Los sirios votaron hoy en las elecciones parlamentarias en lo que ha sido promocionado por las autoridades como un hito de las reformas políticas, pero ampliamente rechazada por la oposición que calificó al proceso como una fachada mientras continúan los asesinatos de los opositores. Desde que sucedió a su padre Hafez en 2000, Bashar Al-Assad se ha apoyado en un parlamento dócil para refrendar la voluntad de la familia gobernante. La Asamblea Parlamentaria en la actualidad no tiene un solo miembro de la oposición y, según los medios de comunicación oficiales, la mitad de los escaños que se reservará para "los representantes de los trabajadores y campesinos", cuyos sindicatos están controlados por el Partido Baa’th de Al-Assad.
Los colegios donde había mesas electorales, abrieron a la hora 7 am de Siria, y las imágenes por los canales de televisión estatales mostraban colas de posibles votantes en el exterior; sin embargo estas escenas contrastan con las vividas un día antes donde los activistas informaban de fuertes batallas entre grupos armados de oposición y las fuerzas gubernamentales en las afueras de Deir Ezzour, al este del país. La presente elección es la tercera que se realiza desde el inicio de las ministraciones antigubernamentales en marzo de 2011; a las elecciones municipales de diciembre pasado le siguieron las de febrero, donde se aprobó la nueva constitución nacional.
Las autoridades sirias indicaron que 14 millones de personas estaban habilitadas para votar -incluyendo a los expatriados y los 7.195 candidatos que se postulaban a los 250 cargos en el parlamento de 250- pero hubo distritos donde no se registró actividad; en la ciudad sunita de Madaya, un centro rebelde a 30 km de Damasco, no había señales de una campaña electoral y en Zabadani, había unas cuantas fotos de un solo candidato.
China, uno de los aliados incondicionales de Siria dentro en el Consejo de Seguridad, ha tomado nota de los procedimientos de las elecciones parlamentarias y señaló que espera que las elecciones ayuden a promover el proceso de reforma. El vocero de la Cancillería, Hong Lei, señaló que añadió que China espera que las elecciones sirvan al país para responder a las demandas razonables de reformas y la protección de los intereses del pueblo sirio.
Pero lo cierto es que los políticos de la oposición, muchos de los cuales han huido del país, están en el exterior o han sido detenidos durante las revueltas, boicotearon la votación argumentando que la nueva Constitución no ha cambiado en nada la realidad. Es por ello que la mayoría de los carteles electorales son de candidatos a favor de Al-Assad candidatos, y estaban colgado en el centro de Damasco y las regiones donde el régimen aún conserva una férrea lealtad de la población.
En una reunión de la oposición siria, los musulmanes enrolados en la Hermandad colegas mantuvieron conversaciones con sus pares marxistas, empujándolos a presentar declaraciones políticas para el Consejo Nacional Sirio (CNS), el principal grupo político de la oposición al presidente Al-Assad. La Hermandad Siria es una rama del movimiento musulmán sunita fundado en Egipto durante la década del ´20, si bien era un actor político menor antes del golpe del Partido Baa’th de 1963, su apoyo creció bajo los 30 años del régimen de Hafez Al-Assad, mientras la minoría alawita consolidaba el domino del país con mayoría sunita.
Ahora, a diferencia de otras oportunidades, la Hermandad está trabajando con muy bajo perfil y está financiando al Ejército Libre Sirio (ELS) -canalizando dinero y suministros a Siria-, reactivando sus bases sociales entre los pequeños agricultores sunitas y la clase media. Fawaz Al-Tello, una veterana figura de la oposición y musulmán devoto, señaló que la Hermandad ha logrado hacerse del control de la oficina de asistencia social del CNS de y la oficina militar, los únicos componentes importantes dentro de la oposición; Al-Tello, reconoció también que la Hermandad recuperó su influencia especialmente en las ciudades de Homs y Hama y en el área rural de Idlib.
Las actuales elecciones se retrasaron debido a la promulgación de la nueva Constitución, aprobada solo hace tres meses por medio de un referéndum bajo condiciones políticas muy controvertidas, si bien supuso una serie de cambios dentro del escenario político interno -tales como la aparición de nuevos partidos y la limitación al mandato presidencial a siete años- poco ha cambiado desde entonces. La reforma constitucional, la primera desde que llegó Al-Assad a la presidencia en 2000, no ha implementado cambios sustanciales sino que ensayó algunos retoques cosméticos que han sido rechazados por los activistas provocando una mayor violencia en el terreno.
Un dato interesante es que la televisión estatal ofreció un sinfín de discusiones, pero con los candidatos de la oposición “aprobada”, y algunos se aventuraron a decir que Siria estaba preparada para nuevas voces y nuevas opiniones; sin embargo, otros se planteaban la cuestión que a los "traidores" no se les debe permitir hablar; por lo que la condena general se utiliza tanto para con los "terroristas" como para los opositores al gobierno, dentro de este contexto político es impensable un sistema político “creíble” dentro de Siria que articule las demandas de los manifestantes con las bases del régimen baa´thista más conservadoras.
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