martes, 19 de marzo de 2013

Rebeldes y gobierno de Siria se culpan por lanzamiento de armas químicas


El lunes, dos aviones sirios lanzaron dos bombas en las zonas fronterizas del Este en Kherbit Youneen y Wadi Al-Khayl -5 kilómetros dentro del territorio libanés- produciendo daños materiales sin víctimas; este es el segundo ataque aéreo sobre territorio libanés desde el levantamiento contra el presidente Bashar Al-Assad. La zona es agrícola, pero los dos sitios son conocidos por ser utilizados como paso para el contrabando de armas y combatientes en la frontera siria.

Hoy el gobierno sirio y los rebeldes se acusaron mutuamente de disparar un cohete cargado con productos químicos en la ciudad de Khan Al-Assal, –al sudoeste de Aleppo- el martes, ataque que según el ministro de Información Omran Al-Zoabi mató a 16 personas e hirió a 86; Qassim Saadeddine, portavoz del rebelde Consejo Superior Militar de Alepoo, negó la acusación y dijo que creía que las fuerzas de Al-Assad habían disparado un misil Scud cargado con agentes químicos. En Damasco, activistas mostraron imágenes de video donde se ven a hombres y niños en un centro médico, todos ellos recibiendo oxígeno, a raíz de lo que dijeron fue un ataque químico; si bien no se dieron más detalles o el número de bajas, si se supo que este ataque fue en Otaiba, al este de Damasco.

En las capitales europeas crece el debate sobre la posibilidad de levantar el embargo de la UE y permitir así el apoyo militar a los rebeldes sirios, pero la jefa de política exterior de la UE, Catherine Ashton, durante el Foro Anual de Bruselas señaló que "Tenemos que trabajar con mucho cuidado, tenemos que conocer mejor las consecuencias del levantamiento de la prohibición”. Francia - junto con Gran Bretaña - está presionando para que se levante el embargo de armas, aunque sostienen que el objetivo global de un arreglo político negociado no ha cambiado; sin embargo, un cambio en el equilibrio de poder por parte del gobierno sirio –apoyado por Irán y Rusia- no asegura que desde una posición más débil se cree el ambiente adecuado para las negociaciones diplomáticas.

Fuentes periodísticas señalaron que fuerzas británicas del Servicio Aéreo Especial y del Special Boat Service -que se retiraron de Afganistán- se unirían a los rebeldes sirios. El informe indica que las tropas británicas tienen previsto operar bajo la supervisión del Servicio Secreto británico MI6 y la Agencia de Inteligencia de Francia, con un arsenal valuado en unos £ 20 millones almacenado en varios países vecinos de Siria, para ser entregado a los grupos rebeldes cercanos a Occidente.

William Hague, canciller británico, sostuvo que los riesgos que el Reino Unido suministre armas y que ellas puedan caer en manos de los yihadistas sirios, podría ser compensada por la apuesta de no hacer más para ponerle fin a la crisis; si bien Hague afirmó que los envíos tendrían que ser "muy cuidadosamente controlado, hay riesgos aún mayores que plantea la continuación de la violencia. Si la crisis sigue empeorando en la forma que sea en las próximas semanas y meses, hay riesgos aún mayores que tienen que sopesarse: el terrorismo internacional y el extremismo echando raíces en Siria, la desestabilización de Líbano, Iraq y Jordania o los riesgos de una catástrofe humanitaria extrema. Como siempre, en la política exterior, que hay que sopesar algunos riesgos contra otros riesgos".

El gobierno de Obama dio su apoyo a los planes británicos y franceses para armar a los rebeldes sirios, John Kerry dijo a los periodistas que "EE.UU. no se interpone en el camino de otros países que tomaron la decisión de proporcionar armas, ya sea Francia, Gran Bretaña o los demás". Sus comentarios se producen después de que el presidente francés, François Hollande, dijo la semana pasada que su país y Gran Bretaña estaban presionando a la UE de levantar el embargo de armas contra Siria cuando termine el 1º de junio y enviarles equipos militares a los rebeldes.

El Gral. Martin Dempsey, jefe del Estado Mayor Conjunto de las FFAA de EE.UU., es el principal asesor militar del presidente Barack Obama, dijo que le aconsejo precaución extrema al deliberar las opciones militares en Siria ya que “El conjunto de cuestiones es más complejo que lo que nadie pueda concebir, literalmente, no creo que en este momento una opción militar diese lugar a un resultado comprensible. Mi consejo sería proceder con cautela". Dempsey, junto con el ex secretario de Defensa, Leon Panetta, y los jefes de la CIA y el Departamento de Estado estaban a favor de la idea de armar a los rebeldes sirios el año pasado, sin embargo, nunca hubo un plan específico y Obama decidió en contra de esa opción.

Después de semanas de negociaciones y dos reuniones aplazadas, las facciones rivales dentro de la Coalición acordaron una lista de 12 candidatos para el cargo de Primer Ministro interino y dos nombres eran los favoritos: Ghassan Hito -empresario nacido en Damasco- y Osama Kadi -economista y académico de Aleppo- ambos políticos se formaron en EE.UU. y vivieron en Siria antes de los enfrentamientos. Finalmente fue electo Ghassam Hitto, un ejecutivo del sector de la tecnología de la información que vivía en Texas y que se unió a la Coalición es un desconocido en la oposición; saltó a la fama recientemente gracias a los esfuerzos para mejorar la entrega de ayuda humanitaria, y si bien estaba lejos de ser una elección unánime, ganó los 35 votos necesarios -3 más que el ministro de agricultura de Hafez Al-Assad, Assad Mustafa-.

Hitto descartó negociaciones con Al-Assad, otro golpe a los vacilantes esfuerzos para encontrar una solución política, y argumentó que la formación de un gobierno interino podría ayudar a Siria a mantenerse fuera del caos. Se espera las autoridades sean elegidas rápidamente, para luego designar un gabinete de hasta 12 ministros para administrar los asuntos en territorios rebeldes, desde Idlib y Aleppo a los kurdos y las provincias tribales del este, donde los islamistas dominan el gobierno local; Samir Nachar, miembro de la Coalición, señaló que tanto en el norte como en el este hay yacimientos de petróleo, redes de electricidad y tribunales que se deben operar.

Damasco, en una carta enviada el jueves al Ministerio Relaciones Exteriores de Líbano, le advirtió a Beirut que serían atacados los rebeldes sirios en Líbano, reiterando sus alegaciones sobre armas y hombres armados contrabandeados desde la frontera libanesa pobremente custodiada; la carta dijo que las fuerzas sirias seguían ejerciendo dominio del lugar a pesar de las “sorprendentes concentraciones de bandas armadas en territorio libanés”. La amenaza de Siria coincidió con el anuncio de Francia de armar a los rebeldes sirios.

La Coalición Nacional Siria, mayoritariamente en el exilio, ha luchado durante semanas para establecer un gobierno interino de unidad, ya que las figuras exiliadas podrían tener problemas para hacer valer su autoridad en las regiones devastadas por la guerra y el riesgo de fracaso es alto ya que no tienen los medios para solucionar los problemas de infraestructura. La apuesta de EE.UU. pasa por el establecimiento de un gobierno interino con apoyo que crecerá si demuestra que puede ofrecer servicios a la población en los territorios rebeldes.

Aquí surge el otro punto controversial, como es la necesidad de dotar a la Coalición de un brazo armado lo suficientemente poderoso para garantizarle un mínimo de seguridad a la administración política. El Gral. Salim Idris, comandante del Ejercito Libre Sirio (ELS) sostiene que su formación es la más poderosa y organizada, pero no se sabe cuántas brigadas rebeldes siguen sus órdenes o están vinculadas a su grupo ya que los grupos rebeldes más eficaces son los extremistas islámicos que han desarrollado sus propias redes de apoyo; Al-Jabhat Nusra es la mejor unidad de combate, no responde al ELS y está considerada por EE.UU. como una rama de Al-Qaeda.

Idris sostiene que su grupo se aseguraría que las armas no caigan en las manos equivocadas -preocupación primordial de los EE.UU.- pero con el conflicto en punto muerto, con los rebeldes que controlan grandes áreas en el norte y este del país y el régimen enfrascado en la defensa de Damasco y otros lugares vitales de Siria, la promesa de Idris es inestable. Los rebeldes sirios pueden haber disparado morteros de 120 mm contra el palacio presidencial, el aeropuerto internacional de Damasco y edificios de seguridad para conmemorar el segundo aniversario de la revuelta contra el presidente Bashar Al-Assad, pero distan de controlar la situación como para asegurarles a los donantes de armas que éstas llegaran a las manos correctas.


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