jueves, 18 de julio de 2013

EE.UU. y los "ataques cinéticos" contra Siria


Después que la Agencia Anadolu informó de soldados turcos respondiendo fuego del lado sirio, cerca de la ciudad Ceylanpinar en la frontera, la Agencia Firat News informó que las Unidades Populares de Protección (YPG) -brazo armado del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK)- había tomado por segunda vez el control del paso fronterizo. La primera vez que cuando el Partido de Unión Democrática (PYD), la versión siria del PKK, el control del lado sirio de la puerta de la frontera en 2012, fue antes de la iniciativa del PM tuco, Tayyip Erdogan para iniciar el diálogo con el PKK en la búsqueda de una solución política a la cuestión kurda.

Cuando el PYD tomó el puesto en aquel entonces, también luchaba en nombre del régimen sirio contra los rebeldes del Ejército Libre de Siria (ELS), que eran respaldados por Turquía; pero ahora las cosas han cambiado drásticamente. La aparición del grupo islámico Jabhat Al-Nusra, un grupo radical pro Al-Qaeda, y las conversaciones de paz kurdos en Turquía, el PYD y el PKK cambiaron su lucha ahora contra Al-Assad. En ese momento, Jabhat Al-Nusra había capturado el puesto fronterizo, el mismo que ha sido retomado por los militantes kurdos ayer; Ceylanpinar se coloca casi a mitad de camino a lo largo de los 910 kilómetros de frontera turco-siria, desde el Mar Mediterráneo hasta la frontera con Irak en el Este, por lo tanto, Ceylanpinar no es el único punto violado bajo la guerra civil siria.

La captura de Ras al-Ain, en la frontera noreste por el PYD aumentará los temores de Ankara de una nueva región autónoma kurda –ahora en Siria- que podría envalentonar a los militantes PKK, que está luchando por la autonomía dentro de Turquía. En un comunicado, el Ejército turco dijo que Ras Al-Ain cayó bajo el control del PYD –al que describió como una "organización terrorista separatista"- y que los combates se había detenido.

De acuerdo con las reglas de combate, el Ejército de Turquía devolvió el fuego cuando los enfrentamientos entre dos facciones rebeldes sirias se propagaron a través de la frontera. Las FFAA turcas no especificaron los objetivos, pero los combates entre los kurdos del PYD y los rebeldes de Jabhat Al-Nusra se iniciaron el martes luego que éstos atacaron a una patrulla kurda y capturaron a un hombre.

Según el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, los combates ahora se habían extendido más profundamente en la gran provincia kurda de Hassakeh y alrededor del campo petrolero Rumeilan, a unos 200 kilómetros al Este de Ras Al-Ain. La mayoría de los campos de petróleo habían sido cerrados, pero algunos de sus oleoductos pueden seguir suministrando a las refinerías en las ciudades controladas por el gobierno de Homs y Baniyas.

El PKK está gastando gran parte de su energía en Siria. Y aquí es donde el panorama se vuelve aún más confuso. La principal razón por la que Erdogan reanudó las conversaciones con Ocalan fue por temor a que Siria e Irán - y Rusia según algunos afirman- aumentarían su apoyo a los rebeldes con el fin de castigar a Turquía por su apoyo a los rebeldes sirios; el proceso de paz estaba destinado a revertir esto a cambio de las concesiones dentro de Turquía, Ocalan tenía que ponerle freno al "Rojava" o "Kurdistán occidental", como los kurdos sirios llaman a sus territorios.

Las esperanzas de un acuerdo crecieron cuando Turquía hizo pública las negociaciones con Salih Muslim, jefe del PYD, en mayo. El panorama es confuso y la desconfianza mutua y el engaño prevalecen: Erdogan insiste que está decidido a una reforma que aborde las demandas clave de los kurdos pero solo después de que fuerzas del PKK se retiren completamente del territorio turco. El ministro turco de Justicia, Saadullah Ergin, está presionando para que la reforma, pero los nacionalistas de línea dura se oponen al plan de Erdogan.

Alrededor del 60% de la población vive en las zonas controladas por el gobierno, mientras que los rebeldes efectivamente controlan del 60% al 70% del territorio -los rebeldes son fuertes en las zonas rurales menos pobladas- y es poco probable que el presidente Al-Assad pueda reafirmar su autoridad sobre el conjunto de Siria. Pero incluso algunos de sus más acérrimos enemigos reconocen que su posición es más fuerte de lo que ha sido el mes pasado, ya que su capacidad de recuperación sugiere que ha establecido un mini Estado en el centro de Siria, que está firmemente respaldado por Rusia, Irán y Hezbollah; fuera de esa zona, la guerra civil ha balcanizado el país con grupos rebeldes de diferentes orientaciones que controlan las otras áreas.

El gobierno sirio mantiene su control sobre la capital y ha consolidando su dominio sobre una serie de importantes ciudades del Norte, los grupos rebeldes ocupan grandes extensiones de tierra en el Norte y el Este del país; cada vez están más fragmentados y compiten entre ellos por los recursos y por imponer sus propias leyes. Los kurdos, minoría étnica más grande en Siria, mantienen el control de sus propias áreas y con frecuencia luchan para mantener a los rebeldes sirios fuera de sus zonas.

El Gral. Martin Dempsey, el máximo oficial de EE.UU., dijo ante el Comité de Servicios Armados del Senado que evalúa su nominación para un segundo mandato de dos años como jefe del Estado Mayor Conjunto, que el presidente Bashar Al-Assad está ganando contra las fuerzas rebeldes. Dempsey dijo que la administración Obama está evaluando la posibilidad de llevar a cabo "ataques cinéticos" contra el régimen sirio, sin dar más detalles, y dijo que "no sería apropiado para mí tratar de influir en la decisión por expresar una opinión en público sobre qué tipo de fuerza debemos usar" pero adelantó que el Comité sabría de sus recomendaciones "en el momento adecuado."


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