El principal candidato, en la ajustada carrera para liderar el nuevo gobierno de Irak, insistió durante su visita a Siria que no iba a participar en una coalición encabezada por su rival, el actual primer ministro. El ex primer ministro Ayad Allawi, derrotó por estrecho margen bloque chiíta dominado por el primer ministro primer ministro Nouri al-Maliki en las elecciones de marzo, pero ningún grupo se ha reunido el apoyo suficiente para nombrar un nuevo primer ministro y comenzar a ensamblar un gobierno.
La visita de Allawi coincidió con la llegada del clérigo chiíta Muqtada al-Sadr, quien lidera un grupo político opuesto a la continuidad de al-Maliki en el poder. Allawi y al-Sadr, que rara vez viaja fuera de su base de operaciones en Irán, donde vive en el exilio auto-impuesto, sostuvieron conversaciones en Damasco - en julio pasado - en una reunión organizada por el presidente sirio.
A diferencia de la vez anterior, Allawi dijo que no tenía planes de reunirse con al-Sadr. Aunque ambos hombres se han pronunciado en contra de al-Maliki, sus visiones son opuestas. Al-Sadr encabeza una línea dura de carácter chiíta y religiosa, mientras que la mayor parte de la alianza de Allawi - Iraqiya - está formada por los sunitas.
Maysoon al-Damluji, portavoz de Iraqiya, dijo en un comunicado que las conversaciones en Damasco, entre Allawi y los principales líderes, se centraron en la búsqueda de soluciones tras las negociaciones entre los bloques políticos llegaron a un callejón sin salida después de siete meses desde las elecciones. Al-Damluji señaló que Damasco tiene un importante papel que desempeñar en la región además de su eficaz trabajo para impedir que los gobiernos extranjeros de interfirieran en los asuntos de Irak.
Allawi, a quien los opositores han acusado de inclinarse hacia Arabia Saudita, dijo que se estaba bloqueando el progreso de las conversaciones. "Irán está interfiriendo en los asuntos iraquíes", afirmó Allawi en una conferencia de prensa después de su reunión con el presidente sirio, Bashar al-Assad. Allawi le pidió al presidente sirio que, durante su próximo viaje a Teherán, sugiera a los líderes iraníes que cesen las injerencias en los asuntos internos de Irak.
Assad le transmitió a Allawi que Siria apoyará cualquier acuerdo que le permita a los iraquíes salir de su actual crisis y que contribuya a la formación de un gobierno de unidad nacional que reuna a todas las fuerzas en el Parlamento.
La visita de Allawi coincidió con la llegada del clérigo chiíta Muqtada al-Sadr, quien lidera un grupo político opuesto a la continuidad de al-Maliki en el poder. Allawi y al-Sadr, que rara vez viaja fuera de su base de operaciones en Irán, donde vive en el exilio auto-impuesto, sostuvieron conversaciones en Damasco - en julio pasado - en una reunión organizada por el presidente sirio.
A diferencia de la vez anterior, Allawi dijo que no tenía planes de reunirse con al-Sadr. Aunque ambos hombres se han pronunciado en contra de al-Maliki, sus visiones son opuestas. Al-Sadr encabeza una línea dura de carácter chiíta y religiosa, mientras que la mayor parte de la alianza de Allawi - Iraqiya - está formada por los sunitas.
Maysoon al-Damluji, portavoz de Iraqiya, dijo en un comunicado que las conversaciones en Damasco, entre Allawi y los principales líderes, se centraron en la búsqueda de soluciones tras las negociaciones entre los bloques políticos llegaron a un callejón sin salida después de siete meses desde las elecciones. Al-Damluji señaló que Damasco tiene un importante papel que desempeñar en la región además de su eficaz trabajo para impedir que los gobiernos extranjeros de interfirieran en los asuntos de Irak.
Allawi, a quien los opositores han acusado de inclinarse hacia Arabia Saudita, dijo que se estaba bloqueando el progreso de las conversaciones. "Irán está interfiriendo en los asuntos iraquíes", afirmó Allawi en una conferencia de prensa después de su reunión con el presidente sirio, Bashar al-Assad. Allawi le pidió al presidente sirio que, durante su próximo viaje a Teherán, sugiera a los líderes iraníes que cesen las injerencias en los asuntos internos de Irak.
Assad le transmitió a Allawi que Siria apoyará cualquier acuerdo que le permita a los iraquíes salir de su actual crisis y que contribuya a la formación de un gobierno de unidad nacional que reuna a todas las fuerzas en el Parlamento.
La visita de Allawi a Damasco coincide con la reunión que el canciller sirio, Walid al-Moallem, sostuvo en Washington con la Secretaria de Estado, Hillary Clinton. Uno de los temas tratados allí fue la injerencia de los países vecinos y el papel que deben asumir sobre la deteriorada situación política iraquí y la falta de consenso en la formación de un gobierno representativo. Se espera que Siria mantenga sus lazos diplomáticos con Irak –recientemente oficializados - y re-establezca los vínculos comerciales anteriores a la intervención de la Coalición – principalmente los relacionados al petróleo – que aportaban divisas a la economía siria.
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