jueves, 28 de junio de 2012

Se arma la revolución en Siria. Parte II


Se sabe que un reducido número de oficiales de la CIA han estado en el sur de Turquía durante varias semanas determinando que grupos rebeldes sirios recibirían los rifles automáticos, granadas propulsadas por cohetes, municiones y algunas armas antitanques canalizadas principalmente a través de la frontera turca; pero también los agentes de la CIA están allí para ayudar a mantener las armas fuera de las manos de combatientes aliados a Al Qaeda u otros grupos terroristas. La recolección de Inteligencia clandestina es otro ejemplo del limitado apoyo estadounidense a la campaña rebelde contra el gobierno sirio.

El Departamento de Estado ha autorizado u$s 15 millones en ayuda no letal, como suministros médicos y equipos de comunicación, a los grupos de la oposición civil en Siria. El Pentágono sigue afinando una serie de opciones militares, tras una petición del presidente Obama -a principios de marzo- de una planificación de contingencia; el Gral. Martin Dempsey, Jefe del Estado Mayor Conjunto, dijo a los Senadores que las opciones de revisión incluyeron puentes aéreos humanitarios, la vigilancia aérea del ejército sirio y el establecimiento de una zona de exclusión aérea.

El cambiado operado por los rebeldes desde marzo se debe al volumen de armas y municiones que recibieron desde el exterior, esto forzó al régimen sirio a implementar el uso de helicópteros y artillería de manera brutal por parte del gobierno. El mes pasado, vehículos del ejército turco entregaron armas anti-tanque a los rebeldes en la frontera, según los activistas, con el consentimiento de EE.UU.

En abril de 2012, la Secretaria de Estado, Hilary Clinton, dijo públicamente que el Departamento de Estado comenzaría a proporcionarle equipos de comunicación al Consejo Nacional de Siria (CNS), el principal grupo político de la oposición, pero en privado, funcionarios estadounidenses han reconocido que gran parte de este equipo fue a terminar en manos del Ejercito Libre Sirio (ELS). Recientemente, los rebeldes sirios comenzaron a decir públicamente que son capaces de interceptar las comunicaciones militares del gobierno y los comandantes rebeldes dicen también que las nuevas y seguras comunicaciones entre sus filas han permitido que se organicen grandes deserciones.

En las últimas semanas, los combatientes rebeldes han respondido a los llamamientos internacionales para centralizar un mejor control de los combates, creando nueve consejos militares a nivel de las provincias sirias, llevando adelante un ejército de desertores en lugar de civiles combatientes; si bien es demasiado pronto para decir cómo esos esfuerzos gravitarán en el terreno, más de 100 grupos de combate están repartidos por todo el país. Algunos de estos combatientes, desesperados por recibir apoyo, juran lealtad política a la Hermandad Musulmana -una promesa a corto plazo-, pero que no respetarán más tarde; algunos combatientes rebeldes dicen que las milicias rivales han luchado entre sí en las batallas de Homs e Idlib.

Las autoridades saudíes se están preparando para pagar los sueldos a los miembros del ELS, como un medio para alentar las deserciones en masa y aumentar la presión militar contra el régimen sirio; los funcionarios en la capital saudita han adoptado la idea en mayo, en la misma época que las armas comenzaron a fluir a través de la frontera sur de Turquía los rebeldes del ELS. Ese flujo de armas revitalizó la insurrección en el norte de Siria, que estuvo a punto de ser aplastado en menos de seis semanas; por caso a principios de junio, cerca de la frontera turca cinco hombres vestidos con el estilo del Golfo llegaron a la estación de policía de Altima, en Siria, desde la ciudad turca de Reyhanli con una carga de alrededor de 50 cajas de fusiles y municiones, así como una gran cantidad de medicamentos.

Otra fuente señaló que muchas de las nuevas armas están siendo canalizados a través de un intermediario libanés, un político de Líbano que se opone al régimen sirio y ha establecido una oficina en Estambul; él es el hombre clave y cuenta con un equipo de sirios como distribuidores, se cree él que comanda a unos 1.500 rebeldes a lo largo de la costa siria, pero que no son parte del ELS o de los grupos aliados a la Hermandad Musulmana. El político libanés sostuvo que se distribuyen armas a casi todas las provincias sirias, pero que no pasó más de 5.000 fusiles, aunque hubo una gran cantidad de balas, 700.000 balas y negó haber recibido misiles antitanque.

El Cnel. Riad Al-Asad, Jefe del ELS, no ha tenido ningún papel en los acuerdos de armas nuevas, y esto confirma la percepción sobre una pérdida de poder de líder rebelde sobre el ELS; las críticas comenzaron a hacerse notar luego de los combates en Homs y giraban sobre la falta de conexión entre los combatientes en Siria y su líder en Turquía, que emitía comunicados sobre decisiones a miles de kilómetros de distancia. Pero ahora las criticas se focalizan en que Al-Asad usó los fondos para comprar lealtades más que armas. Mientras tanto, los comandantes rebeldes han encontrado otros proveedores de armas pero esas armas vienen con condiciones -como señaló Abu Chaaban de la Brigada Mártires de la ciudad de Dar Izzi- por diferentes grupos de interés como la Hermandad Musulmana, los libios y los sauditas.

Después de la masacre de Hama, en 1982, tanto el Departamento de Estado como la llegaron a un acuerdo informal que la CIA se mantendría alejada de la oposición siria, ahora, por lo que ahora la CIA está tratando de ponerse en marcha; pero los análisis sobre el conflicto sirio cuando la primavera árabe llegó a Siria en marzo de 2011, se basaban en la posibilidad que el presidente Bashar Al Assad, abriría el país a una especie de democracia para aislar los disidentes y cuando la lucha por el poder se tornó violenta, la Administración Obama se aferró a la hipótesis que un general sirio, derrocaría a Al-Assad. Por lo que ahora, este papel de evaluar que grupos deben armarse será un dolor de cabeza en el futuro, frente a la falta de un correcto diagnóstico de la situación política en el terreno.

Además los diferentes Estados regionales tienen sus grupos favoritos: Turquía al igual que Jordania sostienen al ELS; Qatar y Arabia Saudita apoyan a las facciones islámicas más extremistas, donde la Hermandad Musulmana siria goza de los mayores beneficios; con el agravante en el caso saudita que percibe al conflicto en Siria como parte del enfrentamiento regional con Irán y su proxy, Hezbollah. Un dato inquietante es el establecimiento de una oficina del ELS en EE.UU. para hacer lobby sobre la posibilidad de armar al grupo lo que significaría una intervención más directa en el conflicto sirio; Louay Sakka, un ciudadano sirio-canadiense y co-fundador del grupo de apoyo, sostuvo que os contactos se destinarán principalmente a evaluar el ejército mientras que la CIA ayuda desarrollando rutas logísticas y capacitando a los miembros del ELS en comunicaciones.

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