martes, 6 de marzo de 2012

La Guerra Fría en Siria


Tras la victoria de Vladimir Putin en las elecciones presidenciales, Rusia advirtió a Occidente que no espere un cambio en su postura sobre Siria; Putin hizo de las acusaciones de injerencia mundial, por EE.UU. y sus aliados, un tema de su campaña electoral y aunque ello podía indicar que su discurso duro estaba dirigido a la audiencia nacional y que podría ser más flexible después de la votación, no se ha verificado en la realidad.

En un comunicado dijo la Cancillería rusa sostuvo que la posición de Rusia, respecto a un acuerdo sobre Siria, nunca fue objeto de consideraciones políticas y no se formó bajo la influencia de los ciclos electorales a diferencia de algunos de nuestros colegas occidentales y los enfoques para la resolución de los conflictos internos se basan en el derecho internacional y la Carta de las Naciones Unidas.

Putin, presidente desde 2000 y ahora como Primer Ministro, obtuvo el mandato presidencial de seis años con casi el 64 % de los votos en una elección denunciada por los opositores y considerada como desleal por parte de los observadores internacionales; en un artículo sobre la política exterior del mes pasado, escribió de "regular los intentos de EE.UU. para llevar a cabo una "ingeniería política en las regiones que tradicionalmente son importantes para nosotros y en las campañas electorales en Rusia, por lo que no se deberían esperar cambios significativos dentro de la política rusa para Damasco.

Sumada a la buena noticia del triunfo de Putin en Rusia y la consiguiente continuidad de la política rusa hacia Siria, la otra buena noticia para el presidente Al-Assad es la llegada de nuevos envíos de diesel del presidente venezolano, Hugo Chavez.

Venezuela está preparando un tercer cargamento de diesel para el gobierno sirio, aún cuando el presidente Bashar al-Assad intensifica la represión contra los manifestantes. El mes pasado, el gobierno de Venezuela confirmó que había enviado al menos dos navíos con combustible a Siria, con suficiente potencial para socavar las sanciones occidentales como un proveedor poco frecuente del régimen de Al-Assad.

Adel El Zabayar, diputado oficialista de Venezuela, señaló que el buque “Negra Hipólita” se encuentra en la costa venezolana y está en condiciones de suministrar nuevamente diesel a Damasco aunque El Zabayar no dijo cuándo sería enviado el tercer embarque. Los embarques de PDVSA, parecen llevarse a cabo bajo un acuerdo firmado en 2010 entre las dos naciones en la que Venezuela provee de diesel en cambio de alimentos y productos básicos como el aceite de oliva; pero no resulta claro si PDVSA está negociando directamente con Sytrol Siria empresa estatal de petróleo, que ha sido puesta en la lista negra EE.UU. y la UE.

En contraste con los enfoques de Rusia, ayer el Senador John McCain (R), dijo que EE.UU. debería liderar un esfuerzo internacional para proteger a las ciudades sirias y pueblos a través de ataques aéreos contra las fuerzas del gobierno sirio. No hubo comentarios inmediatos de la administración Obama sobre los comentarios de McCain, el primer senador de los EE.UU. para instar a un ataque militar de EE.UU. contra Al-Assad hasta hoy.

Desde la Casa Blanca, la administración del Presidente Barack Obama debió salir a ratificar su compromiso con los esfuerzos diplomáticos para ponerle fin a la violencia en Siria y reiteró la necesidad del cese inmediato de los enfrentamientos, en un claro intento por centrase en los enfoques diplomáticos y políticos en lugar de una intervención militar. Tommy Vietor, un portavoz de la Casa Blanca, señaló en un comunicado que la mejor oportunidad de hacer eso y dar paso a una transición política es aislar al régimen, cortarle las fuentes principales de ingresos y forzar a la oposición a unirse bajo un plan de transición.

La llegada del mediador Kofi Annan a Damasco, para tratar de detener los enfrentamientos en el país, es un avance dentro del conflicto pero su eficacia en la mediación estará supeditada a la decisión final que Moscú tome sobre el tema ya que Siria es el único aliado estratégico árabe de peso en la región. Rusia es el único poder exterior que podría determinar si la misión de Annan del 10 de marzo tendrá alguna posibilidad en el contexto sirio; el conflicto sirio es netamente interno pero se está convirtiendo en una lucha de poder entre rivales internacionales –Irán y Arabia Saudita o EE.UU. y Rusia- por ello hoy la clave del conflicto no radica si Annan puede convencer a Al-Assad sino de hacerle comprender a Putin que debe apoyar un plan de transición para que el régimen negocie de buena fe o que se enfrente a un aislamiento internacional y un posible derrocamiento en el largo plazo.


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