lunes, 17 de octubre de 2011

La Liga Árabe no suspenderá a Siria




Nabil Elarabi, Secretario General de la Liga Árabe, fue cuestionado duramente anoche con preguntas hostiles al finalizar la reunión de emergencia de Ministros de Relaciones Exteriores árabes, convocada para que el régimen sirio y la oposición entablen un diálogo nacional –aunque algunos sectores de activistas sirios esperaban la suspensión de Damasco de la Liga- en aras de superar la violencia en el país. El principal cuestionamiento que recibió el Elarabi fue el por qué es diferente Libia de Siria y por qué a los civiles sirios no se les concede la misma protección que la Liga había pedido en Libia, después de haber expulsado Gaddafi de la organización.

Elarabi, visiblemente nervioso, sostuvo que la Liga adoptó una decisión importante e insistió que hay un calendario para el diálogo y la creación de un comité ministerial para seguir las resoluciones. Lo cierto es que la Liga es una organización de Estados divididos por rivalidades históricas, por ello es tan difícil establecer un línea clara de conducta y de allí las mutaciones de acuerdo a cada caso en particular; en el caso de Libia, la mayoría de los líderes árabes tenían un odio particular por Gadafi, hecho que produjo el consenso necesario para la suspensión de Libia de la Liga

En los pocos meses ya que ha estado en el cargo, su poder de persuasión por sí sola no ha tenido los resultados deseados. Viajó dos veces a Damasco para presionar por el fin de las operaciones militares contra los manifestantes, que según la ONU, han matado a más de 3.000 personas, y para un diálogo basado en un plan de siete puntos acordado por los cancilleres árabes. Aunque la iniciativa prevé reformas graduales, pero creíble que culminó en las elecciones presidenciales libres en 2013, ha sido rechazada por Damasco.

Las rivalidades históricas dentro de la Liga también se han replicado en otras organizaciones regionales. Siria criticó duramente al Consejo de Cooperación del Golfo (CCG) por solicitar -un día antes de la reunión de la Liga Árabe- la suspensión la membrecía de Siria. Aunque el pedido no prosperó, es un reflejo de las profundas divisiones entre las naciones miembros del organismo.

La Liga Árabe estableció un plazo de 15 días para promulgar un alto el fuego -no hizo mención de una posible suspensión- y también se acordó la creación de un comité -dirigido por Qatar- para supervisar la situación en Siria y se estableció que el diálogo nacional entre los funcionarios sirios y la oposición se llevarían a cabo en la sede de la Liga Árabe en El Cairo. Esta alternativa no fue bien recibida por los medios oficiales sirio que acusaron a los países del Golfo de promocionar agendas secretas sectarias y que era un error pensar que había llegado el momento ahora para controlar la Liga Árabe y saldar cuentas con Siria.

El Embajador Youssef Ahmed, Representante Permanente de Siria ante la Liga Árabe, anunció la reserva de Siria sobre parte de la resolución de la Liga Árabe, incluyendo su redacción y en especial el nombramiento del Ministro de Qatar y como jefe del Comité Ministerial Árabe de seguimiento. Ahmad dijo que hay razones de peso para ver como negativo al desempeño por Qatar -en términos de la política y por los medios de comunicación- hacia los acontecimientos en Siria; sobre la inclusión de una invitación para la celebración de un diálogo con la oposición en la sede de la Liga Árabe, Ahmad afirmó que Siria es un país independiente y soberano, dirigido por una autoridad legítima, capaz de ejecutar los asuntos del país y proteger su seguridad y la seguridad de sus ciudadanos, y que cualquier diálogo nacional sólo puede ser realizada en Siria, con la participación de todos los grupos sociales

Antes de la reunión, 121 grupos de la sociedad civil instaron a los líderes árabes para proteger a los sirios de un gobierno al que acusan de tratar de agitar las tensiones sectarias y provocar una guerra civil. El creciente cuestionamiento sobre la falta de decisiones concretas por parte de la Liga Árabe está arrastrando a la organización junto con el régimen sirio, ya que se está deslegitimando al liderazgo árabe en la región que pugna por cambios y rupturas con los anteriores modelos; Bashar Al-Assad, heredó el poder de su padre hace 11 años y ha posicionado a Siria como el "corazón del arabismo" y se ha auto-declarado defensor de la causa palestina mientras fortalecía una alianza con los gobernantes chiitas de Irán.

Sin embargo el pedido más duro que recibió Al-Assad provino de Ban Ki-moon, Secretario General de Naciones Unidas, quien le pidió al líder sirio "Pare antes de que sea demasiado tarde". El Secretario General también pidió a Al-Assad que acepte una comisión internacional de investigación sobre las violaciones de los DDHH; el régimen sirio sostiene que los incidentes son fruto del accionar de bandas armadas desde el extranjero y que la intensificación de las operaciones de contrabando indican algún tipo de apoyo por parte de partidos libaneses -que tienen como objetivo desestabilizar a Siria- y este hecho fue confirmado por los terroristas detenidos que confesó haber recibido armas y dinero desde Líbano.

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