En los últimos días, los combates han estallado en los alrededores de Damasco y la intensificación de la violencia sugiere que "la gran batalla de Damasco", una ofensiva rebeldes a gran escala, está cobrando fuerza; si bien no es la primera vez que los rebeldes han hecho un intento por capturar la capital siria, con esfuerzos coordinados entre julio y diciembre, avanzaron en varios barrios e incluso tomaron las ciudades conflictivas que rodean Damasco. Sin embargo, a falta de un suministro adecuado y el dominio de la fuerza aérea y la artillería del régimen, contuvieron los avances rebeldes.
Pero muchas de las ciudades periféricas de la capital se han unido a la revolución, por ejemplo, los disidentes cristianos y alawitas de Daraya y Douma y dentro de Damasco los conservadores de clase media de los barrios de Barzeh Midan -cuyos residentes no se benefician de la generosidad del régimen y del crecimiento- también se unieron a la sublevación al igual que los sectores marginales sunitas de Qaaboun. Si bien gran parte de los clérigos sunitas urbanas se ha mantenido fiel -al menos públicamente- a Al-Assad, otros se han unido a la revolución y abrieron sus mezquitas a los manifestantes, este es el caso de Moaz Al-Khatib, el ex imán de la mezquita omeya de Damasco y actual jefe de la oposición Coalición Nacional de Siria.
Al-Assad ha montado una férrea defensa en la capital, una "ciudad controlada" ya que se encuentra rodeada de cuarteles militares y barrios leales como Mezze 86, una zona pobre habitada por el personal alawita de seguridad y sus familias. Al-Assad también ha reunido una considerable potencia de fuego en los alrededores de Damasco: el ejército regular es sólo la primera línea de sus defensas mientras que la Guardia Republicana y la 4ª División al mando de su hermano Maher, siguen siendo unidades de combate leales y poderosas, cuyo número se estiman entre 50.000 y 80.000 hombres. Informes sugieren que residentes del barrio cristiano de Bab Touma y el grupo libanés chiita Hezbollah han formado milicias que complementan a las fuerzas del régimen respaldando a Sayyida Zeinab, en el sureste de la ciudad; mientras que gran parte de la artillería y de la fuerza aérea se encuentran en los alrededores de la capital apoyando a Daraya en el suroeste, área próxima al aeropuerto militar de Mezzeh.
Daraya ha sido escenario de algunos de los combates más encarnizados por Damasco desde hace meses, este gran suburbio obrero sunita que en sí mismo no representa en área vital pero que amenaza tanto a Mezzeh -al norte- y a Souseh Kafar -al este- que contiene algunas sedes de la seguridad y a la Universidad de Damasco; el gobierno controla las tierras altas, en una estrategia de contención similar a la puesta en marcha en Jobar, ciudad que los rebeldes podrían usar como puerta de entrada hacia el centro de sus bastiones en el este. El gobierno ha estado atacando a Jobar con bombardeos aéreos ya que se la considera parte de Damasco y, de hecho, a reforzados las posiciones con tanques y artillería pesada el monte Qasioun –altura que domina Damasco- le permite a quien está sentado allí controlar el resto de la capital.
Al este del país, los rebeldes coparon una gran presa hidroeléctrica en el río Éufrates y tomado el control de una ciudad y una parte de un campo petrolífero en la provincia nororiental de Hasaka; la zona es un ejemplo de la actual fragmentación del país ya que los rebeldes tienen una tensa relación con las milicias kurdas y las tribus sunitas. Hay un doble proceso de consolidación, mientras que la oposición se está afianzando en el norte y el este, el régimen se está consolidando en el centro, la costa y las montañas del oeste del país; aun con todas las pérdidas de territorio, el régimen se ajustará a las áreas que controla y su poder se concentrará allí.
El Ejército Libre Sirio (ELS) anunció que se está preparando para llevar la lucha Damasco según su comandante, Cnel. Riad Al-Asad, quien reveló que "los preparativos para la batalla de Damasco están en marcha y se encuentran en pleno desarrollo, especialmente porque esta operación -que será el enfrentamiento final y decisiva con el régimen- requiere preparaciones especiales y acuerdos"; también añadió que "en lo que respecta a la actualidad, se puede decir que la situación ha cambiado. Ahora estamos en condiciones de tomar decisiones en el momento adecuado, después el ELS tomó las armas de los depósitos del régimen, además de los presentes en las regiones fronterizas”.
Aunque Al-Asad se negó a confirmar o negar explícitamente si sus fuerzas están presente actualmente en Damasco, señaló que la misma será corroborada con las operaciones por venir; si bien Al-Asad considera que la caída de Damasco no implica la caída del régimen sirio pero estima que una derrota de las fuerzas de defensa –específicamente las lideradas por Maher Al-Assad- supondría un cambio dentro del sistema de toma de decisiones de las autoridades sirias.
En efecto, si Al-Assad pierde Damasco para sobrevivir físicamente deberá huir junto a sus comandantes y la elite alawita a "Alawistan", la zona costera de Latakia y bastión tradicional de las familias alawitas. La geografía de los combates en el noroeste sugiere que esta estrategia ya está en ciernes: la limpieza sectaria y las batallas más importantes se están produciendo en el borde exterior de la región montañosa que separa el núcleo alawita del interior predominantemente sunita del país mientras que muchas familias alawitas se han trasladado desde otras regiones.
Se conoció una curiosa información. La empresa Britam Defence (BD), una compañía británica de mercenarios, admitió que fue hackeada por el hacker "JAsIrX"; uno de los correos electrónicos hackeados entre dos miembros de BD, describe una iniciativa qatarí aprobada por los norteamericanos donde la empresa británica iba a dejar armas químicas soviéticas en Homs, procedentes de Libia, similares a los que Assad debería tener. Además se desplegaría a personal ucraniano que habla ruso para que monten un video.
Si bien la compañía afirma que el correo electrónico es falso, su difusión coincide con las advertencias de Israel y EE.UU. a Bashar Al-Assad sobre que no utilice sus armas químicas contra las milicias árabes e islamistas que tratan de derrocar a su gobierno. Israel ha insistido en que se reserva el derecho de atacar los sitios sirios que almacenan armas químicas, mientras que ese tema ha alentado a los neoconservadores norteamericanos que sostienen que es hora que EE.UU. y sus aliados se involucren directamente en el derrocamiento de Al-Assad.
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