lunes, 16 de junio de 2014

El ISIS y su circunstancia: la necesidad de un nuevo Estado árabe


El domingo, las fuerzas del Ejército sirio y Hezbollah recuperaron el pueblo de Kassab en el Noroeste de Siria, cerca de la frontera con Turquía, que estaba bajo control de Jabhat Al-Nusra, el grupo yihadista pro Al-Qaeda en Siria. Los yihadistas tomaron el control de Kassab en el corazón alawita de la provincia de Latakia, el pasado 21 de marzo; los radicales han sido particularmente violentos y brutales hacia los cristianos –con crucifixiones públicas- e impusieron impuestos islámicos y pagos de protección. Kassab es el único paso fronterizo de la provincia de Latakia a Turquía.

El Estado Islámico de Iraq y Al-Shams (ISIS) capturaron la ciudad iraquí de Tal Afar, estratégicamente ubicada a lo largo de la carretera, enviando a miles de iraquíes fuera de la zona por su seguridad al tiempo que se mueve más cerca de su objetivo de vincular a las áreas bajo su control a ambos lados de la frontera. El comandante de la Fuerza Quds de Irán, Gral. Ghasem Soleimani, se encuentra en Irak, consultando con las autoridades sobre la manera de hacer retroceder al ISIS; por su parte, funcionarios locales señalaron que aviones de EE.UU. en los últimos días han volado misiones de reconocimiento sobre Irak para reunir información de Inteligencia sobre las posiciones de los militantes.

Han surgido preguntas en cuanto a cómo el ISIS pudo tomar Mosul, Tikrit y Baiji, y ahora Taji, casi sin disparar un tiro. El PM iraquí, Nuri Al-Maliki, comenzó a hablar de traición y los nombres están empezando a aparecer. El periódico kurdo, Rudaw, informó que los refugiados que salen de Mosul dicen que varios de los oficiales del partido Baa’th de Saddam están ahora a cargo de la ciudad: el Gral. Abboud Qanbar, el Tte. Gral. Ali Ghaidan, y el Gral. Mahdi Al-Ghazzawi, todos estos ex funcionarios del partido Baa’th son señalados como cómplices de la entrega de Mosul al ISIS. Algunos medios, como Al-Akhbar, afirman que más de 40 altos oficiales del ejército iraquí estaban involucrados en el abandono de sus posiciones a ISIS.

La derrota de Al-Nusra supone el debilitamiento del segundo frente yihadista en Siria y alivia la presión militar del gobierno contra los combatientes en Aleppo, al Este. La caída de Kasseb implica que los yihadistas no pueden mantener el terreno durante 90 días contra las fuerzas militares del gobierno, además es un retroceso para Turquía que permitió el paso de elementos radicalizados y denunció que soldados iraníes regulares estaban luchando en el lado del gobierno, además de Hezbollah. Por ahora, Siria se está asegurando que el califato del ISIS no llegará al mar Mediterráneo.

El ISIS ha empezado una pelea que no puede ganar y desató a los chiitas en el interior de su adversario, pero Al-Maliki, a diferencia de Al-Assad, carece de amigos poderosos que con su participación cambie el resultado de la batalla. El ejército sirio fue reconstruido rápidamente a lo largo de líneas sectarias y regionales, para que sea mucho más fuerte y leal, con un estilo iraní de contratación local Fuerzas de Defensa Nacional según el modelo de la Guardia Islámica; el ejército iraquí es grande, tiene helicópteros, capacidades de Inteligencia, tanques, artillería y podrán contener a los yihadistas si logran establecerse alianzas con las tribus sunitas locales.

El principal problema a corto plazo es que la frontera no controlada de Irak con Siria ofrece una mayor libertad de movimiento de hombres y material. Las operaciones del ISIS en la provincia iraquí de Ninawa tendrán un impacto más amplio en su campaña en Siria. En primer lugar, desde un punto de vista logístico, la captura del territorio iraquí se amplía la extensión de la frontera no controlada por el gobierno: nuevos almacenes de armamento ligero y pesado, efectivos y vehículos militares fluirán a Siria. Gran parte de este material probablemente que se trasladará al Este Siria, que el ISIS ha estado utilizando como una plataforma para los ataques en Irak y Norte de Siria.

Irán tiene interés en presentar a los contraataques iraquíes presentes y futuros como los logros iraquíes, sin que la ayuda iraní sea manifiesta; en caso contrario, algunos Estados árabes sunitas podrían sentirse obligados a sí mismos a intervenir para ayudar al ISIS, profundizando más el conflicto sunita-chiita. Si bien la posibilidad de una cooperación entre EE.UU. e Irán fue calificada por jefe del Consejo Supremo de Seguridad Nacional de Irán como un rumor, lo cierto es que las decisiones de Teherán parecer estar alineadas con Washington y por el momento se descartó el envío de tropas a Iraq.

Mosul podría ser el terreno para futuras operaciones, un Estado islámico en el corazón del Levante. Aunque no resulte totalmente posible en el tiempo, el ISIS demostró ser capaz de sostener Mosul en el mediano plazo y ampliar aún más su esfera de influencia territorial, y dependerá de ello para sus operaciones futuras en Irak y Siria.

Es poco probable que se produzca una mayor cooperación chiita-sunita en los próximos meses. Este conflicto no es nuevo, lleva más de cinco décadas en formación, y en todo caso la aparición y éxito del ISIS es el resultado del fracaso de la ideología nacionalista-arabista; el punto es que ninguna pacificación regional será posible hasta que las diferentes sociedades reciban algo de justicia y tengan algún tipo de libertad política. Algo que el ISIS no puede presentar a largo plazo y que será la causa de su caída.




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