martes, 25 de junio de 2013

El enemigo de nuestro enemigo no siempre es nuestro amigo


Jabhat Al-Nusra se atribuyó la responsabilidad por los ataques suicidas contra los complejos de seguridad en Damasco que causaron la muerte de al menos cinco personas, mientras que las tropas rebeldes luchan en las afueras de Damasco en la última oleada de violencia en la capital siria. El grupo dijo que había enviado siete terroristas suicidas vestidos con uniformes militares sirios para entrar en una estación de policía en el norte de Damasco y un complejo de seguridad en un barrio del sur de la capital. La afirmación del grupo islámico dio por tierra los esfuerzos del representante especial de la ONU, Lakhdar Brahimi, quien trataba de convocar una conferencia de paz el próximo mes.

De la misma manera que Liwa'a Zulfiqar (Batallón Zulfiqar), una milicia chiita "asignada para proteger los lugares religiosos sirios especialmente el santuario Saydah Zaynab", es un desprendimiento de la milicia pro Al-Assad Liwa'a Abu Fadl al-Abbas, compuesta por chiitas iraquíes y extranjeros. Recientes noticias daban cuenta de militantes chitas iraquíes en Siria, enfrentados con la milicia alawita Shabiha y que como resultado, provocó la división del grupo forzando a los combatientes iraquíes a formar Liwa'a Zulfiqar y se niegan a luchar bajo las órdenes de sirios.

Del otro lado, también se conoció una fractura entre los yihadistas sirios y sus compañeros iraquíes de Jabhat Al-Nusra, uno de los grupos rebeldes más eficientes en la lucha contra el presidente Al-Assad; el problema se ha estado gestando desde abril, luego que el grupo Jabhat Al-Nusra de Siria consideró una toma de poder por Abu Bakr Al-Baghdadi, líder del Estado Islámico de Irak. El líder de Al-Qaeda, Ayman Al-Zawahiri, anunció la disolución del "Estado Islámico de Irak y Al-Sham", dirigido por Abu Bakr Al-Baghdadi, y reconoció que queda el "Estado Islámico de Irak y Al-Sham" y "Jabhat Al-Nusrah en Siria", como ramas independientes afiliados a Al-Qaeda. Abu Bakr al-Baghdadi anunció el sábado su rechazo a la decisión de Al-Zawahiri de disolver “el Estado de Irak y Al-Sham”.

En una carta, Al-Zawahiri dijo que Al-Baghdadi estaba "equivocado" en declarar la fusión sin consultar o incluso sin alertar a líderes de Al-Qaeda y añadió que Siria era el "estado espacial" de Jabhat Al-Nusra, encabezado por Abu Mohammad Al-Golani, mientras que el gobierno de Al-Baghdadi se limitaría a Irak.

Los combatientes que dejaron Al-Nusra para unirse a Al-Baghdadi podrían no querer reunirse al grupo, de acuerdo con las personas cercanas al líder iraquí, se estima que el 90% por ciento de los combatientes árabes y extranjeros que luchan en Siria se unieron al grupo Estado Islámico de Irak y Al-Sham. Después que Al-Baghdadi dio a conocer un video en abril se declaraba la constitución del nuevo grupo, muchos combatientes de Jabhat Al-Nusra -especialmente no sirios- dejaron el grupo, llegando hasta un 70% en la provincia de Idlib. En Aleppo, el bastión de Jabhat Al-Nusra, vio menos deserciones de sus filas, pero también sufrieron las divisiones en el seno del grupo.

El intento de Al-Baghdadi por unir las alas sirias e iraquíes de Al-Qaeda, en suelo sirio, ha provocado la controversia en un momento delicado, cuando algunos gobiernos occidentales están considerando la posibilidad de armar a los rebeldes más moderados pero temen que las armas caigan en manos de los radicales. Este movimiento aparentemente unilateral abrió divisiones internas y públicas con la dirección Jabhat Al-Nusra, que resistieron lo que ven como su apuesta por el poder global, mientras que Al-Zawahiri le dio instrucciones para poner en espera la fusión en un aparente intento para resolver la controversia.

Una fuente cercana al líder de Jabhat Al-Nusra líder, Mohammad Al-Golani, describió el desafío de Baghdadi como peligroso y precisó que no tendrán más remedio que enfrentarse a ellos o el propio Al-Zawahiri tendrá que lidiar con estas personas; el resentimiento acerca de la agenda de Baghdadi en Siria se debe a la forma en que los combatientes de Al-Qaeda alienaron a muchos combatientes sunitas en la insurgencia iraquí contra las fuerzas de ocupación estadounidenses y el gobierno liderado por los chiitas en Bagdad, esto podría alentar a otras brigadas rebeldes a unirse a una reacción violenta contra Baghdadi.

Hay indicios de que Jabhat Al-Nusra y el Estado Islámico de Irak y Al-Sham están operando como grupos distintos dentro de Siria, una división potencialmente muy perjudicial para la dirección de al-Qaeda, además la declaración de Al-Baghdadi no solo subraya el punto de división entre él y Al-Zawahiri, sino también con otro afiliado de Al-Qaeda por lo que Al-Baghdadi parece estar actuando de acuerdo con sus propios intereses. La última de Abu Bakr al-Baghdadi, también pone de relieve la determinación de la rama iraquí por vincular su lucha contra el gobierno liderado por los chiitas en Bagdad con la causa de los rebeldes sirios que intentan derrocar al régimen de Al-Assad, respaldado por Irán.

La amenaza-profecía autocumplida del presidente Al-Assad de una guerra sectaria está en pleno apogeo. Las milicias alawitas progubernamentales Shabiha y las chiitas de Liwa'a Abu Fadl Al-Abbas han masacrado a cientos de sunitas de los pueblos que van desde Damasco al Mediterráneo, en lo que parece ser la intención de hacerse un corredor desde la capital hasta la histórica patria alawita, cerca de la costa. En las regiones controladas por los rebeldes, los insurgentes radicales han profanado lugares santos chiitas y hablan de la guerra contra los "infieles" y "apóstatas", solo este mes los rebeldes sunitas mataron a unos 60 chiitas en la provincia de Deir al-Zor; los avances sunitas envalentonaron a la rama iraquí de Al-Qaeda, a llevar a cabo ataques contra el gobierno chiita de Bagdad en los últimos meses. Por otra parte, los insurgentes sunitas en Irak están recuperando los antiguos bastiones en el desierto cerca de Siria.

Arabia Saudita se refirió a la participación de Irán y Hezbollah en la guerra civil de Siria como peligrosa y sostuvo que se les debe ofrecer ayuda militar a los rebeldes para defenderse; el ministro de RREE saudita, príncipe Saud Al-Faisal, añadió que Arabia Saudita "no puede permanecer en silencio sobre la intervención iraní” y pidió una resolución internacional inequívoca para detener el suministro de armas al régimen sirio y declarar su ilegitimidad. El príncipe Saud dijo que su país "no puede permanecer en silencio con la intervención de Irán y Hezbollah en el conflicto sirio. El acontecimiento más peligroso es la participación extranjera, representada por Hezbollah y otras milicias apoyadas por las fuerzas de la Guardia Revolucionaria iraní". Una reunión entre Kerry y europeos y sus homólogos árabes en Doha, el pasado sábado, acordó aumentar el apoyo a los rebeldes de Siria, aunque no hay consenso entre los ministros de Relaciones Exteriores sobre como proporcionarán las armas, ya que Alemania e Italia se oponen firmemente a la medida.

La realidad es que una situación trágica corre el riesgo de convertirse en una tragedia aún mayor con la participación occidental, ya que nadie sabe cómo encontrar a los buenos y asegurarse que no se convertirán en malos, ni que sucumbirán ante los malos o que serán cooptados por los malos. Nadie tiene ninguna idea y en una situación en la que no se tiene ni idea, ¿por qué se trata de hacer algo? Esto no es sólo una cuestión moral, sino también práctica o ¿Cómo espera Francia o Inglaterra armar sólo a los rebeldes "buenos" mientras se asegura que sus armas no caigan en manos de los "malos"? Adicionalmente ¿Cómo serán capaces de notar la diferencia entre los grupos "extremistas" y "moderados"? Luego de su visita a los rebeldes sirios, el senador John McCain, aseguró a los medios estadounidenses que no es tan difícil decir quiénes son “los chicos buenos y los chicos malos.”

Hay muchas personas en todo el mundo dispuestas a luchar en una yihad y muchos grupos pro Al-Qaeda detestan lo Hezbollah están haciendo, por lo que la solución no pasa por armar a uno u otro bando ya que una intervención occidental solo uniría a los radicales chiitas y sunitas contra los europeos y norteamericanos. El verdadero foco de atención debe centrarse en las consecuencias para la población civil ya que soporta el peso de la catástrofe. Como dijo Henry Kissinger, durante la guerra Irán-Iraq, es una pena que ambos no puedan perder.



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