viernes, 9 de diciembre de 2011

Consejo Nacional de Siria advierte sobre inminente masacre en Homs



La oposición de Siria advirtió hoy de una inminente "masacre" ya que miles de milicianos y las fuerzas de seguridad del régimen rodearon Homs para un asalto final que se espera para aplastar la disidencia. El Consejo Nacional de Siria (CNS) emitió la alerta en un comunicado, donde se señala que el régimen del presidente Al-Assad utilizará como pretexto para iniciar las operaciones lo que él llamó un ataque "terrorista" contra un oleoducto de Homs.

Los testigos en el terreno señalaron que el tipo de movilización del aparato de seguridad estatal tiene todos los son signos de una operación que podría alcanzar el nivel de una invasión total de la ciudad. La represión del régimen de Al-Assad contra a la disidencia desde mediados de marzo ha golpeado particularmente duro a Homs y en la ciudad se cruzan diversas líneas sectarias, de allí que podría surgir un conflicto mayor.

Los manifestantes están convocado a una "huelga por dignidad" este fin de semana, los organizadores esperan construir en una campaña general de la desobediencia civil y e insta al personal de escuelas, universidades, tiendas, transporte público y los servicios del gobierno a negarse a trabajar el domingo. El presidente del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), Jakob Kellenberger, dijo que la situación humanitaria en Siria era grave, pero no una guerra civil ya que resistencia armada carecía de organización. Kellenberger, dijo que el CICR ha triplicado su presupuesto para Siria en 2012, ya que espera expandir sus operaciones allí considerablemente.

Mientras la situación humanitaria se sigue deteriorando y las organizaciones internacionales como ONU o la OTAN se encuentran paralizadas, están apareciendo opciones como los corredores humanitarios sugeridos por Francia, EE.UU. pide el envío de observadores internacionales y la profundización de la presión económica mientras que la UE -como bloque- se ha inclinado por las sanciones económicas.

A finales de septiembre, el embajador de Siria a los Estados Unidos, Imad Moustapha, reconoció que el régimen se enfrentará a un asfixiante aislamiento internacional. Sin embargo, Mustafá agregó que Siria mirará más hacia Rusia, China e India en la próxima década hasta que el mundo se olvide de la brutal represión del régimen; entonces, tal vez dentro de diez años, las principales capitales del mundo buscarán un acercamiento con Damasco. El problema con este escenario es que la mayoría de las capitales del mundo ya no ven a Al-Assad saliendo de la crisis en el corto plazo y mucho menos lo ven en el poder por tanto tiempo; por ello la relación de Siria con Rusia debe contextualizarse en este escenario.

Rusia hasta es una de las potencias centrales que más está protegiendo a Siria frente a los embates de la comunidad internacional y a las posibles sanciones del Consejo de Seguridad de ONU. Semanas atrás, en un ejercicio naval se anunció que los buques de la Marina rusa iban a ser enviados a la base de Tartus, en Siria; aunque Rusia es crítico del enfoque occidental para Siria, este tipos de señales no obligará a los otros actores a reconsiderar su posición sobre el asunto porque uno de los peores escenarios para todos –incluyendo a Rusia- es una guerra civil.

Dos situaciones confluyen al mismo tiempo en la agenda rusa para Siria. La inestabilidad en la región puede dañar las inversiones rusas, como sucedió con Libia; Rusia está interesada en una mayor inversión, especialmente en la industria de los hidrocarburos y en el actual contexto de crisis económica esta pérdida es inadmisible. La otra situación es la creciente injerencia de la OTAN en el Mediterráneo comenzará a socavar los intereses de Rusia y China; Moscú no quiere ver más bases de la OTAN en la región y se ha generado la percepción que Occidente aprovecha cualquier conflicto en la región para reforzar su control y establecer avanzadas militares.

Anders Fogh Rasmussen, Secretario General de OTAN, destacó que la Alianza no tiene intención de intervenir en Siria, al término de una reunión de ministros de Relaciones Exteriores de la OTAN de dos días. Pero destacó que hubo acuerdo en que la OTAN está dispuesta a intensificar la cooperación con los países de la región, incluyendo a Libia, si los países así lo desean.

Pero este apoyo ruso a Siria tiene un precio. La imagen de Moscú en la región está en baja, la calle árabe no acepta que Rusia haya apoyando a los regímenes que reprimieron las manifestaciones sociales pueblo y muchos consideran que el gobierno ruso no respeta la voluntad del pueblo árabe y está más interesado en llegar a un acuerdo con Occidente, utilizando a los países árabes como moneda de cambio, por ejemplo frente a la negociación de la defensa misilística.

El escenario sirio se está deteriorando rápida y profundamente. La aparición del Ejército Libre de Siria (ELS) como opción armada para la oposición es un dato de cómo están mutando las manifestaciones pacificas hacia insurgencia violenta; por otra parte la oposición política no está consolidada y tiene profundas divergencias internas. Por ello cualquier intervención militar en Siria abrirá una caja de Pandora, donde el objetivo de deponer Al-Assad será la parte más sencilla pero no se puede saber cual será el resultado luego de la caída del régimen.

1 comentario:

Claudio Orense dijo...

Estos Sirios si son mediocre, son unos perros falderos de del premios nobel de la paza OBAMA, piensan que se van a igualar a la superioridad de los blancos americanos y los europeos, son tan farsantes como sus defensores los medios occidentales y los hipocratas arabes que quieren ser occidentales, jajajaja eso les que da grande quedense con sus vestidos y sus mujeres ensabanadas, pero dejen a Siria en paz, pobres hombres Ala los llevara al infierno por traidores.