jueves, 14 de noviembre de 2013

La guerra de milicias en Siria



Los combatientes kurdos en Siria han ganado más terreno en la parte noreste del país, un día después que anunciaron un gobierno autónomo provisional. El Partido de la Unión Democrática (PYD), dijo que sus combatientes habían expulsado a los rebeldes pro Al-Qaeda en la parte sur de la provincia de Hasakah y se apoderaron de varios pueblos de la zona; según Salih Muslim, líder del PYD, "Alrededor de 3.000 de esos salafistas han sido asesinados. Al principio eran fuertes, pero ahora no son tan fuertes." El gobierno interino kurdo está formado por el PYD y algunos otros grupos más pequeños, pero el Consejo Nacional Kurdo (KNC) que incluye un amplio espectro de sectores, no se ha unido a la autoridad de transición.

La Coalición Nacional de Siria (CNS), se ha esforzado por mantener a los kurdos de su lado, incluso nombró el año pasado como su líder al secular disidente kurdo Abdulbaset Sayda como su líder. Pero la creciente violencia entre los kurdos y los rebeldes sunitas pro Al-Qaeda -que son un componente importante campo de batalla- ha provocado una ruptura profunda entre los kurdos y la oposición política al presidente Al-Assad. En realidad, los grupos armados kurdos -dominados por el Partido de la Unión Democrática (PYD)- habían tenido reuniones durante más de un año para establecer una autonomía en la región siria del Noroeste de Afrin y toda la región noreste de Qamishli.

En el otro extremo del país, las milicias drusas operan en Suwayda, Daraa y Damasco -provincias donde se concentran las poblaciones drusas- y se organizan bajo el "Jaysh Al- Muwahhideen" (Ejército de los monoteístas), haciéndose eco de la autodescripción de los drusos como "muwahhideen" o unidad estricta de Dios. También caracterizan por concebir a su lucha como una "yihad" pero puramente defensiva: toda persona que cometa una agresión en tierra drusa de Jabal Al-Arab -independientemente de su filiación- van a sufrir las consecuencias de la mano del Jaysh Al-Muwahhideen; por lo tanto, los comités populares drusos se formaron para luchar contra el “terrorismo en colaboración con el Ejército sirio” de grupos como Jabhat Al-Nusra 

La pregunta es ¿Sería posible que los drusos establezcan una autonomía en el sur? Desde que los drusos han tomado las armas, la mayoría lo ha hecho del lado del régimen de Al-Assad y los vínculos entre las milicias drusas irregulares y el ejército sirio funcionan bajo la forma de comités de protección; además los milicianos drusos generalmente quieren mostrar lazos de lealtad al régimen y la nación siria, que podría cambiar si se evidencia que las fuerzas del régimen están perdiendo mucho terreno y se retiran irreversiblemente de Suwayda y Daraa, algo poco probable por el momento. 

El apoyo externo a las partes en conflicto en Siria ha ayudado a sostener el conflicto y lo ha transformado en una lucha de poder entre las potencias regionales: Rusia, Irán y Hezbollah libanés ayudando al gobierno y Arabia Saudita junto a Qatar, proporcionándole el apoyo principal a los rebeldes. Este flujo de fondos privados a grupos rebeldes ha añadido un factor de comodín a la guerra, lo que agrava las divisiones en la oposición y refuerza sus elementos más radicalizados; mientras Occidente se han mostrado renuentes a armar y financiar a las fuerzas seculares que inicialmente sostuvieron la rebelión, ahora los combatientes han acudido a las milicias islamistas y en algunos casos se han rebautizado a sí mismos como yihadista porque ahí es donde está el dinero.

Una iniciativa con sede en Kuwait recaudó dinero para equipar a 12.000 combatientes rebeldes a u$s 2.500 cada uno; otra campaña, dirigida por un jeque saudita en Siria y cercano a Al-Qaeda, al que se lo llama "yihad con su dinero” le otorga u$s 175 para 50 balas a los francotiradores o "status dorado” a quienes donen por ocho proyectiles de mortero. Esta situación crea una dinámica autosustentable, que es totalmente independiente de todos los juegos estratégicos y diplomáticos que se producen a nivel estatal; adicionalmente socavan la unificación de los rebeldes en una fuerza moderada, rechazan el liderazgo político de la oposición y fomentan la partición efectiva de Siria a manos de las milicias islamistas independientes que controlan el territorio en “mini emiratos islámicos”.

Las fuentes de financiación informales también están del lado oficial. Con la comida entrando a Siria, después de varios meses de interrupción, algunos de los aliados más cercanos del presidente ganan importantes beneficios del comercio clandestino; con empresas de fachada y líneas de transportes, una red comercial y logística discreta está emergiendo y tiene como objetivo no sólo para adquirir productos alimenticios, sino para generar grandes beneficios para los miembros del círculo íntimo de los Al-Assad. El establecimiento de las líneas de suministro fiable de productos básicos -como alimentos y combustibles- se han convertido en crucial para los esfuerzos del régimen para derrotar a la oposición armada y la elite empresarial, que controla la mayor parte de la economía siria, tienen un fuerte incentivo para fortalecer la economía paralela con el fin de minimizar las pérdidas financieras causadas por la guerra civil.

El líder de Hezbollah, Hassan Nasrallah, habló en la ceremonia musulmana chiita de Ashura en su bastión en el sur de Beirut, y dijo que "Nuestros combatientes, nuestra muyahidines, están presentes en el territorio sirio (…) Para apoyar al Líbano y las causas palestinas, para hacerle frente a todos los peligros de la agresión internacional, regional y Takfiris sobre este país y en esta región.” Nasrallah hizo estas declaraciones en persona, protegido por guardaespaldas y otras medidas de seguridad -incluida la prohibición de vehículos en la zona en la que hablaba- y es su segunda aparición pública en dos días y la tercera este año.

Nasrallah descartó una retirada de los combatientes de Siria, desechando así la condición planteada por la Coalición 14 de Marzo para establecer la formación del gabinete, y se comprometió a seguir apostando por el presidente sirio Bashar Al-Assad durante el tiempo que sea necesario. La Coalición de Hariri insiste en una retirada de Hezbollah de Siria y que el grupo respete la Declaración de Baabda que exige distanciarse de las repercusiones de las crisis regionales, en particular en Siria; ayer, Nasrallah acusó a Arabia Saudita –aliada de Hariri-, de obstruir la formación de un nuevo gabinete en espera del resultado de la guerra de Siria y las conversaciones entre Irán y las potencias mundiales.

El dato del día: militantes del Estado Islámico de Irak y Siria (ISIS) decapitaron a un supuesto miliciano chiita iraquí pro-régimen sirio, cuando en realidad se trataba de un combatiente rebelde Ahrar Al-Sham. El hecho ocurrió cerca de la Base 80, en Aleppo, y señala la anarquía dentro de los grupos rebeldes yihadistas además de los altos niveles de violencia sectaria del conflicto sirio.





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