jueves, 6 de octubre de 2011

El Consejo de Derechos Humanos de la ONU analizará la situación de Siria



La Oficina de Derechos Humanos de Naciones Unidas estimó que los muertos en Siria se han elevado a más de 2.900 desde las protestas se iniciaron en marzo; la Alta Comisionada para los Derechos Humanos, Navi Pillay, señaló que basándose en una lista propia detallada con nombres de personas, el número total de personas que murieron en Siria desde que comenzaron las protestas asciende a más de 2.900; el número de anterior de esa misma lista era de 2.700. La última cifra - que no incluyen aquellos que han desaparecido o siguen desaparecidos- se dio a conocer un día antes que el Consejo de Derechos Humanos de la ONU examinará la cuestión de Siria, como parte de un examen periódico que el foro hace de todos los Estados miembros de la ONU.

El viernes, el Consejo de Derechos Humanos de la ONU revisará el historial de Siria –como parte de su examen periódico- pero en esta oportunidad se espera que EE.UU. y otros países occidentales denuncien lo que ellos dicen son las atrocidades cometidas por Siria. El Consejo de Derechos Humanos había puso en marcha el mes pasado una comisión internacional de investigación -sobre presuntos crímenes contra la humanidad- que estarían siendo perpetradas por las fuerzas de seguridad sirias, dentro del marco de una investigación preliminar de la ONU; Sergio Pinheiro, el brasileño al frente de comisión de investigación, se reunió con una delegación siria de alto nivel en Ginebra esta semana para pedir permiso para entrar en el país donde el equipo tiene previsto recoger testimonios en el terreno y deberá emitir un informe a finales de noviembre.

La reunión del Consejo se produce en momentos que la oposición siria está girando de pacífica a resistencia armada, lo que supone un agravamiento del conflicto. Desde finales de julio, un grupo autodenominado “Ejército Sirio Libre” se ha adjudicado ataques en todo el país y surgió así como el primer gran contendiente armado del régimen sirio. Aunque la oposición no dio la bienvenida al inicio, ahora si se ve con buenos ojos la formación del grupo armado ya que el movimiento podría impulsar una revuelta a gran escala debido a la participación de altos oficiales que desertan del régimen.

Por otro lado, la escalada en la violencia también podría ser contraproducente, ya que el régimen tendría un nuevo pretexto para reprimir más y la división sectaria en Siria - un régimen mayoritariamente alawita en un país mayoritariamente sunita- sería utilizada dentro del contexto de una guerra civil para profundizar las diferencias. Los desertores en su mayoría están armados con granadas propulsadas y armas de fuego livianas, operan principalmente en Jabal al-Zawiya y también en Homs; al comienzo de las manifestaciones, las deserciones militares eran bajas pero se han incrementado en las últimas semanas y según Riad al-Assad -Coronel de la Fuerza Aérea- que dirige el Ejército Sirio Libre, el grupo tiene actualmente más de 10.000 miembros.

Ante la imposibilidad de aprobar el proyecto de resolución impulsada por los europeos y apoyado por los norteamericanos, trascendió la posibilidad que la Unión Europea imponga una nueva ronda de sanciones de manera unilateral sobre Siria; este paquete de sanciones se dirigirían al Banco Comercial de Siria –aunque algunos sectores señalan al propio Banco Central Sirio- y a 29 iraníes acusados de violaciones de DDHH, se anunciarán en los próximos días y entrarán en vigor a finales de la próxima semana. Las nuevas medidas restrictivas contra Irán, por su parte, se centrarán en 29 funcionarios iraníes e incluirán la congelación de activos y la prohibición de permisos de viajes.

El bloque de la UE prohibió el mes pasado la entrega al Banco Central de Siria de billetes y monedas producidas en la UE, dentro de la séptima ronda de sanciones destinadas a aumentar la presión económica sobre el régimen sirio. En la última ronda también se incluyó la prohibición a las empresas europeas para realizar nuevas inversiones en la industria petrolera de Siria y anteriormente se habían prohibido las importaciones de crudo sirio a Europa.

El régimen sirio ha tenido problemas para encontrar compradores alternativos a su petróleo después que embargo europeo entró en vigor y ha admitido que sus reservas en moneda extranjera se han reducido; el martes el gobierno pudo revertir parcialmente la prohibición de la mayoría de las importaciones -destinadas a preservar las reservas de divisas- después que la situación política hizo acrecentar los precios y aumentó el malestar de la comunidad empresarial, leal al régimen sirio.

Desde EE.UU. y Europa parecen apoyar la hipótesis que una erosión gradual de las finanzas del presidente Al-Assad creará divisiones en el ejército y en la comunidad empresarial de Siria al punto de romper con la familia Al-Assad; la cobertura diplomática y económica de Rusia y China le permitirán al régimen sirio mantener el poder en un futuro a mediano plazo, pero las ayudas no serán para siempre.

En este esquema de desgaste gradual de la economía siria, es fundamental la cooperación de Turquía, de la misma manera que es esencial para la aplicación del embargo de armas a Irán; Turquía ya ha interceptado este año varios envíos de armas iraníes en su camino a Siria por tierra, aire y mar. Aunque Siria importó de la UE el año pasado por u$s 4.700 millones, en comparación con los u$s 2.000 millones en importaciones procedentes de Turquía; la diferencia se produce en las exportaciones de Siria a la UE –que representan el 29% del total- mientras que las exportaciones a Turquía representan alrededor del 4,1% de sus exportaciones totales.

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