El Vicepresidente sirio Farouk Al-Sharaa mantuvo una reunión con el embajador iraní en Siria, Mohammadreza Sheibani, al finalizar la misma dijo que los líderes de su país se mantendrán firmes contra las presiones extranjeras y agradeció a la República Islámica de Irán por apoyar al pueblo y gobierno sirio con firmeza en los momentos difíciles. Durante el encuentro, Al-Sharaa describió a las relaciones entre Teherán y Damasco como importantes y estratégicas, además señaló que el gobierno sirio no iba a ceder a las presiones ejercidas por otros países para que reduzcan sus lazos de amistad con Irán.
El embajador iraní dijo que EE.UU. y otros países occidentales están tratando de inmiscuirse en los asuntos internos de Siria bajo el pretexto de proteger la democracia y los DDHH. Apuntando a la presión política y económica las potencias occidentales sobre Siria, Sheibani dijo que el país árabe será capaz de convertir las amenazas en oportunidades y dar pasos importantes en el camino hacia la autosuficiencia en todos los ámbitos. También se refirió a las presiones, así como sanciones políticas y económicas contra Siria, y subrayó que Damasco puede superar estas "amenazas superficiales".
Sin embargo, el optimismo de los funcionarios sirios e iraníes contrasta con la realidad que apunta cada vez más al inicio de una guerra civil; mientras la oposición aumenta y los insurgentes están ganando adeptos que provienen de las deserciones del Ejército sirio los niveles de violencia están llegando a niveles nunca vistos durante los diez meses de manifestaciones, con el agravante que ahora la violencia ya no es unidireccional sino que el Ejército Libre Sirio (ELS) está promoviendo también acciones armadas.
Un grupo de militares que desertaron mató a 27 soldados, en uno de los mayores ataques por parte insurgencia armada; el Observatorio de Siria para los Derechos Humanos -con sede en Londres- dijo en un comunicado que los enfrentamientos estallaron en la madrugada en los alrededores de la ciudad de Daraa donde los atacantes, armados con fusiles y granadas propulsadas por cohete, atacaron a dos puntos de control en el campo y una base militar dentro de la ciudad, lo que sugiere un nivel de coordinación que no se había visto antes.
En los últimos días, a las operaciones militares en Homs se han incrementado los ataques se han alrededor de Daraa y en el interior de Hama, ciudad donde las protestas tuvieron una fuerte influencia nacional antes de que las fuerzas de seguridad recuperaran la ciudad en agosto. Aunque el informe del Observatorio de Siria para los Derechos Humanos y junto a otros grupos de activistas elaboran informes y describen la situación sobre el terreno sigue siendo imposible verificar los informes debido a las restricciones del gobierno sobre la presentación de informes externos; de hecho algunos activistas han sugerido que en diversas partes del país la situación es tan volátil que las fuerzas de seguridad tienen dificultades para entrar en ellas.
El embajador iraní dijo que EE.UU. y otros países occidentales están tratando de inmiscuirse en los asuntos internos de Siria bajo el pretexto de proteger la democracia y los DDHH. Apuntando a la presión política y económica las potencias occidentales sobre Siria, Sheibani dijo que el país árabe será capaz de convertir las amenazas en oportunidades y dar pasos importantes en el camino hacia la autosuficiencia en todos los ámbitos. También se refirió a las presiones, así como sanciones políticas y económicas contra Siria, y subrayó que Damasco puede superar estas "amenazas superficiales".
Sin embargo, el optimismo de los funcionarios sirios e iraníes contrasta con la realidad que apunta cada vez más al inicio de una guerra civil; mientras la oposición aumenta y los insurgentes están ganando adeptos que provienen de las deserciones del Ejército sirio los niveles de violencia están llegando a niveles nunca vistos durante los diez meses de manifestaciones, con el agravante que ahora la violencia ya no es unidireccional sino que el Ejército Libre Sirio (ELS) está promoviendo también acciones armadas.
Un grupo de militares que desertaron mató a 27 soldados, en uno de los mayores ataques por parte insurgencia armada; el Observatorio de Siria para los Derechos Humanos -con sede en Londres- dijo en un comunicado que los enfrentamientos estallaron en la madrugada en los alrededores de la ciudad de Daraa donde los atacantes, armados con fusiles y granadas propulsadas por cohete, atacaron a dos puntos de control en el campo y una base militar dentro de la ciudad, lo que sugiere un nivel de coordinación que no se había visto antes.
En los últimos días, a las operaciones militares en Homs se han incrementado los ataques se han alrededor de Daraa y en el interior de Hama, ciudad donde las protestas tuvieron una fuerte influencia nacional antes de que las fuerzas de seguridad recuperaran la ciudad en agosto. Aunque el informe del Observatorio de Siria para los Derechos Humanos y junto a otros grupos de activistas elaboran informes y describen la situación sobre el terreno sigue siendo imposible verificar los informes debido a las restricciones del gobierno sobre la presentación de informes externos; de hecho algunos activistas han sugerido que en diversas partes del país la situación es tan volátil que las fuerzas de seguridad tienen dificultades para entrar en ellas.
Un informe en particular está suscitando la atención en estos momentos y puede transformarse en un instrumento para comenzar a evaluar la posibilidad que el Consejo de Seguridad de ONU remita a Siria a la Corte Penal Internacional. Human Rights Watch en un informe publicado hoy, “Por Todos los Medios Necesarios”, enumeró a 74 comandantes y funcionarios -identificados por su nombre- todos responsables de los ataques contra manifestantes desarmados; los nombres del informe son los comandantes y oficiales del ejército sirio y agencias de Inteligencia que habría ordenado, autorizado o tolerado homicidios, torturas y detenciones ilegales durante el 2011 protestas contra el gobierno.
Toda la información consignada se basa en más de 60 entrevistas con desertores del ejército sirio y las agencias de Inteligencia, dichos desertores suministraron información detallada sobre la participación de sus unidades en los ataques, abusos contra los ciudadanos, las órdenes que recibieron de los jefes y funcionarios de varios niveles que son nombrados en el informe. Durante las entrevistas los desertores señalaron que los comandantes de sus unidades u otros funcionarios les dieron órdenes directas a abrir fuego contra los manifestantes o transeúntes, y les aseguraron que no tendrían que rendir cuentas.
El líder del Consejo Nacional de Siria (CNS), Burhan Ghalioun, un profesor de la Sorbona aún no ha logrado la posición de su homólogo libio, Mustafa Abdul Jalil quien ahora es el presidente interino. La oposición siria está conformada en su mayoría musulmanes sunitas -un 75% de la población es sunita- pero necesita ganar a los sectores alawitas y cristianos –que llegan al 10% de la población- y que se han mantenido leales al régimen sirio. Sin embargo, el CNS puede comenzar a recibir el apoyo internacional ya que Ghalioun no tiene interés en sostener una alianza con Irán o su proxy Hezbollah; pero el CNS está lejos de obtener el apoyo occidental como lo recibió el Consejo de Transición Libio.
Toda la información consignada se basa en más de 60 entrevistas con desertores del ejército sirio y las agencias de Inteligencia, dichos desertores suministraron información detallada sobre la participación de sus unidades en los ataques, abusos contra los ciudadanos, las órdenes que recibieron de los jefes y funcionarios de varios niveles que son nombrados en el informe. Durante las entrevistas los desertores señalaron que los comandantes de sus unidades u otros funcionarios les dieron órdenes directas a abrir fuego contra los manifestantes o transeúntes, y les aseguraron que no tendrían que rendir cuentas.
El líder del Consejo Nacional de Siria (CNS), Burhan Ghalioun, un profesor de la Sorbona aún no ha logrado la posición de su homólogo libio, Mustafa Abdul Jalil quien ahora es el presidente interino. La oposición siria está conformada en su mayoría musulmanes sunitas -un 75% de la población es sunita- pero necesita ganar a los sectores alawitas y cristianos –que llegan al 10% de la población- y que se han mantenido leales al régimen sirio. Sin embargo, el CNS puede comenzar a recibir el apoyo internacional ya que Ghalioun no tiene interés en sostener una alianza con Irán o su proxy Hezbollah; pero el CNS está lejos de obtener el apoyo occidental como lo recibió el Consejo de Transición Libio.
Con un escenario que se deteriora profundamente día a día, donde la oposición no logra consolidar un apoyo nacional masivo y la insurgencia comienza a introducir la violencia como medio para el cambio político, las opciones comienzan a reducirse para solucionar la situación en Siria. La posición occidental de remitir las decisiones al Consejo de Seguridad y que éste establezca las medidas necesarias –desde la intervención militar a la Corte Penal Internacional- no será viable debido al veto de Rusia y China; por ello la posición de la Liga Árabe de sancionar y presionar al régimen sirio para que adopte una salida basada en las negociaciones es por el momento la única viable.
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