Un grupo de facciones rebeldes islamistas de Aleppo ha denunciado enérgicamente a la nueva coalición opositora Siria y se comprometieron a establecer un Estado islámico en Siria, destacando la lucha del órgano opositor por reducir las filas de los rebeldes; según el comunicado, las facciones rebeldes islamistas "acordaron por unanimidad en el establecimiento de un Estado islámico justo, ya que rechazan cualquier tipo de coaliciones patrocinadas por los extranjeros y los consejos que se nos imponen." La declaración de Alepo se hizo en nombre del Frente Nusra, Brigada Tawhid y una serie de otros grupos de línea dura dentro de los grupos islamistas; el Cnel. Malek Al-Kurdi, segundo del Ejercito Libre Sirio (ELS) dijo -en su sede de Turquía- que rechazan el anuncio y señalaron que había sido hecho sin el conocimiento de los grupos que supuestamente representaban.
El anuncio provocó objeciones en Aleppo y la indignación de amplias franjas de grupos opositores que pueden estar en contra del ELS, pero ven a la declaración de un Estado islámico como un acto que está en contradicción con los objetivos de la sublevación; la autenticidad de la declaración también está en duda, ya que al menos dos de los principales grupos islamistas -Brigada Tawhid y los batallones Ahrar Al-Sham- se desvincularon de la redacción del documento. Moaz Al-Khatib, jefe de la Coalición Nacional, expresó sus dudas sobre la representatividad de la declaración y dijo que "la calle, y no a los grupos rebeldes de manera individual, decidiría el futuro político de Siria.” El descontento también se expresó en las bases de la revolución, en el pueblo de Kfaranbel –en Idlib- donde se le solicitó a los rebeldes islamistas que protejan a los civiles y detengan la matanza, antes de "establecer Estados que no nos representan".
Mientras tanto otro grupo disidente, el Consejo de Coordinación Nacional de la Oposición en Siria, dijo el lunes que habían boicoteado la reunión de Doha porque "queremos que el cambio democrático que se haga dentro del país, pero que no se hará por un extranjero"; en una rueda de prensa celebrada en Damasco, el Consejo dijo que nadie tiene el derecho a reivindicarse ser el representante legítimo del pueblo sirio, sin recurrir a las elecciones. El Consejo también dijo que había boicoteado la reciente conferencia en Teherán, porque "era un paso no calculado y un intento de tomar represalias en contra de la reunión de Doha".
Francia rápidamente reconoció a la nueva coalición de oposición siria nacida en Doha, al cual se sumó hoy Gran Bretaña, mientras que los ministros de la UE estuvieron a punto de hacer lo mismo; el valor del reconocimiento diplomático radica en que facilitaría el camino para que las potencias extranjeras suministren las armas y otros equipos que los rebeldes necesitan desesperadamente para terminar con su campaña contra el presidente Al-Assad. Pero el documento emitido por ciertos grupos islámicos en Aleppo vuelven a poner en duda el futuro de la coalición opositora y -peor aún- ponen en tela de juicio el destino final de las armas que podrían llegar a manos de los rebeldes islámicos.
La posibilidad de un Estado islámico dentro de Siria no es solo una mala noticia para la revolución siria sino que también lo es para la región, especialmente para Israel que vivirá rodeado de grupos religiosos armados. Según Al-Assad, Siria e Israel se ven los unos a los otros con recelo, pero reconociéndose como eternos enemigos ni se beneficiarían de una guerra abierta.
Pero esa lógica es ajena al tipo de liderazgo que se instaló en Aleppo. Israel podría encontrarse con respaldo iraní para Hezbollah -en Líbano- a través de la frontera, la competencia por Gaza donde Egipto ha demostrado esta semana que el nuevo gobierno simpatiza con Hamas y sus ambiciones y que está dispuesto a demostrarlo; ahora se le sumaría un arco de grupos fundamentalistas armados unidos por un nuevo enemigo anti-occidental -dentro de Siria- que son más ricos y mejores armados que cualquiera de los otros dos.
La captura de los rebeldes de la base del Regimiento 46to del ejército sirio es un duro golpe a los esfuerzos del gobierno por revertir los avances de los rebeldes y muestra un creciente nivel de organización entre las fuerzas insurgentes. En un recorrido posterior por la base, ahora en poder de los rebeldes, los combatientes se hicieron de media docena de grandes camiones repletos de cajas verdes llenas de morteros, proyectiles de artillería, cohetes y fusiles, además de cinco tanques y dos vehículos blindados, dos lanzacohetes y dos cañones de grueso calibre de artillería.
La toma de la base del Regimiento 46 significa que el régimen ha perdido la capacidad de operar en el norte del país desde un lugar seguro, además implica un refuerzo para los arsenales rebeldes que han visto aumentada su capacidad de fuego y por lo tanto su nivel operativo contra las fuerzas estatales. Mientras tanto, la UE le ofreció un apoyo fundamental a la nueva coalición de la oposición política siria dándole una incipiente credibilidad que la coalición necesita si desea obtener más ayuda internacional; pero los tiempos van más rapido y los enfrentamientos en el terreno le dan más poder y legitimidad a los diferentes grupos rebeldes, sumando más caos a una situación, de por sí, compleja.
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