Siria y Turquía establecieron la piedra angular de una presa capaz de almacenar 115 millones de metros cúbicos de agua en sus fronteras. El primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan y su homólogo sirio, Mohamed Naji Otri estuvieron presentes para iniciar la Presa Amistad en el río Orontes, que fluye desde el Líbano hacia Siria y Turquía, y tendrá por objeto prevenir las inundaciones, va a generar 16 millones de kilovatios-hora de electricidad al año y permitirá el riego de 13.334 hectáreas de tierra de ambos países.
Erdogan, en un discurso durante la ceremonia celebrada en la provincia fronteriza de Hatay, dijo que Turquía estaba trabajando también en otros proyectos de cooperación como la construcción de una línea ferroviaria de alta velocidad entre los dos países, el establecimiento de un banco conjunto turco-siria y la vinculación de los recursos naturales redes de gas de los dos vecinos.
Erdogan viajó a Alepo para mantener conversaciones con el presidente sirio, Bashar al-Assad; señaló que la construcción de la presa fue también el resultado de la política de su gobierno de "cero problemas con los vecinos" que ha llevado a una transformación radical en las relaciones entre Turquía y Siria, de la enemistad a la cooperación en casi todos los campos.
Bajo el gobierno de Erdogan, de raíces islámicas y con fuertes lazos hacia los países árabes, Turquía está llevando adelante un profundo reposicionamiento de su papel en el Medio Oriente; con Siria, Ankara ha firmado de una serie de acuerdos comerciales, turísticos y de eliminación de visado que marca un significativo cambio para dos Estados que llegaron al borde de la guerra hace una década atrás. Turquía también se ha convertido en un modelo a seguir por parte de Siria a partir del desarrollo de su economía y la utilización de su política exterior como herramienta para consolidar inversiones y propiciar la estabilidad interna.
Erdogan, en un discurso durante la ceremonia celebrada en la provincia fronteriza de Hatay, dijo que Turquía estaba trabajando también en otros proyectos de cooperación como la construcción de una línea ferroviaria de alta velocidad entre los dos países, el establecimiento de un banco conjunto turco-siria y la vinculación de los recursos naturales redes de gas de los dos vecinos.
Erdogan viajó a Alepo para mantener conversaciones con el presidente sirio, Bashar al-Assad; señaló que la construcción de la presa fue también el resultado de la política de su gobierno de "cero problemas con los vecinos" que ha llevado a una transformación radical en las relaciones entre Turquía y Siria, de la enemistad a la cooperación en casi todos los campos.
Bajo el gobierno de Erdogan, de raíces islámicas y con fuertes lazos hacia los países árabes, Turquía está llevando adelante un profundo reposicionamiento de su papel en el Medio Oriente; con Siria, Ankara ha firmado de una serie de acuerdos comerciales, turísticos y de eliminación de visado que marca un significativo cambio para dos Estados que llegaron al borde de la guerra hace una década atrás. Turquía también se ha convertido en un modelo a seguir por parte de Siria a partir del desarrollo de su economía y la utilización de su política exterior como herramienta para consolidar inversiones y propiciar la estabilidad interna.
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