miércoles, 9 de noviembre de 2011

La ONU anunció que sigue aumentando la cantidad de víctimas en Siria




Ravina Shamdasani, la portavoz de la Oficina de Derechos Humanos de ONU, estimó que unas 3.500 personas han muerto durante la represión en Siria contra los manifestantes, mientras el ejército redobla sus operaciones para acabar con la resistencia en la ciudad de Homs. A pesar del acuerdo para terminar con la violencia en Siria -donde el régimen sirio suscribió el plan de paz patrocinado por la Liga de Estados Árabes la semana pasada- más de 60 personas han muerto en los enfrentamientos que coincide con inicio de Eid al-Adha, la principal fiesta musulmana.

La semana pasada, el 2 de noviembre, el régimen sirio había llegado a un acuerdo con los miembros de la Liga Árabe para iniciar conversaciones con la oposición y retirar los tanques de las calles. Sin embargo, el acuerdo se rompió cuando las fuerzas de seguridad leales Al-Assad irrumpieron en los barrios de Homs, el pasado domingo y comenzaron a enfrentarse con los manifestantes aumentando las víctimas civiles. Aunque el régimen sirio sostuvo que el asalto del pasado domingo fue contra las "bandas armadas", los representante de Siria ante la Liga Árabe dijeron que Damasco había "ido muy lejos" en la implementación del plan que apunta a la liberación de alrededor de 500 detenidos en virtud de una amnistía condicional anunció la semana pasada.

Pero las potencias árabes y occidentales se encuentran cada vez más frustradas por el fracaso para detener la represión en Siria. El Primer Ministro de Qatar, ha llamado a los estados árabes para hablar de ello mientras que ministro de Relaciones Exteriores de Francia dijo que Siria fue testigo de "una nueva ronda de represión", Alain Juppé señaló que Francia ya estaba trabajando para aumentar la presión internacional sobre Damasco y el fortalecimiento de los lazos con la oposición siria.

En Gran Bretaña, el Ministro de Relaciones Exteriores, William Hague, instó al bloque árabe para responder de manera rápida y decisiva a la falta de compromiso de Siria para poner en práctica el plan acordado con la Liga. Mientras tanto, la Unión Europea anunció que estaba preparando una congelación de los créditos europeos del Banco Europeo de Inversiones (BEI) a Siria, y que además estudia nuevas sanciones sobre el régimen de Al-Assad; una fuente diplomática dijo que el BEI suspenderá nuevos créditos y congelará el desembolso de los créditos pendientes a la vez que detendrá toda asistencia técnica -tales como auditorías y estudios de viabilidad-

No hay cifras sobre el detalle de los montos involucrados estuvieron disponibles de inmediato pero el BEI, entre 2007 y 2013, ha aportado unos € 1.070 millones para proyectos en nueve países del Mediterráneo, incluyendo a Siria; el bloque de 27 naciones de la UE ya ha aplicado siete rondas de sanciones contra el régimen de Al-Assad desde que iniciaron las manifestaciones en marzo de 2011.

El próximo sábado, cuando los ministros árabes de Exteriores de la Liga Árabe se reúnan, diferentes potencias occidentales y árabes consideran que se debería expulsar a Siria e instar al Consejo de Seguridad para condenar a Assad junto a la imposición de sanciones internacionales contra el régimen. La posibilidad que Siria sea expulsada de la Liga generaría más dificultades para Rusia y China que ahora ya no tendrían muchas más excusas para bloquear una resolución del Consejo de Seguridad -como lo hicieron en octubre- ya que sería el mundo árabe quien llamaría a una medida que va más allá de las sanciones ya impuestas por los EE.UU. y la UE.

Un grupo de la oposición siria intentó reunirse con el jefe de la Liga Árabe pero al momento que la delegación llegaba, manifestantes sirios lanzaron huevos al grupo fuera de la sede de la Liga Árabe y les impidieron entrar en el edificio para reunirse con el jefe de la organización; varias decenas de manifestantes bloquearon la entrada del grupo de veteranos disidentes sirios -como el escritor Michel Kilo y militante Manaa Haytham- y los increparon sobre la necesidad de no dialogar más con el régimen sirio.

El Comité Coordinación Nacional para el Cambio Democrático (CCN) con sede en Siria, es un grupo de oposición rival al popular grupo del Consejo Nacional de Siria (CNS) que se anunció en octubre –desde Turquía- que rechazaba todas las formas de contacto con el régimen previsto en el actual contexto de represión. Algunos sirios ven en el CCN a una postura más flexible y dispuesta a entablar un diálogo con las autoridades sirias; esto se puede explicar en parte porque el grupo está formado mayoritariamente por veteranos activistas y ex presos políticos, además señala la fractura entre los sectores disidentes locales y los que se tienen activistas en el extranjero.

El Consejo Nacional de Siria es el resultado de la Declaración de Damasco por el Cambio Democrático -un movimiento pro-democracia que comenzó en la primavera llamada Damasco en el período 2000-2001-. El CNS está formado por varios grupos de oposición internos y externos que han expresado su apoyo en el levantamiento "hasta que el cambio democrático se logre a través de la destrucción del régimen actual". Dentro de los grupos que forman el CNS se encuentran: la Hermandad Musulmana de Siria (uno de los más antiguos movimientos políticos de la oposición); los Comités Locales de Coordinación (grupos de base de activistas que han organizado la mayoría de las manifestaciones a través de Siria); la Comisión General de la Revolución de Siria (una coalición de 40 bloques de la oposición) y los grupos kurdos grupos (líderes tribales e los independientes).

El CCN se formó oficialmente en un hotel de las afueras de Damasco, donde el grupo eligió un consejo de 80 miembros -presidido por Hussein Abdel Azim- el comité está integrado por 13 partidos políticos izquierdistas, activistas políticos independientes, tres partidos kurdos y activistas de la juventud. El NCC pide el diálogo, la retirada de los militares de las calles, el cese de los ataques del régimen contra los manifestantes, y la liberación de los presos políticos; al igual que CNS, NCC también se opone a la intervención militar extranjera, prefiriendo las sanciones económicas a la presión diplomática. El Ejército Libre Sirio (ELS), es un grupo armado de oposición que tiene su sede en la frontera turco-siria. El ejército está formado por desertores militares que quieren emprender una insurgencia contra el gobierno de Assad. Vamos a luchar contra el régimen hasta que se caiga y construir un nuevo periodo de estabilidad y seguridad en Siria", dijo el líder de la FSA coronel Riad al-As'aad.

Es interesante ver como desde el inicio de las manifestaciones, la oposición fue mutando de la pasividad social a la participación activa y ahora está considerando la opción de la violencia. Ello explica también porque las potencias extranjeras –árabes y occidentales- no encuentran un interlocutor dentro de Siria con el que puedan trabajar o apoyar para que trate de derrocar al régimen desde adentro del país y que no se perciba como una acción externa.

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