martes, 6 de diciembre de 2011

EE.UU. repone a su embajador en Siria



La Secretaria de Estado, Hillary Clinton, se reunió en Ginebra con el presidente y altos funcionarios del Consejo Nacional de Siria; durante el encuentro Clinton se manifestó interesada sobre los esfuerzos que se están haciendo desde la oposición sobre la forma de una transición democrática en Siria. Fred Hof, coordinador especial del Departamento de Estado, ha estado trabajando con las figuras de la oposición siria para asegurar el escenario posterior a la caída del régimen sirio y asegurar un plan que incluya a todas las minorías, para contrarrestar así la influencia del régimen que propicia la división y enfrentamiento entre grupos étnicos y religiosos entre sí.

El Departamento de Estado también sostuvo que el embajador Robert Ford ha completado sus consultas en Washington y regresará a Damasco este martes. Ford fue llamado a Washington a finales de octubre después de haber recibido amenazas de muerte luego de haberse reunido con dirigentes de la oposición siria y mostrar apoyo a los manifestantes.

El regreso de Ford a Damasco no significa que hayan mejorado las condiciones de seguridad o que la situación se estabilizó, por el contrario, las milicias pro-gubernamentales “shabiha” han incrementado sus operaciones y el aumento de la violencia contra la población civil va en incremento desde hace semanas. Homs ha sido un punto importante de las protestas contra el gobierno de Al-Assad, allí los activistas dicen que los testigos vieron los cadáveres de rehenes en la plaza de una parte pro-Al-Assad de la ciudad y grupos de DDHH aseguran que las milicias están disparando a cualquiera sin distinciones.

Barbara Walters, periodista de ABC News, se entrevistó con el presidente sirio Bashar Al-Assad –en su primera exclusiva con un periodista estadounidense desde el levantamiento social a mediados mes de marzo-; la entrevista fue sin concesiones previas y aunque saldrá al aire a través de plataformas ABC el miércoles, 7 de diciembre, se sabe que Walters cuestionó al líder sirio sobre el informe del 25 de noviembre de la ONU, sobre la violaciones de los DDHH incluyendo la detención y tortura de los niños en su país, y que recomendó a Siria para ser sometida a la Corte Penal Internacional por crímenes contra la humanidad.

Walters también cuestionó al Presidente Al-Assad sobre la violenta represión contra los manifestantes, el impacto de las sanciones económicas, los pedidos de renuncia y si va a permitir árabes monitores de la Liga y la prensa extranjera y acceso sin restricciones a Siria. Walters también se reunió fuera de la cámara, con la primera dama, Asma Al-Assad. Esta entrevista de Walters con el presidente Al-Assad se suma a las otras año exclusivas de ABC News con los líderes árabes como el ex-presidente egipcio, Hosni Mubarak, y el ex dictador libio, Muammar Gaddafi.

Esta entrevista contrasta con la reciente prohibición del régimen sirio del uso del iPhone de Apple, en un esfuerzo para impedir que activistas de la oposición documenten las manifestaciones y actos de violencia contra los manifestantes; de hecho una carta del Ministerio de Finanzas sirio afirma que "las autoridades advierten contra el uso de cualquier persona del iPhone en Siria" -incluyendo a los turistas- serán considerados como espías.

La reaparición activa de EE.UU. en el escenario sirio, instalando nuevamente a su embajador en Damasco ha sido tomada por parte de la comunidad internacional como una intromisión en los asuntos internos sirios.

En una declaración al corresponsal de la agencia de noticias siria (SANA) en Moscú, el viceministro ruso de Relaciones Exteriores -Michael Bogdanov- señaló que su país está preocupado por la política de doble moral adoptada en la estimación de la evolución de los acontecimientos en diferentes países, fuera de los principios de la Carta de las Naciones Unidas y las resoluciones del Consejo de Seguridad.

Rusia rechaza la injerencia militar extranjera en Siria, debido a la experiencia de Libia sobre los resultados que produjo la intervención militar de la OTAN bajo el paraguas de la protección de civiles dada por el Consejo de Seguridad. Bogdanov indicó el apoyo de Rusia al plan de la Liga Árabe, que rechaza cualquier injerencia extranjera en Siria y propicia el inicio de un diálogo amplio entre todos los sirios; además Bogdanov agregó que está en contacto con las autoridades sirias, la oposición y grupos de la sociedad siria, lo que indica que la voluntad política que constituye la base para el diálogo entre todas las partes en Siria, y que las autoridades sirias están dispuestas a dar pasos tangibles y efectivos al respecto.

Pero la injerencia en Siria no es solo por parte de los países occidentales. Sayyed Hassan Nasrallah, líder del libanés Hezbollah, hizo una inusual aparición pública en la fiesta chií que marca de la Ashura y dijo que su grupo está en la construcción de un arsenal. Este discurso es un mensaje directo de apoyo hacia el régimen sirio, no solo del propio Hezbollah sino de Irán también, frente a una posible intervención militar en Siria; Hezbollah cree que Occidente está trabajando para remodelar el Medio Oriente mediante la sustitución de Al-Assad con un gobernante amigo de Israel y hostil al grupo islámico.

La situación en Siria está acercándose rápidamente a una guerra civil, donde la oposición comienza a tomar medidas violentas en contra de las operaciones estatales y frente al fracaso de las instancias de dialogo. La presencia del Ejercito Libre Sirio (ELS) está supeditada a la ayuda que pueda recibir desde el exterior, se sabe que sus filas están en aumento pero la principal composición son conscriptos u oficiales administrativos; por otro lado las brigadas que disponen del armamento pesado siguen siendo leales al régimen sirio.

El escenario regional está reflejando las tensiones que se vienen produciendo desde antes de la primavera árabe, principalmente entre los grupos sunitas y chiitas. Las potencias regionales necesitan de alguna manera al régimen sirio, ya se dentro o fuera del sistema, para llevar adelante sus propias agendas; de allí que varíen las presiones al presidente Al-Assad para sostener un cambio de régimen o la continuidad del mismo y por ello los apoyos hacia los grupos de la oposición sean tibios y dispares.

Las preguntas que subyacen en la mente de todos son ¿Cual es la alternativa al régimen de Al-Assad? ¿Sería viable un gobierno que pudiese evitar que Siria caiga en una guerra civil? ¿Sería factible un gobierno que pueda preservar los beneficios, intereses y participaciones de las otras potencias regionales? ¿Qué está en juego? ¿Quién dominará el próximo gobierno y la forma de sus políticas?

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