viernes, 3 de febrero de 2012

Rusia no vetaría la Resolución sobre Siria


Temprano en la mañana, Rusia tiró por tierra las insinuaciones de algunos miembros del Consejo de Seguridad respecto a un inminente acuerdo sobre un proyecto de resolución para detener la violencia en Siria e incluso llegó a advertir que vetaría ese texto si era sometido a votación hoy. El enviado de Pakistán en el Consejo de Seguridad, Abdullah Hussain Haroon, dijo que estaban a "dos palabras de distancia" de un acuerdo y el Presidente del Consejo de Seguridad representante de Togo, Kodjo Menan, dijo que tenía la sensación que el Consejo logrará el consenso en breve.

El embajador ruso en ONU, Vitaly Churkin, dijo en una sesión a puerta cerrada que Moscú vetaría el proyecto si se presentaba el viernes con la frase el “Consejo de Seguridad respalda plenamente el plan”. El representante de Francia dijo que preveía una votación el viernes, sábado o lunes a más tardar; sin embargo, la embajadora de EE.UU., Susan Rice, al ser consultada sobre las afirmaciones de Haroon, sugirió que podrían ser demasiado optimista y que no era su impresión.

El enviado de Marruecos, Mohammed Loulichki, circuló un proyecto de resolución enmendado a los 15 miembros del Consejo que mantenía la frase “Consejo de Seguridad respalda plenamente el plan”, en una clara señal de apoyo a la iniciativa de la Liga Árabe; pero con el transcurrir del día varios diplomáticos dijeron que la amenaza de Churkin de utilizar el veto tenía más que ver con el momento que el contenido de la resolución y predijeron que los rusos probablemente se abstendrán o votarán a favor de la resolución.

La última versión del proyecto de resolución incluye los cambios realizados por los negociadores árabes y europeos para satisfacer algunas de las preocupaciones de Rusia; básicamente hace un llamamiento para una transición política en Siria, no critica venta de armas a Siria –concretamente de Rusia- y deja fuera algunos de los detalles de lo que implica el plan de la Liga Árabe –como el pedido de renuncia de Al-Assad- a pesar de que todavía se mantiene la frase del "apoyo pleno" al plan de la Liga.

Los diplomáticos occidentales dijeron que sus pares árabes estaban tratando de convencer a los rusos que la resolución no busca un cambio de régimen en Siria o que abriría la posibilidad a una intervención militar como sucedió en Libia. Por ello, el nuevo proyecto dice explícitamente que "no hay nada en esta resolución autoriza a las medidas previstas en el artículo 42 de la Carta (ONU)." El artículo 42 dispone que “Si el Consejo de Seguridad estimare que las medidas de que trata el Artículo 41 pueden ser inadecuadas o han demostrado serlo, podrá ejercer, por medio de fuerzas aéreas, navales o terrestres, la acción que sea necesaria para mantener o restablecer la paz y la seguridad internacionales. Tal acción podrá comprender demostraciones, bloqueos y otras operaciones ejecutadas por fuerzas aéreas, navales o terrestres de Miembros de las Naciones Unidas”.

Los desacuerdos del jueves giraron en torno a que si el Consejo estaba apoyando la transición política buscada por la Liga Árabe o si fue simplemente era un compromiso para apoyar el trabajo de la Liga Árabe en llevar a cabo su plan. De allí que el texto tuviese que reforzar los esfuerzos de la Liga en la búsqueda de una transición democrática pero sin que parezca una exigencia de dimisión del régimen sirio.

El nuevo proyecto de resolución condena la violencia en ambos lados y también adoptaría medidas para poner el de la violencia en sintonía con la posición que la Liga Árabe ha sostenido desde noviembre; esas medidas incluyen el fin a toda forma de violencia, la liberación de manifestantes detenidos, retiro de todas las fuerzas de seguridad de las zonas civiles y garantizarle a los manifestantes el derecho a derecho marchar pacíficamente. El principio de acuerdo alcanzado es extremadamente frágil, pero la posibilidad que Rusia negocie dentro del Consejo de Seguridad es un paso importante dentro del conflicto, si bien falta conocer la posición de India y Sudáfrica que no estuvieron presentes en las negociaciones con los rusos.

El Consejo de Seguridad se encuentra paralizado, en relación a Siria, desde marzo de 2011 cuando aprobó una resolución que condenaba la situación en Siria. Rusia y China vetaron un intento similar al presente en octubre, incluso después de miembros del Consejo de Seguridad habían llegado a un acuerdo. La aprobación de una Resolución por parte del Consejo, ya no condenando sino disponiendo el cese de la violencia e imponiendo un plan de acción para distender la situación difícilmente podrá ser ignorado por el régimen y resultar indemne de las posibles consecuencias.

Hay una opción que los gobiernos de EE.UU., europeos y algunos árabes han comenzado a explorar y es la posibilidad que se le garantice el exilio al presidente Bashar Al-Assad -a pesar de la posición desafiante Al-Assad estará dispuesto a considerar una oferta- siguiendo el modelo que sugirieron los qataríes hace semanas atrás. Aunque las conversaciones sobre este tema no han progresado mucho y no hay indicios reales que la caída del presidente Al-Assad sea inminente, los Estados europeos ya adelantaron que no están dispuestos a recibir a la familia Al- Assad; sin embargo los Emiratos Árabes Unidos podrían estar entre los Estados dispuestos a alojar a los miembros del régimen.

La idea ya ha demostrado funcionar en la práctica y está basada en el modelo de Yemen. El presidente Ali Abdullah Saleh, bajo un plan de transferencia del poder elaborado por los Estados árabes del Golfo, renunció y delegó su cargo al vicepresidente quien ahora está presidiendo un gobierno de unidad nacional y tiene previstas elecciones presidenciales para el 21 de febrero; Saleh llegó a EE.UU. el sábado pasado para un tratamiento de sus heridas sufridas en el intento de asesinato en junio.

El problema con este modelo de resolución de conflicto interno –independientemente de qué Estado recibirá a los Al-Assad- es que asegura la inmunidad del presidente, con lo cual el mensaje que subyace es “resistir en el poder el mayor tiempo posible, cometiendo todo tipo de violaciones de Derecho Internacional y cuando ya no sea posible sostener el régimen se negocia una salida a cambio de impunidad.

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