Los gobiernos de la UE acordaron suspender el acceso a fondos del Banco Europeo de Inversiones (BEI) por parte de Siria; aún pendiente de aprobación formal por parte de ministros de Relaciones Exteriores de la UE el lunes, la decisión significa que el gobierno del presidente Bashar Al-Assad no recibirá más dinero en efectivo en el marco de proyectos de préstamos ya existentes del BEI, que pueden ascender a cientos de miles de euros. Desde el inicio de operaciones en Siria en 1978, el BEI ha firmado € 1.600 millones en préstamos y se ha desembolsado cerca de un tercio hasta la fecha.
En septiembre, se impuso un embargo a las importaciones de crudo sirio y prohibió empresas de la UE a promover nuevas inversiones en la industria petrolera, también impuso sanciones a la empresa de telefonía móvil principal -Syriatel- y a la mayor empresa privada -Cham Holding- ambas con participación de la familia del presidente Al-Assad. La UE en octubre ya había endurecido las sanciones contra Siria, al agregar al Banco Comercial de Siria a una lista de entidades sancionadas para presionar régimen sirio a suspender la represión interna.
Los líderes árabes están señalando en privado que EE.UU. ha ofrecido asilo al presidente Al-Assad -en un intento de obtener su renuncia- algo que todavía no se ha podido establecer fehacientemente. Jeffrey Feltman, secretario de Estado adjunto para Asuntos del Cercano Oriente, señaló que algunos líderes árabes ya han comenzado a ofrecerle refugio seguro a Al-Assad en un esfuerzo por alentar a que se fuera en paz y con rapidez al tiempo que indicó que entre los mandatarios árabes existe la percepción que el gobierno de Al-Assad está llegando a su fin y que el cambio en Siria es ahora inevitable.
Feltman, en su presentación ante un subcomité de Relaciones Exteriores del Congreso de EE.UU. sostuvo que Al-Assad no puede durar y no puede sobrevivir, y agregó que un número creciente de árabes quieren que Al-Assad detenga la destrucción de Siria ya que el líder ha convertido al país en un paria dentro del mundo árabe. Sin embargo, Feltman advirtió que si la oposición -relativamente pacífica- se convierte en una insurgencia armada que socavaría los esfuerzos para deshacerse de Al-Assad, dividiría a la comunidad internacional y favorecería el juego del régimen sirio; la fuerza de la oposición radica en la protesta pacífica, ya que de este modo le niegan la posibilidad al régimen de afirmar que está realmente frente a una insurrección armada porque no lo es.
En septiembre, se impuso un embargo a las importaciones de crudo sirio y prohibió empresas de la UE a promover nuevas inversiones en la industria petrolera, también impuso sanciones a la empresa de telefonía móvil principal -Syriatel- y a la mayor empresa privada -Cham Holding- ambas con participación de la familia del presidente Al-Assad. La UE en octubre ya había endurecido las sanciones contra Siria, al agregar al Banco Comercial de Siria a una lista de entidades sancionadas para presionar régimen sirio a suspender la represión interna.
Los líderes árabes están señalando en privado que EE.UU. ha ofrecido asilo al presidente Al-Assad -en un intento de obtener su renuncia- algo que todavía no se ha podido establecer fehacientemente. Jeffrey Feltman, secretario de Estado adjunto para Asuntos del Cercano Oriente, señaló que algunos líderes árabes ya han comenzado a ofrecerle refugio seguro a Al-Assad en un esfuerzo por alentar a que se fuera en paz y con rapidez al tiempo que indicó que entre los mandatarios árabes existe la percepción que el gobierno de Al-Assad está llegando a su fin y que el cambio en Siria es ahora inevitable.
Feltman, en su presentación ante un subcomité de Relaciones Exteriores del Congreso de EE.UU. sostuvo que Al-Assad no puede durar y no puede sobrevivir, y agregó que un número creciente de árabes quieren que Al-Assad detenga la destrucción de Siria ya que el líder ha convertido al país en un paria dentro del mundo árabe. Sin embargo, Feltman advirtió que si la oposición -relativamente pacífica- se convierte en una insurgencia armada que socavaría los esfuerzos para deshacerse de Al-Assad, dividiría a la comunidad internacional y favorecería el juego del régimen sirio; la fuerza de la oposición radica en la protesta pacífica, ya que de este modo le niegan la posibilidad al régimen de afirmar que está realmente frente a una insurrección armada porque no lo es.
Walid al-Moallem, Ministro de Relaciones Exteriores sirio, le envió una carta al Secretario General de la Liga Árabe, Nabil al-Arabi, sobre la declaración de una fuente del Departamento de Estado de EE.UU. que alienta a los países árabes a unirse a la boicot político y económico en contra de Siria, que excede los límites de la Carta de la Liga Árabe y las bases de la acción árabe conjunta. Al-Moallem aclaró que la provocación de EE.UU. constituye una injustificada injerencia extranjera además de la imposición de sanciones económicas y políticas contra Siria con el acuerdo de algunos países árabes
Al-Moallem agregó en el mensaje que Siria ha declarado su compromiso con el plan de trabajo acordado con la Liga Árabe y destacó el cumplimiento de la mayoría de los elementos del plan a diferencia de lo que está siendo propagado por algunos canales de televisión señalando que Siria está actuando de manera contraria a lo pactado.
Los enfrentamientos mortales han seguido en el país, principalmente en la región de Homs, sobre el terreno solo el jueves, una niña de ocho años fue uno de los 11 civiles asesinados junto a seis soldados la ciudad sitiada central de Homs, según lo indicó el Observatorio sirio para los Derechos Humanos. Esta continuación de las operaciones, en contra del acuerdo entre Siria y la Liga Árabe, ha motivado a los como organizadores de las protestas de los viernes a convocar la próxima bajo el lema que la Liga Árabe debe suspender la membrecía de Siria.
La presión internacional está aumentando para que se genere una decisión conjunta para que el gobierno del presidente Bashar Al-Assad cese con la represión en el país. El informe de la Alta Comisionado de DDHH de ONU, Navi Pillay, indica que el país enfrenta un grave riesgo de caer bajo una lucha armada similar a la de Libia; mientras la oposición siria culpa a las fuerzas de seguridad de violar el acuerdo alcanzado con la Liga Árabe al tiempo que Damasco prometió retirar sus fuerzas de seguridad de las calles y comenzar las conversaciones con la oposición.
A ello se suma que Jeffrey Feltman, Secretario de Estado Adjunto para Asuntos del Cercano Oriente, instó a la Liga a tomar una postura más dura contra Damasco como parte de un esfuerzo global para forzar a Al-Assad a abandonar el poder; frente a las sanciones económica europeas que no han demostrad un impacto directo e inmediato. Hoy la presión y las miradas recaen sobre la Liga Árabe, que se reunirá el sábado para discutir una posible respuesta a la promesa rota de Siria para poner fin a la represión de la disidencia siria.
Al-Moallem agregó en el mensaje que Siria ha declarado su compromiso con el plan de trabajo acordado con la Liga Árabe y destacó el cumplimiento de la mayoría de los elementos del plan a diferencia de lo que está siendo propagado por algunos canales de televisión señalando que Siria está actuando de manera contraria a lo pactado.
Los enfrentamientos mortales han seguido en el país, principalmente en la región de Homs, sobre el terreno solo el jueves, una niña de ocho años fue uno de los 11 civiles asesinados junto a seis soldados la ciudad sitiada central de Homs, según lo indicó el Observatorio sirio para los Derechos Humanos. Esta continuación de las operaciones, en contra del acuerdo entre Siria y la Liga Árabe, ha motivado a los como organizadores de las protestas de los viernes a convocar la próxima bajo el lema que la Liga Árabe debe suspender la membrecía de Siria.
La presión internacional está aumentando para que se genere una decisión conjunta para que el gobierno del presidente Bashar Al-Assad cese con la represión en el país. El informe de la Alta Comisionado de DDHH de ONU, Navi Pillay, indica que el país enfrenta un grave riesgo de caer bajo una lucha armada similar a la de Libia; mientras la oposición siria culpa a las fuerzas de seguridad de violar el acuerdo alcanzado con la Liga Árabe al tiempo que Damasco prometió retirar sus fuerzas de seguridad de las calles y comenzar las conversaciones con la oposición.
A ello se suma que Jeffrey Feltman, Secretario de Estado Adjunto para Asuntos del Cercano Oriente, instó a la Liga a tomar una postura más dura contra Damasco como parte de un esfuerzo global para forzar a Al-Assad a abandonar el poder; frente a las sanciones económica europeas que no han demostrad un impacto directo e inmediato. Hoy la presión y las miradas recaen sobre la Liga Árabe, que se reunirá el sábado para discutir una posible respuesta a la promesa rota de Siria para poner fin a la represión de la disidencia siria.
Se espera que de la reunión de la Liga Árabe del sábado surjan sanciones más duras que podrían llegar inclusive a la suspensión de la membrecía a la Liga, algo que supondría el abandono de la protección árabe hacia Siria y abriría la posibilidad de intervenciones de países occidentales como sucedió en Libia. Si algo resulta evidente hoy en día, es que el régimen de Al-Assad no está interesado en negociar cualquier medida que ponga en peligro su supervivencia.
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