miércoles, 6 de junio de 2012

Cambio de funcionarios o cambio de régimen


El presidente Bashar Al-Assad, emitió el miércoles el Decreto N º 194 de 2012, donde se asignó al Dr. Riyad Farid Hijab, la formación del nuevo gobierno; Hijab, actual Ministro de Agricultura y Reforma Agraria desde Abril 14, 2012, nació en Deir Azzour en 1966 y tiene un doctorado en Ingeniería Agrícola, además se desempeñó como secretario del Partido Baa’th en Deir Azzour durante período 2004-2008 y como gobernador de Quneitra de 2008 hasta febrero 2011 y más tarde como gobernador de Latakia.

Hijab reemplaza al ex ministro Adel Safar, que había formado su gobierno en abril de 2011, un mes después del inicio de los levantamientos en Siria; el nombramiento de Hijab se produce después de que el nuevo parlamento fue elegido el 7 de mayo -en las elecciones boicoteadas por la oposición- y en medio de las críticas internacionales por las acusaciones sobre la participación del gobierno en la masacre de Hula el mes pasado.

Hijab es un funcionario de la línea dura del Baa’th y ha sostenido posiciones que indican una fuerte lealtad a la dinastía Al-Assad, su carrera política es amplia no solo como jefe del Partido Baa’th en su ciudad natal de Deir Azzour sino como gobernador en Quneitra y Latakia. La elección de Hijab ha despertado las críticas de la oposición que desestimó cambios en el futuro; este funcionario representa al núcleo del Partido, con lo cual, el mensaje es que el gabinete y el aparato de seguridad está tomando el control del país totalmente.

La violencia en el terreno no ha cesado y los activistas denunciaron que los soldados apoyados por helicópteros y tanques se enfrentaron con los rebeldes en la provincia de Latakia por segundo día consecutivo, en los mayores enfrentamientos en ese lugar desde que comenzaron las manifestaciones en marzo de 2011. La incesante violencia ha reducido drásticamente las posibilidades de sostener el acuerdo sobre el alto al fuego impulsado por Kofi Annan. Los rebeldes sostienen que ya no están obligados por el mismo y han matado a más de 100 soldados esta semana.

Mientras los combatientes rebeldes intensificaron sus ataques ahora en los alrededores de Damasco, el canciller ruso, Sergei Lavrov, advirtió que un cambio de régimen en Siria llevaría el Medio Oriente a una "catástrofe”; por su parte la Secretaria de Estado de EE.UU., Hillary Clinton, ha expresado su creciente frustración por la posición de China y de Rusia, luego de discutir la situación con los aliados en Estambul. En una declaración conjunta emitida tras dos días de conversaciones entre los líderes chinos y rusos, ambos países advirtieron sobre los intentos de regular la crisis de Siria con una intervención militar externa, así como la imposición de una política para el cambio de régimen.

Clinton se reunirá con Annan el viernes para discutir otras medidas, incluyendo los esfuerzos para alentar a Rusia y China a usar su influencia sobre Assad "para poner fin al derramamiento de sangre y trabajar con la comunidad internacional en la promoción de una transición”; aunque EE.UU. ha tratado de enfriar la participación rusa, pero los funcionarios occidentales ven a la cooperación de Rusia como una parte de vital importancia para que el plan de Annan o algún otro tipo de movimiento hacia la paz, tenga posibilidades de éxito. Lavrov, propuso una reunión de las potencias occidentales y regionales –incluyendo a Irán y Turquía- para tratar de mantener vivo al plan de paz de Annan.

Pero las señales diplomáticas de Rusia no indicarían un pleno apoyo al régimen sirio, sino que estarían señalando la necesidad de adoptar enfoques diferentes a los ya planteados por los Estados occidentales y árabes que impulsan la caída del gobierno de Al-Assad.

Una delegación de EE.UU. encabezada por Fred Hof, asesor especial Clinton para Siria, tiene previsto reunirse con sus homólogos rusos el 8 de junio en Moscú; los funcionarios de ambos países van a tratar de forjar un enfoque común para remover a Al-Assad, o inclusive, sacarlo fuera del país en vista a reemplazarlo con alguien aceptable para ambas partes. En Moscú, entienden ahora que no hay ninguna posibilidad de mantener el status quo y están explorando la cuestión de un cambio de régimen, ya que es la única opción sostenible en el presente contexto sin que se pierda influencia. Por ello Rusia, viene sosteniendo que el cambio de gobierno en Siria no debe ser el resultado de una imposición externa sino a través de una serie de pasos; el vicecanciller ruso Gennady Gatilov dijo ayer que su país nunca ha insistido en que Assad mantenerse en el poder y una decisión sobre su futuro debe ser tomada por los propios sirios.

Después de las reuniones con el presidente francés, François Hollande, y la Canciller alamana, Ángela Merkel, Putin parece haber advertido que los líderes occidentales exigen la salida de Al-Assad y que si Rusia desea evitar una situación similar a la intervención de la OTAN en Libia la mejor opción es negociar la retirada del presidente Al-Assad y colocar una figura que sea cercana a sus intereses. La situación en Siria se ha deteriorado al punto que ahora nadie está en control de la misma, a ello se le debe sumar que la oposición está más dividida ahora que al inicio de las manifestaciones, por lo que cada vez es menos probable que se llegue a un candidato que cuente con el consenso de todos los grupos opositores.

Lavrov ha sido partidario de una transición política en Siria similar a Yemen, que ha servido como modelo, luego que todas las partes llegaron a un acuerdo y el presidente Ali Abdullah Saleh, fue persuadido para delegar el poder a un vice a cambio de completa inmunidad. El punto en Siria es que Bashar Al-Assad tiene más poder que Saleh –aunque ese poder se deriva del apoyo ruso- y los actos de violencia son mucho más cruentos que en Yemen, por lo que mientras más pase el tiempo se hará difícil que Rusia pueda garantizarle a al-Assad impunidad a cambio de su renuncia.

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