El presidente sirio, Bashar al- Assad declaró el lunes que buscará la reelección en junio, desafiando a las llamadas de sus oponentes para renunciar y permitir una solución política para la guerra civil del país. En una declaración, minutos después del anuncio de su candidatura, Al-Assad hizo un llamamiento a la moderación y dijo que cualquier "manifestación de la alegría debe ser responsable” e instó a la gente a no disparar tiros al aire de celebración.
Tras el anuncio, la televisión estatal también realizó una breve biografía de Al-Assad y dijo que "ahora estamos en atmósfera de elecciones democráticas en Siria, por primera vez en su historia contemporánea". No estaba claro si eso se entiende como el reconocimiento de que las elecciones anteriores no fueron democráticas.
El presidente del Parlamento, Mohammad al- Lahham dijo durante una transmisión en vivo que Sawsan Haddad, Samir Maala, Mohammed Firas Rajjuh y Abdel - Salam Salameh se suman a la lista de candidatos junto al empresario Hassan Abdullah Al-Nuri y al diputado independiente y ex comunista, Maher al- Hajjar. Sawsan Haddad, la única candidata mujer hasta el momento, nació en 1963 y es ingeniera mecánica de Latakia. Samir Maala es un profesor de Derecho Internacional de Quneitra. Mohamed Rajjuh nació en Damasco en 1966 y Abdel Salameh, nacido en 1971, es de Homs. Los candidatos son en gran parte desconocidos y hay pocos detalles sobre sus fondos o inclinaciones políticas.
A finales de la semana pasada, casi cada tienda en Damasco tenía las cortinas metálicas pintadas de una manera similar, convirtiendo los frentes en uniformes muestras de orgullo nacional en toda la ciudad. En palabras de los comerciantes, la pintura fue un acto espontáneo como si todo el mundo en Damasco tuvo de repente tuvo la misma idea al mismo momento; muchos señalaron que lo hicieron porque están con el gobierno, pero también se sabe que las órdenes venían de los miembros de los Comités de Defensa de cada barrio, que fueron a sus áreas de patrulla en motos y les pedían los propietarios de tiendas que pintaran las persianas o enfrentarían una multa o encarcelamiento.
Las fuerzas estatales consolidaron su control en torno a Damasco y en la zona centro del país, garantizando el acceso a las áreas alawitas en la costa mediterránea. Los rebeldes controlan la mayor parte del Norte y el Este del país, pero sus luchas internas han ido en aumento; el presidente Al-Assad señaló a principios de mes que el conflicto había llegado a un punto de inflexión y la semana pasada Naim Qassem, el segundo de Hezbollah, dijo que era hora de enemigos occidentales de Al-Assad aceptasen que él estaba para quedarse y que ganaría la reelección.
La actual ofensiva del gobierno para recapturar las principales áreas urbanas avanza y el objetivo parece ser tenerlas bajo control del Estado antes de las elecciones. Adicionalmente, estos avances garantizan el apoyo de los grupos minoritarios -como los cristianos y grupos musulmanes- que temen por su futuro a manos de los radicales yihadistas.
Las conversaciones de Ginebra, mediadas por Lakhdar Brahimi, no han dado resultado alguno y se encuentran congeladas desde febrero. Brahimi había advertido que la celebración de elecciones presidenciales representaría un desafío aún mayor para revivir las negociaciones, ya que la opción de un gobierno de transición en Siria –con la oposición y representantes del gobierno- quedaría fuera de las discusiones. Se espera que Brahimi anuncie su renuncia pronto.
La elección presidencial sólo se llevará a cabo en las partes de Siria controladas por las fuerzas del gobierno, lo que significa que los votantes de grandes zonas del país en manos de los combatientes rebeldes no podrán participar. En Afganistán solo pudo votar el 40% de la población con los talibanes golpeando en varias provincias y en Iraq desde la invasión norteamericana de 2003 se dieron 6 votaciones –la última 42% de votantes- y no terminaron con la violencia. Las elecciones en Egipto son otro ejemplo de cómo una votación no soluciona el malestar social.
Los Al-Assad eran elegidos por referendos, en los que eran los únicos candidatos y votantes debían elegir entre sí o no, con resultados que rondaban el 96% (Saddam Hussein ganaba en Iraq con el 100% de los votos). Los cuestionamientos que provocaron las manifestaciones en marzo de 2011 siguen sin resolverse y una elección presidencial no resolverá los pedidos de más democracia o una reducción de la corrupción estatal.
El personalismo excesivo ha provocado esta situación en Siria. No hay un sistema de partidos real, la oposición con 40 años de persecuciones y proscripciones no ha generado figuras representativas en 3 años de revueltas y es por ello solo un político queda como el piloto de tormentas (auto iniciadas). Por ello, la discusión no pasa por si la elección es creíble o no, ya que aunque lo sea no solucionará los problemas de fondo en Siria.
1 comentario:
Me he informado que los rebeldes usaron Gas sarin en Quneitra con la venia de las FDI Israelies contra los efectivos del ejercito Sirio y que cruxificaron a siete cristianos en Raqqa por no estar de acuerdo con los takfiries. Si fuese sirio es claro que iria con Bashard puesto que es el unico que da garantia de estabilidad. En todo caso, es raro que los medios internacionales y los aliados de los rebeldes no hayan dicho nada.
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