El gabinete holandés dio el viernes el visto bueno al envío de misiles Patriot a Turquía para defender su frontera con Siria, junto a unos 360 soldados para operarlos; el gabinete holandés ha decidido enviar las dos baterías Patriot -en respuesta a la solicitud que Turquía le realizó a la OTAN- y similar despliegue será llevado adelante por Alemania. Se espera que los misiles lleguen a Turquía a mediados de enero, según lo informó el ministro de Defensa Jeanine Hennis Novum, y la ubicación exacta para el despliegue de los misiles se decidirá en las conversaciones con Turquía, Estados Unidos y Alemania.
Rusia acusó a la OTAN de avanzar hacia una participación activa en el conflicto sirio, luego que la alianza decidió el envió de los misiles Patriot para proteger a Turquía; la acusación provino del nuevo embajador ruso ante la OTAN, Alexander Grushko, y se produjo a pesar de las garantías dadas por la OTAN de que los misiles Patriots, que se colocarán cerca de la frontera de Turquía con Siria, con fines exclusivamente defensivos. Lavrov había advertido previamente que el despliegue podría aumentar el riesgo de involucrar nuevas armas en el conflicto, pero Grushko –de línea más dura- dijo que el gobierno sirio le había asegurado a Rusia no tenía planes de usar armas químicas.
El Secretario General de ONU, Ban Ki-moon, dijo que no había recibido informes confirmando que Damasco se estaba preparando para usar armas químicas, pero dijo que sería un "crimen atroz" si lo hace. Ban, quien ha advertido Al-Assad por escrito en dos oportunidades sobre el uso de armas químicas, dijo que él también había hablado el jueves con el jefe de la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas sobre la manera de investigar los informes, pero que no había surgido plan concreto. Las fuerzas de oposición y funcionarios occidentales de Inteligencia han indicado que los recientes avances rebeldes -incluyendo en los alrededores de Damasco- pueden provocar el uso de armas químicas por parte del régimen sirio si este se ve acorralado.
La Secretaria de Estado, Hillary Clinton, pidió a todas las partes que tienen influencia en Siria que hagan un "esfuerzo concertado" para ponerle fin al conflicto y señaló que ha habido "gran avance" durante las conversaciones en Dublín el jueves con su homólogo ruso, Sergei Lavrov, y el enviado de paz de la ONU, Lakhdar Brahimi, pero dijo que no habría más reuniones entre los funcionarios. Brahimi dijo después de las conversaciones que tanto Clinton como Lavrov coincidieron que la situación era "muy, muy, muy mala" en Siria, pero que ninguna decisión fue alcanzada; se espera que durante la reunión del grupo de “Amigos de Siria” en Marruecos, EE.UU. decida reconocer a la nueva Coalición Nacional Siria como el único representante del pueblo sirio.
Paralelamente se inició el viernes El Diálogo de Manama, una conferencia que tendrá un enfoque especial sobre la situación de escalada en Siria y sus implicaciones para la región; se espera reunir a ministros y funcionarios de Defensa regionales. También se espera una significativa delegación del Congreso de EE.UU., que incluye al Senador John McCain, miembro de alto rango del Comité de Servicios Armados del Senado, Mike Rogers, presidente de la Cámara Permanente Comité Selecto de Inteligencia, entre otros funcionarios norteamericanos.
Se conoció que barcos cisternas iraníes están enviando señales de satélite incorrectas que confunden a los sistemas mundiales de seguimiento y parecen ocultar los viajes realizados por otros barcos a Siria -que al igual que Irán-; los grandes buques deben transmitir su identidad y su ubicación a otros buques y a las autoridades costeras que utilizan un sistema de comunicación por satélite automático, pero en el último mes los buques que navegan en aguas iraníes han enviado señales con identidades de otros buques, por lo que el mismo barco que parecía estar en dos lugares al mismo tiempo. Al menos tres petroleros iraníes están transmitiendo esas señales falsas, mientras que efectivamente son buques de propiedad siria que viajan entre Siria, Libia y Turquía -los buques en cuestión se registraron en Tanzania- por lo que, mientras uno de los buques realiza tareas legales se desconoce la actividad del “gemelo”.
Según un informe del diario israelí Haaretz, un asediado presidente sirio, Bashar Assad, consideraría una solicitud de asilo político en América Latina. El documento señala una serie de reuniones por el Vice Ministro de RREE sirio Faisal Miqdal y los ministros de RREE de Cuba, Venezuela y Ecuador en lo que parecen discusiones preliminares para una eventual salida de Al-Assad. El representante sirio supuestamente entregó cartas personales clasificadas de Al-Assad a los líderes de los citados países.
Una fuente en la capital venezolana, que habló con Haaretz no indicó cuál fue la respuesta a la petición siria, pero el Ministerio de RREE de Venezuela confirmó al diario El Universal que Al-Miqdad, efectivamente, trajo una carta para el presidente Hugo Chávez que fue recibida antes de su viaje a Cuba el pasado miércoles.
Cuba podría ser otra posibilidad real. Después de medio siglo de guerra fría con Washington, la isla podría sentir que tiene poco que perder al ofrecerle una vía de escape al presidente sirio para evitarle un destino similar al ex líder de Libia, Muammar Gaddafi. Mientras tanto, Ecuador está enfrentado con los EE.UU., Reino Unido y Suecia después de la concesión de asilo a Julian Assange, el fundador de WikiLeaks; sin embargo, no está nada claro si alguno de esos tres gobiernos quiera ofrecerle refugio a Assad ya que si alguno de ellos toma la decisión polémica, probablemente no estaría ofreciéndole a Al-Assad más que un respiro temporal a un juicio de alto perfil por crímenes contra la humanidad.
Por otra parte, la falta de estabilidad en el mediano y largo plazo de los diferentes gobiernos latinoamericanos es otro factor que no hace viable esta opción. Chávez no posee un sucesor y su estado de salud preocupa, a ello se debe sumar que su principal adversario, Henrique Capriles, sostiene que Venezuela debe aliarse con las democracias en lugar de Irán y Siria; en estas condiciones un posible asilo estaría garantizado mientras Chávez gobierne pero luego Caracas podría enviar a Al-Assad a la Corte Penal Internacional si es requerido.
El actual líder cubano, Raúl Castro, tiene 81 años y el régimen de Cuba está ensayando una apertura moderada para que ingresen capitales a la isla; difícilmente Raúl Castro quiera desea conceder asilo a un depuesto dictador sirio acorralado por crímenes contra la humanidad, el pragmatismo de Raúl no es el dogmatismo ideológico de Fidel.
Finalmente, la salida del presidente Al-Assad implicaría la salida de su familia también –no solo su esposa Asma e hijos- sino de la totalidad del clan Al-Assad y de la familia de su madre, el clan Makhlouf, debido a las represalias y venganzas posteriores a su retiro del poder. Por otra parte, el presidente sirio percibe que todavía puede derrotar a los rebeldes -aun con la pérdida de la ciudad de Aleppo, el norte del país y los pasos fronterizos con Iraq- debido al apoyo ruso e iraní.
Su situación es complicada, pero mucho más lo será para la minoría alawita a la que pertenece si su régimen es depuesto; este factor hace que una salida de su persona del país desate una futura ola de violencia para los alawitas. Históricamente los alawitas saben que cuando dejen el poder no habrá una instancia de diálogo, por caso con los sunitas, sino que serán marginados de la sociedad siria. No es casual que el presidente haya mencionado, en un reportaje de la televisión rusa, que “vivió y morirá en Siria” luego que el PM David Cameron sugirió inmunidad a cambio de su renuncia siguiendo el modelo de Abdullah Saleh en Yemen.
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