lunes, 15 de octubre de 2012

La revolucion siria: islamistas vs. nacionalistas


Las poderosas brigadas de islamistas sirios, frustradas por las crecientes divisiones entre los rebeldes del Ejercito Libre Sirio (ELS), han unido sus fuerzas en un “frente de liberación" para derrocar al presidente Bashar Al-Assad; la desconfianza y la falta de comunicación han sido una característica de la campaña rebelde contra el régimen sirio. Las diferencias sobre el liderazgo, tácticas y las fuentes de financiamiento han ampliado las brechas entre las brigadas, en gran medida, autónomas y dispersas por Siria. Después de más de un mes de reuniones secretas, los líderes de las brigadas islamistas -incluyendo la Brigada Faruq que opera principalmente en la provincia de Homs y la brigada Sukour Al-Sham, de Idlib- formaron el "Frente para Liberar Siria (FLS)" liderado por Ahmad Al-Sheikh. Originalmente el grupo se llamó “Frente Islámico para Liberar Siria”, pero los jefes de las brigadas votaron a favor de eliminar la palabra "islámica" aunque el Islam sigue siendo un elemento central.

El creciente papel de los combatientes islamistas y su destreza en el campo de batalla también ha causado preocupación entre las potencias occidentales, ya que ahora deberán sopesar la mejor forma de apoyar a las fuerzas de oposición están contra Al-Assad; hasta el momento, las diferencias políticas han sido un verdadero escollo para la unificación de los rebeldes, tal vez un elemento común como la religión pueda sostener una coordinación entre las diferentes brigadas a lo largo del país.

El FLS no incluye algunos grupos islámicos considerados más radicales -como el Frente Al-Nusra, una rama de Al-Qaeda- que se atribuyeron la responsabilidad por la serie de bombas devastadoras en Damasco y Aleppo; mientras que Ahrar Al-Sham, un grupo salafista compuesto por combatientes extranjeros, se retiró molesto por la muerte de un dirigente salafista asesinado por un grupo rebelde rival, sin embargo, fuentes rebeldes dijeron que las conversaciones continuaban para sumar el apoyo de Ahrar Al-Sham y Ahmad Al-Sheikh, dijo que continúa sumando miembros.

Por primera vez desde que comenzó la rebelión siria, los líderes del Ejército Libre Sirio (ELS) están haciendo un esfuerzo concertado para unificar las decenas de facciones armadas que luchan dentro de la coalición; el anuncio hecho por el Cnel. Riad Al-Asad, líder del ELS, que la cúpula rebelde se trasladará al territorio sirio es ampliamente visto como un paso en la dirección correcta pero si el movimiento tendrá alguna incidencia práctica en la lucha aún está por verse. Desde la creación del ELS, Al-Asad a estado a buen recaudo en un lugar no revelado a lo largo de la frontera sur de Turquía, custodiado por las fuerzas de seguridad y lejos del frente de batalla de la guerra civil siria; técnicamente, Al-Asad es el jefe del ELS, pero en realidad sus órdenes no son más que directrices o sugerencias y si bien la comunicación entre la cúpula del ELS en Turquía y los batallones rebeldes en Sira está mejorando, no existe ningún Comando y Control en el sentido tradicional.

Los combatientes de Al-Jabhat Nusra, un oscuro grupo militante con supuestos vínculos con al-Qaeda, se unieron a los rebeldes sirios durante un ataque para apoderarse de una base de misiles cerca de Al-Taaneh -en el norte de Siria- a unos 2 kilómetros al este de Aleppo. Poco se sabe acerca de Jabhat Al-Nusra -o el Frente de Apoyo- que comenzó afirmando la responsabilidad de ataques en Siria a principios de este año en foros yihadistas a menudo utilizados por Al-Qaeda; además los líderes rebeldes dicen que la escasez de armas significa que recibirán ayuda de quien la ofrezca, con independencia de su ideología.

La medida de formar un frente de grupos islámicos, que se supone unirá a los rebeldes, también ha ampliado las brechas entre los sectores laicos e islámicos de la sociedad siria; algunos miembros del ELS denunciaron al FLS e hicieron énfasis en que la identidad islámica preocuparía a las minorías dentro del país. Algunos combatientes señalaron que el FLS recibe la financiación de los Estados del Golfo, y que promoviendo la ideología islamista, tiene un mejor acceso a las armas que provienen a través de Turquía.

Los rebeldes laicos los acusaron también de negarles algunas de esas armas a los rebeldes de grupos más reducidos que luchan junto a ellos, aunque Al-Sheikh dijo que su frente mantiene "relaciones fraternales" con todos los grupos "pero los que están en los campamentos en Turquía, no tienen ninguna aceptación entre nosotros."

En las provincias del norte, Idlib y Aleppo, estos grupos militantes islamistas han crecido en fuerza y en número al punto que ahora amenazan con tomar el control de la revolución en esta parte estratégica del país. Es posible verlos conduciendo por las calles de los territorios "liberados" de Idlib con la bandera negra islámica, a menudo utilizado por los yihadistas en los puestos de control rebeldes y en los edificios municipales. La creciente fuerza de los grupos islamistas ha polarizado la miríada de grupos rebeldes en dos facciones rivales poderosas: los islamistas y los nacionalistas moderados; si bien en algunas partes de Idlib, donde la batalla contra el régimen ha sido prácticamente ganada estas facciones se están convirtiendo en una, la tendencia será que ambos grupos competirán por influencia y equipos en el futuro.


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