Siria anunció que estaría de acuerdo en permitir a los observadores de la Liga Árabe el acceso al país como parte de un plan para ponerle fin a los casi nueve meses de manifestaciones sociales y represión por parte del estado sirio; sin embargo una serie de condiciones -incluyendo la cancelación de las sanciones económicas- habían sido fijadas previamente por parte del régimen sirio para permitir la visita de la Liga. Estas medidas fueron rechazadas por la Liga Árabe, y la oposición siria, quien acusa al Presidente Bashar Al-Assad de perder tiempo y trata de engañar a los líderes árabes con iniciativas que no pondrá en práctica.
El fracaso de Damasco para cumplir con la fecha límite del 25 de noviembre en permitir que los observadores ingresasen al país abrió una nueva instancia de sanciones por parte de la Liga Árabe que llamó a una prohibición de tratos con el banco central del país y el congelamiento de los activos del gobierno; ello se sumó a las prohibiciones de la UE de viajar para funcionarios sirios, a la exportación del crudo sirio y a los préstamos europeos hacia el país.
En combinación, las sanciones de EE.UU., la UE y Turquía –como potencia regional-asociada a las medidas de la Liga Árabe se esperan que puedan infligirle un daño significativo en la economía de Siria y pueda socavar la autoridad del régimen. Ello explicaría una cierta apertura –aunque el régimen siga desafiante- y comience a mostrar señales de fatiga sin que ello signifique su caída inmediata.
Walid Al-Moallem, Ministro de Relaciones Exteriores sirio, le envió una carta el domingo al jefe de la Liga Árabe en la que "respondió positivamente" a solicitud de la Liga de enviar observadores al país. Los líderes árabes le habían dado a Siria un nuevo plazo hasta el pasado domingo para responder al plan de la Liga y ponerle fin a la crisis, de manera sucinta el plan pide el fin de los ataques del régimen a los manifestantes, el retiro de los tanques de las ciudades, la liberación de los presos políticos y permitirle el acceso a los periodistas, grupos de DDHH y observadores al país.
La presión internacional no solo viene por parte de los países europeos o EE. UU. Hace meses que funcionarios de Hamas -que participan en la recaudación de fondos para el ala militar de la organización- y algunos miembros de la dirigencia política habían partido de Siria con sus familias hacia Gaza, Líbano, Sudán y Qatar; ahora se especula con que funcionarios de segundo y tercer rango abandonen Damasco aunque los principales líderes, como Khaled Masha'al permanecerán en la capital siria.
Irán ha amenazado con cortar los fondos y armas a Hamas, si sus funcionarios abandonan su sede de Damasco, Salah Al-Arouri -alto funcionario de Hamas- dijo que la organización aún no había que tomar una decisión sobre el asunto y que su organización mantiene buenas relaciones con Siria y que no tenía ninguna intención de interferir en los asuntos internos del país.
En un esfuerzo por mostrar una capacidad militar intacta, la televisión estatal siria mostró escenas de un ejercicio destinado a probar "la capacidad y la disposición de sistemas de misiles para responder a cualquier posible agresión"; se sabe que Siria dispone de sistemas de misiles superficie-superficie Scud, con capacidad para golpear a Israel. Aunque en el fondo estos ejercicios parecen ser más una advertencia para demostrarle a la comunidad internacional que sería un “error” atacar al país o interferir apoyando a los insurgentes.
El canciller francés, Alain Juppé, dijo que Francia no prevé ninguna operación militar en Siria para detener los enfrentamientos, en una clara alusión a los ejercicios militares sirios. Juppé señaló que no ignora por qué no se debe hacer en Siria lo hecho en Libia, además la situación y el clima internacional es diferente; el canciller francés manifestó que de participar en operaciones militares, éstas serían con la luz verde de ONU.
Aunque se dependa del Consejo de Seguridad de ONU para una operación militar, ello no quita que EE.UU. esté vigilando de cerca la visibilidad sobre las armas químicas de Siria y se sabe EE.UU. ha preparado planes de contingencia, para hacer frente al arsenal tóxico sirio, en caso que el régimen se sienta acorralado y decida utilizar las armas o cedérselas a las organizaciones como Hezbollah u otras afiliadas. Tomando en cuenta los planes de contingencia elaborados por el Pentágono para operaciones militares que impidiesen la obtención de armas nucleares de Pakistán, EE.UU. está trabajando en la eventualidad que el régimen de Al-Assad decidiese un ataque aéreo contra los manifestantes y desertores del ejército con armas químicas o se quiebre la seguridad alrededor de los sitios de almacenamiento de armas químicas de Siria.
La Inteligencia de EE.UU cree que Siria dispone de varios cientos de toneladas de agente sarín y gas mostaza almacenados que podrían ser utilizados en las bombas lanzadas desde el aire y por proyectiles de artillería. Siria nunca ha declarado públicamente a la comunidad internacional su arsenal químico -que comprende agentes nerviosos y vesicantes-, pero es sabido que su doctrina de Defensa se basa en el uso de tales armas como un elemento de disuasión en caso de ataque externo, aunque se desconoce si lo usaría contra su propio pueblo.
Tanto Hafez Al-Assad como su hijo Bashar son históricos escapistas de las sanciones y los bloqueos internacionales. Ahora con las sanciones árabes y mundiales, Líbano e Irak están a punto de dar los corredores económicos a Siria -sin violar las restricciones de forma explícita- y se transformarían en los pulmones de Siria que le permitirían respirar frente a las diferentes sanciones; sin lugar a dudas el precio más caro lo pagará Líbano que deberá armonizar las presiones internacionales con las internas de los sectores pro Hariri.
La economía siria se está transformando en el talón de Aquiles del régimen desde que comenzaron a aumentar las tasas de desempleo y las prohibiciones de exportaciones hacia la UE sumado a la caída del comercio bilateral con Turquía. Por ello es vital para que el régimen sirio pueda disponer de fondos para mantener operativos a los tanques en Homs, por caso, y mantener las lealtades de los empresarios sunitas cercanos al poder.
El fracaso de Damasco para cumplir con la fecha límite del 25 de noviembre en permitir que los observadores ingresasen al país abrió una nueva instancia de sanciones por parte de la Liga Árabe que llamó a una prohibición de tratos con el banco central del país y el congelamiento de los activos del gobierno; ello se sumó a las prohibiciones de la UE de viajar para funcionarios sirios, a la exportación del crudo sirio y a los préstamos europeos hacia el país.
En combinación, las sanciones de EE.UU., la UE y Turquía –como potencia regional-asociada a las medidas de la Liga Árabe se esperan que puedan infligirle un daño significativo en la economía de Siria y pueda socavar la autoridad del régimen. Ello explicaría una cierta apertura –aunque el régimen siga desafiante- y comience a mostrar señales de fatiga sin que ello signifique su caída inmediata.
Walid Al-Moallem, Ministro de Relaciones Exteriores sirio, le envió una carta el domingo al jefe de la Liga Árabe en la que "respondió positivamente" a solicitud de la Liga de enviar observadores al país. Los líderes árabes le habían dado a Siria un nuevo plazo hasta el pasado domingo para responder al plan de la Liga y ponerle fin a la crisis, de manera sucinta el plan pide el fin de los ataques del régimen a los manifestantes, el retiro de los tanques de las ciudades, la liberación de los presos políticos y permitirle el acceso a los periodistas, grupos de DDHH y observadores al país.
La presión internacional no solo viene por parte de los países europeos o EE. UU. Hace meses que funcionarios de Hamas -que participan en la recaudación de fondos para el ala militar de la organización- y algunos miembros de la dirigencia política habían partido de Siria con sus familias hacia Gaza, Líbano, Sudán y Qatar; ahora se especula con que funcionarios de segundo y tercer rango abandonen Damasco aunque los principales líderes, como Khaled Masha'al permanecerán en la capital siria.
Irán ha amenazado con cortar los fondos y armas a Hamas, si sus funcionarios abandonan su sede de Damasco, Salah Al-Arouri -alto funcionario de Hamas- dijo que la organización aún no había que tomar una decisión sobre el asunto y que su organización mantiene buenas relaciones con Siria y que no tenía ninguna intención de interferir en los asuntos internos del país.
En un esfuerzo por mostrar una capacidad militar intacta, la televisión estatal siria mostró escenas de un ejercicio destinado a probar "la capacidad y la disposición de sistemas de misiles para responder a cualquier posible agresión"; se sabe que Siria dispone de sistemas de misiles superficie-superficie Scud, con capacidad para golpear a Israel. Aunque en el fondo estos ejercicios parecen ser más una advertencia para demostrarle a la comunidad internacional que sería un “error” atacar al país o interferir apoyando a los insurgentes.
El canciller francés, Alain Juppé, dijo que Francia no prevé ninguna operación militar en Siria para detener los enfrentamientos, en una clara alusión a los ejercicios militares sirios. Juppé señaló que no ignora por qué no se debe hacer en Siria lo hecho en Libia, además la situación y el clima internacional es diferente; el canciller francés manifestó que de participar en operaciones militares, éstas serían con la luz verde de ONU.
Aunque se dependa del Consejo de Seguridad de ONU para una operación militar, ello no quita que EE.UU. esté vigilando de cerca la visibilidad sobre las armas químicas de Siria y se sabe EE.UU. ha preparado planes de contingencia, para hacer frente al arsenal tóxico sirio, en caso que el régimen se sienta acorralado y decida utilizar las armas o cedérselas a las organizaciones como Hezbollah u otras afiliadas. Tomando en cuenta los planes de contingencia elaborados por el Pentágono para operaciones militares que impidiesen la obtención de armas nucleares de Pakistán, EE.UU. está trabajando en la eventualidad que el régimen de Al-Assad decidiese un ataque aéreo contra los manifestantes y desertores del ejército con armas químicas o se quiebre la seguridad alrededor de los sitios de almacenamiento de armas químicas de Siria.
La Inteligencia de EE.UU cree que Siria dispone de varios cientos de toneladas de agente sarín y gas mostaza almacenados que podrían ser utilizados en las bombas lanzadas desde el aire y por proyectiles de artillería. Siria nunca ha declarado públicamente a la comunidad internacional su arsenal químico -que comprende agentes nerviosos y vesicantes-, pero es sabido que su doctrina de Defensa se basa en el uso de tales armas como un elemento de disuasión en caso de ataque externo, aunque se desconoce si lo usaría contra su propio pueblo.
Tanto Hafez Al-Assad como su hijo Bashar son históricos escapistas de las sanciones y los bloqueos internacionales. Ahora con las sanciones árabes y mundiales, Líbano e Irak están a punto de dar los corredores económicos a Siria -sin violar las restricciones de forma explícita- y se transformarían en los pulmones de Siria que le permitirían respirar frente a las diferentes sanciones; sin lugar a dudas el precio más caro lo pagará Líbano que deberá armonizar las presiones internacionales con las internas de los sectores pro Hariri.
La economía siria se está transformando en el talón de Aquiles del régimen desde que comenzaron a aumentar las tasas de desempleo y las prohibiciones de exportaciones hacia la UE sumado a la caída del comercio bilateral con Turquía. Por ello es vital para que el régimen sirio pueda disponer de fondos para mantener operativos a los tanques en Homs, por caso, y mantener las lealtades de los empresarios sunitas cercanos al poder.
No hay comentarios:
Publicar un comentario