lunes, 18 de noviembre de 2013

Cuando los rebeldes se matan entre si


El portavoz del rebelde Supremo Comando Militar confirmó que Abdelqader Saleh, jefe militar de la Brigada Al-Tawhid en Aleppo, está muerto. Saleh fue uno de los comandantes heridos junto al dirigente político Abdelaziz Salame en un ataque aéreo hace unos días; la muerte de Saleh es una gran noticia ya que fue uno de los fundadores de la Brigada Tawhid -en julio de 2012- cuando el grupo se formó a partir de una constelación de unidades locales la zona rural del Norte de Siria para cargar en Aleppo. El núcleo del grupo era un número de comandantes de Anadan (incluyendo Abdelaziz Salame y Abu Tawfiq) , Marea (Saleh) y Aazaz entre otros lugares. Muchos, entre ellos Saleh, participaron de las protestas pacíficas contra Al-Assad, pero en el momento de la creación de Tawhid todos ellos habían convertido en importantes líderes militares locales.

Los grupos rebeldes en Aleppo declararon la situación de emergencia y ordenaron a todos los combatientes a unirse a la batalla para resistir la ofensiva del gobierno, que amenaza las posiciones rebeldes en el Este de Aleppo; además el gobierno ha avanzado en varios barrios rebeldes al Sur de Damasco, y ha abierto una ofensiva en Qalamoun en la frontera con Líbano. Los rebeldes parecen estar dispuestos a mostrar su capacidad devolviendo cada golpe: luego de la noticia de la muerte de Saleh, una bomba derrumbó un edificio en una base militar del gobierno en Harasta -al Norte de Damasco- matando al menos a 31 soldados del gobierno y cuatro oficiales de alto rango.

La explosión ocurrió en una base de transporte del Ejército y parecía haber sido desencadenada por un dispositivo colocado en el interior del edificio o en un túnel. La explosión hizo que el edificio se derrumbase completamente y no hubo confirmación inmediata del ataque en los medios de comunicación estatales, aunque la agencia de noticias del gobierno SANA, informó que proyectiles de mortero disparados por los rebeldes mataron a ocho civiles en Damasco. El momento de la explosión en la base del Ejército sugirió que los rebeldes están tratando de mitigar, al menos psicológicamente, los recientes avances del gobierno que le han permitido a las tropas estatales amenazar a los territorio bajo control rebelde en torno a dos ciudades más grandes del país, Aleppo y Damasco.

Pero mientras las fuerzas estatales avanzan sobre las zonas rebeldes, los grupos islámicos y nacionalistas están luchando su propia guerra interna. Los rebeldes de la costa se están uniendo contra el ISIS. Esto viene después de los recientes enfrentamientos entre la unidad Al-Hijra li-Allah del Ejército Libre de Siria (ELS) y el Estado Islámico de Iraq y Siria (ISIS) donde murieron 4 soldados del ISIS; tras los enfrentamientos, la unidad de ELS inició negociaciones con el ISIS para liberar a los prisioneros que había capturado, pero en cambio, el ISIS ejecutó a 6 de los 10 presos que poseía, después de torturarlos brutalmente. El ISIS acusó a las víctimas de la matanza de sus 4 combatientes extranjeros en después de detenerlos en un puesto de control en la localidad de Rabia, y el domingo un líder del ISIS ejecutó un miembro de la Corte Sharia que fue a mediar y detener la lucha entre los dos grupos.

La historia del error del ISIS, decapitando a un combatiente de Al- Sham Ahrar, toma un nuevo giro. La evidencia creciente sugiere que no fue un error, sino un hecho intencional, luego que se conoció una imagen que muestra el cuerpo decapitado de un soldado que llevaba una camisa con el logo de Harakat Fajr Al-Islamia –la rama local de Ahrar Al-Sham- lo que sugiere que los ejecutores no podían haberse confundido sobre su identidad o afiliación antes de decapitarlo. Las luchas internas entre los grupos rebeldes son más feroces que nunca: ISIS está cada vez más radicalizado, ya que trata de consolidar su dominio sobre grandes zonas rebeldes y esto significa luchar contra las otras milicias. Como resultado, Jabhat Al- Nusra y Ahrar Al-Sham están colaborando más estrechamente, tanto para contrarrestar al ISIS como para tomar el poder de las facciones más débiles del Ejército Libre de Siria (ELS).

La violencia en la zona Qalamoun intensificó el viernes. Tanto el régimen, respaldado por Hezbollah, como los rebeldes, incluyendo a los yihadistas pro Al-Qaeda han reforzado sus fuerzas en la zona. Qalamoun ya tiene una fuerte presencia rebelde y su posición es estratégica, ya que limita con Líbano y se utiliza como base de retaguardia para las operaciones rebeldes sobre Damasco; para el régimen de Al-Assad, es importante porque está en la carretera que une Damasco con la provincia de Homs y también cuenta con depósitos de armas.

En un confuso incidente, dos libaneses murieron en Arsal, luego que supuestamente un helicóptero artillado sirio atacó la ciudad; sin embargo, la agencia France Presse, citando fuentes de seguridad libanesas, dijo que las dos víctimas murieron por la explosión de una mina en el camino a Qara -en la zona de Qalamoun- y que el helicóptero se dirigía a los afueras de Arsal, una zona predominantemente sunita anti Al-Assad.

Un equipo diplomático sirio celebrará consultas a puerta cerrada en Moscú, en medio de los crecientes esfuerzos rusos para ayudar a establecer las conversaciones de paz con la esquiva oposición siria. La visita de los enviados sirios coincide con las declaraciones del Secrteraio General de ONU, Ban Ki –moon, en Vilnius donde afirmó que espera convocar a la Conferencia de Ginebra II a mediados de diciembre.

El último impulso para la paz llegó en medio de combates ininterrumpidos, con enfrentamientos armados entre los propios grupos rebeldes yihadistas y los continuos avances del Ejército sirio sobre puntos neurálgicos del Norte del país. La opositora Coalición Nacional Siria (CNS) sigue sin comprender la dimensión del conflicto y no ha declinado su petición de asistir a la conferencia sólo si conduce a un período de transición que marque la salida de Al-Assad del poder, cuando la mayoría de los grupos rebeldes ya desconocen su legitimidad y representatividad. Tanto Rusia como el régimen sirio han rechazado la demanda, pero la situación se complica más aún ya que Moscú también quiere que Irán –aliado de Siria- participe de las negociaciones, pero esta condición es rechazada por los Estados occidentales.




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