El Estado sirio ha acusado a 32 manifestantes de atacar la reputación del Estado, un día después de que sucediese una manifestación que pedía la liberación de los presos políticos. Entre los 32 manifestantes detenidos, se encontraba la activista de Derechos Humanos, Suhair Atassi, un grupo de cuatro familiares de la figura de la oposición, Kamal Labwani -que está cumpliendo una sentencia de cárcel de 12 años- y el blogger kurdo Kamal Sheikho, que había sido puesto en libertad el pasado domingo.
El Observatorio Sirio de los Derechos Humanos dijo que el gobierno liberó a cinco manifestantes detenidos, entre los que se encuentran el escritor Tayeb Tizini, el periodista Mazen Darweesh, Meemar Maimuna, Daoud Amer y su hijo.
Los grupos de Derechos Humanos sirios han instado repetidamente a las autoridades a liberar prisioneros de conciencia y poner fin a las detenciones arbitrarias de opositores políticos y activistas de la sociedad civil. También han pedido una ley de partidos políticos que los ciudadanos puedan ejercer su derecho a participar en la gestión de los asuntos del país.
La mayor parte de la demanda de los grupos de Derechos Humanos provienen desde el exterior de Siria y los que se encuentran en el interior son minoritarios y están compuestos por los familiares de los detenidos en una gran proporción. La creciente intervención exterior, si bien ejerce presión, le resta apoyo al reclamo ya que la sociedad siria percibe a los mismos como injerencias en los asuntos internos; por otro lado el régimen de Al-Assad cuenta con una base de apoyo importante, que realiza contra-marchas tal como las que se vieron frente al Ministerio del Interior.
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