martes, 5 de noviembre de 2013

EE.UU.-Arabia Saudita ¿El divorcio del año?



Los Estados árabes formalmente aprobaron las conversaciones de paz propuestas para poner fin a la guerra civil siria en Ginebra, que se han retrasado por las disputas entre las potencias mundiales y las divisiones entre la oposición. En el comunicado final -después de una reunión de emergencia de ministros de Relaciones Exteriores de la Liga Árabe- se pidió hoy a la oposición que forme una delegación con rapidez, bajo la dirección de la Coalición Nacional de Siria (CNS), para a las conversaciones de Ginebra 2. La posición de la Liga Árabe indica que Qatar y Arabia Saudita -que han apoyado a los diferentes grupos rebeldes- han puesto de lado sus diferencias para instar al líder de la CNS, Ahmad Al-Jarba, a participar de Ginebra 2.

Un cronograma para que el presidente Bashar Al-Assad ceda el poder, es una de las condiciones enumeradas por Al-Jarba para participar de Ginebra 2. El líder opositor dijo que "Hemos decidido no entrar en conversaciones de Ginebra a menos que sea con dignidad, y si no hay un éxito de la transferencia de poder dentro un marco de tiempo específico, y sin que Irán ocupe la mesa de negociaciones." Al-Jarba describió a Irán como una fuerza de ocupación, pero también criticó a Hezbollah y a la milicia chiita iraquí Abu Fadhel Al-Abbas, que luchan contra los rebeldes junto al régimen sirio. 

El comandante Mohammad Jamalizadeh del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica, fue asesinado por “terroristas wahabíes” en la provincia de Kerman, según lo informó la agencia iraní Mehr. Jamalizadeh era un veterano de la guerra de 1980-1988 entre Irán e Irak y sirvió en unidades de lucha contra el contrabando; no estaba en Siria como Guardia, sino como voluntario para defender la mezquita chiita de Sayyida Zainab -en los suburbios del sur de Damasco- donde está enterrada una nieta del profeta Mohammad.

Un alto funcionario del Departamento de Estado, hablando antes de la visita a Riad del Secretario de Estado, John Kerry, dijo que éste le dejaría en claro a los saudíes que Irán no sería bienvenido en las conversaciones de paz de Siria, a menos que apruebe un acuerdo que señale la renuncia al poder por parte del presidente sirio, Bashar Al-Assad. En el Palacio Real, Kerry se sentó a la derecha del rey Abdullah II, en un intento por señalar la importancia de la visita; pero el malestar del ministro de Relaciones Exteriores saudita, Saud Al-Faisal, se hizo notorio durante la conferencia de prensa cuando señaló que “Siria es la mayor calamidad que ha caído sobre el mundo en el presente milenio (…) Si eso no es una razón para intervenir, para detener el derramamiento de sangre, no sé qué es.”

Ayer, en una conferencia de prensa en El Cairo, Kerry reconoció que había habido diferencias, pero las calificó como de “naturaleza táctica” ya que "Hay algunos países de la región querían que EE.UU. hiciese una cosa con respecto a Siria, y hemos hecho otra cosa (…) Estas diferencias de políticas no crear una diferencia en el objetivo fundamental que todos ya hemos discutido, es decir, la salvación del Estado sirio”. Sobre Siria, el príncipe Saud dijo que, tanto EE.UU. como Arabia Saudita, están de acuerdo en la necesidad de una conferencia de paz de Ginebra y que el presidente Bashar al- Assad de Siria no debería tener un papel si un nuevo gobierno de transición es acuerdado.

Kerry elogió el papel del Reino como "el jugador de alto nivel" en el Medio Oriente. El funcionario norteamericano señaló que "Los saudíes tienen la habilidad de ser capaces de influir en muchas de las cosas que también nos importan (…) Los saudíes son muy, muy importantes para todas estas cosas. Los saudíes son realmente el tipo de jugador de alto nivel, en el mundo árabe, junto con Egipto. Y como Egipto está en una transición, el papel de Arabia Saudita es mucho más importante."

Los funcionarios del Golfo saben que sus diferencias con EE.UU. no serían resueltas durante el viaje de Kerry por la región. Los líderes árabes insisten en una mayor participación de EE.UU. en Siria, si bien los propios Estados del Golfo han armado a los rebeldes, la decisión del presidente Obama de cancelar los ataques contra el régimen sirio -por el supuesto uso de armas químicas- fue un duro revés para todos los opositores. Junto a Israel, los Estados del Golfo también están preocupados sobre de la posibilidad que EE.UU. acuerde con Irán, el principal rival regional de Arabia Saudita y principal amenaza externa de Israel.

Al-Jarba precisó que querían llegar como “un grupo unificado", en referencia a las críticas sobre las divisiones dentro de la oposición siria. En el fondo, Al-Jarba plantea el recurso de la unificación y la “retirada táctica” porque en la realidad está perdiendo a mano de los otros opositores y grupos rebeldes, que ya han manifestado su rechazo y desconocimiento de la CNS. Por ello no sorprende que los funcionarios árabes y occidentales coincidan que es muy poco probable que se pueda celebrar la conferencia de Ginebra 2 en noviembre.

El dato del día: Los combatientes más moderados han tenido que contratar a un abogado especialista en sanciones de Washington, sólo para sortear las regulaciones de EE.UU. para así recibir el dinero y los suministros de donantes locales, mientras la administración Obama dice que los apoya.




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