El presidente de Siria realizó una visita el sábado de un día a Irán, para discutir "los lazos excepcionales" entre los dos países, pero la reunión se produjo en medio de una serie de eventos regional que podrían dividirlos.
El contenido de las conversaciones entre Bashar Assad y el presidente iraní, Mahmoud Ahmadinejad, no trascendió pero dentro de la eventual agenda dos temas resultan evidentes: la próxima visita del líder iraní a Líbano y la intensificación de las luchas en la formación del nuevo gobierno en Irak.
La visita de Assad coincide con un período alta turbulencia política en Irak; el ex primer ministro Allawi - crítico de Irán - dijo recientemente en Siria que le había pedido a las autoridades sirias que Irán se mantuviese al margen de su batalla por cargo de primer ministro. El actual Primer Ministro iraquí, Nouri Maliki, parece estar encaminado hacia la retención de su cargo con el respaldo del clérigo Muqtada Al-Sadr, un aliado de Irán.
La reunión se produjo a menos de dos semanas de la visita de Ahmadinejad a Líbano, donde las tensiones son altas entre Hezbollah y el Primer Ministro libanés, Saad Hariri, del partido sunita; sumado a ello la investigación del asesinato en 2005 de su padre, el ex primer ministro Rafik Hariri, un Tribunal de las Naciones Unidas que acusaría a miembros de Hezbollah del asesinato.
Hezbollah sigue siendo uno de los ejes de la alianza de Siria con Irán; después de haber actuado como un poder formidable en los conflictos con Israel - la más reciente en la guerra de 2006. Un diplomático con sede en Damasco señaló que ni Siria ni Irán quieren que Hezbollah se vea comprometido en un tribunal internacional.
Siria no quiere que el Líbano se desestabilice debido a las amenazas que funcionarios de Hezbollah han manifestado ante la posibilidad de que el tribunal podría acusar a algunos de los miembros del grupo y que esto mancharía su credibilidad; la situación no sería tolerada por la resistencia y esto podría hundir a Líbano en la inestabilidad. Irán, por su parte, no quiere que un Hezbollah debilitado por conflictos internos ya que actúa como una fuerza en contra de Israel.
Independientemente de los vínculos políticos, las relaciones entre Irán y Siria se han convertido en una de las alianzas centrales en la región, con un comercio anual entre los dos países por valor aproximado de u$s 330 millones.
Cambios hacia EE.UU.
Funcionarios de EE.UU. dijeron al finalizar la reunión de Clinton-Moualem que Siria estaba "muy interesada" en la renovación de las conversaciones de paz con Israel, como parte del proceso de paz en el Medio Oriente iniciado por Washington. EE.UU. sabe que Siria desea el inicio de un proceso de paz con los israelíes que le permita el levantamiento de las sanciones económicas y lo ponga al frente del mundo árabe; por ello la presión para que Siria deje a Hezbollah en el corto pazo y a Irán en el futuro está siempre presente.
Thabet Salem - comentarista político sirio - dijo que las conversaciones entre Washington y Siria, preocuparán menos a Irán si los lazos entre Irán y los Estados Unidos son cada vez menos hostil. Al-Assad ha sido siempre enfático al referirse que los lazos con los Estados Unidos son sólo manehjados por los sirios.
Aunque Irán ha criticado fuertemente las conversaciones de paz patrocinadas por Estados Unidos, Siria ha mantenido sus objeciones sobre el tema por lo bajo y de manera discreta. De hecho, Siria ha adoptado una postura más suave hacia Mahmoud Abbas - el presidente palestino - en los últimos meses y no ha criticado el acercamiento entre palestinos e israelíes.
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