martes, 26 de abril de 2011

Crece la presión internacional sobre Siria

Gran Bretaña, Francia, Alemania y Portugal circularon un proyecto de declaración que pide moderación a todas las partes en el conflicto, el respeto de los Derechos Humanos y le pide apoyo al Secretario General Ban Ki-moon, para una investigación sobre la violencia. También toma nota de la decisión de Assad la semana pasada para levantar la ley de emergencia de 48 años de edad, y la abolición de la Corte Suprema de Seguridad del Estado; el embajador de Portugal señaló que se le está pidiendo al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas que condene los ataques del gobierno sirio a los manifestantes.

Bashar Ja'afari, embajador de Siria ante la ONU, dijo que la movida de los miembros de la Unión Europea sobre el Consejo de Seguridad sería una violación de la Carta de las Naciones Unidas, ya que iba a pasar sin consultar a Siria. Ja'afari considera a la declaración una intervención en los asuntos internos de un miembro soberano de las Naciones Unidas.

Hablando en una conferencia de prensa conjunta con el presidente francés, Nicolás Sarkozy, el Primer Ministro italiano, Silvio Berlusconi, dijo que Francia e Italia hicieron un enérgico llamado a las autoridades de Damasco para poner fin a la represión violenta. Sin embargo, Sarkozy dijo que Francia no intervendrá en Siria sin una resolución del Consejo de Seguridad.

La posición del Reino Unido fue reiterada por su canciller, William Hague, que señaló el intenso trabajo con nuestros socios internacionales para persuadir a las autoridades sirias para detener la violencia y respetar los derechos humanos fundamentales y universales a las libertades de expresión y reunión.

Por su lado, la administración de Obama está considerando sus propias opciones, incluyendo posibles sanciones, para hacer rendir cuentas al régimen sirio sobre la violenta represión. Una de las opciones bajo consideración es una orden ejecutiva del presidente Obama que impondría sanciones a funcionarios sirios; las sanciones deberían centrarse en los principales funcionarios de la represión y podría incluir la congelación de activos y la prohibición de contratos comerciales con los EE.UU.

El Alto Comisionado para los Derechos Humanos, Navi Pillay, denunció una escalada de violencia en el país y pidió que los activistas detenidos y presos políticos sean liberados. Pillay señaló que el primer paso ahora es detener inmediatamente el uso de la violencia y a continuación llevar a cabo una investigación completa e independiente sobre los homicidios, entre ellos el presunto asesinato de oficiales militares y de seguridad para llevar a los perpetradores a la justicia.

La opción de la represión, adoptada por el régimen luego de la diseminación masiva de las manifestaciones por todo el país, indudablemente tendrá un costo político internacional además del interno. La situación del Medio Oriente no hace viable por el momento una intervención directa o militar por parte de las potencias internacionales, más allá de las presiones diplomáticas.

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