más importante es que alberga una porción importante de alawitas, por lo que si la población se vuelve contra el régimen Al-Assad podría estar en problemas para reprimir.

Hay una hipótesis interesante respecto de los recientes movimientos de las tropas sirias en el norte del país. En ella, se parte de la idea de un escenario donde el régimen de Al-Assad rodeado y sin opciones finalmente colapsa; frente a esta alternativa surge la posibilidad de crear un pequeño feudo alawita en el noroeste controlado por Al-Assad.

Esto se ve reforzado si se observa que en las últimas semanas el ejército y los servicios de seguridad han estado activos en la provincia de Idlib a lo largo de la frontera con Turquía, acompañado de una campaña para pacificar el eje Homs-Aleppo; aun cuando la prioridad del régimen es imponer el orden en la totalidad de Siria, las acciones en estas áreas pueden -al mismo tiempo- servir al propósito de consolidar el control sobre un futuro mini-Estado alawita. Los alawitas se concentran en la región de las montañas y en las ciudades del noroeste de Siria, se han trasladado a Homs y Hama, donde por lo general viven en las principales ciudades

Si los alawitas tratan de establecer un pequeño Estado, implicaría la preparación de una línea de defensa de las áreas sunitas urbanas, a lo largo de la carretera Homs-Hama-Alepo; también implicaría el fortalecimiento del control del centro alawita al oeste sobre las ciudades costeras. Finalmente sería necesario asegurar una línea paralela de la defensa a lo largo del borde oriental de las montañas alawí, sobre la llanura que conduce hacia Homs, Hama y Aleppo. No es una coincidencia que al norte de este límite se encuentra en Jisr al-Shughour, mientras que el sur está Talkalakh.

Estos lugares le permiten el régimen cerrar el acceso a los distritos predominantemente sunitas en las fronteras; las tácticas de terror adoptadas por el ejército sirio, las fuerzas de seguridad y las milicias irregulares del régimen parecen tener el objetivo de causar el desplazamiento de población permanente en estas zonas del país. Testigos dijeron que un patrón que se repite en toda la zona: una oleada de tanques inundarían aldeas bajo un intenso fuego, algunos soldados apoyados por tanques se quedan a pedir tarjetas de identificación y los avances se hacen con altoparlantes que dicen 'Estamos llegando a usted, tenga cuidado'.

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