sábado, 21 de mayo de 2011

Siria es de gran preocupación para EE.UU.



En su discurso sobre política en Oriente Medio EE.UU., Obama dijo que el presidente sirio debe llevar una transición política o mantenerse al margen; además desde Washington se pidió al gobierno de Siria que deje de dispararle a los manifestantes y permita las protestas pacíficas.

Un día después, el presidente Obama reconoció que Siria era de "gran preocupación" para Estados Unidos e Israel, y esbozó fuertes medidas de su país contra Damasco, en declaraciones conjuntas tras una reunión con el Primer Ministro israelí, Benjamin Netanyahu. Obama dijo que los dos habían discutido la situación en Siria, que es obviamente de gran preocupación en Israel, habida cuenta de su frontera común.

Obama dio detalles al primer ministro israelí sobre "medidas más significativas" que su gobierno está tomando para tratar de presionar a Siria hacia la reforma, como las sanciones que se le impusieron directamente al presidente Assad".

El diario sirio Al Watan, señaló que por el momento no prevé que los Estados Unidos y sus aliados tengan tiempo para ejercer presión sobre Siria para que cambie sus políticas, en respuesta al anuncio hecho por Obama. Por otro lado el periódico criticó una vez más la doble moral con la que se juzgan los hechos: cuando se trata de Israel y las violaciones de los Derechos Humanos se hace caso omiso de sus balas reales contra civiles desarmados, como sucedió en el Día de la Nakba.

Al Watan refleja la percepción que se tiene desde la gente de la calle en Damasco sobre que la situación en Siria es parte de un plan de EE.UU. para debilitar a Siria y desmantelar su relación con la resistencia; lo cual fue evidente desde el comienzo de los acontecimientos con las declaraciones de los funcionarios de EE.UU., en especial de la Secretaria de Estado Hillary Clinton, así como un portavoz del Pentágono, que afirmó que Siria puede restaurar la estabilidad, si desecha sus vínculos a Hezbollah, Hamas e Irán.

El cambio de la política exterior norteamericana para Medio Oriente puede tener varias lecturas o interpretaciones. Una de ellas es que la administración Obama puede presentarse como alguien que actúa con firmeza contra los dictadores árabes, no sostuvo en el poder a su aliado clave Mubarak, mató a Bin Laden y sancionó al presidente Bashar al-Assad, Obama toma una acción decisiva y se re-encuentra con la calle árabe y la democracia.

La segunda explicación es que esto le servirá bien en su campaña presidencial y acallará las críticas de la derecha en Washington que han manifestado su oposición a las políticas de Obama para siria desde la designación de Ford en Damasco y quieren debilitar a Siria y cortar las relaciones diplomáticas con el régimen, pero principalmente termina con las críticas sobre que la administración Obama no había más enérgico con Siria en relación al trato hacia Libia.

Las sanciones impuestas a Siria se sumarán a las problemas económicos existentes y dificultarán los intentos del régimen en su intento de recuperar la legitimidad en el futuro. La oposición podrá utilizar estas dificultades en el futuro para intentar sofocar al régimen frente a la caída de la economía y las condiciones de vida; estas sanciones ayudarán mínimamente en ese camino hacia ese fin ya que el gobierno sirio mantiene relaciones de bajo perfil con los EE.UU. y no ha ningún intercambio comercial importante con él, además los funcionarios sirios sancionados no tienen ninguna propiedad privada dentro de los Estados Unidos.

Las sanciones en contra del gobierno de Siria llegan en un momento en que el régimen está ganando control sobre el movimiento de protesta y por ello llegan tarde para darle un nuevo impulso al movimiento de protesta, podrán prolongar el movimiento, pero no derribar al régimen.

De allí que subsiste la duda si el presidente Obama está interesado en las reformas en Siria cuando llamó a su homologo Al-Assad, demandándole que haga reformas o dimita; esta duda surge de las constantes de la política exterior siria ya que es sabido que Al-Assad no cederá ante las exigencias de EE.UU. y menos aún cuando el propio líder sirio ya dijo que las reformas habían comenzado en el país y que las mismas se estaban moviendo de manera compatible con las necesidades del pueblo sirio y no con la voluntad de Obama.

Mientras se continúa analizando las repercusiones del discurso del presidente Obama y los alcances de las sanciones, las fuerzas de seguridad siria -luego de ataques a las manifestaciones pro-democracia que había estallado a través de Siria el viernes- dejaron un saldo de 44 víctimas fatales. Ammar Qurabi, prominente activista de los Derechos Humanos, dijo que más de la mitad murieron en la provincia noroeste de Idlib, donde los tanques habían sido desplegados el viernes para aplastar a las manifestaciones.

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