Dos ataques terroristas dirigidos contra la Dirección de Seguridad del Estado y una oficina del Servicio de Seguridad en Damasco, causaron 40 muertos entre militares y civiles y unos 100 heridos; las investigaciones preliminares indicaron que los ataques llevan la marca personal de al-Qaeda. Los dos ataques, de acuerdo con las investigaciones, se llevaron a cabo por dos atacantes suicidas con dos autos con trampas explosivas.
El doble atentado destrozó a Kfar Sousa, un exclusivo distrito de Damasco, donde se encuentran la sede principal de la Agencia General de Inteligencia y una rama de la Inteligencia militar, dos de los más poderosos de los órganos de la Inteligencia en Siria. Las explosiones fueron el primer atentado suicida en Siria desde que el levantamiento se inició en marzo y las explosiones se produjeron un día después de que un equipo de avanzada de observadores de la Liga Árabe llegó al país para monitorear la situación y establecer los dichos del gobierno que aseguran que la violencia en el terreno es producto del trabajo de terroristas, mucho de ellos provenientes del extranjero.
A lo largo de la crisis, el régimen de Al-Assad ha insistido que la rebelión es obra de terroristas y grupos armados apoyados por potencias extranjeras que buscan derrocar al régimen sirio; también Al-Assad ha advertido de que la agitación intenta sumir al país en el caos, el extremismo religioso y las divisiones sectarias. Esto se debe a que Al-Assad y su círculo íntimo de gobierno pertenecen a la minoría alawita y que cuenta con el apoyo de los chiitas y cristianos, en un país con más del 80% de la población sunita.
El viceministro de Relaciones Exteriores Faisal Meqdad dijo que "En el primer día después de la llegada de los observadores árabes, este es el regalo que recibimos de los terroristas y Al-Qaeda, pero vamos a hacer todo lo posible para facilitar la misión de la Liga Árabe". Meqdad fue acompañado al lugar de la bomba por, Secretario General Adjunto la Liga Árabe, Samir Seif al-Yazal, jefe del equipo de avanzada de la misión de observadores.
El doble atentado destrozó a Kfar Sousa, un exclusivo distrito de Damasco, donde se encuentran la sede principal de la Agencia General de Inteligencia y una rama de la Inteligencia militar, dos de los más poderosos de los órganos de la Inteligencia en Siria. Las explosiones fueron el primer atentado suicida en Siria desde que el levantamiento se inició en marzo y las explosiones se produjeron un día después de que un equipo de avanzada de observadores de la Liga Árabe llegó al país para monitorear la situación y establecer los dichos del gobierno que aseguran que la violencia en el terreno es producto del trabajo de terroristas, mucho de ellos provenientes del extranjero.
A lo largo de la crisis, el régimen de Al-Assad ha insistido que la rebelión es obra de terroristas y grupos armados apoyados por potencias extranjeras que buscan derrocar al régimen sirio; también Al-Assad ha advertido de que la agitación intenta sumir al país en el caos, el extremismo religioso y las divisiones sectarias. Esto se debe a que Al-Assad y su círculo íntimo de gobierno pertenecen a la minoría alawita y que cuenta con el apoyo de los chiitas y cristianos, en un país con más del 80% de la población sunita.
El viceministro de Relaciones Exteriores Faisal Meqdad dijo que "En el primer día después de la llegada de los observadores árabes, este es el regalo que recibimos de los terroristas y Al-Qaeda, pero vamos a hacer todo lo posible para facilitar la misión de la Liga Árabe". Meqdad fue acompañado al lugar de la bomba por, Secretario General Adjunto la Liga Árabe, Samir Seif al-Yazal, jefe del equipo de avanzada de la misión de observadores.
El ministro de Exteriores sirio, Walid Al-Moalem, dijo que espera que los observadores árabes reivindicasen el argumento gubernamental de que la inestabilidad es la obra de "terroristas armados", no de manifestantes mayoritariamente pacíficos como sostienen los gobiernos occidentales y organizaciones de DDHH.Los líderes de la oposición han acusado que el acuerdo suscripto por Siria para permitirle el acceso a la misión, después de semanas de prevaricación, fue un mero "ardid" para evitar la amenaza de la Liga Árabe de remitir el caso al Consejo de Seguridad de la ONU sobre la represión.
El Departamento de Estado de EE.UU. condenó los atentados de hoy en Damasco y señaló que no hay ninguna justificación para el terrorismo de cualquier tipo y señaló que es crucial que el ataque de hoy no obstaculice el trabajo de la misión de la Liga Árabe para monitorear, documentar y determinar las violaciones de DDHH con el objetivo de proteger a los civiles. EE.UU. tiene profundas esperanzas en que la misión procederá sin trabas en un clima de no violencia y que la responsabilidad de ello recae sobre el régimen que deberá cooperar plena y rápidamente con la misión de vigilancia.
Las hipótesis sobre el origen de los atentados son diversas y cada una encierra su propia lógica. Una hipótesis, apoyada por Basma Qadmani -portavoz del Consejo Nacional de Siria-, apunta a que fue perpetrado por el propio aparato de Inteligencia del régimen sirio y que las explosiones están destinadas a corroborar las denuncias del presidente Al-Assad que la violencia en el país es debido a grupos terroristas y no son manifestantes pacíficos, justo en presencia de los monitores de la Liga Árabe.
El Departamento de Estado de EE.UU. condenó los atentados de hoy en Damasco y señaló que no hay ninguna justificación para el terrorismo de cualquier tipo y señaló que es crucial que el ataque de hoy no obstaculice el trabajo de la misión de la Liga Árabe para monitorear, documentar y determinar las violaciones de DDHH con el objetivo de proteger a los civiles. EE.UU. tiene profundas esperanzas en que la misión procederá sin trabas en un clima de no violencia y que la responsabilidad de ello recae sobre el régimen que deberá cooperar plena y rápidamente con la misión de vigilancia.
Las hipótesis sobre el origen de los atentados son diversas y cada una encierra su propia lógica. Una hipótesis, apoyada por Basma Qadmani -portavoz del Consejo Nacional de Siria-, apunta a que fue perpetrado por el propio aparato de Inteligencia del régimen sirio y que las explosiones están destinadas a corroborar las denuncias del presidente Al-Assad que la violencia en el país es debido a grupos terroristas y no son manifestantes pacíficos, justo en presencia de los monitores de la Liga Árabe.
Ésta hipótesis es descartada por otros sectores que sostienen que el régimen sirio siempre ha tratado de proyectar una imagen de Estado fuerte donde la seguridad ocupa un lugar preponderante. La sensación de humillación que provocan dos golpes simultáneos en Damasco y en pleno corazón de la Inteligencia siria es demasiado para el régimen en momentos que se debate su existencia.
El aparato estatal de televisión señaló que los atentados son producto del accionar de Al-Qaeda –de hecho las imágenes son acompañadas por subtítulos en letras rojas- algo que no puede ser probado de manera fehaciente y el grupo tampoco ha reivindicado los hechos. Sin lugar a dudas, el régimen ha comenzado a capitalizar los ataques ya que aumenta el temor en la sociedad y refuerza la idea que el extremismo musulmán está presente como un riesgo latente.
Otra hipótesis apunta a la insurgencia, liderada por el Ejercito Libre Sirio (ELS), que realizó un golpe similar semanas atrás contra una instalación de la Inteligencia de la Fuerza Aérea –principal brazo de la represión- incidente que marcó el inicio formal de sus acciones. La utilización de ataques suicidas podría indicar una “desesperación” dentro de los insurgentes que no ven otra posibilidad de golpear al régimen dentro de una contienda asimétrica; también le envía un mensaje a la comunidad internacional para comience a estudiar la posibilidad de su reconocimiento como sucedió en Libia.
Sin lugar a dudas los sucesos del día de hoy marcan un punto de inflexión y abren una etapa extremadamente peligrosa, donde la violencia alcanzó un nuevo nivel y llega formalmente a Damasco. Los ataques suicidas no son una buena señal para el proceso de diálogo propuesto por la Liga Árabe, tampoco lo es para el Consejo Nacional Sirio que comienza a ver el fin de la salida política y pacífica; la guerra civil ha desembarcado en Siria y el régimen ahora ya no tendrá más limitaciones como tampoco la insurgencia –de cualquier origen- ahora que se ha probado la vulnerabilidad del corazón del poder sirio.
El aparato estatal de televisión señaló que los atentados son producto del accionar de Al-Qaeda –de hecho las imágenes son acompañadas por subtítulos en letras rojas- algo que no puede ser probado de manera fehaciente y el grupo tampoco ha reivindicado los hechos. Sin lugar a dudas, el régimen ha comenzado a capitalizar los ataques ya que aumenta el temor en la sociedad y refuerza la idea que el extremismo musulmán está presente como un riesgo latente.
Otra hipótesis apunta a la insurgencia, liderada por el Ejercito Libre Sirio (ELS), que realizó un golpe similar semanas atrás contra una instalación de la Inteligencia de la Fuerza Aérea –principal brazo de la represión- incidente que marcó el inicio formal de sus acciones. La utilización de ataques suicidas podría indicar una “desesperación” dentro de los insurgentes que no ven otra posibilidad de golpear al régimen dentro de una contienda asimétrica; también le envía un mensaje a la comunidad internacional para comience a estudiar la posibilidad de su reconocimiento como sucedió en Libia.
Sin lugar a dudas los sucesos del día de hoy marcan un punto de inflexión y abren una etapa extremadamente peligrosa, donde la violencia alcanzó un nuevo nivel y llega formalmente a Damasco. Los ataques suicidas no son una buena señal para el proceso de diálogo propuesto por la Liga Árabe, tampoco lo es para el Consejo Nacional Sirio que comienza a ver el fin de la salida política y pacífica; la guerra civil ha desembarcado en Siria y el régimen ahora ya no tendrá más limitaciones como tampoco la insurgencia –de cualquier origen- ahora que se ha probado la vulnerabilidad del corazón del poder sirio.
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