Mientras los gobiernos occidentales y árabes se reúnen en Marruecos, en las rondas de "Amigos de Siria", EE.UU. está luchando para adaptar su política sobre Siria a una realidad cada vez más compleja que está cambiando rápidamente sobre el terreno, en gran parte más allá de la influencia occidental.
Si el núcleo del régimen sirio acomoda su estrategia de seguridad, en torno a Damasco, puede apostar a un escenario de supervivencia en la "libanización" de Siria -un escenario, ya en marcha, en la que el Estado central efectivamente se derrumba, y el poder está dividido entre milicias sectarias locales y regionales de defensa de su propio territorio en una guerra a largo plazo de todos contra todos. El régimen ya ha cedido territorio a lo largo de la frontera turca a las milicias kurdas que no tienen ninguna intención de doblar la rodilla a Damasco, independientemente de quién gobierna allí.
Las fuerzas leales al presidente sirio, Bashar Al-Assad han disparado misiles Scud contra los rebeldes que intentan derrocar al gobierno de Siria, según lo informó el portavoz Jay Carney, medida que fue vista como una escalada en el conflicto sirio. En Bruselas, un funcionario de la OTAN, dijo que una cantidad de misiles balísticos "tipo Scud" de corto alcance habían sido disparados en el interior de Siria en los últimos días; el funcionario de la OTAN preciso que "fuentes de Inteligencia de aliados han detectado la puesta en marcha de una serie misiles balísticos de cortos alcance no guiados de dentro de Siria esta semana".
Los misiles probablemente son los norcoreanos Hwasong 6, una variante mejorada y más precisa de los Scud soviéticos originales que puede llevar una ojiva de alrededor 820 kg y con un alcance de unos 450 kilómetros. Pero el uso de este sistema de armas plantea preguntas sobre por qué los sirios no estaban usando su Fuerza Aérea ya que es una alternativa sustancialmente mejor –en cuanto a precisión por ejemplo- por lo que se podría plantear la teoría que los dictadores no siempre pueden confiarse en sus Fuerzas Aéreas.
EE.UU. y sus aliados esperan fortalecer la nueva coalición opositora siria, formada bajo su insistencia en Doha, mientras que los gobiernos europeos y árabes han reconocido la coalición como el "único representante legítimo del pueblo sirio", se espera que EE.UU. sigan su ejemplo pero no está en claro si la coalición contará con el mismo estatus en el terreno ya que el poder está en manos de los rebeldes a la vez que el Estado pierde terreno. Algunos sectores en Washington ven a Siria como una oportunidad para dar un golpe contra Irán, pero como dejó en claro el enviado especial Lakhdar Brahimi, si el objetivo de la diplomacia consiste en crear una estabilidad en la Siria pos-Assad, negarse a comprometer a Irán será contraproducente.
El presidente Barack Obama ha dicho que ahora EE.UU. reconoce formalmente a la reciente coalición de la oposición de Siria como "el representante legítimo" del pueblo sirio; durante un reportaje con ABC News, Obama dijo que esta Coalición es ahora inclusiva, reflexiva y lo suficientemente representativa para que Washington tome este "gran paso". El líder de la Coalición Nacional, Moaz Al-Khatib, pidió a la minoría alawita siria que se levantarse en una campaña de "desobediencia civil" contra el régimen del presidente Al-Assad, al mismo tiempo señaló que las potencias mundiales -en particular Rusia- serían responsables si el gobierno sirio utiliza armas químicas.
Aunque el Consejo Nacional dijo que el reconocimiento es agradable, pidió "apoyo real" incluyendo la asistencia humanitaria y equipos militares. Mientras tanto, entre 125 y 300 personas murieron en atentados y enfrentamientos en la provincia de Hama en el pueblo de Aqrab -predominantemente alawita- según el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos. Activistas de la oposición fueron secuestrados por los Shabiha -milicianos progubernamentales- en un edificio que fue bombardeado por aviones de combate.
Luego de 2 años de guerra civil los papeles comienzan a cambiarse, ya que el régimen sirio se derrumba y el presidente Bashar Al-Assad se ha reducido a un caudillo que lidera una porción del país mientras que los rebeldes continúan haciendo avances sustanciales, pero están teniendo dificultades para su unificación militar y política. Las fuerzas estatales controlan gran parte del país, pero no lo controlarán las zonas que están en poder de los rebeldes y es por ello que Siria se encamina hacia una “libanización” donde varias facciones competirán por el control del país, aún después de una eventual victoria de los rebeldes.
Este cambio dentro del escenario político ha empujado la inclusión del islámico Frente Al-Nusra -tal vez la más importante fuerza de combate rebelde- en la lista de entidades terroristas elaborada por EE.UU., provocando críticas por parte de la Hermandad Musulmana siria.
Es interesante destacar sobre este tema que el propio Al-khatib dijo que no era "una vergüenza" si los rebeldes sirios están impulsados por motivos religiosos en su intento por derrocar a Al-Assad ya que "la religión que no libera a su pueblo y no elimina la represión, no es la religión auténtica. El hecho de que el movimiento militar islámica tenga ese color es generalmente positiva, la yihad en el camino de Dios, ha sido durante mucho tiempo un factor de motivación fundamental de los derechos humanos".
Todavía hay muchos datos sobre el grupo Jabhat Al-Nusra -dimensiones, liderazgo, organización, los partidarios extranjeros y nacionalidades de sus miembros- que se desconocen, sin embargo es evidente que ha crecido considerablemente desde su creación; este crecimiento se produjo, en parte, debido a que el grupo ha demostrado que cuenta con la organización, la financiación y la experiencia para ejecutar ataques a gran escala contra el régimen sirio. Sin embargo, no todas las facciones rebeldes están de acuerdo con las tácticas de Al-Nusra. El grupo se ha mostrado indiferente a los daños colaterales, siempre y cuando las fuerzas de seguridad sean asesinadas; además, algunos rebeldes están religiosa e ideológicamente opuestos al grupo, que quiere establecer un gobierno basado en la ley islámica, una vez el presidente Al-Assad sea eliminado.
Sin embargo, el grupo inequívocamente se ha convertido en uno de los principales actores en el campo de batalla sirio y ha establecido un frente de grupos rebeldes que cada vez cuenta con más seguidores; en el escenario pos-Al-Assad Al-Nusra tendrá un papel gravitante ya sea para negociar la transición política como para asegurar la estabilidad, EE.UU. deberá hacerse la idea que incluirlo en su lista de organizaciones terroristas no es un buen comienzo para una relación que será más interactiva en el futuro.
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