miércoles, 28 de noviembre de 2012

Rebeldes y oposición avanzan hacia un gobierno de unidad en Siria


La nueva coalición de oposición siria celebrará su primera reunión plenaria para discutir la formación de un gobierno de transición, algo crucial para ganar apoyo efectivo los Estados árabes y occidentales; aproximadamente unos 60 delegados, se reunirán en El Cairo, antes de una nueva ronda de conferencias de los “Los Amigos de Siria”, frente al creciente temor por la creciente influencia de los islamistas dentro de los grupos de oposición. Suhair Atassi, una de las tres mujeres de la coalición, señaló que el objetivo es nombrar al Primer Ministro de un gobierno de transición, o por lo menos tener una lista de candidatos para la reunión de los Amigos de Siria.

Del total de miembros de la coalición, la Hermandad Musulmana y sus aliados representan alrededor de 40-45% del total de miembros, y se espera que durante los dos días de reuniones también se seleccione a los comités para gestionar la ayuda y las comunicaciones, un proceso que se está convirtiendo en una lucha de poder entre los Hermanos Musulmanes y los miembros laicos; pero la nueva coalición ha despertado la esperanza que los opositores dejen de lado sus diferencias y se centren en obtener apoyo internacional para removerlo.

Mustafá Abu Nidal, del grupo islamista Ansar Al-Islam, señaló que si bien existen diferencias ideológicas con la coalición, se va a lograr la misión si llega ayuda militar; el enlace entre la coalición y los rebeldes ha sido asignada al ex primer ministro Riad Hijab, el funcionario de mayor rango que desertó desde el inicio de las revueltas, y su nombre suena como un posible Primer Ministro, pero su pasado en el partido Baa’th podría excluirlo. Otro candidato posible es Asaad Mustafá, ex Ministro de Agricultura de Hafez Al-Assad, y que ahora vive en Kuwait.

Los líderes de la nueva coalición tratan de ganarse a las poderosas unidades de combate rebeldes islamistas, cuyos elementos radicales acusan de "guerreros de hotel" a los miembros de la coalición; lo cierto es que la mayoría de los rebeldes son conservadores, políticamente moderados y están dispuestos a trabajar con los grupos de la oposición, pero fueron dejados a su suerte desde el inicio de la revolución aumentando así la influencia de los sectores radicales –muchos provenientes desde el extranjero- incluyendo a elementos pro Al-Qaeda. El problema para la nueva coalición es que necesita del apoyo de estos grupos rebeldes si desea afianzarse, pero también depende de las potencias occidentales, que desconfían de la financiación de una coalición que pueda estar vinculada a grupos radicales.

Los rebeldes están haciendo el gasto en la revolución siria y han avanzado en el terreno: han capturado la presa hidroeléctrica de Tishrin en el río Éufrates, cerca de la ciudad de Manbij en el norte del país; brevemente ocuparon una base de helicópteros en las afueras de Damasco; han capturado varias bases del ejercito y controlan el norte del país desde Aleppo.

Aunque los combatientes han criticado la falta de armas antiaéreas y han solicitado a la comunidad internacional que los armen con algo que pueda contrarrestar los MIGs y los helicópteros, este apoyo está lejos y hay pocos indicios que vaya a llegar pronto. Sin embargo, los combatientes del Ejército Libre Sirio (ELS) están haciendo algunos progresos en la batalla por los cielos y controlan un 30-40% de las operaciones contra las ciudades; han creado un sistema de defensa antiaérea coordinado de ametralladoras “dushkas” múltiples tomadas de las fuerzas estatales, quitándoles a los aviones la capacidad de operar a baja altura en círculos alrededor de la ciudad durante horas y realizar ataques múltiples.

Los rebeldes tomaron tres bases militares en menos de una semana, poniendo de manifiesto la creciente dificultad que enfrenta Damasco para asegurar sus puestos de avanzada y detener a los rebeldes en el este y norte del país; esos ataques a las bases han arrojado un gran número de armas a las manos rebeldes y cada una de las bases ocupadas es ahora un centro de control de los insurgentes que se han convertido en fortalezas rebeldes.

Hoy dos coches bomba explotaron en el barrio este de Jaramana –Damasco- hogar de la minoría drusa siria leal, al presidente Al-Assad, y de cristianos que han huido de la violencia en otras partes del país; los coches bomba sacudieron un bastión de la seguridad estatal y los medios de comunicación del gobierno elevaron la cifra de muertos en 34 pero fuentes independientes hablan de 60 al menos. Las bombas coinciden con las dos semanas de avances rebeldes que han dejado al descubierto la pérdida de control en las regiones del norte y el este por parte del régimen sirio a pesar del uso devastador de la fuerza aérea contra los bastiones de la oposición.

Los diferentes conflictos y los cambios en la economía internacional han alterado el escenario regional, allanando el camino para el surgimiento de un nuevo sunita Egipto-Qatar-Turquía; el papel central que tuvo el eje en la mediación para el establecimiento del cese al fuego en el conflicto entre Israel y Gaza –alejando a Hamas del eje Irán-Siria-Hezbollah- y demostrando una creciente influencia diplomática sunita. Este eje presenta la ventaja para EE.UU. e Israel de aislar más a Irán, limitando su acceso al mundo árabe y a los diferentes conflictos regionales, pero fundamentalmente hace más difícil para Teherán la disposición de aliados en cercanía de las fronteras de Israel.

Pero los avances están sujetos a la voluntad de los líderes sunitas de trabajar con Occidente -a diferencia de los ayatolás iraníes- ya que también promueven una ideología religiosa radical basada en el sentimiento anti-occidental en la región. La lucha por Siria, es en el fondo una confrontación entre sunitas y chiitas donde el vencedor obtendrá un importante espacio geopolítico; por ahora, los sucesos en Siria están en contra de Irán, pero la oposición sunita siria no ha logrado avances significativos contra el régimen de Al-Assad de manera tal que se convierta en una opción de poder.

El problema se suscitará si régimen sirio cae, ya que Irán perderá influencia en la región y Hezbollah, desde Líbano, será una isla en medio de un mar sunita hostil; por otra parte Irán ya no podrá disponer de la facilidad que tiene hoy en día para hostigar a Israel en sus propias fronteras y dependerá de sus desarrollos misilísticos junto a la tecnología de vigilancia aérea.


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