El presidente sirio, Bashar al-Assad, se reunió en Damasco con una delegación del Congreso de los EE.UU., encabezada por el Senador Richard Shelby, para conversar sobre los últimos acontecimientos en el Oriente Medio. Durante las conversaciones, Assad instó a los EE.UU. a jugar un papel positivo en el logro de la paz y la estabilidad en la región.
El Embajador Robert Ford llegó a Siria en enero para servir como el primer embajador de EE.UU. en Damasco en seis años. Sin embargo, la posibilidad de estrechar lazos sigue siendo débil, ya que en Washington todavía persisten las mismas políticas en la región desde la administración Bush. La visita de congresistas estadounidenses es parte de una gira regional y ya son varios funcionarios de EE.UU. han visitado Damasco recientemente.
El objetivo declarado de los viajes ha sido a menudo para revivir las negociaciones directas entre Tel Aviv y la Autoridad Palestina, pero hasta ahora estos movimientos no han dado resultados sólidos. Washington dice que está comprometido con la paz en la región; sin embargo, recientemente vetó una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU que condenaba la construcción de asentamientos israelíes en territorio palestino.
Debido a las rebeliones que se oponen a los regímenes de varias naciones árabes, Assad dijo que es necesario comprender mejor la voluntad del pueblo y llevar a cabo políticas que reflejen sus demandas, El presidente sirio también advirtió a los gobiernos árabes que las políticas no se no se pueden formular en forma aislada de los pueblos.
En 2010, el presidente al-Assad se reunió varias delegaciones del Congreso de los EE.UU.; la última de las cuales fue encabezada por John Kerry, Jefe de la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado de los EE.UU, y en las conversaciones subrayó la necesidad de lograr una paz justa y global en la región, con base en resoluciones de legitimidad internacional, en referencia a la importancia de continuar el diálogo serio entre Siria y EE.UU. para mejorar las relaciones bilaterales.
La situación regional ha modificado la relación que los EE.UU. tiene con Siria a partir de la caída de un aliado fundamental pro-occidental como era Mubarak en Egipto, además la volatilidad del escenario del Medio Oriente preocupa a los israelíes que se verían privados de un total apoyo norteamericano ante la caída de los regímenes aliados.
Por otro lado, la posibilidad que de la misma manera que los árabes se han rebelado contra los distintos regímenes, existe la posibilidad que los palestinos se levanten contra la ocupación israelí provocando situaciones tensas para el Estado judío que se vería obligado a reprimir en un contexto muy difícil. De allí que Siria, con una estabilidad notable por el momento, sirva como intermediario para contener a los palestinos y asegurar la estabilidad libanesa.
El Embajador Robert Ford llegó a Siria en enero para servir como el primer embajador de EE.UU. en Damasco en seis años. Sin embargo, la posibilidad de estrechar lazos sigue siendo débil, ya que en Washington todavía persisten las mismas políticas en la región desde la administración Bush. La visita de congresistas estadounidenses es parte de una gira regional y ya son varios funcionarios de EE.UU. han visitado Damasco recientemente.
El objetivo declarado de los viajes ha sido a menudo para revivir las negociaciones directas entre Tel Aviv y la Autoridad Palestina, pero hasta ahora estos movimientos no han dado resultados sólidos. Washington dice que está comprometido con la paz en la región; sin embargo, recientemente vetó una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU que condenaba la construcción de asentamientos israelíes en territorio palestino.
Debido a las rebeliones que se oponen a los regímenes de varias naciones árabes, Assad dijo que es necesario comprender mejor la voluntad del pueblo y llevar a cabo políticas que reflejen sus demandas, El presidente sirio también advirtió a los gobiernos árabes que las políticas no se no se pueden formular en forma aislada de los pueblos.
En 2010, el presidente al-Assad se reunió varias delegaciones del Congreso de los EE.UU.; la última de las cuales fue encabezada por John Kerry, Jefe de la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado de los EE.UU, y en las conversaciones subrayó la necesidad de lograr una paz justa y global en la región, con base en resoluciones de legitimidad internacional, en referencia a la importancia de continuar el diálogo serio entre Siria y EE.UU. para mejorar las relaciones bilaterales.
La situación regional ha modificado la relación que los EE.UU. tiene con Siria a partir de la caída de un aliado fundamental pro-occidental como era Mubarak en Egipto, además la volatilidad del escenario del Medio Oriente preocupa a los israelíes que se verían privados de un total apoyo norteamericano ante la caída de los regímenes aliados.
Por otro lado, la posibilidad que de la misma manera que los árabes se han rebelado contra los distintos regímenes, existe la posibilidad que los palestinos se levanten contra la ocupación israelí provocando situaciones tensas para el Estado judío que se vería obligado a reprimir en un contexto muy difícil. De allí que Siria, con una estabilidad notable por el momento, sirva como intermediario para contener a los palestinos y asegurar la estabilidad libanesa.
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